sábado, 2 de noviembre de 2019

2 de noviembre de 2019. Sábado.
CIRCUNSTANCIA AMOROSA

De la muerte a la vida, en el jardín. F: FotVi

-Un día emboriado, con los difuntos deambulando por mi mente, que también anda emboriada, enlutada. Francisca, Vicente, mis padres; Javier, Consuelo, Alfonso, mis hermanos; todos ellos mis difuntos. Ellos, pues, mi circunstancia amorosa. Lo que en esta vida he amado con más intensidad y emoción. Como decía Baltasar Gracián, he sido amado porque amé. Y en ellos encontré, con el amor, mi libertad. Y en la libertad, Diario, logré la paz (18:18:16).

viernes, 1 de noviembre de 2019

1 de noviembre de 2019. Viernes.
CORONAS FÚLGIDAS

Auras leves, etéreas. Torre de la Horadada. F. FovI

-Si vas al cementerio y te fijas bien, con los ojos del espíritu, verás una enorme cantidad de auras que flotan sobre las tumbas. No son coronas de flores, que suelen poner la ostentación, el alarde, la vanidad; sino auras leves, etéreas, que las produce un aliento, un soplo quizás, algo divino. Hoy, día de todos los santos, esas coronas fúlgidas, hechas de destellos y cilicio, donde Dios trabaja la joya, acentúan su esplendor. Brillan más. Son las coronas de los santos anónimos, de los santos del día a día. El de tu casa, el del camino. Los santos que no están en un altar de iglesia: esa «enorme multitud», que vio San Juan, «de todo pueblo y nación, tribu y lengua, y tan numerosa que nadie podría contarla». Son los santos sin devotos que les recen, sin mitras que los exalten, pero que vivieron las bienaventuranzas de un modo sencillo y luminoso, según la voluntad de Dios. Tu madre, la mía, el padre, el hermano, el «pobre pobre», como lo llamaba Neruda. El que quizá en la tierra oliera mal, pero que murió en olor de santidad, y que solo Dios acertó a pasar a su lado y percibir ese olor, tan limpio, tan de lavanda celestial. Estos eran los que «gritaban con gran estruendo: “La salvación viene de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero”». Estos eran los que «vestían las túnicas blancas y tenían en sus manos ramas de palmera», como los vencedores de la gran y bella batalla de la vida. ¡Los santos del día a día, Diario! Dios les dio refugio junto a su trono, para «nunca más tuvieran hambre ni sed, ni les quemara el calor del sol» (19:08:35).

jueves, 31 de octubre de 2019

31 de octubre de 2019. Jueves.
VERANILLO

La ternura en el agua, mirando. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hemos vuelto a un segundo veranillo de San Miguel, o de los Arcángeles, o del membrillo. Hoy, 28º; y mañana, 29º. Anoche tuve que sacar los brazos de debajo del edredón: me ahogaba. El calor. Fue un modo de pedir auxilio. En la vejez, en su soledad, se pide auxilio con gestos, no con voces: grita, y nadie la oye. Recuerdo que, cuando vivía mi madre, en la noche, yo la oía y ella a mí. Así sabíamos que ambos estábamos, que no nos habíamos ido. La sola respiración nos tenía unidos, y avisados. Ahora, no. Nadie oye mi respiración ni mi grito; si acaso, solo las paredes frías e insensibles de la habitación. Que no oyen. O si oyen, se lo callan. A veces me digo: «¡Si hablaran las paredes!» Y las miro, las escruto, las araño. Pero nada: siempre callan. Decía Kafka que «cada hombre lleva en sí una habitación». No pesa; se lleva en la cabeza como una presencia muda, inquietante, demoledora, a veces. Un servidor, cuando se siente solo, piensa en un ser querido –en Candela, por ejemplo– y entonces me acompaña su evocación: así lleno mi soledad, la colmo. En ella, la ternura me mira, la miro, y me invade. Y se hace trigal en mi soledad. Trigal con amapolas y pájaros, y compañía. El verano –veranillo– ha vuelto y se queda hasta el domingo, anuncian los meteorólogos. Pero antes, Diario, viviremos Halloween, sin miedo, con humor, en soledad: o con el silencio de Dios insistiendo en la noche (12:04:20).

