7 de febrero de 2017. Martes.
EL ÁNGEL DE LOS NÚMEROS
Ángel, en la Catedral de Murcia. F: FotVi |
-Vienen las cifras, y si las vives, te marean, te
aturden. En una sociedad de números -mientras 702 millones de personas viven en
el mundo en condiciones de extrema pobreza; hay solo 2.000 multimillonarios (para
ser considerado multimillonario hay que poseer al menos 1.000 millones de
dólares en la cartera o en el banco); y 8 de estos multimillonarios (8 solo) acumulan
más riqueza que la mitad de la población del mundo más pobre-, los números cantan,
y aterran. Y como se trata de una sociedad de número y estadística, se nos
hacen ver números por doquier: en grandes acontecimientos deportivos y en otros
de sociedad o políticos. Los números, como firma o rúbrica del espectáculo: a
más números, más circo, más demostración de músculo festivo, más bulla. En el
Super Bowl, donde se dirime la supremacía del fútbol americano, hubo 77.000
espectadores en directo que pagaron 4.287 dólares por asiento, el show de Lady Gaga
en el descanso -trece minutos y medio- costó 10 millones, cada anuncio de 30
segundos, 5 millones, y vieron el acontecimiento 111,3 millones de
espectadores. Y se mueven 4.500 millones en apuestas. También causan dolor de
muelas -y de cabeza- las cifras de la comida y bebida consumidas durante el
domingo del Super Bowl: más de 1.000 millones de litros de cerveza, 12,5
millones de pizzas, y 1.200 millones de alitas de pollo. Pobres pollos y
pobres, pobres, que contemplan todo este derroche desde la agonía de verse
morir o de golpe (los pollos) o con la lentitud de la pobreza, y todos los días,
no una sola vez al año. Que el ángel de los números de Alberti, Diario, nos proteja
de tanto número inicuo y tanto espectáculo inservible y grotesco, porque «en
las muertas pizarras, / el ángel de los números» sigue «sin vida, amortajado, /
sobre el 1 y el 2, / sobre el 3, sobre el 4…» Amortajado (19:15:23).