sábado, 15 de febrero de 2020

15 de febrero de 2020. Sábado.
CENIZAS

Chispazo entre las nubes, fuego. En Murcia. F: FotVi

-Ya es sábado; otra vez sábado, como una repetición del fuego. El día puede ser distinto, pero el tiempo siempre presenta el mismo rostro: el de la huida. Como las llamas del fuego que se presentan como queriendo salir de sí mismas hacia ninguna parte. Bullen, se afanan, pero quedan amarradas al tronco que les da vida. Hoy se cumplen 75 años de la destrucción de la ciudad alemana de Dresde. La Florencia del Elba, la llaman. La belleza era su seña de identidad: el arte y la cultura la adornaban de un ambiente sabio y distinguido. El río Elba lamía sus raíces. Y no dividía, los puentes hacían de abrazo entre sus orillas. Ejemplo: el grandioso puente de Augusto. Pero llegó la guerra y, ya al final, la bombardearon sin piedad. El fuego la consumió. Así es el tiempo, Diario, como un fuego que todo lo arrasa, sin misericordia, sin paz, deslumbrante, mientras acumula ruina y cenizas, melancolía (18:05:01).

viernes, 14 de febrero de 2020

14 de febrero de 2020. Sábado.
LECTURA

A la soledad, a veces,solo la visitan las palomas del parque. F: Periódicos 

-He empezado a leer la novela Las historias de Marta y Fernando, de Gustavo Martín Garzo. No la había leído porque no suelo leer los premios literarios, la mayoría son solo intereses editoriales y mentiras literarias. Esta ganó el Nadal, y fue –ahora lo descubro– como si hubieran revelado el negativo de una maravillosa foto. La foto sencilla y dulce de las peripecias de una pareja de nuestros días, sin grandes complicaciones argumentales o lingüísticas. Pero hermosa. Como lo es toda vida que se mueva entre el cariño y el trabajo, entre el humo del café de la mañana y el descanso de la noche, donde se dan cita la luz y las sombras del amor, entre las sábanas. Seguiré leyendo, como la hormiga que sigue, salvando dificultades, con su brizna de tamo de trigo en las pinzas de su boca hasta depositarla en el silo repleto del hormiguero. Seguir leyendo historias, Diario, es hacer de la vida un cuento terrible donde van y vienen hadas, y bellas durmientes que viven en el beso de un príncipe, y el mago de Hoz, en el que hay espantapájaros que hablan, un león cobarde o un mago feroz con una cabeza de fuego y humo. Es decir, la vida y sus fantasmas, con sus ángeles (19:11:53).

jueves, 13 de febrero de 2020

13 de febrero de 2020. Jueves.
POR LAS MAÑANAS

Contar la historia del agua, en los libros. Varsovia. Polonia. F: FotVi

-Siempre que abro los ojos por las mañanas, cuando despierto, tomo conciencia de dónde estoy, para un poco más tarde, dar unos pasos y, de este modo, saber que camino. «¡Puedo caminar!», me digo, con la alegría de una bandada de pájaros; y doy gracias. Luego me sigo analizando y compruebo que pienso, y que soy capaz de escribir unas líneas, y de sonreír, y vuelvo a dar gracias. En lo único que fallo, es en el pasear: dar muchos pasos me cuesta como si llevara tiempo, es decir, años, en los bolsillos, porque los años son más pesados que el plomo. Revelación: los años pesan más que el plomo, en las piernas. Pero no en el interior, donde surgen las ideas como destellos y los latidos como el cuentapasos del amor. De cada latido que siento me nace un verso, verso que a su vez me pide entrar en un libro, donde acaba depositado todo lo trascendente, desde el «hágase la luz» de Dios, hasta la teoría de la relatividad y la mecánica cuántica. Sin libros no habría memoria del mundo, ni de sus heroicidades y tragedias, ni de sus momentos de humor y ternura, nos sentiríamos huérfanos de luz y experiencia; y de este modo, Diario, como una bocanada de humo después de aspirar un cigarrillo, se difuminarían todos los sueños que han hecho posible la vida. Solo quedarían del hombre los huesos pelados, como despojos silenciosos, fríos, y sin nada que contar (18:43:45).

miércoles, 12 de febrero de 2020



12 de febrero de 2020. Miércoles.
LA ANTESALA

Siempre queda la esperanza. Paredón. En Auschwitz. Polonia.