martes, 29 de octubre de 2019

29 de octubre de 2019. Martes.
EL LIBRO OLVIDADO

Naciendo de la nada, en el arenal. F: FotVi

-Parafraseando a Michel E. Montaigne, humanista, diré que las palabras son mitad de quien las escribe y mitad de quien las lee. Es como pasar la luz de una boca a otra, en una comunión de destellos. O morder una manzana por dos bocas a la vez, ambas comen de la misma manzana, pero con un trozo distinto. Aunque de un mismo sabor.  Es lo que ocurre con la lectura: yo escribo, tú muerdes –lees– y el sabor es el mismo o parecido. Tú saboreas conmigo, lo que yo he escrito. Escribir es un modo de hablar en silencio. Decía Jorge Luis Borges que: «Una biblioteca es una especie de caverna mágica llena de difuntos. Y pueden ser devueltos a la vida cuando abrimos sus páginas». Leer para darle vida al libro, cuando abrimos sus páginas: o el milagro de la resurrección –aleluya– del libro olvidado, con el polvo del tiempo en su lomo y la carcoma mordiéndolo, hasta que llegas tú, lo abres, lees, y los salvas (19:00:24).

lunes, 28 de octubre de 2019

28 de octubre de 2019. Lunes.
URTICARIA

Langosta estudiando una encuesta. Lopagán. F: FotVi

-Casi todas las semanas las encuestas me dan en los ojos y me los llenan de vacío, un vacío desolador. Sin pájaros ni ríos, sin cigüeñas en las torres de Castilla, y la pobreza insistiendo por las calles, que hacen más trágico este vacío. Las encuestas no dan soluciones al estado de cansancio y corrupción de la sociedad, sino que agravan un poco más, si cabe, este desaliento y perversión que ensombrece nuestras vidas. ¿Dónde están los políticos? «Su misión es solucionar problemas y no causarlos», me digo, y la desesperanza empieza a llenar este vacío. La desesperanza, el agua fría que inunda nuestros pensamientos, y quita vibración a nuestros actos. La encuesta es una mentira, que alguna vez –pocas– acierta. Mentira con números y tantos por cientos, que, cuando llega el momento, o se queda corta o se pasa. Qué temeridad fiarse de las encuestas. Yo, Diario, no tengo fe en las encuestas; como si me rozara con una ortiga, me dan urticaria, y risa (18:38:57).

domingo, 27 de octubre de 2019

27 de octubre de 2019. Domingo.
DESENREDAR ENSUEÑOS

La idea y el candelabro, la palabra. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Si escribo, descanso, y si no lo hago, me fatigo. Me cansa –me aburre– el no hacer nada, como el niño que, si no juega, no vive. Si no juega, el niño no está; desaparece. Y si un niño no está, es como apagar la vela encendida de la vida. Para mí escribir es jugar a desenredar ensueños, a ponerles alas y echarlos a volar. Mientras no veo al ensueño elevarse y planear, no me libero de la fatiga, y es que con la fatiga me invade la orfandad, el desencanto, la desilusión. Como el niño sin juegos, desaparezco y me convierto en sombra de mí mismo. Tengo los pensamientos tan cerca, y las palabras tan a mano, que no puedo por menos que coger los pensamientos y hacerlos palabras, en verso, en prosa, y así encauzar las dos aguas del mismo río: las ideas, y las palabras. Como decía Camilo José Cela: «Para escribir solo hay que tener algo que decir». Las palabras están ahí, Diario, ponles una idea, déjalas volar, elevarse, y tocar, como un destello cegador, la libertad (17:55:33).

