29 de julio de 2022. Viernes.
MORDISCO DE ESCUALO TOTALITARIO
MORDISCO DE ESCUALO TOTALITARIO
-¿Gorditos nuestros niños? El Ministerio de Sanidad
va a tomar cartas en el asunto sobre la obesidad de los niños, que no son de
sus padres (lo dijo una ministra), sino del Estado, y va a cortar por lo
sano; es decir, va a cortar las mollas de estos cuerpos sobre abundosos y
rollizos, hermosos como ángeles barrocos. No habrá obesidad, sino esclavitud; y
Orwell, al que ya no tenemos para que nos avise sobre los peligros de los
totalitarismos con novelas como Una
rebelión en la granja o 1984, en
las catacumbas del olvido. Los «criterios nutricionales» prevalecen sobre la
libertad, y los impondrá el Estado. Que un niño abuse de productos con un alto
valor energético es un delito de Estado; por esta razón, el Estado, que vigila
por la salud de sus vasallos, le dirá qué le permite o no comer y beber. Que un
niño no estudie o suspenda, al Estado lo trae al pairo, con dos suspensos pasa
curso; pero que un niño beba o coma productos con alto valor nutricional, lo
enfurece, hasta el punto que el Torquemada que lleva dentro lo hace ley y la
Inquisición reverdece. Por esta razón (salvo la del amor, «ama a tu prójimo
como a ti mismo») ninguna ley me parece justa, aunque alguna sea necesaria, y
es que en realidad toda ley humana es un mordisco de escualo totalitario a la
libertad, esa doncella siempre vulnerada y difícilmente bien amada, pero de la
que todos hablan y a la que, cuando falta, todos desean. ¡Oh Dios!, ser niño
hoy, como ser persona, es muy difícil: el Gran Hermano (el Estado) es un
terrible legislador que te lo impide; tú haces bien en ser sólo Dios, de otro
modo sufrirías mucho –es un modo de decir–, como yo, a veces. Veo a Dios, Diario,
como a un niño, lamentándose conmigo, y riendo, divertido, con los niños (17:55:07).