-La vida pasa y, conforme pasa, la cuchilla de su paso va dejando sin suelo sobre el que pisar a los que le siguen. Y es una cuchilla voraz, insaciable. La llaman muerte, pero bien podría llamarse destrucción, exterminio, o tal vez interrogante. El sublime y turbador interrogante de después de la muerte. Interrogarse es dudar, acariciar, quizá soñar, o simplemente tocar, como experiencia, otra vida. Morir no puede ser la nada: el vacío. Sería demasiado cruel, además de demasiado sencillo. Decía Camilo José Cela que la muerte es dulce, lo cruel es la antesala. Y, después, los interrogantes que deja. Mas yo estoy con Platón, que habla de la muerte como algo que se precipita sobre uno y hace que lo mortal se extinga, se apague, pero el «principio inmortal», el alma, dice, se retira y se aleja de uno sano y salvo. Es como si al morir dejaras al otro lado de la muerte lo material, lo basto, lo que estorba y te fueras, con la inmortalidad puesta, hacia una nueva vida, luminosa, donde se hallan, Diario, el mundo de las ideas y de la trascendencia: la Divinidad (19:15:03).

martes, 11 de febrero de 2020

11 de febrero de 2020. Martes.
LA SOMBRA DEL SABIO

La sombra y la luz, avisando, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Se me aparece la sombra del Sabio y me dice: «Hoy, no metas la pata». Y, como ha venido, se va: siendo sombra y envuelto en una sonrisa amable, pero ensombrecida. Si hablan un lenguaje cordial y cercano, entendible, yo siempre respeto a los Sabios, aunque sean sombra o apariencia. Porque las sombras, como el silencio, o la luz, a veces, hablan. El Sabio, que no siempre va revestido de un cuerpo visible, se manifiesta, en ocasiones, como la luciérnaga: con un poco de luz que avisa del precipicio que se abre a tus pies, o del árbol del que no te has percatado. «No metas la pata», me ha dicho la sombra del Sabio; o sea, mi Conciencia, y yo, Diario, durante todo el día, he ido celosamente mirando donde pisaba, con los ojos del cuerpo y sobre todo con los del alma, y la advertencia de la sombra del Sabio y Dios me han ayudado, y no he metido la pata. Creo. ¿O, si? (19:28:41)

lunes, 10 de febrero de 2020

10 de febrero de 2020. Lunes.
NINGUNA GUERRA ES SANTA

Más que cualquier ideología. Murcia. F: FotVi

-Si el odio se arma de ideología, es terrible, lo mismo que la religión. La yihad musulmana no es más que una religión ideologizada. Es por eso que convierte en sangre todo lo que estime que es contrario a ella. También las cruzadas cristianas de los siglos del XII a finales del XIII; es decir, 200 años de guerras y enfrentamientos viles y rabiosos. Deus vult: «Dios lo quiere», clamaba el pueblo cristiano, embrutecido por la ideología y olvidando el mandato de Jesús: «Amaos los unos a los otros, como yo os he amado». Este conflicto no trajo más que persecuciones y matanzas, de uno y otro bando, hasta hoy. No son las religiones o los partidos los que matan, son las ideologías que drogan y denigran a quien las bebe. Menos mal que el cristianismo dejó de ser ideología, y decidió, como un pan partido y compartido, predicar el evangelio, sin iras y sin revanchas. En la mesa de la hermandad. El amor no entiende de guerras, aunque le pongamos el mote de santas. Ninguna guerra es santa, solo el Amor es santo. Y en él bebe el evangelio su sabiduría. Una florecilla del campo es más que cualquier ideología. Dios está en la religión, pero no en la ideología. Dios, Diario, está más allá de cualquier ideario. Dios se hace luz en la misericordia, en la gracia, la dádiva, la piedad, en el amor… (18:33:03).
9 de febrero de 2020. Domingo.
EL ARO DEL SOL

