martes, 24 de marzo de 2015


24 de marzo de 2015. Martes.
MARTES Y 24
 
Modesto homenaje, en el jardín. Víctimas accidente avión en Alpes franceses. F: Fotvi
 
-Hoy es martes y 24 (no 13) y la lluvia vuelve a amenazar, pero sin caer. Si fuera martes y trece, quién sabe los chuzos de punta que caerían. Pero casualidad que sólo es martes y veinticuatro, y me temo que sólo lloverá en la mente isobárica del meteorólogo de turno. Con todo, como Dios aquel día que se encontraba raro y pensó ir al teólogo -viñeteó Mingote -, aquí en el sureste, el tiempo debiera ir no al meteorólogo sino a la realidad, tan terca en no llorar sus lluvias ni siquiera haciendo añicos los anticiclones más severos, que las impiden. Y estaba escribiendo estas líneas de amor y odio de la lluvia con nuestra región, cuando leo que se ha producido otra tragedia, una más, la de cada día, que nos hace estar siempre alerta ante el dolor. Un avión se precipita en los Alpes en la Alta Provenza, en Francia. Ciento cincuenta muertos. (Entre tantas vidas cortadas, dos bebés y sus madres, y catorce jóvenes estudiantes). El dolor no reposa, no da tregua, es un animal que no cesa de intentar morder y lo logra, tantas veces. Nunca hay dicha total. La felicidad es sólo un fragmento terrible en nuestras vidas, que siempre cede el paso al sufrimiento. Fragmento, y terrible, porque no dura, y porque toda felicidad es un mal acostumbrarse, como un ir de copas, quizá, y caer luego en la hiel de la resaca. Gozas, ríes, y de inmediato se te aparece el diente encendido y execrable del dolor, que arde al morder. Pesar y oración, Diario, o una pequeña luz en la tiniebla de la desesperanza. «¿Cuándo se nos otorgará el privilegio de respirar aire fresco?», pedía Ana Frank en su Diario, antes de morir en Auschwitz (21:01:31).

lunes, 23 de marzo de 2015


23 de marzo de 2015. Lunes.
LIBROS
 
Sueños, en una parte de mi modesta Biblioteca. F: FotVi
 
-En casa no había más libro que el Devocionario Católico de madre: Santa Misa, oraciones, novenas, triduos y otras devociones. Fue el primer libro que abrí y al que, precavido, toqué sus hojas; madre lo abría, fijaba la vista en él y movía los labios. Yo lo abrí, pasé el dedo sobre las letras en hilera, y moví los labios. Me llamaron la atención aquellas cosas tan pequeñas (como bichos en fila) que, según madre, decían cosas. Manchas pequeñas (todas distintas) que decían cosas y hacían mover los labios a madre. Yo me quedaba absorto mirando a madre; ella miraba el libro y movía los labios. Yo entonces -cinco o seis años, o menos, quizá menos-, no sabía que a lo que madre hacía se le llamaba leer, por lo que yo abría el libro y, como ella, miraba y movía los labios, pero sin leer. Un día le dije: «¿Por qué mueves los labios cuando abres el libro?» «Muevo los labios -contestó-, porque leo», y no entendí. «¡Porque leo, leo!», repetía yo, y se me quedó bailando en los oídos aquella respuesta; mover los labios es leer y yo movía los labios y creía leer. Luego supe que leer era otra cosa. Me lo reveló una monja llamada Sor Matilde, en Molina; recuerdo: señalando con el dedo, me decía: «Esto es la a y esto la m», y así fui aprendiendo. Hasta que supe que la m con la a, hacía ma, y una ma con otra ma, hacían mamá. Y así, con este bagaje, fui a casa y dije: «¡Mamá, ya sé leer!». Y madre se alegró y se lo contó a la vecina, y madre y la vecina se alegraron, y hasta hoy, que, cuando leo, muevo los labios; y, aunque sé que es manía, es un modo de decirme a mí mismo que estoy leyendo. Hoy, Día Internacional del Libro -muerte, dicen, de Cervantes, Shakespeare, el Inca Garcilaso de la Vega, etc.-, he tenido a bien recordar el primer libro que yo tuve en mis manos -Devocionario Católico- y que fue la semilla de mi modesta biblioteca de ahora, por la que, como Borges por su Biblioteca de Babel, es como si yo, Diario, anduviera por infinitos sueños (20:35:37).

sábado, 21 de marzo de 2015


21 de marzo de 2015. Sábado.
¡AH!, BOSTEZÓ TODO
 
Los pájaros blancos del sol, en el Mar Menor. San Pedro del Pinatar. Murcia. F: FotVi
 
-Tierras del sureste. Entonces, el sol, después de varios días huidizo y terco en no aparecer, en esconderse, ha salido, galanteador, a ofrecer sus respetos a la primavera. (Decir que suena mejor primavera, que equinoccio; equinoccio suena a artilugio, a artefacto robótico, que, en un momento dado, puede descomponerse en tornillos y planchas de metal, en pura chatarra). Este año, la primavera se adelantó, dicen, y, con un pie en el día 20 (de marzo) aún, ya era primavera; no pudo esperar al día 21, que es fecha oficial de su alumbramiento, o de su arribo al bello despertar (¡Ah!, bostezó todo) de la flora y la fauna. Los meteorólogos daban para hoy truenos y rayos y ha salido el sol, animal silente, y ha llenado de pájaros blancos el paisaje. El sol, en estas tierras, suele ser descortés y burlón con los técnicos que quitan y dibujan nubes en el cielo; las lluvias, sobre todo, se ríen de sus oráculos y sus mapas de isobaras, tan lindos e incurvados, tan líricos, que invocan a la feminidad. Isobaras, pues, engañosas; más o menos, como promesa de político en campaña electoral o de escritor que afirme haber vendido diez millones de ejemplares de su última novela infumable; ensoñación esta ni siquiera creída por él. Hay veces que la isobara dice que te va a dar el oro y el moro de la lluvia, para quedar luego en un modesto pis, o chaparrón ridículo. Y, como casi cada día, esta vez en Yemen (antes de ayer, en Túnez), un clamor de matanzas (142 chiíes ejecutados en mezquitas -esta vez musulmanes como ellos) son el resultado de aquello que Occidente, como alivio a sus miedos, llamara «primavera árabe»; es decir, la primavera de la debilidad de nuestro mundo confiado. Yo, Diario, sin importarme su credo, también he rezado por ellos; desde la paz de un día soleado, he rezado por ellos (20:37:41).

