10 de agosto de
2017. Jueves.
LO
VIRAL ES VIRUS
Palma del martirio, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Cuando leo que algo se
ha hecho viral en las redes sociales, de inmediato pienso en una ordinariez o
en un hecho trascendente. Y me pongo a dudar si verlo o dejarlo pasar, y lo
dejo pasar. De ordinario, suele ser una patochada revestida con humareda de
trascendencia. Todo lo viral es virus y el virus suele tener ráfagas de virulencia,
de perversidad. E infecta. Como un virus maligno se extiende el asunto catalán:
todos los días hablando y bebiendo el tema catalán, y poniéndolo de postre en
la mesa. Un postre con azúcar, y, además, para diabéticos. Las tertulias, otro
virus que afecta a la inteligencia y, a veces, da pie al bostezo liberador. Sin
embargo, entre los internautas -palabra que rememora espacios abiertos y
recorridos de fantasía, mendaces- no se ha hecho viral la muerte de Sigmund
Sobolewski, «prisionero 88» en el campo de exterminio de Auschwitz. Sobrevivió
al horror y ha muerto en el silencio de los justos, que, según San Agustín, son
los que «viven con paciencia y mueren con alegría». Y porque la muerte del
justo, dice, «no es muerte, sino sueño; no muerte, sino mudanza.» ¿La paciencia
de los justos de Auschwitz? ¿O la paciencia o distracción de la muerte que pasó
de largo y olvidó matarlo? Dice el poeta: «Si cualquier boca es un bosque de
mentiras, / ¿quién me dice que la verdad no es mentira?» ¿Eh, Diario, quién? (19:09:40).