El aro del sol, amaneciendo. Murcia. F: FotVi

-Domingo, y el cielo coronado por el aro del sol: como el viril de una custodia pagana de luz. En un día así, todo se hace redondez, infinitud: el día, la Luna de Nieve, el ruido, el silencio. Todo esférico, globular, como la naranja o el mundo. O la gota de agua y el grano de polen: el que carga la abeja y, con dedicación laboriosa, lo hace miel. Todo lo redondo es libertad: pues, en su superficie no hay donde esconderse. Si miras al norte, libertad, si al sur, libertad, lo mismo que al este o al oeste. Yo, cuando rezo, veo a Dios esférico, y lo veo libertad (redondez) en el amor. En su presencia, Diario, no hay donde esconderse (de su amor), siempre es mirada y bondad, inspiración y aliento, y vida que no acaba. Dios es el círculo que siempre acoge, y nunca apresa (19:36:08).

sábado, 8 de febrero de 2020

8 de febrero de 2020. Sábado.
EL TREN DE LA VIDA

Amanece, que no es poco. Murcia. F: FotVi

-Los días pasan a una velocidad de vértigo, como un viaje ilusionante (y en ocasiones triste) en el tren de la vida. Cada vez que despiertas y te da la luz en los ojos, y te sabes respirando, y con cosas que hacer, y proyectos que andan por tus  sueños, el viaje es ilusión, y todo a tu alrededor entonces es paisaje, conquista, vocación por tocar el porvenir. Tocar el porvenir: como se toca la luz, o el amor. Con el corazón excitado, produciendo latidos fuertes, y la mirada abierta y tan ancha como todo el horizonte, con su nube y su mirlo, y su infinitud. Pero hay días en que todo esto se tuerce, y llega la tristeza, como si mordieras el agrio del limón. Las ilusiones se te van cayendo como un castillo de naipes, y la esperanza no ve luz por ninguna rendija del espíritu. Todo es oscuridad, y barro. No son los años, sino la desidia de muchos, el no querer ver la pobreza ni el llanto del otro. Leo un informe del Relator de la ONU para la Pobreza Extrema y los Derechos Humanos en España, y me invade el pesimismo. Dice: «Hay lugares –en España – con peores condiciones que en un campo de refugiados». Y añade: «España está fallando a los más vulnerables y no se toma en serio los derechos sociales». Pero, sin embargo, acaba alabando «la joya del sistema de salud y el buen nivel de las pensiones». Es decir, en un café muy amargo, un terrón de azúcar. Esto es lo que me entristece: el sufrimiento del ser humano y la tibieza de los poderes públicos en dar solución a los problemas. Entre tanto, crece la ralea de ministros y ministrillos, sorbiendo, como abejas sin control, el erario público. Y una pregunta: «¿De qué nos sirven tantos ministros y ministras?». Sin embargo, con José Luis Cuerda, yo diría, Diario: «Amanece, que no es poco». Y con Dios, en el umbral de mi alegría (17:58:35).

jueves, 6 de febrero de 2020

6 de febrero de 2020. Jueves.
CONTEMPLACIÓN

Belleza, tras la lluvia, en el olivo. Torre de la Horadada. F. FotVi

-Me pongo manos a la obra y, después de mucho pensar y darle vueltas al tema, por fin hallo la palabra y la escribo: contemplación. Y ya de paso, observo los sinónimos que acumula esta singular vocablo: reflexión, embeleso, mirada, ensimismamiento, acecho… Sinónimos que siempre miran hacia el éxtasis, hacia el vértigo espiritual. Hasta que te das con la Trascendencia. En la que, si caminas por ella con espíritu avisado, puedes dar con Dios. Es decir, contemplar y, en la contemplación, hallar al que está «sin parecer estar». Dios se encuentra en tus manos, si se dan; en tus ojos, si miran con piedad; en tus pasos, si acompañas al necesitado; en tus pensamientos, si miras todo con amor. «Amo todo por ver si me sale un verso», decía el poeta. Pues yo digo: «Amo todo por ver si toco a Dios». Y, así, dejo el campo abierto a la fe para que dé con Él, y, si lo encuentra, lo ame en cada cosa; cosa que, aunque pequeña, Diario, comunique belleza (19:01:03).

