21 de julio de 2022. Jueves.
ANGUSTIA
-¿Qué hacer, si yo
no quería? Me resistía, pero él insistió, emborronando, dando pinceladas aquí y
allí: ahora el color rosa, luego el oro, el negro con el azul y el verde, y el
blanco (que me rodea el cuello y me ahoga), hasta que, echándose hacia atrás,
dijo el Greco, así le llamaban: « ¡Eso es!», y lo vi alejarse, feliz, todo él
manchado de colores, con una gota de sudor en la frente y un brillo extraño en
los ojos, y, cuando fui a gritar: «¡No me dejes aquí solo!», me vi atrapado en
el cuadro, del que ahora, en el Museo del Prado, ya no puedo escapar. El Caballero de la mano en el pecho me
llaman, y ni el juramento que me disponía hacer me dejó concluir. ¿Pero qué
hacer si yo no quería? Quedar paralizado en un cuadro para siempre, terrible;
menos mal, Diario, que Dios me conoce y para Él siempre estoy en movimiento, vivo;
dice el salmo: «Todas mis sendas, Señor, te son familiares», y con este aval, no
temo nada (18:44:52).
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