sábado, 26 de octubre de 2019

26 de octubre de 2019. Sábado.
VIVIR EL DÍA

Saliendo de la noche, en Murcia. F: Fotvi

-Me despierto y veo una semicorchea (nota musical) volando por la habitación como una polilla atraída por la luz. Pero dudo. ¿Es corchea o es una polilla? Todavía pestañeo. Como la crisálida, me cuesta salir del epílogo del sueño. Despertar cada mañana es un milagro. Y dar el primer paso, y sonreír ante el espejo, y, lleno de perplejidad, ver salir el sol, y sentirte vivo. Hago aleteos con la esperanza y me vuelve el vuelo. Voy a vivir el día. Con la fe del niño que da su primer paso, voy a hacerlo mío. Y, si me dejan, compartirlo. En un verso, lleno de luz y desprendimiento, dejó dicho Pessoa: «No quiero rosas, con tal de que haya rosas». Miro, Diario, y no era una nota musical lo que volaba por la habitación, sino una polilla; polilla que venía a darme los buenos días, como animal de compañía: otro milagro (19:18:21).

viernes, 25 de octubre de 2019

25 de octubre de 2019.
EL JÚBILO DE LA JUBILACIÓN

No mariposa, pero sí hormiga voladora. En Murcia. F: FotVi

-Dicen que, si una mariposa te roza o pasa por tu lado, es señal de buena suerte: así, en abstracto, sin señalar, sin deletrear qué suerte es. La suerte, o esa fuerza misteriosa que determina que ciertos hechos y circunstancias imprevisibles se desarrollen de una manera positiva o negativa. En este caso, parece que positivo. Pues esta mañana, una mariposa, o esa levedad que vuela, que silabea su presencia en el aire como si dudara, se ha posado en el cristal de la ventana de mi estudio. Pero, al instante, cuando iba a fotografiarla, ha levantado vuelo y se ha marchado. Como ha llegado se ha ido: sin hacer ruido, con la discreción de lo humilde. Y he vuelto a mis asuntos: escribir, leer, tratar de que me oiga Dios; es decir, rezar, y, de paso, estudiar. Todavía sigo en estos menesteres, como un colegial más. Estudio, como remedio contra la vejez y la soledad, y contra la pérdida de claridad al pensar. Ejercito mi cerebro, como hago con el cuerpo. Si ando todos los días unos kilómetro –el 2 es un número vario–, ¿por qué no hacerlo con el cerebro? Y me pongo e hinco los codos, y así, Diario, toco el júbilo de la jubilación, no me quedo vacío y seco, como un árbol sin savia; es decir, intento vivir una segunda, o tercera, o cuarta juventud, que –jubiloso– ya voy por ahí (18:39:34).

jueves, 24 de octubre de 2019

24 de octubre de 2019. Jueves.
UN JARDÍN DE AÑOS

La cuerda del violín, resistiendo. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me acaban de dar un consejo: «Plántate: decide no cumplir más años». Y me lo estoy pensando. Los años son una hermosa carga, si no te aqueja alguna enfermedad impertinente y brumosa. De esas que te van devorando por dentro. De las que mastican tus entrañas y te matan. Sin embargo, plantarse es decir no a la vida, y a la vida hay que dejarla que acabe sus vuelos. A un servidor le gusta volar, siempre que haya árboles donde tomarse un descanso. Los chinos, que son tan prácticos y versados, suelen decir que «solo en la actividad desearás vivir cien años». Yo, cada noche, dejo algo sin concluir para el día siguiente. Un poema, una texto, una palabra escrita a medias, una coma que poner; se trata de pasar la noche en expectativa, esperando el nuevo día para acabar lo que dejé incompleto ayer. Así duermo y sueño, y hay veces que, al despertar, tengo un montón de ideas esparcidas por la cama que recojo con cuidado y las voy acomodando en el ordenador, como si coleccionara mariposas. Pues como decía Schopenhauer, el filósofo: «El hombre vulgar solo piensa en cómo pasar el tiempo; el inteligente, en cómo aprovecharlo». Hoy, Diario, he cumplido años, muchos, un jardín de años, pero sigo empeñado en seguir aprovechándolos, hasta que me falten vuelos (19:13:23).