miércoles, 5 de febrero de 2020

5 de febrero de 2020. Miércoles.
UN BORRÓN PARA VIVIR

Encender una cerilla, para ver. Cueva de Cerovacke, Zadar. Croacia. F: FotVi 

-Ayer, un sol clamoroso; y hoy, un día gris y pálido. Casi cadáver. Ayer el día aparentaba oro de muchos quilates. Hoy, aparece como una anchoa en vinagre. Desmayado y triste. Escribía en Vida Nueva Juan Rubio, sacerdote y periodista: «En un mundo en el que las tinieblas afloran, lo que hay que hacer encender una cerilla. No lamentarse». Encender una cerilla; es decir, dar luz a tu entorno con tu vida, con los gestos iluminados de tu quehacer diario. Y así, en esta habitación sombría que es la sociedad, tu vida irradiará luz, la necesaria para conseguir que no se den pasos en falso y que nadie pueda caer. La cerilla, Diario, es el bastón del vidente, del que aun teniendo ojos, no ve, del que se mueve en un borrón y vive en él, sin esperanza, sin expectativas, sin sueños en los que cabalgar, sin otra montura que su propio egoísmo y ruindad: terrible decadencia (18:04:39).

martes, 4 de febrero de 2020

4 de febrero de 2020. Martes.
FASTIDIO

Soñando música, Chopin. Parque Łazienki. Varsovia. Polonia.

-Abro la ventana y se me llena la habitación de azul y sol; algo parecido a lo que debe sentir un pez, en el mar abierto, al abrir el día. Azul y vida, pues, en un cuatro de febrero amable, primaveral, que invita al bostezo. Mientras me afeito, pongo la radio, y el bostezo, como las manos de un ciego cuando va a andar, se me ensancha: hablan de política. Aburrimiento. Ayer se abrió la nueva Legislatura, habló el Rey a las Cortes y todos parecían escucharle, pero después la mayoría, sospecho, se pasará sus palabras por el forro de sus antojos, o intereses. El Rey ha dicho: «España no puede ser de unos contra otros. Debe ser de todos para todos». Frase para reflexionar en paz y con calma. No con la bilis, ni la acritud del que destila odio por el colmillo. En Suiza se suele decir: «Uno para todos, todos para uno». Lo mismo que en Los tres mosqueteros del escritor Alejandro Dumas. Es una frase de defensa y protección, de altruismo y confianza. Antes, los independentistas habían leído un manifiesto conjunto. Un tal Rufián –en el apellido se exhibe su excelencia intelectual y ética– había dicho: «El rey no me representa». Ni a ti ni a nadie, chaval. El Rey, en una democracia parlamentaria, simplemente está, como símbolo, como paradigma, es el que arbitra y modera, y nunca pone ni quita nada. Luego Rufián y los suyos han dejado el Parlamento y se han marchado. Sin embargo, a final de mes irán todos a cobrar sus salario, ufanos y sin hacer ascos a la pasta. Que la pasta es la  única patria de algunos. Lo dicho, Diario: fastidio, náusea, asco. Pero, al fin, me repongo y sigo haciendo lo de cada día: trabajar, soñar, hasta «darle a la caza alcance» (San Juan de la Cruz); ah, y rezar, no «unos contra otros», sino «todos para todos», evangélicamente (19:01:41).

domingo, 2 de febrero de 2020

2 de febrero de 2020. Domingo.
LEY, PROFECÍA Y LUZ.

Luz y cruz, signo de contradicción. Iglesia de los Dominicos. Viena. F: FotVi

-Hoy, en la Iglesia, en su liturgia, con la ley y la profecía, es la fiesta de Luz. Primero la ley, que impulsa a los padres de Jesús a ir al templo, para ofrecer a su hijo primogénito a Dios. Todo judío es fiel cumplidor de la ley, pues es creencia generalizada que estas leyes provienen directamente de Dios. En la ley, habla Dios: expresa y expone su voluntad. Luego, la profecía, reconocible en el santo Simeón y en la anciana Ana. Ambos hablan de Jesús como el Salvador. Simeón dice: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador». Santo Romano el Meloda, poeta del siglo V, dice: «El Incontenido se hace contenido en brazos de un viejo». El Incontenido, es decir, el invisible, el que carece de materia, el que es espíritu, se hace cuerpo de niño en el seno de María y de este modo es llevado al templo, donde Simeón lo coge en brazos y lo hace profecía: será «Luz»; y para muchos, Diario, signo de contradicción;o sea: irradiará paz, justicia, amor, desde una Cruz, pero bienes estos que muchos no aceptarán (18:22:09).