viernes, 20 de marzo de 2015


20 de marzo de 2015. Viernes.
PALABRAS PARA DAR
 
San José con el Niño, de Salzillo, en Ricote. F: Googel
 
-Me conmueve José de Nazaret, santo y carpintero; santo y hacedor de mesas, sillas y alguna que otra puerta de sicómoro (sólo el lujo del rico usaba puertas de cedro en Galilea); artesano, pues, de sillas para sentarse a la mesa y de puertas para dejar entrar al amigo (¿Por qué no al enemigo?) y, entornándola, dar largas, luego, en conversación y amistad, pausando la salida. José fue reputado o tenido por padre de Jesús, el hijo de María, su esposa. Fue hombre que se fio de Dios (como Abraham) y Dios de él, e hizo posible, con María, el Misterio. El Misterio (o Misterio de misterios): Dios, que, por ser amor, se hizo Hombre, y amó; es decir, dio figura al amor, intentando salvar a lo humano (desde el amor) de las terribles y sombrías abominaciones del desamor de los humanos. José de Nazaret cuidó del Hombre (Dios) en su niñez: en su crónica de la niñez de Jesús, Lucas dice que Jesús «crecía en sabiduría, en estatura y en gracia». José, pues, enseñó a vivir a Jesús, a crecer, a ser hombre. Los primeros pasos, las primeras risas, las primeras palabras (¡estrenar palabras, qué luz!), las primeras preguntas y respuestas: «Padre, ¿por qué Dios?, ¿por qué el cumplimiento de la Ley?, ¿por qué la Pascua…?»; hasta que supo dar pasos propios y responderse incertidumbres a sí mismo. José lo llevó de la mano, y hasta lo perdió en el templo a los doce años. María y José lloraron esta pérdida; pero supieron (sin saber) que Jesús debía «estar en las cosas de su Padre». Jesús crecía, pues, en edad, en sabiduría humana (y divina), y en gracia. José ayudó a Jesús a crecer en edad y en el saber humano; pero la gracia es cosa de Dios. Me conmueve José de Nazaret, porque de sus silencios sacó palabras para dárselas a Jesús, del que llegaron a decir que tenía palabras de vida; y muchas de estas palabras, Diario, salieron, sin duda, de la boca de José (20:12:36).

miércoles, 18 de marzo de 2015


18 de marzo de 2015. Miércoles.
LAMENTO
 
Día cremoso, en La Torre. F: FotVi
 
-Se mueve el día, invernal; se mueve ventoso y lloviznoso. La luz es de leche y yeso, casi cremosa. La toco (la luz) y parece quedárseme pegada a la mano; tan compacta es. Como lo es -un decir- el merengue de la política y sus entornos espesos, en los que caben: intereses creados, corrupción, palinodia retórica, mentira, simulación, robo, y algún canto, que, aun de sirena, suena hermoso. Clamar justicia o equidad, por ejemplo, se oye bien, aunque, luego, no se cumpla. La pastosidad blancuzca del día, me recuerda toda esta masa pringosa, sucia, que atasca conciencias y libera demonios, y que constituye el ir tirando de una sociedad -la nuestra- enferma y sin brújula, deshabitada de valores, e indefensa, por tanto. Mi lamento, Diario (20:07:22).

martes, 17 de marzo de 2015


17 de marzo de 2015. Martes.
JUSTICIA CON VICIO
 
Flor de limonero, con la que hablo, en el jardín. F: FotVi
 
-Perdónenme, pero se lo estoy diciendo bajito, y con palabras sencillas de decir, como pan o libro, o caray, se lo estoy diciendo, digo, a una flor de limonero que acaba de abrirse, y que no sabe aún que será limón y que, luego, en la mesa, será acritud sabrosa, joya vegetal áspera, pero indispensable en la gastronomía. De vez en vez, yo hablo a las cosas: al lápiz, a la luz, y, si es luz de atardecida, mejor, por ser luz más frágil y suave, y, aunque mística, casi tangible, y al agua hablo, al agua y a la sed que ella calma, y no hablo a la silla toda, sino a la pata de la silla, que, como columna de templo, sostiene a la silla y a mí; en fin, yo hablo a todo, hasta al silencio, y lo hago en silencio, para que sólo se entiendan nuestras almas, la del silencio y la mía, donde anda, alentando, la vida. Pues le estoy diciendo, bajito, a la flor del limonero, que no creo en la justicia, humana. Es, según veo, justicia que se pliega a intereses de poder e ideología; es, por tanto, justicia impura, con vicio. Un caso: una madre, sin recursos, encuentra una tarjeta de crédito y extrae de un cajero una pequeña cantidad (193 euros) para comprar comida y pañales para sus hijas. La justicia viciada la condena a un año y nueve meses de prisión (inmediata) por un delito de falsedad en documento mercantil y otros seis, por estafa. Obtuvo indulto para el primer delito y no ingresó en prisión; pero no para el segundo, por lo que hubo de pagar 900 euros, teniendo que realizar trabajos, además, para la sociedad. Esta misma justicia viciada, sin embargo, ha puesto en libertad a un etarra (Valentín Lasarte), asesino de 7 personas, y no arrepentido. Justicia ésta (le he explicado a la flor del limonero) de andar manga por hombro, y perversa, por injusta. Es justicia que no ve lo que no quiere, y, cuando ve, si no conviene, mira para otro lado. ¿Y la florecilla? Horrorizada, Diario (20:07:18).

