25 de junio de 2018.
Lunes.
RESIGNACIÓN REBELDE
Muriendo, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Me
llega la noticia de la muerte de Juan Fernández López, un sacerdote que vivía
en la habitación contigua a la mía. 77 años. Me entristece, porque hemos sido compañeros
y nos hemos dado la amistad. Ya al final, cuando apenas podía andar, se apoyaba
en mí para llegar a su habitación, y en la puerta, se despedía con una sonrisa de
abatimiento, débil, de resignación rebelde. Su último destino: párroco en San
Pío X, y allí será despedido. Él fue enviado para prestar a Dios su palabra,
sus manos, su corazón, sus pasos, sus inquietudes, consoló a muchos, practicó
la generosidad, rio la alegría, lloró todo llanto, y se estremeció en los momentos
de emoción. Ahora se podría decir de él aquello de la carta de San Pablo a los
Romanos: «¡Qué hermosa es la llegada de los que traen buenas noticias!».
Diario, que descanse en paz, y que Dios lo acoja en su casa, en la que hay
tantas estancias, y donde habitan la paz, la justicia, el amor, la eternidad sin
tiempo, y sin muerte (18:47:44).