30 de diciembre de 2022. Viernes.
MI PEQUEÑO BELÉN
MI PEQUEÑO BELÉN
(Para Candela, con 12 años ya, metida toda
ella en la vorágine del tiempo).
-Finaliza el año, y el tiempo de Navidad. De pronto, he oído un rumor de
villancicos. Venía de mi pequeño Belén de madera y terracota. De madera, la
cueva, en forma de estrella, que acoge a otra estrella dorada, brillante en la
noche; de terracota, María y José, y el Niño, apenas unos ojos y una carita de
paz y confianza que dormita en el pesebre. Las figuras son regordetas y
entrañables; figuras sencillas, que denotan paz y ternura. Y es tan pequeño mi
belén que cabe en mi mano. Oído el rumor de villancicos, y con la mano en la
boca para que no me delatara el aliento, me he puesto al acecho. Y he
contemplado un milagro más de la Navidad. En derredor del pequeño Belén, en
semicírculo, cantan Agatha Christie, T. S. Eliot, Luis Cernuda, Vladimir Nabokov,
Fiodor Dostoievsky, Anton Chejov, Luigi Pirandello, F. Scott Fitzgerald, y
otros escritores, con Charles Dickens a la cabeza, todos con sus cuentos de
Navidad en la mano, cantando y ofreciéndolos al Niño-Dios, que, humano y Dios,
gime en el Portal. Visto lo cual, Diario, yo, al igual que ellos,
también le ofrezco al Niño mi cuento de Navidad: éste que ahora escribo y firmo,
asombrado por el amor que refleja y comunica mi gozoso, humilde y pequeño Belén
(12:42:47).
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