lunes, 16 de marzo de 2015


16 de marzo de 2015. Lunes.
AÑOS VIEJOS
 
Iglesia de la Asunción, en Molina de Segura. Murcia. F: FotVi
 
-Llovizna y sol, o una pequeña lumbre (el sol) como nacida de las cenizas. Niebla, llovizna y sol, así es el invierno en su agonía. Mis inviernos, de niño, eran inviernos de frío y Plaza Vieja. En la escuela (de Navillo), era el frío y el saber; en la Plaza Vieja, el rayo de sol y, pelada a dentelladas, la naranja, como merienda. Luego, jugar al fútbol -pelota de trapos- o a la guerra; aunque, al final, ambos juegos, el del fútbol y el de la guerra, terminaran lo mismo, guerreando. Dos bandos: los de la Plaza Vieja y los de la Plaza Nueva (o del Casino). Plaza Vieja, los pobres; Plaza Nueva, los menos pobres. Salvo unos pocos, en Molina, entonces, sólo había pobres-pobres y menos pobres. Con todo, mi niñez fue feliz; mis padres, y el entorno, me confirieron la paz que da alas y risas a la niñez, y que la hacen tranquila y dichosa, no perversa. Que ¿por qué esto? Porque, a veces, Diario, las circunstancias -el sol, la lluvia, el frío, una palabra oída al vuelo, una lágrima, quizá- traen recuerdos (de la niñez), que logran aligerar los años viejos y sus cuitas invernales (21:20:29).

domingo, 15 de marzo de 2015


15 de marzo de 2015. Domingo.
SIN RESPUETA
 
¿Vejez o belleza?, en Dídima, templo de Apolo. Turquía. F: FotVi
 
-Oí a un sabio que decía: «Si has llegado a la vejez, alégrate: has vencido a la vida». Mientras otro, se lamentaba: «Si has llegado a la vejez, llora, ya ha dado contigo la muerte». Y yo, desconcertado, les pregunté: «¿Y a qué año de la vida se llega a la vejez?». Y ni uno ni otro, Diario, supo qué contestarme (20:09:35).

viernes, 13 de marzo de 2015


13 de marzo de 2015. Viernes.
BIEN HALLADO
 
Quijote que leí de niño, edición año 1931. F: FotVi
 
-Cuando son hallados los restos óseos de alguien (famoso o no), sucede que o van envueltos en momia o son huesos que se manipulan con guantes para evitar así untarse de la cal pudorosa de la muerte. O así me lo parece a mí. Es decir, al igual que el paisaje del Carso en Eslovenia, vienen a ser algo así como huesos kársticos, que irradian blancura. Los huesos no hablan, pero dicen. O eso dicen. Han hablado -ejemplo- los huesos del hombre de Neandertal, así como los de las momias en Egipto. Los huesos hablan de años y de costumbres, y hasta de vicios y heroísmos, y los hay que viven (con circunspección de muertos) en Museos. En los museos, se ven huesos que fueron cráneo, mandíbula, dedo, pierna, y hasta oquedades donde miró el ojo o habitó la sabiduría. Oquedades estas terribles, sin embargo, que inquietan. ¿Qué vio el ojo o qué supo el cerebro? Los hay que dejaron por escrito lo que vieron sus ojos y lo que contuvo su cerebro; los llamamos sabios; sabios de las letras o de las ciencias. Otros no escribieron, sólo vivieron, que no es poco, e hicieron el bien; otros también lo hicieron, vivir, pero sin dejar vivir. Son los tiranos y perversos, los execrables, hicieron el mal. Ahora, en Madrid, y en un convento (el de Las Trinitarias), parece que han sido hallados los restos de Cervantes, que, tras escribir El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de la Mancha, murió en olor de admiración y estupor literarios, tan grandes resultaron, Diario, el tal Don Quijote y el que (concibiéndolo) lo parió (que diría el Hidalgo). Bienvenido, pues, Cervantes, en tus huesos; lo que siempre queda, con el Ingenio, en el tiempo y el espacio (20:44:47).

miércoles, 11 de marzo de 2015


11 de marzo de 2015. Miércoles.
LA GRAN TRAGEDIA
 
Tras la lluvia, el sol. F: FotVi
 
-Ayer lavé y tendí la ropa, y, con la ropa, puse mi alma a orearse. El sol, un vientecillo suave (al modo de la brisa que pasara por delante de la cueva de Elías), rezo de Laudes bajo el olivo y una lectura reposada (Platón, Fedro; un poema de Antonio Lucas, La Fugitiva; y San Juan de la Cruz: Canciones entre el Alma y el Esposo: «¿Adónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido?»), dos horas, de lectura, y fue entonces que algo parecido a la felicidad se cruzó conmigo, y lo agarré con fuerza, con fe de garfio, y me pareció que era feliz. Hasta hoy, que, recordando el 11-M de 2004, me he preguntado cuál es la razón de la maldad -siempre sin causa- del ser humano, y me he entristecido. Hacer el mal, como norma, la gran tragedia, me he dicho. Y parece no haber causa, o una causa lógica y entendible, para el mal. Hace 11 años, un atentado terrorista mata a 192 personas y deja heridas a 1858, y, tras la conmoción del momento, se volvió a la vida. La vida sigue y el mal sigue; ambos, mal y vida, siguen: el uno como ruina, la otra, como ensoñación. Que ¿por qué rezo, Diario? Quizá para poder seguir entreviendo en sueños que existe el bien, o su estela, y que no todo es mal (20:59:52).