miércoles, 23 de octubre de 2019

23 de octubre de 2019. Miércoles.
FRÍO

En otoño, la lluvia es fría. Murcia. F: FotVi

-Pasada la segunda gota fría, asoma un sol débil y menesteroso, que apenas calienta, pero alivia. Porque el calor ha dado paso a las bajas temperaturas, y el sol, cuando se tiene, es un buen abrigo protector. Me pongo en el lugar de ese mendigo que me alarga la mano y pide una ayuda. Miro sus ojos y, en ellos, se adivina su tristeza. Sus vestimentas también son tristes, haraposas, y, tan escasas, que dan frío. «Y no ha llegado aún el invierno», pienso. El frío es el látigo que flagela a la pobreza. Pienso: «Abría que calentar las monedas antes de darlas al pobre, para no helarlo más». ¡A veces es tan mísera nuestra limosna! Entonces le digo: «Tome, cómprese unos guantes», y le sonrío. El anciano, pobre, me mira con sorpresa, me devuelve la sonrisa, y me dice: «¡Dios se lo pague!». Plegaria que hace tiempo que no oía. Y un servidor, Diario, se marcha bien pagado, con Dios en un cheque extendido por el pobre  (18:50:41).

martes, 22 de octubre de 2019

21 de octubre de 2019. Lunes.
COSAS

Cosas desapercibidas, a las que amo, en Murcia. F: Fotvi 

-Esta mañana, al despertar, he pensado en cómo me mira, en silencio, el mundo que me rodea. Es una mirada insistente, minuciosa, que taladra, que penetra en mí y descubre lo que soy, hasta dar con esos silencios que quedan detrás de uno, como una sombra  que te huyera, pero estando. En el mundo de las formas, todo te mira; las más de las veces, sin parpadeos, pero examinándote, averiguando tus movimientos, cómo late tu corazón, cómo se mueven tus manos, qué te alegra y qué te entristece. Me levanto y miro la mesilla, donde están el reloj, el icono de la Virgen y una cruz, a los que, cada mañana, toco y beso, y el Libro de las horas, el despertador. El que cuenta las horas de mi sueño. Cosas que están ahí, y que, sin rechistar, me vigilan y ayudan, en silencio, con la discreción del servidor fiel y cauteloso. Luego están la máquina de afeitar, la ducha, la silla, el ordenador, los libros de la biblioteca, que están sin parecer estar, y que, sin embargo, son parte de mi vida. Los libros, mis maestros, los que me abren caminos, los que ponen aleteos a mis sueños, los que me cuentan lo que ha pasado y lo que está por venir. Son mis alas de águila con las que toco las alturas. Como ocurre con las personas que me cuidan, que siempre están ahí, y por estar, y aunque las amo, paso de largo muchas veces y no caigo que son el bastón en que me apoyo y por el que puedo dar pasos sin caer, y, si caigo, levantarme. Doy gracias al cielo, Diario, por estas cosas pequeñas y cotidianas, que me hacen vivir y soñar, y, a veces, volar (18:31:41).

domingo, 20 de octubre de 2019

20 de octubre de 2019. Domingo.
ALELUYA, Y AMÉN

Peldaño a peldaño, casi tocando el cielo. Torre de la Horadada. F: FotVi

-El domingo es aleluya, y amén. Domingo, o resurrección; es decir, aleluya. Y amén, o aceptación; y la razón es que creo en lo que dicen las Escrituras. Lo creo e intento vivirlo, aunque, como diría San Juan de la Cruz, en medio de noches oscuras, lóbregas, pero de «amores inflamado». Y así, sucede que amo a Dios, con ternura, y al prójimo, como a mí mismo, con piedad. Del mismo modo que tengo, a veces, piedad de mí, la tengo de igual modo del prójimo. En mi juventud era más del dogma; ahora soy más del que, como Jesús, toca al leproso y le manda no decirlo a nadie. Es decir, soy más humano, pues, con la tierra entre los dedos, intento tocar a Dios, y se deja, como al amigo al que acaricias, humilde y con ojos de misericordia, haciéndose, Diario, como en Belén, Dios de la pobreza (18:49:42).