sábado, 1 de febrero de 2020

1 de febrero de 2020. Sábado.
TEMA DE QUIMERA

La arena se hace Nacimiento, en Playa de Las Canteras. Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi

-Como una cascada inmensa, llevándose el tiempo por delante, así se precipitan los instantes, los días, los meses, los años. Se llevan el tiempo y la vida, y los sueños. Con el tiempo, los sueños cada vez se hacen más endebles y contenidos, más escasos. Es decir, menos viajeros. En la juventud, los sueños corren con la rapidez del ave correcaminos, y todo es tema de quimera: el viajar, el escribir, el leer, el poseer, acabar la carrera, hacer amistades: todo es objeto de posesión, de sumar, es la necesidad juvenil de acaparar cosas, desde conocimientos a libros y tantos objetos muchas veces innecesarios. 1 de febrero ya, Diario, y todavía me parece sentir la claridad de aquella noche en que todos cantamos, y reímos, porque Dios, como rocío llovido del cielo (Isaías), nos había nacido en Belén, sin estruendo, sin ruidos mediáticos, con solo la humildad de lo divino, y sus padres, y el silencio, y unos benditos animales: asombrados (18:51:35)

viernes, 31 de enero de 2020

31 de enero de 2020. Viernes.
PRIMERA MUESCA DEL AÑO

El candor de lo que empieza, en el jardín. Torre de la Horadada, F; FotVi

-Lo primero que hace un niño al nacer es llorar, su primer lenguaje, y, tras percatarse del olor a madre que le rodea, olor a ternura, dormirse; luego, llegan las palabras, y con ellas, el amor, el decir, el asombrarse ante el rumor del insecto o el esplendor de la luz, y el ser libre. ¡Ay, ser libre! Y también, si a este niño no se le hace ver que el bien, a la larga, es más rentable, espiritual y socialmente, hacer el mal. El bien, que casi siempre viene apoyado en la fe, que es esperanza y religión; o sea, hombre esperanzado y religioso (religiosus: «escrupuloso») no por estar el hombre atado a Dios, sino por ser persona que no se comporta a la ligera, sino cuidadosamente, con el cuidado de serle fiel, útil, a Dios y al próximo. (Ortega). Cuando pones a Dios en tu horizonte, como meta, como iluminación, tus actos se forjan más en la pureza que en el libertinaje, más en la claridad que en la sombra o la veladura. Hoy, 31 de enero, primera muesca del año, y, cuando se acerca el fin, vuelvo a mi niñez, aquel tiempo en el que solo era mirada y asombro, y, en la escuela, Diario, niño que aprendía, revoltoso principiante, buscador de cosas admirables, como Dios o las estrellas, en el silencio (18:01:34)

miércoles, 29 de enero de 2020

29 de enero de 2020. Miércoles.
PARA QUE DIOS RÍA

Entrando en mi interior. Basílica de San Juan. Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Los días se suceden con la monotonía del verso, de la lectura, de la plegaria, y, si me dejan los ruidos de la calle (y de la conciencia), de la contemplación. Y es que como decía Unamuno: «Quien deja de palparse el alma, no sabe dónde la tiene». Y un servidor cada día trata de palpar ese rincón en el que solo puedo entrar yo, y mis silencios. Para contemplar lo bueno y lo malo, lo luminoso y lo oscuro, lo bello y lo repulsivo. Entrar y, tras ver lo que soy, salir reconfortado, aunque siempre con dudas. El alma: o ese templo, esa música, esa intimidad donde Dios habita, sin apenas hacerse notar, con la delicadeza del Padre que, desde la piedad y la misericordia, cura heridas. También, con ternura de madre, la de la mano en la frente y la calma al hablarte. Y así paso los días; es decir, de lo externo a lo interno, y de ahí, desde el alma, a la vida, en la que leo, hago versos, lloro, amo, pido perdón, y, ante todo, doy gracias. Es mi desahogo con Dios de todos los días, Diario; días en los que también río, para que Dios ría conmigo y rompa así el protocolo celeste, que debe ser bastante aburrido, aunque Santo Tomás diga que no, y yo... lo crea (18:39:38).

