12 de diciembre de 2022. Lunes.
REY MIDAS DE SUEÑOS
REY MIDAS DE SUEÑOS
-He estado un poco resfriado: con tos de carraspeo, una leve llovizna en la nariz, y torpeza en la cabeza; pero ya empiezo a estar normal, que en mí es una especie de maravillosa anormalidad. Y es que esperar me va más que poseer, porque siempre sueño imposibles, que me hacen estar alerta –y feliz– en todo momento. Estar alerta por si de pronto viene otro rey Midas distinto, que convierta en oro la pobreza, en amistad la discordia, y en paz la guerra. Un rey Midas para el que valgan más los sueños que los deseos, y más la mirada de un niño que todos los paisajes que pudieran caber en ella. ¡Siempre con el asombro en su mirada! En las miradas de los niños siempre hay alguna libélula que es hada o un enanito que besa a Blancanieves y que, sin que tenga que intervenir el príncipe, la despierta de su mal sueño. ¿Os imagináis al enanito el Tímido recibiendo, luego de su letargo, el beso de Blancanieves? ¿O al Mudito? Lo dicho: empiezo a estar normal, que, en mí, es entrar –sin dármelas de nada– en una maravillosa anormalidad: la de esperar contra toda esperanza, la de no irritarme por –casi– nada, ver partículas de bondad en lo que el mundo me dice que está podrido; es decir, poner evangelio allí donde solo hay corazones cerrados, egoístas, torpes y cegados: y, con todo trasformado, Diario, ver si puedo tocar la paz (12:59:05).