sábado, 19 de octubre de 2019

19 de octubre de 2019. Sábado.
LLUEVE AZUL

El azul te mira, en paz. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hoy llueve azul, pero es lluvia que no moja, solo embellece, sosiega, se hace éxtasis que eleva. Digo azul y se me llenan los ojos de libros abiertos con páginas que hablan de dicha e inocencia, de paz y claridad. En el azul vivimos y nos movemos, como el cielo en el mar o el lirio de agua junto a los lagos. El azul es el vestido de la virginidad, de la integridad, de la fidelidad. La libertad también se viste de azul. Si estos días te detienes en Cataluña, verás que nada es azul, ni siquiera el cielo que se cuela por el marco de la ventana y con el que ayudas a tu respiración, todo es color de hoguera y ceniza, de adoquín y humareda, de odio y manejo. Quieren una república, pero desordenada, sin mano ni timón; república de mar alborotado, sin tranquilidad y sin cabida para el saludo y el beso, para la expansión. No se divierten, se apedrean. Los menos; pero lo permiten los más. Como en la película Los Pájaros, en la que, de pronto, cualquier ave es un enemigo del que hay que huir: todas se han vuelto agresivas y de pico asesino, todas se tiran a matar. Me gustaría, que, en cualquier momento, Cataluña reflexionara (¿hay algún ave de rapiña que tenga capacidad de pensar?) y se acercara al que piensa contrario y le diera su amistad y su confianza, en azul. No el hedor a cosa quemada, sino el limpio azul, con el que cielo, esta mañana, Diario, me ha llovido, embelleciéndome y elevándome, por un momento, sobre todo lo que es feo y herrumbroso, como el odio, que mueve adoquines y los lanza sin piedad contra el otro, aunque sea un hermano (18:44:18).

viernes, 18 de octubre de 2019

18 de octubre de 2019. Viernes.
¿DÓNDE ESTÁ LA PAZ?

De la espina, la florecilla, como un gesto de piedad. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Creo que estamos perdiendo la capacidad de asombro, de caer en el bello cielo de la ensoñación. Nada nos impresiona: ni el fuego ni las balas, solo el deseo de sobresalir, como espectros, o de entre las llamas de un incendio o tras el caño de agua de la manguera. Vivimos, no de ilusiones, sino de aceleraciones: la aberración nos persigue. O el sentimentalismo. El sentimentalismo es la daga que mata a la razón. Y sin razón, nos invade la locura, como un río de egoísmo maligno y enclaustrado que solo sabe expresarse con furia y odio. Barcelona y otras ciudades catalanas están viviendo una diarrea perversa de sentimentalismo, que no es ternura ni piedad, sino destrucción, desolación. ¿Dónde está la paz? A quien corresponda, le digo, Diario, que así no podemos seguir, no se puede vivir del susto y la tensión continuas, de la algarada y el fuego destructor. ¡No! (18:58:59).

jueves, 17 de octubre de 2019

17 de octubre de 2019. Jueves.
PROTESTA

La belleza que se nos va, en Salinas de San Pedro del Pinatar- F: FotVi

-Digo Cataluña y se me hace una nube de llanto en los ojos. Como si me echaran gas lacrimógeno a la cara. Es un llanto silencioso, sin apariencia de llanto, pero muy triste, real. Me duele Cataluña. Ayer viajé a Torre de la Horadada, por asuntos personales, y, al contemplar el desastre del Mar Menor, me ocurrió algo parecido. Son el desplome de los sueños, de las fantasías, el tocar la nada con las manos. Mucho turismo, una agricultura desbocada, y una mala gestión de los recursos. Y los peces muriéndose en la playa, artificial. Y no de risa. Es su modo de protesta por la insidia del ser humano, por su falta de conciencia cívica. En las playas del Mar Menor no quedan más que hedor y muerte, y el desastre de una gestión fallida. Parecen cumplirse aquí los versos de Baudelaire, en Las Flores del Mal: «Ella ignora el infierno y el purgatorio ignora, / y mirará por eso, cuando le llegue la hora, / la cara de la muerte en tan duro momento, / como un niño: sin odio, sin remordimiento». Ella, la mar, el pez indefenso, a los que le ha llegado la hora, morirán como un niño: sin odio, ni remordimiento, pero yo, Diario, en nombre de mis vecinos, me estaré muriendo de vergüenza (13:17:34).

