19 de octubre de 2019. Sábado.
LLUEVE AZUL
El azul te mira, en paz. Torre de la Horadada. F: FotVi |
-Hoy llueve azul, pero
es lluvia que no moja, solo embellece, sosiega, se hace éxtasis que eleva. Digo
azul y se me llenan los ojos de libros abiertos con páginas que hablan de dicha
e inocencia, de paz y claridad. En el azul vivimos y nos movemos, como el cielo
en el mar o el lirio de agua junto a los lagos. El azul es el vestido de la
virginidad, de la integridad, de la fidelidad. La libertad también se viste de
azul. Si estos días te detienes en Cataluña, verás que nada es azul, ni
siquiera el cielo que se cuela por el marco de la ventana y con el que ayudas a
tu respiración, todo es color de hoguera y ceniza, de adoquín y humareda, de
odio y manejo. Quieren una república, pero desordenada, sin mano ni timón; república
de mar alborotado, sin tranquilidad y sin cabida para el saludo y el beso, para
la expansión. No se divierten, se apedrean. Los menos; pero lo permiten los más.
Como en la película Los Pájaros, en la que,
de pronto, cualquier ave es un enemigo del que hay que huir: todas se han vuelto
agresivas y de pico asesino, todas se tiran a matar. Me gustaría, que, en
cualquier momento, Cataluña reflexionara (¿hay algún ave de rapiña que tenga
capacidad de pensar?) y se acercara al que piensa contrario y le diera su
amistad y su confianza, en azul. No el hedor a cosa quemada, sino el limpio
azul, con el que cielo, esta mañana, Diario, me ha llovido, embelleciéndome y elevándome,
por un momento, sobre todo lo que es feo y herrumbroso, como el odio, que mueve
adoquines y los lanza sin piedad contra el otro, aunque sea un hermano (18:44:18).
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