martes, 10 de marzo de 2015


10 de marzo de 2015. Martes.
FRÍO INTELECTUAL
 
Aburrimiento, en la antena. F: FotVi
 
-Una sociedad blanda y aburrida (la nuestra), hecha de esponjas y engreimientos, y sin ni siquiera un ataúd para el entierro, que, como no sabe qué hacer, al igual que el diablo, mata moscas con el rabo; eso, sí: el rabo de la imbecilidad. Llegan jóvenes del resto de la «alegre y confiada» Europa a hacer «balconing» a nuestras playas, y muchos caen, como moscas (moscas de anzuelo para cebo de la muerte) en el intento. Un balcón, una mente estúpida, una borrachera, y a volar, hacia la muerte. Un vuelo de unos metros, sin alas (sin las alas del juicio y la misericordia hacia uno mismo), hasta caer y darse de bruces en el final de la mayor estupidez, que es morirse por nada. Y ahorita mismo (que diría un sudamericano) leo que tres famosos deportistas franceses están entre los muertos en un choque de helicópteros en Argentina. ¿Qué hacían? Un «reality show»; es decir, algo muy real y de mucho riesgo, excitante, pero sin causa, para satisfacción sólo de la curiosidad de unos televidentes, que afanan grandes emociones, para no morir (muriendo al fin, ya se ve) de aburrimiento. Europa, blanda y aburrida; y tiritando de frío intelectual. En Europa, apenas queda el euro devaluado frente al dólar y Dios en la trastienda de las conciencias, como ha querido y conseguido la mal llamada laicidad (la secta), que no es más que un templo a la nada en una sociedad sin norte, pavorosamente paralizada. Hasta me he puesto solemne, Diario, en un tiempo de cruel frivolidad e inconsistencia, bufo, y tan enfermizo, que parece sufrir de postración irreversible (20:15:09).

lunes, 9 de marzo de 2015


9 de marzo de 2015. Lunes.
SE OYEN COSAS
 
Oyendo la piedra, en el Teatro de Éfeso. Turquía. F: Ch. Giner
 
-A veces se oyen cosas, frases, y las dejamos ir, las dejamos pasar, sin escucharlas. Se escucha, si se logra acomodar el oído al silencio interior. Sólo si hay sensibilidad interior, se es capaz de escuchar lo que suena fuera de uno. Oír la vida de las cosas, aun las menos ruidosas, como la lámpara que alumbra la lectura o el mismo renglón vivo por donde transita lo escrito, es sabiduría. Se escribe sin gritar y el resultado, a veces, es un grito terrible y hermoso, que sacude sociedades y culturas. Porque más que leer, hay que escuchar lo escrito. Escuchar donde nadie, o muy pocos oyen. Esta mañana en una emisora (Cope) he oído unas palabras sabias, que me han hecho, interiormente, escuchar. Eran palabras de una misionera en Mali, el lugar más pobre, dicen, de la tierra. Y traducidas por mí, en mi alma, en el allá de mi interior donde oigo todo (incluso lo que calla; digamos, Dios), ha venido a decir: «La infelicidad, a veces, no es causada por lo que a uno le falta, sino por lo que le sobra». Mali, pobre, y Europa, rica; y ella, misionera, tratando de plantar cara a esa pobreza; pero conviviendo con ella e intentando hacer verdad lo que afirmaba: no es más feliz el que más tiene, sino el que menos necesita. He oído, y, tras escuchar, me han conmovido sus palabras, y su gesto: vivir en la pobreza para, desde dentro, aliviarla y, en lo posible, allanarla, destruirla. «Una mesa, una silla, un plato de fruta y un violín, ¿qué más precisa el hombre para ser feliz»?, escribió Einstein, en una incursión por su sabiduría, que, por lo visto, Diario, iba mucho más allá de la teoría de la relatividad y sus sucedáneos (20:17:27).

domingo, 8 de marzo de 2015


8 de marzo de 2015. Domingo.
EL SUSTO
 
Vive y deja vivir, en el jardín. F: FotVi
 
-Y de pronto, tras los manejos del médico (¡dentista!), y con los ojos aún cerrados y la boca abierta, oí que me decían: «Ahora a aprender a hablar y a comer», y, ante un espejo, y sorprendido, me vi con dientes y haciendo muecas. Y en ello estoy, Diario, aprendiendo, como un niño, a hablar y a comer. Y espero, también como un niño, seguir sorprendiéndome por el susto (o milagro) de la vida; o el milagro de vivir, y el de dejar vivir, mi lema y mi credo (19:07:32).

viernes, 6 de marzo de 2015


6 de marzo de 2015. Viernes.
MIEDO
 
Belleza de la fragilidad, en el jardín. F: FotVi
 
-Como la palabra que está en la boca pero no sale, así tengo yo el miedo en la punta de la lengua, a punto de echarlo fuera, pero sin que suceda. El miedo es algo que nace en la mente y se hace, a veces, estalactita de punta feroz en la garganta. El miedo es libre, como el abrir o cerrar un libro; pero yo, que no temo al dentista, siento miedo, sin embargo, de mi debilidad. Mi debilidad frente al dentista, me hace tragar miedo y enmudecer ante tal trago. Tengo miedo de que no salga bien la operación «implante» (de dientes) que inicié va ya para seis meses; y esto me aterra como un animal agazapado, vigilándome. «¡Que, no!», me dices; me dicen. «Que no es nada»; y es posible, pero yo me veo a mí mismo y me siento frío de debilidad. Quizá me convenga recordar y meditar, y paladear, hasta el hueso, aquello que dijo Oscar Wilde -creo-: «Donde existe sufrimiento, hay suelo sagrado». O lo que asegurara C. S. Lewis: «El dolor es grito de Dios». Alguien me dice: «Sufre, es cuaresma». Y lo intento, pero no me sale; como la palabra que, aun estando en la boca no acaba de ser dicha, el miedo al dolor lo tengo en la punta de la lengua, pero no me sale. Y ahí, dentro de mí, intenta someterme; pero me fiaré de San Pablo, que dice: «Cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte». O fuerte, Diario, en la debilidad; no está mal (20:23:11).

