3 de septiembre de
2018. Lunes.
ASESINO
SILENCIOSO
Leve verdad, en la oscuridad. F: FotVi |
-Me
levanto hoy lunes con una palabra entre ceja y ceja: hipocresía. Se la oí al
papa Francisco el domingo en su homilía en San Marta. La hipocresía es un sistema
vil de salirse uno por la tangente, y sin dar explicaciones. El hipócrita finge
poseer aquello de lo que carece, y ríe o llora sin un por qué claro y real. El arma
del hipócrita es la doblez y la máscara, el engaño; con su vida hace teatro, ficción.
El hipócrita es adulador y destruye aquello que halaga, pues deja sin defensas al
oponente del que hace alabanza. Dice el papa Francisco que el hipócrita es «un
asesino silencioso». Como la serpiente -escurridiza y jabonosa, resbaladiza-, que
ataca sin avisar. Su lengua es bífida, se rasga en dos; con una parte de la
lengua complace y con la otra, engaña. Hasta que mata. ¿Remedio contra la
hipocresía, Diario? Buscar, allí donde esté, la Verdad, que es la que salva (19:17:07).