martes, 28 de enero de 2020

28 de enero de 2020. Martes.
PIENSO EN AUSCHWITZ

Escuchando la barbarie, en Auschwitz. Polonia. F: FotVi

-Y el sol ha vuelto a dar la cara, su cara de luz y caramelo. El día con sol es como un niño feliz saboreando un chupachup. Todo centellea, todo reluce. Hasta paseas con otro brillo en los pies, y en los ojos. Un servidor camina y piensa, y no dejo de contemplar todo lo que ocurre a mi alrededor. El cisne que nada en el río, la paloma que picotea en el suelo, el anciano que cada dos o tres pasos tiene que detenerse y respirar. Todo lo contemplo con ojos de niño, asombrado. «Es la vida», me digo, y, sin embargo, pienso en Auschwitz, donde, al practicar la maldad contra la familia humana, se conspiró y se hirió a Dios. Auschwitz es el lugar donde sangraba el odio, donde se destruyó lo más cercano al hombre: la vida. En este lugar, como anunció Nietzsche, Dios fue eliminado en la tormenta de ira del corazón de muchos alemanes y de todos los que, conociendo lo que allí ocurría, miraban para otro lado. Y así, de un modo pavoroso y retorcido, fueron humilladas la vida y la muerte. Pues la vida y la muerte de las personas se convertían en volutas de humo, en oscuras cenizas que salían de los hornos crematorios sin rostro ni apellido, cenizas que servían para alimentar las florecillas de una maceta o para pisarlas en las calles de aquellos campos de extinción. En Auschwitz, Diario, quedaron exterminadas la moral, la ética, la estética, y, en el hombre vilipendiado y envilecido, pisoteado Dios, escarnecido, y otra vez crucificado (10:59:36).

domingo, 26 de enero de 2020

25 de enero de 2020. Sábado.
ME RESCATO

Albatros abrazando espacios. F: Google

-A pesar del frío, pongo las manos en el ordenador e intento escribir. Y es que escribiendo, me libero. Y, con la línea escrita, me viene el alborozo, la alegría: me rescato. Decía Santo Tomás: «Cuando empecé a pensar, ya sabía que existía». Y yo digo: «Cuando empecé a escribir, ya sabía que existía la angustia». La angustia de no poder seguir una línea que he empezado, o la de no culminar la definición de un pensamiento que trajina en mi cabeza. Hay veces que se agolpan en tu cabeza las ideas, pero también el vértigo de no poderlas expresar. Y esto duele, y, si no reaccionas, te va destruyendo, pues como dijera Baudelaire en su poema El Albatros: el Poeta «exiliado en la tierra, y sufriendo el griterío, / sus alas de gigante le impiden caminar». El poema El Albatros es todo él una metáfora. Esta ave –el Albatros–, espléndida y solemne en el aire, es, sin embargo, torpe y desvencijada en tierra. Digna de lástima. Es lo que lamenta el poeta (Albatros de la sociedad), que en el cielo extiende sus alas y vuela espléndido de luz y gracia, pero en tierra se siente «exiliado» y resiste el «sufrimiento» del «griterío» obsceno y necio de la masa amorfa y, en muchas ocasiones, sin ley. Es esta la razón, Diario, de que cada día intente escribir, con frío o calor, con ganas o sin ellas, en libertad, sobre lo que veo y pienso, y –con Dios al frente de mis sueños– lo que sueño (11:46:51).