jueves, 5 de marzo de 2015


 
5 de marzo de 2015. Jueves.
ABREVIADA EUFORIA
 
 
Euforia vegetal, en el jardín. F: FotVi
 
-El ayer neblinoso, desconsolado, de alma triste (tristeza que contagió a mi alma), ha dado paso a otro día, al hoy, soleado y gozoso, y lúdico en pájaros y brotes nuevos en los árboles, y en su luz. Día de luz nueva, casi de flor de almendro, casi de un apenas de estreno. ¿Más animado hoy? Digamos que con menos tedio y la abreviada euforia de un día con un sol de dibujo de niño en su rayado cuaderno de pureza blanca; o, como diría Octavio Paz, de un día «enamorado de su transparencia». El día y Charles Chaplin, Diario, me han sacado del apuro (19:32:00).

miércoles, 4 de marzo de 2015


4 de marzo de 2015. Miércoles.
NEBLINAS
Intentando lucir, en el bosquecillo brumoso. Salinas de San Pedro. F: FotVi
 
-Hoy, en vez de soleado, el día ha aparecido neblinoso, como empolvado, al modo de aquellos personajes (Harold Lloyd, Buster Keaton) de las películas cómicas en blanco y negro del cine mudo. Hoy, el día está como mi ánimo y mi dentadura, tristón. Tanto, Diario, que aquí dejo el asunto, hasta más ver. Tal vez Charles Chaplin (El chico) me saque del apuro (20:04:07).

martes, 3 de marzo de 2015


3 de marzo de 2015. Martes.
BARBARIE
 
Emoción estética, en el valle de Göreme, Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Hace años -51, creo, y con don Emeterio, Álvaro y Manolo de lujosa compañía- visité el Museo Arqueológico Nacional de Atenas y de entre las felices y múltiples impresiones estéticas y espirituales que experimenté, una de ellas fue percibir el silencio que casi llegaba a tocarse en aquel templo de belleza e historia, en aquel templo de dioses, que, ya caídos, todavía imponían, como si aún permanecieran en pie en la fe que los inspiró y que los hizo arte. En silencio, se miraba el arte y se sentía la historia. Era mirar en contemplación, en éxtasis, la belleza. La contemplación de la belleza, que, como diría Unamuno, nos debe llevar a ser mejores. Todavía recuerdo la sonrisa estática del Kurós del periodo arcaico, o la majestuosidad de la estatua de Zeus, o la actitud pensativa de la máscara de oro de Agamenón, o el vuelo a caballo del jinete del cabo Artemisio. Recordar la emoción es vivir dos veces aquello que te sedujo y te hizo ver las cosas con el asombro de un niño, y que, en el contemplar y el sentir, va haciendo crecer en uno la devoción por lo bello inmaterial, por lo que es hermoso gozo del espíritu y que no puede comprarse con nada de este mundo. Hoy, al cabo de los años, vuelvo a sentir esta misma emoción, pero por motivos diferentes. Negativamente emocionado por el derribo y destrucción de arte milenario (piezas de los siglos VII y VIII a. C.) en el Museo Histórico de Mosul. Y los que esto hacen, son yihadistas del llamado Estado Islámico y secuestran y matan y destruyen libros y objetos de arte en nombre del profeta. «El profeta -dicen- nos ordenó deshacernos de estatuas y reliquias», y es lo que hacen. Aquí sí que se puede hablar de «obediencia ciega»; o de cegados por la obediencia. Mas si se ahonda en la cuestión, al fin todo son intereses; por lo que podría hablarse de «obediencia ciega», interesada: petróleo, poder, dominio de conciencias, exterminio del enemigo… Y añado yo: y todo para morirse. Pero ahí estamos: en la única emoción posible en estos casos, que es la de sentirse abatido (descorazonado) por tanta barbarie. Y todo, producto del odio. Hace 51 años, me emocionó el silencio con que se contemplaban los tesoros irrepetibles del Museo de Atenas; hoy la emoción me viene, Diario, por el golpeteo ensordecedor de los martillos en el arte y la gloria de la piedra que es vapuleada y demolida (se ha roto el silencio, la unción de la contemplación) con la saña de lo ilógico e insensato, de lo pavorosamente demoníaco (19:13:29).

sábado, 28 de febrero de 2015


28 de febrero de 2015. Sábado.
ANUNCIACIÓN PRIMAVERAL
 
Acontecimiento, en el jardín. F: FotVi
 
-Abro la ventana y el sol me da la mano, me saluda eufórico, luminoso, con atuendo casi primaveral, mientras un pájaro, con Dios en su pico como canto, revolotea en el seto. Se extasía. Hoy, último día de febrero, el sol ha adelantado el equinoccio de marzo y se ha vestido de luces, de ensueños quizá; como el poeta, que hace que las palabras signifiquen lo que ellas como tales palabras nunca soñaron decir. La palabra se amplía en el verso del poeta, como en el abecedario de la primavera el árbol. En el patio, el melocotonero de la maceta -quebradizo, apenas un tallo- ya ha escrito, como el almendro impaciente del campo, su poema en flor. Pequeñas flores para un gran acontecimiento. «Entre el verde pinar sin estaciones / y el mar sumido en rebelión eterna, / vuelves tú, temporal y bello, almendro, / a prometer la dulce primavera», así cantaba al almendro Dionisio Ridruejo, celebrando la humildad del árbol hecha anunciación primaveral, gozo del invierno que despierta y bosteza floreciendo. Hoy, Diario, no diré nada más; o sólo añadir que Dios es bueno; bueno él, porque, al menos a mí, como al árbol belleza, me inspira bondad, que es el otro florecer del alma; o eso creo (28/02/2015).

