28 de agosto de
2018. Martes.
ENCONTRARSE
Interior iluminado, en Rumanía. F: FotVi |
-Me
busco y no me encuentro, se lamentaba un pensador desesperado, y es que lo
hacía fuera de sí mismo, en los arrabales de su propia personalidad, donde suelen
habitar el estigma, la mentira, el estrago, el escupitajo, la fea e infiel deslealtad,
y donde no hay ni pan ni farolas, solo algún hilo de agua sucia por el centro herido
de la calle. Y la niñez desnutrida y mal hablada, y la escuela sin magisterio. A
veces, distraídos con lo de fuera, olvidamos lo de dentro, donde siempre suele quedar
algo de ti mismo, como aquella luz incierta de la niñez, o el primer beso, o
aquel poema y el silencio que le siguió, todo lo que ha sido y ha hecho que
consigas una vida que es solamente tuya. O lo que es toda tu vida, hecha de logros,
cansancios, alegrías, frustraciones quizá, horizontes que conquistar, letras de
canciones aprendidas, agradecimientos, los padres, los hermanos, aquella
sonrisa, aquella bajada de los ojos donde dio comienzo un gran amor, la fe, en
fin, todo lo que eres y aún puedes ser, y donde, si miras sin apasionamiento,
te podrás encontrar. «Solo hay una pequeña parte del universo de la que sabrás
con certeza que puedes mejorar, y esa parte eres tú», sentenció Aldous Huxley,
el autor de Un mundo feliz. Indagar
en nuestro interior, Diario, es dar un paso en el conocimiento del universo, pues
eso somos: universo (18:16:12).
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