viernes, 24 de enero de 2020

24 de enero de 2020. Viernes.
DE LESA HUMANIDAD

El leer y la luz, o la escuela. F. REA

-Hoy siento que el sol no venga a leer conmigo, y lo lamento: es un luminoso y refinado amigo de lectura. Mientras paso las páginas de los libros, él se asoma por mi hombro y lee. A mi par. Luego se va: tiene que seguir su órbita e ir deteniéndose en todos los lugares donde lo esperan. Está nublado. Digo esto, porque hoy es el día de la Educación. También pasará por los aquellos lugares donde no es posible esta educación: o causa de la guerra o porque hay que trabajar o porque no hay escuelas. Leo: «62 millones de niños y jóvenes están sin escolarizar en el mundo». Un pecado de lesa humanidad. Una carencia irreparable y pavorosa. Recuerdo que en casa, con mis padres, se me abrió el camino de las palabras –me asombraba el poderlas tener en la boca y luego decirlas– y, más tarde, en la escuela –Sor Matilde instruía– el destello de leerlas y el escalofrío de escribirlas. Con cada letra que escribía, sentía que iba dibujando mi corazón, unas veces triste y otras, eufórico. Pero el corazón, como sorpresa, como un acontecimiento vital. De ahí, Diario, que ahora sienta esta carencia en otros niños: la de poder ir a la escuela y descubrir el sabor de las letras en la boca y el vuelo de libertad que es poderlas leer y decir en perfecta sintonía con los sentimientos y el lenguaje, y siempre tocando y poniendo alas a la ensoñación, y a la vida (18:29:55).

jueves, 23 de enero de 2020

23 de enero de 2020. Jueves.
LUGAR DE MUERTE

Así nace la luz en el erial. Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Enfermizos, mataban por odio, por lealtad al sentimiento, dejando la razón a un lado, por vocación de asesinos. A sangre fría, con toda la ira puesta en el gatillo de la pistola que apuntaba a la nuca. Ira que se convertía en sangre, en los ojos de los asesinos y sobre la mesa de los bares, o en la calle, en el descampado, en casa, o al ir al trabajo. Cualquier lugar era lugar de muerte. Hasta una casa cuartel donde había niños, que jugaban con la inocencia en los ojos y en las manos. No les importó: activaron el dispositivo y explosionó el coche-bomba. Se marcharon riéndose. Hoy se cumplen 25 años de la muerte de Gregorio Ordóñez en el bar La Cepa de San Sebastián. Entonces, nadie se movió: unos movían el árbol y otros recogían las nueces. Dijo Arzallus. Unos mataban, otros hacían como que no veían, y los más sufrían. Ahora, su mujer Ana Iribar, 25 años después, celebra que se vaya a poner una placa en el bar donde fue asesinado Gregorio Ordóñez, para que así «las nuevas generaciones sepan que en ese bar fue asesinada una persona que representaba a miles de ciudadanos». Era concejal del Ayuntamiento de San Sebastián. Por eso digo que hubo muchos ciudadanos en el País Vasco que lloraron su muerte, seguro que menos de los que debían. Pero los hubo. Yo, Diario, he rezado una oración por él y por los que, como él, murieron a manos de esos carroñeros feroces  y cobardes de la política (18:22:28)

miércoles, 22 de enero de 2020

22 de enero de 2020. Miércoles.
ES MI ONOMÁSTICA

Despedida del sol, en Murcia. F. FotVi

-Sigue el cielo cubierto y frío, lamiendo mis entrañas. Aunque el sol escarba en las nubes para intentar desprenderse de ellas. El sol y las nubes: o la guerra entre la luz y las tinieblas. Parece que esta vez triunfa la luz. El sol ha roto la cortina gris de las nubes, ha entrado en mi habitación y me ha dicho: «¡Felicidades!», y se ha puesto a leer un libro. El sol es muy culto, además de educado. Siempre que sale, pasa a mi habitación, toca los libros, elige uno, lee unos párrafos, y se marcha. Es el peregrino más famoso que he conocido: cuando sale, camina, es luminaria, ríe, llora, descansa, bebe, y sin manos y sin pies, corre y, en el ocaso, dice adiós al marchase. En verano es ardiente, es como un alacrán furioso, suda desierto; en invierno, inclinado hacia el este, es lumbre que no quema, solo rescoldo que arde sin ira, como un tigre amaestrado. Él siempre es luz; salvo cuando, por un momento, lo tapa la luna, y se le ve como en una sala de fotógrafo, contenido y sin fuego. Entonces se le llama eclipse de sol, y da una luz negra, con ribetes de fragua. Eclipse quiere decir: «desaparición», «abandono», como cuando te deja un ser querido. Hoy, después de días de lluvia, el sol ha salido para felicitarme: es mi onomástica: San Vicente, que fue abrasado en una parrilla en ascuas. Quizá, Diario, haya salido el sol para darme los días, leer un poco conmigo, y luego, feliz, irse por el acantilado del ocaso, donde está el nuevo día, al otro lado del horizonte, dejándonos la noche y los ensueños (18:53:31).