viernes, 27 de febrero de 2015


27 de febrero de 2015. Viernes.
PARADOJA DE LA INFELICIDAD
 
Un mundo no tan feliz, según Aldous Huxley. F: FotVi
 
-Tragedia es la palabra. Aldous Huxley, como ironía cínica de una situación de dictadura espiritual y biológica, intelectual e igualitaria, terrible, escribió Un mundo feliz, o paradoja de la infelicidad. Es decir, un mundo feliz de infelices, de agentes de la desdicha, de tumbas de la idiotez. En el relato, el mundo parece feliz, aunque en realidad sea un mundo de esclavos. Y esclavos de la nada; o esclavos del soy feliz sin saber en qué. Felicidad sin causa, o la felicidad de ficción. Sin embargo, en este ¿mundo feliz nuestro? planea la tragedia a cada instante, hemorrágicamente. Tragedia de un mundo sin meta, replegado en sus miedos y hedonismos, en sus ínfimas y débiles convicciones sin convicción, o de su fe tan descreída. Se apaga la luz del humanismo (griego, romano, cristiano, con raíces sumerias) en occidente y surge la barbarie de lo fanático, de lo irracional, y no hay convicción ni coraje en este mundo nuestro para parar esta caótica insensatez. La barbarie que nos viene de oriente siega vidas, etnias, y destruye la historia martilleando el arte, la cultura, dejándonos sin la luz de nuestras raíces, las que nos iniciaron en el balbucear del primer alfabeto escrito, en el primer sueño de levantar una ciudad y hacerla avenencia, vecindad, trato cercano, así como en el fervor (sueño de historia ya) de perpetuar la recordación de la vida y sus avatares en escritos y monumentos. ¿Un mundo feliz el nuestro? ¿Dónde, cuándo, cómo lo cuento? «En el futuro, la maldad debe ser perseguida, reconocida, y, en lo posible, evitada»; consejo de Aldous Huxley en el prólogo a su relato «un mundo» no tan «feliz». Y decir, Diario, que nunca un consejo de tanto saber debiera pasarse por alto, ¿o sí? (20:46:44).

jueves, 26 de febrero de 2015


26 de febrero de 2015. Jueves.
DEBATE Y SIRTAKI
 
Dialogando con su belleza, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer hubo viento fuerte; hoy, ventolín, palabra que, aunque no esté en el Diccionario de la Real (Francisco García Pavón, novelista, ya lo usó), todo el mundo entiende lo que quiero decir: ayer hubo un viento de abanico grande y hoy, un viento de menor voltaje, tímido, de buenos modales, casi irónico. No ocurrió así en el llamado Debate del Estado de la Nación, o debate de la paranoia. El Debate (que bien podría llamarse agarrada, bronca, o déjeme que yo le grite para que usted no me oiga) consiste en no decir nada (o casi), sino en hacer como que se dice para acallar al contrario y colmarle los oídos de palomas a los de la bancada allegada (de izquierda a derecha) para que vuelen en sus ensoñaciones de repetir, en las siguientes elecciones, escaño y mamandurria, y palmas y pataleo. ¿Quién ganó el Debate? ¿Diga? ¡Que quién ganó el Debate! ¡Ah! Y el que asó la manteca (el periodista) se va con su micrófono a otra parte, hasta el año que viene, en el que el Debate se haga con escenografía bolivariana y música griega, quizá. ¡Ah! ¡El sirtaki de Zorba el Griego, Diario, aquella película! (19:12:56).

miércoles, 25 de febrero de 2015


25 de febrero de 2015. Miércoles.
YO SOY CRISTIANO COPTO
 
No importa el invierno, en el jardín. F: FotVi
 
-Como no me gusta ni ser ni estar en lo políticamente correcto, llamaré hipócrita con todos sus sinónimos (hasta el de beatón) a los que, habiendo salido a la calle el 11 de enero a fingir que ellos también eran Charlie Hebdo (revista satírica, dicen, pavorosamente ametrallada el 7 de enero en París), no hayan hecho lo mismo ahora y proclamar: «Yo soy cristiano copto», tras haber sido decapitados 21 fieles cristianos  en Libia el 15 de febrero último. La mano que urgió el gatillo en París fue la misma que llevó la hoja del cuchillo al cuello de estos cristianos egipcios, hasta segarlos. Y es que, por lo visto, no es lo mismo morir por una gracieta irreverente y blasfema que por la fe en la trascendencia. (Es un decir). La gracieta se ríe de la fe, y es celebrada. ¡Qué risa da festejar la gracieta que ofende a la fe! La fe, por el contrario, ha de callar y morir en silencio o en el tímido bisbiseo de una oración, sin que los de la gracieta irreverente y blasfema se conmuevan. ¡Allá tú, si rezas! La fe no tiene derecho a ser defendida en la calle, porque no entra en el digesto o resumen de cosas que son consideradas libertad de expresión: diosa intocable de lo políticamente correcto ahora y en la hora de esta hipócrita y «alegre y confiada» sociedad nuestra (Benavente). La fe, aunque sea vida para miles de millones de creyentes, no es, sin embargo, gracieta irreverente y blasfema que deba ser respetada y defendida al modo como lo fuera Charlie Hebdo, aquel triste 11 de enero, por lo que, si es decapitada (la fe), allá ella; o bien decapitada está. La fe, que no es gracieta (ni irreverente ni vendible y no rentable por tanto), no es bien vista por la elite de un mundo de mercaderes y falsos profetas, que a lo más que aspiran es a vivir en la turbulencia de su soberbia y su propia adoración, con el engaño como bandera. Es tiempo este de levantar templos a la idiotez, a la poquedad, y derribar toda excelencia. Triunfa lo bufo y cae lo ecuánime y sabio, lo que perdura. Anímense los perros que andan bajo la mesa del rico epulón, que, en vez de lamer las heridas de Lázaro (el pobre), esta vez se las morderán. Ahí están las fauces, Diario, las del EI (Estado Islámico) con sus yihadistas y las de las gracietas irreverentes y blasfemas, ambos enseñando los dientes, que gotean sangre, luego de haber mordido (19:02:38).

