20 de diciembre de 2013. Viernes.
ADESTE, FIDELES
Piccolo Nascita (Pequeño Nacimiento), en Italia. F: FotVi |
-Por fin, lluvia
suave y continua, atenta, que esponja y da contento a la tierra. Complicidad se
llama esto: complicidad afectiva, aunque sea interesada, entre la tierra y el
agua, pareja de hecho. Con agua puede haber vida; pero sin tierra no hay
crecimiento; sin tierra puede haber existencia bacteriológica, pero no evolución
y desarrollo de seres que progresen hacia la inteligencia y los sentimientos,
hasta el hecho de poder afirmar lo de somos imagen
de Dios u otras cosas así cargadas de trascendencia. Creo que las bacterias
y las moléculas, aunque estén, no aman; pues, eso: lluvia y tierra, o vida que
se ensancha hasta ser naturaleza humana, con la perla del espíritu dentro, mandando
destellos de juicio a la materia, para que ésta ascienda y alcance el don de la
creatividad, de poder enriquecer lo que ya es y está.
Hoy,
lluvia y comida con los compañeros. Y villancicos: un Adeste, fideles, a voces, y sin desafines, como Dios manda. La voz
más grave nos ha llegado de África y el resto, de los por-aquí cercanos, curas de pueblos que baña el Mar Menor. Que, como
dijera el poeta, es, aunque menor, mar con sueños de océano. El Adeste fideles es un villancico de
pentagrama y belleza gregorianas, de ondulaciones místicas por tanto; se
adentra por la melodía como la luz por el cristal, sin romperla y sin mancharla.
El texto es pura belleza orante y rendida, pero sin humillación, sólo
postración gozosa de rezo y cumplido.
Adeste, fideles, laeti, triumphantes
(Acudid,
fieles, alegres, triunfantes),
Venite, venite, in Bethlehem
(Venid,
venid a Belén):
Natum videte Regem Angelorum
(Ved al nacido Rey de los Ángeles).
Venite,
adoremus, venite adoremus
(Venid, adoremos, venid, adoremos),
Venite
adoremus Dominum
(Venid, adoremos al Señor).
A ver, Diario, cómo
entonas: Adeste, fideles, eso es, no está
mal. Como todo en la vida, la Navidad hay que prepararla; no cabe ir a la
Navidad sin ensayar lo fundamental: lo que corresponde al alma y a los
sentimientos; luego vendrán los cánticos y los deseos de felicidad, pero antes
hay que poner a punto dentro de uno esa felicidad, que no se improvisa, como el
Nacimiento o el árbol. La felicidad, como el amor, se da si se tiene, si no
todo queda en palabrería y timo, en mentira. Vamos: ¡Adeste, fideeles…! ¡Acudid, fieles! (19:45:43).