25 de noviembre de 2022. Viernes.
MI ESPERANZA
MI ESPERANZA
-No es culpa de la
democracia, sino de los que se aprovechan y se nutren de ella. Como el buitre
de la carroña. Los hay vestidos de democracia, pero desnudos de pudor. Si en
democracia no se cumplen las leyes, ¿dónde está la razón de ser del invento? ¿La democracia es un río revuelto con ganancias de ciertos pescadores o un río
canalizado por el que a cualquiera le es posible navegar con los mínimos
sobresaltos posibles, si respeta las leyes? Pues un señor
llamado Sánchez dice que no, que la democracia es él. Nada parará su proceso de
descomposición del estado. Las Leyes que ayer aprobaron el sanchismo,
independentistas y filo etarras van en esa dirección. Como se ve, para los que
viven y trepan por la política, quizá haya leyes, pero no «ética”. Golpe al poder
legal del estado. La ley la cumple el
plebeyo, pero no el sátrapa, que impone sus veleidades. Pero desempolvando a
Aristóteles y ante este desvarío político del presidente y sus ariscos conmilitones,
¿en qué categoría entrarían estas irresponsables carcomas de la Constitución,
en la de bestias o la de dioses? Es la calificación que él da a los que,
saltándose las leyes a la torera en una sociedad democrática y civilizada, son
incapaces de participar en proyectos comunes y solidarios, sin iras y sin
furias. No saben convivir. La bestia y el dios pagano viven aislados: no son
sociables. Se bastan a sí mismos con sus arrogancias y sus miedos, dice. Menos
mal, Diario, que Dios, el trino, el familiar, el que ama y es amado («Dios es
amor», dice san Juan), no se cansa de ser providencia; es decir, Esperanza (17:36:02).
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