lunes, 23 de febrero de 2015


23 de febrero de 2015. Lunes.
BUCÓLICA
 
Llorando, por no reír, en el jardín. F: FotVi
 
-Día este de bucólica de Virgilio; es decir, sol, serena paz, y Títero, que, echado a la sombra de una copuda haya (Égloga 1ª), ensaya tonadas pastoriles. ¡Ay! Sin embargo, yo me resisto a entrar en el juego de lo políticamente correcto (lugar común para los que carecen de ideas), y así vengo en llamar a la libertad de expresión, conveniencia (o provecho) de unos pocos, y a la actividad política (siempre hay una excepción), manera de embaucar y hacer creer que el voto (o ensoñación) que se echa en la urna es propiedad del que lo deposita y no de la engañifa del que lo pide, y que el tan llevado y traído silencio de Dios, es sólo una invención del poderoso para acallar la voz de los humildes, y así, Diario, podíamos seguir, hasta el infinito. O sea, que no me gusta andar por lo políticamente correcto. Y tanto es así, que nunca digo lo de «río por no llorar», lo encuentro falso y pedante, tonto; yo, en estos casos de risa y llanto, de sacudida emocional inevitable, suelo decir: «lloro por no reír», otra tontería, pero más eficaz; digo: «lloro por no reír», y entonces me da la risa; risa que, regada por el llanto, suele salir más alegre y menos funcional, más limpia  (20:22:12).

domingo, 22 de febrero de 2015


22 de febrero de 2015. Domingo.
DESIERTO
 
Desierto, en Göreme, Capadocia. Turquía. F: FotVi
 
-Me conmueve leer en Marcos, el evangelista, aquello de que «el Espíritu empujó a Jesús al desierto», donde éste se quedó «cuarenta días, dejándose tentar por Satanás». De los sinópticos, Mateo señala que «fue llevado» al desierto y Lucas que «era conducido»; es decir, ante la descripción de la realidad de Jesús en el desierto, Mateo y Lucas eligen la mesura, mientras que Marcos, con una cierta rudeza, opta por la derechura: fue «empujado», obligado con un cierto apremio o atropello, quizá porque, aunque debía conocerlo, para salvarlo, le perturbara el lugar. Como le impondría la muerte, pidiendo pasar de ella, pero yendo a la muerte. Si es posible, dijo, pase de mí este cáliz, el de la cruz, el de la deshonra, el de la destrucción. Terrible cáliz. Porque, aunque Dios, era humano; es decir, con todas las debilidades de lo humano. (Salvo la debilidad del pecado, señala la Escritura). El desierto es hambre, el desierto es sed, el desierto es soledad, y lo más cruel de todo, el desierto es silencio. (Y en este caso, como en el de la cruz, aun, para el Hijo de Dios, silencio de Dios). El desierto podría ser una descripción perfecta de nuestro mundo actual. Como el desierto, nuestro mundo es hambre, es sed, es soledad, es silencio. Y la causa de todo es la injusticia. La injusticia lleva sobre sus hombros todas las lacras del desierto del mundo. Por la imposición de unos pocos, la injusticia es hambre, es sed, es humillación, es soledad, es silencio. Y Jesús (quizá, como ocurrió con la cruz) hubo de ser «empujado» al cáliz del desierto, para beberlo y poder así salvarlo. ¡El repulsivo y pavoroso silencio de la injusticia! Sin embargo, como Ana Frank, la niña que muriera en el campo de concentración de Bergen-Belsen, Jesús, en el desierto, Diario, debió pensar: «Tuve suerte, la de haber sido arrojado bruscamente a la realidad». Aunque con la posibilidad de hacerla hermosa, aterradora, no obstante, realidad (20:38:40).

viernes, 20 de febrero de 2015


20 de febrero de 2015. Viernes.
¡DADNOS LA INFANCIA!
 
