5 de julio de 2022. Martes.
TONTOS DE CAPIROTE
TONTOS DE CAPIROTE
-En este día de cielo de color botijo, arcilloso, descubro que en Israel y en
tiempos de Jesucristo, los oficialmente sabios, fariseos, escribas, doctores de
la ley, rabinos en general, solían decir: «Un ignorante no puede evitar el
pecado y un hombre del campo no puede ser de Dios». Eran las élites; es decir,
“las minorías selectas y retadoras” de Israel, como dice el Diccionario de la Lengua.
Minorías que denotan, sin embargo, ignorancias supinas, pues nunca la
ignorancia puede acceder ni a la virtud ni al error (pecado); la ignorancia es
vacío, un no ser sin nada. Y un no ser nunca puede dar lugar ni siquiera
a una negación, que también es un no ser, no sería. Es más: el ignorante no
sólo no podría evitar el pecado, sino que, por la misma razón, tampoco practicar la
virtud. Pues serían virtud y pecado a un tiempo, y en ambos casos sin responsabilidad alguna. Decían además estas elites que «un hombre del campo no puede
ser de Dios»; lo que nos lleva a pensar que un hombre de la ciudad, sí. Cuando
un hombre del campo tiene más a la mano la obra de Dios: anda y al paso se va dando de
bruces con las florecillas brotadas, con el fruto que pende del árbol, con
la lluvia beneficiosa que, si la miras desde abajo, humedece los labios y queda oscilante en los párpados. En lo que ve y toca, y vive, el campesino sospecha,
intuye, la presencia de Dios. Espinoza, filósofo, así lo percibía. Estas minorías selectas son además minorías
seleccionadas por sí mismas, son la selección de su propia estupidez,
ilustrada. Nadie sino ellos mismos ha tenido el mal gusto de elegirse ilustres;
en sus tarjetas de visita pondrían: sabio, elite, liliputiense excelso,
intelectual excluyente, qué bien me veo en el espejo. Son tontos
de capirote, Diario. Son el hazme reír de sí mismos, su chiste gráfico, su viñeta
demoledora (17:56:48).
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