miércoles, 16 de octubre de 2019

16 de octubre de 2019. Miércoles.
ME VESTÍ DE OTOÑO

Otoño en el bosque, volverá la vida. Torre de la Horadada. F. FotVi

-Y de madrugada, el frío llamó a mi puerta y le abrí, y, ya dentro de la habitación, le di de lado, tapándome hasta la cabeza. Habían bajado las temperaturas. «Ha llegado el otoño», me dije, y me vestí de otoño, al revés que los árboles que, desvistiéndose de hojas, se protegen del invierno. Sin hojas, se hacen más simples, más esqueleto; pero esqueleto que vive en las raíces, bajo tierra, esperando despertar con flores en el paisaje estremecedor de la primavera. Ahora es el tiempo en que las hojas caen y se hacen limo en la tierra, cobijo de hormigas y, al descomponerse, nuevo alimento para la vida interior del árbol. Así es la vida, Diario, se muere para renacer. No puede haber resurrección si antes no hay muerte. «Si el grano de trigo no cae entierra y muere…» (18:42:00).

martes, 15 de octubre de 2019

15 de octubre de 2019. Martes.
LA MUJER Y LA BELLEZA

Santa Teresa, a vueltas con el idioma. Zacarías Cerezo

-Toda mujer es digna de ser admirada. Por serlo. Admirada por su la fortaleza y su grandeza en la debilidad. Y por su belleza: sobre todo la del espíritu. Esta belleza que sobrepasa en todos los casos a la otra belleza de la línea y la forma, del estruendo físico, del carmín y del tacón mirador. La mujer tiene capacidad de dar vida. Y de destruirla. Es, por tanto, germen y origen, raíz y árbol, y fruto. Y, en ocasiones, corte y frustración de este fruto. Como se ve, un poco Dios. Ayer fue el día de la mujer escritora; es decir, de la mujer que coge la pluma o el teclado, y dice cosas que hablan de luz y de sombras, de vida y muerte, de ternura e impiedad. Cosas que, dichas con elegancia de estilo, justos sustantivos y asombrados adjetivos, alegran  o entristecen, o acercan más a lo humano. Ayer, día de las mujer escritora y hoy, día de Teresa de Jesús. Teresa que fue escritora de cosas del espíritu y maestra sabia de monjas. Y anduvo entre bienaventurados y demonios, y ollas y palabras, y rogándole a Dios que no la molestara con éxtasis mientras, en la cocina, pelaba las patatas. En su tiempo, Teresa de Jesús, fue un ángel trotón que anduvo caminos intricados y se subió a la mitra de obispos y contuvo espadas de la nobleza aguerrida y filibustera. Con San Juan de la Cruz iluminó y proporcionó verticalidad, elevación, eminencia al idioma, tanto que –a través de él– le dio a la Verdad alcance, y ya en Dios –la Gran exactitud–se hizo contemplación y arrobamiento, y, con Él de la mano, descalzó a los Carmelitas y los hizo más evangélicos, más pobres, angélicos. Hoy, pues, Diario, luego del día de la mujer escritora, día de Santa Teresa, o la fiesta del Idioma y de Dios; el Idioma, en el que nos expresamos la Trascendencia y el hombre: el hombre para la oración y Dios para la bendición, en la gran fiesta del Encuentro (18:34:24).

