martes, 29 de noviembre de 2022

29 de noviembre de 2022. Martes.
LOS DEDOS COMO SUEÑO

Escribiendo su ADN en la rosa, en el jardín. Torre de la Horadada.

-Me miro los dedos y se me hacen baile (un bailable) ante los ojos: son dedos de magia y prestidigitación, o eso veo yo, y de sombreros de copa, en circos infantiles, de los que salen chorros de palomas imposibles y conejos con orejas alertas; me miro los dedos y se me hacen músicas de Johann S. Bach en fuga por las teclas del órgano, acorralando a la armonía para que, escapada del artilugio de tubos y fuelles, se haga, por inabarcable, cosa excepcional en el mundo de los sonidos, como las utopías: las utopías suenan siempre más allá de la realidad, en el más lejos todavía de todas las cosas. El dedo, los dedos, los que modelan y señalan, fueron sueño en la mente de Steve Jobs y se hicieron realidad en su Apple Iphone, el teléfono móvil. Bach creó música para ser dicha con los dedos; Jobs, valiéndose de los dedos, creó comunicación, redujo la esfera terráquea del saber, la comprimió e hizo que se pudiera remover el mundo de la información en el frágil rectángulo del Iphone, con la sencilla palanca de un dedo, que esta vez sí fue suficiente para mover el mundo. Se da la dedada y se abre el saber que encierra el ser de todas las cosas, y sus contornos, con sus notas de sociedad y sus músicas, y sus risas y sus llantos, la vida toda, aun la de los arrabales. Tener el mundo de la comunicación y la sabiduría, todo, en un artilugio que cabe en una mano, con un dedo artífice de ensueños, que hace las delicias de los sentidos, es, Diario, un milagro de la técnica y de los sueños del hombre. Aunque algo habrá de Dios en ese milagro, como el gran soñador que él es: Él soñó y realizó –y compuso– la creación, con solo decirla, decía la palabra «Hágase» y surgía la luz y todo lo que ella ilumina, los infinitos mundos grandes y pequeños, bellos y feos, todo, hasta el bosón de Higgs, todo (12:48:35). 

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