21 de octubre de 2019. Lunes.
COSAS
Cosas desapercibidas, a las que amo, en Murcia. F: Fotvi |
-Esta mañana, al
despertar, he pensado en cómo me mira, en silencio, el mundo que me rodea. Es
una mirada insistente, minuciosa, que taladra, que penetra en mí y descubre lo
que soy, hasta dar con esos silencios que quedan detrás de uno, como una sombra
que te huyera, pero estando. En el mundo
de las formas, todo te mira; las más de las veces, sin parpadeos, pero
examinándote, averiguando tus movimientos, cómo late tu corazón, cómo se mueven
tus manos, qué te alegra y qué te entristece. Me levanto y miro la mesilla,
donde están el reloj, el icono de la Virgen y una cruz, a los que, cada mañana,
toco y beso, y el Libro de las horas, el despertador. El que cuenta las horas de mi sueño. Cosas que
están ahí, y que, sin rechistar, me vigilan y ayudan, en silencio, con la
discreción del servidor fiel y cauteloso. Luego están la máquina de afeitar, la
ducha, la silla, el ordenador, los libros de la
biblioteca, que están sin parecer estar, y que, sin embargo, son parte de mi vida.
Los libros, mis maestros, los que me abren caminos, los que ponen aleteos a mis sueños,
los que me cuentan lo que ha pasado y lo que está por venir. Son mis alas de águila
con las que toco las alturas. Como ocurre con las personas que me cuidan, que siempre
están ahí, y por estar, y aunque las amo, paso de largo muchas veces y no caigo
que son el bastón en que me apoyo y por el que puedo dar pasos sin caer, y, si caigo,
levantarme. Doy gracias al cielo, Diario, por estas cosas pequeñas y cotidianas,
que me hacen vivir y soñar, y, a veces, volar (18:31:41).
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