domingo, 13 de octubre de 2019

13 de octubre de 2019. Domingo.
UN ASOMBRO MENOR

Si una luz se apaga en la noche, queda la oscuridad. Murcia. F: FotVi

-Hoy domingo celebro misa y leo la prensa, que, en bastantes casos, se asombra de que la Justicia, en dos de los más esperados casos en la que ella actúa, sus sentencias coincidan con los supuestos y deseos del Gobierno de turno. Es decir, este asombro, de cierta prensa (¿más libre, quizá?) coincide con mi asombro, que, en todo caso, es un asombro menor. Menor por ser un asombro común y plebeyo, popular. Pues suelo entrar en éxtasis –en estado de pura fascinación– si contemplo una bella puesta de sol o si oigo el ruido de la lluvia en una hoja de tilo o acacia. ¡Es tan hermoso lo cotidiano y sencillo, lo que se te da sin pedirlo! Escribe Arcadi Espada en El Mundo que –dejando a un lado otros derechos–, el Supremo ha dicho que el Gobierno tiene derecho a sacar a Franco de donde reposa «y a enterrarlo en otro lugar». Y añade: «Es una gran noticia que la izquierda entierre a Franco». «¡Gran noticia!», diría yo. Mi asombro, en este caso, se llena de silencios. Y en lo referente al levantamiento del 1-O en Cataluña, queda lo de «la coincidencia del Tribunal Supremo en sus sentencias con el socialismo es más que coincidencia» (También Arcadi). Nada de rebelión, solo sedición: lo que señaló la Abogacía del Estado. En definitiva, «la sentencia que quería el Gobierno y la que quería España». Así las tragaderas engullen más y no se atragantan, ni vomitan. Y concluye el tal Arcadi: «No veo la hora de escuchar al simpático Marchena decirle a Pedro Sánchez, a la manera de aquel Torcuato Fernández Miranda: “Estoy en condiciones de ofrecer al Presidente lo que me ha pedido”. Y añadir: “Y cuando me lo ha pedido». Un servidor los domingos, celebra misa, reza a Dios, y deja lo que es del César, para que lo resuelva el César, eso, sí, Diario, con la ayuda sentimental (e higiénica) de la Justicia (18:19:55).

sábado, 12 de octubre de 2019

12 de octubre de 2019. Sábado.
PILAR, COLUMNA

Columnas en ascensión, Priene, Turquía. F. FotVi

-Y el Pilar se hizo esperanza, expectación, columna que asciende, escalinata que sube hasta el cielo. Virgen del Pilar, decimos, y se nos llenan los ojos de cielos nuevos y el corazón de niñez acogida en el regazo y la maternidad de Dios. Y la tierra, con el cielo, también nueva. Con el nombre del Pilar, llenamos, como una eucaristía que fuéramos a comulgar, nuestros labios de Dios. Dios temblando en nuestros labios, diciéndose, amando en ellos. A un servidor le gustaría, escalando por la fe del Pilar, llegar hasta Dios, y, al fin, Diario, descansar en él (18:36:59).

viernes, 11 de octubre de 2019

11 de octubre de 2019. Viernes.
PREMIOS NOBEL

Voy a leerlo, como deber. F. De los periódicos

-Dos premios Nobel, uno dulce y agraciado, mujer, y el otro, brumoso y greñudo, hombre. Ella, Olga Tokarczuk, polaca; él, Peter Handke, austriaco. Olga dice de sí misma: «No soy grande, tengo un tamaño cómodo y estoy bien hecha…» Y de Peter es reconocido por «una obra llena de ingenuidad lingüística que ha explorado la periferia y la singularidad de la experiencia humana». Reconozco –mea culpa– que no he leído nada de ninguno de los dos; la razón: no tenía noticia de ellos. Se dice de Handke que «ha hecho de su forma de estar en la literatura un camino muy a solas». Es algo así como si fuera ocultándose tras las puertas, y de este modo es muy difícil dar con él. Casi siempre la Real Academia de las Ciencias Sueca suele decir cosas envueltas en nieblas de aquellos a los que distingue. Tokarczuk ha sido premiada –dicen– «por su imaginación narrativa, que, con su pasión enciclopédica, simboliza el traspaso de las fronteras como forma de vida». Entiendo lo de «imaginación narrativa», pero nada de «su pasión enciclopédica». Porque la pasión enciclopédica es patrimonio de cualquier escritor, por limitado que sea. Me desborda lo que quieran decir estos personajes sabios de la Academia. A lo mejor prefieren desorientarnos para meternos en la trampa del suspense, en la que no se dice la verdad, sino una mentira disfrazada de halago para que nos hagamos con los libros. Porque recibir el Premio Nobel es, durante un tiempo, Diario, un buen escaparate para la gloria y la tramoya, y el despilfarro de vanidades, donde abundan las palabras falsas, aunque, al final, caiga en la tentación de hacerme con algún ejemplar de sus obras. ¡Qué hacer! (18:04:38).