LA AMISTAD NO ATA, LIBERA
Y es que la amistad ha de nacer en el bello jardín de la libertad; la amistad no ata, libera, tiene diferentes formas de acercarse y darse.
Es como el agua de la fuente en la montaña, si lo deseas bebes y si no, pasas de largo: ella sigue ahí ofreciéndose, dándose siempre, como remedio, libre y alegre, contra la sed.
En la amistad fallan las matemáticas: dos miradas se convierten en dos mitades de un solo amor. Como las dos naturalezas humana y divina de Jesús, que en él, Diario, son la única persona divina de Cristo. ¡Maravilla!