martes, 7 de agosto de 2018

7 de agosto de 2018. Martes.
PROEZA PICTÓRICA

Siempre la claridad viene del cielo, en San Pedro del Pinatar. F. FotVi

-Cae el calor como una bola invisible de fuego. Arde el día, y el mar, a su lado, se desmaya. En la playa, el mar se hace lengua que palpa, lengua salada que lame los cuerpos de los bañistas. Y los gusta también salados. Como anchoas en conserva, pero a la intemperie. Y las noticias hostiles se suceden una tras otra, como una crónica de pavor y cólera. Fuego en el Algarbe, en Portugal, y terremotos en la isla de Lombok, Indonesia. Fuego, muertos, desaparecidos. Como un aquelarre sin fin. Y en Santiago, un aprendiz de brujo, un Velázquez moderno, pinta de azul, en la puerta de las Platerías de la Catedral, una estatua románica del siglo XII. Y se sorprenden las autoridades, y el regidor de la cosa, y gente que pasaba por allí. Todos ellos hechos un haz de extrañados, de pasmados ante tal proeza pictórica. ¿Pero qué pueden esperar dado el nivel de educación de alguna de nuestra juventud? Salvo graciosas y disimuladas excepciones, la mayoría de los jóvenes se han formado intelectual, ética y socialmente en la universidad del móvil, del botellón, de la carencia de escrúpulos. Se mofan del rey y de la rayuela, de la bota y del botín, son tiernos cacharros que adoran la nada y se deleitan con la perversidad. El relativismo y el nihilismo son los dioses y guías de su caminar vacilante por la vida. Sin embargo, salvemos la inteligencia y la creatividad de la juventud y habremos ganado el mañana de nuestra sociedad, pero sin aspavientos y sin lágrimas de cocodrilo, solo viviendo en concordancia con la conciencia y el deseo de libertad, y el afán de ir más allá; esto, Diario, es el progreso, y no la barbarie y la ordinariez en que vive inmersa una gran parte de nuestra juventud, sin bridas y sin horizonte  (18:59:43).

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