Dibujando sueños, a pesar de la guerra, en Siria. F: Googel
 
-He visto un vídeo donde se observa que -a pesar del horror, o dentro del horror mismo que creamos los humanos- la luz, a veces, y en este mundo nuestro tan hostil a la claridad, prevalece sobre las sombras. Y es que la luz de la inocencia, en ocasiones, suele encender las sombras hasta convertirlas en antorcha, en deslumbramiento, en clamor de fuego. Sombras encendidas, pues; o sombras convertidas en llamarada. El vídeo muestra un coro de niños sirios que, con lágrimas en los ojos y a ritmo de himno sagrado, canta, denuncia, acusa: «Somos los niños de Siria -dice. Mirad lo que nos está pasando. Estamos sufriendo masacres, matanzas, desahucios, y el miedo nos domina… Somos los niños de Siria. Mirad lo que nos está pasando. Los sueños de nuestra infancia permanecen en nuestro interior y todavía no han crecido. “Injusto, dinos: ¿Qué te hemos hecho para que nos asesines? Puedes matarnos, puedes hacernos sufrir, puedes dejarnos huérfanos, y puedes asesinarnos, pero NO podrás cambiar lo que hay en nuestros corazones”. Protegednos de los bombardeos, proteged nuestra INFANCIA. Han derrumbado nuestra casa, y han quemado nuestro colegio. Protegednos de los bombardeos, proteged nuestra INFANCIA. “Mundo, ¿Qué está pasando? Vuestro silencio nos está matando”. Dadnos la infancia, danos la seguridad. ¡Dadnos la infancia! ¡Dadnos la seguridad! Tenemos derecho a vivir con seguridad, libertad y dignidad. Tengo derecho a vivir como un ser humano y dibujar mis sueños. En Al Hula han asesinado a los niños, y la sangre se está derramando a chorros. “Mundo, ¿dónde estás? ¡Dadnos la infancia! ¡Dadnos la seguridad!” “Gente, tendednos vuestras manos. ¿Por qué no nos hacéis caso? ¿Os satisface ver cómo el ejército mata a los niños pequeños? Gente, tendednos vuestras manos. ¿Por qué no nos hacéis caso?” “Mundo, basta ya de tanto silencio. ¡Nos estamos muriendo! ¡Que Dios nos dé paciencia! ¡Somos los niños de Siria! Mirad lo que está pasando… ¡Dadnos la infancia…!” Aquéllos a los que dijo la gente: los hombres se han reunido contra vosotros, temedles. Pero esto no hizo sino darles más fe y dijeron: “¡Dios es suficiente para nosotros; qué excelente guardián!”» Esta es la letra del himno (¿sagrado?) que he oído en el vídeo y que me he limitado a transcribir. Yo -personalmente- me he sentido llamado injusto, mundo, gente, silencio, y me he preguntado por qué no hago algo para darles su infancia a estos niños, y que como cualquier otro niño, en su casa, en la escuela, y sabiéndose libres, Diario, puedan dibujar sus sueños y, una vez dibujados, poder hacerlos realidad. ¿Por qué no? (21:16:17).

jueves, 19 de febrero de 2015


19 de febrero de 2015. Jueves.
LA BOCA, MI SUFRIMIENTO
 
Silencio, o belleza de las flores, en el jardín. F: FotVi
 
-Ya estoy en el camino de mi salvación bucal, o eso me dice el dentista. La boca, que tantos placeres excita (el de la palabra hablada o escrita, por ejemplo; la palabra, que, aun la escrita, siempre antes está en la boca, donde se asoma el alma en ella, donde el espíritu clama en ella), también solivianta al sufrimiento, sacándolo a relucir hasta extremos de tortura, a veces, cruelmente. ¿Quién no ha sufrido su boca, física o intelectualmente, alguna vez? La boca, mi sufrimiento, que diría el poeta. Hay veces que hace sufrir a causa de los dientes, pero otras, por las palabras. ¿Por qué no me habré callado esa palabra?, solemos decir tras un traspiés lingüístico improcedente, maligno con maldad de maldición, quizá. Callarse las palabras, aunque digan la verdad, en ocasiones es virtud. Y creo que Nietzsche no tenía razón cuando afirmaba que «la palabra más soez y la carta más insolente son mejores, y más correctas, que el silencio». Una más de sus mentiras o alucinaciones, que tanto «iluminaron»  (es un decir) a Hitler. «Dios ha muerto», dijo una vez, y lo tenía en su boca. Y es que se ha dicho que hay silencios más elocuentes que las mismas palabras. En el teatro (también en el de la vida), los más obstinados y locuaces aplausos suelen suceder en el mutis del actor, cuando han callado las palabras, y queda, en el silencio del alma, el eco sólo de las mismas, sólo su hálito trágico o lúdico. Quiero decir, Diario, que a causa del dentista ando más en silencios que en palabras; hasta el miércoles, en que me habrá nacido nueva dentadura, dice, y podré expresar entonces las letras (o fonemas) /t/ y /d/, dentales ellas, o sujetas al imperio de los dientes, sin los que es casi imposible ponerlas en vuelo de dicción, liberarlas y que hablen (20:27:03).

martes, 17 de febrero de 2015

17 de febrero de 2015. Martes.
¿PIENSA LA CENIZA?

¿Piensa la ceniza?, en el jardín. F: FotVi

-Me gusta febrero porque no es un mes monótono, previsible; no es estanque, sino ola en movimiento. Lo mismo se le ve vestido de sol como de viento y lluvia; hoy han tocado viento y lluvia, y frío. Es un mes carnavalesco, múltiple, al que le llaman loco. Loco de atar, por estar desatado. En febrero se celebra la ceniza; es decir, se la bendice y se la hace cruz en la frente. Liturgia de la vida. La ceniza es recuerdo de donde se viene y a donde se va. Febrero, con la ceniza, me estremece y me hace desandar caminos que me alejaron de mi vida; desandar caminos, para volver a mí. Y me digo: cuando yo ya sea ceniza, sólo ceniza, Diario, ¿qué pensaré? ¿Piensa la ceniza, la ceniza que fue fuego? (20:03:43).

lunes, 16 de febrero de 2015


16 de febrero de 2015. Lunes.
ARDOR ANTICLERICAL
 
Hacia donde el sopla el viento, en el jardín. F: FotVi
 
-Lo leo en un periódico global que se dice paradigma de la tolerancia y no doy crédito a lo que leo. Un columnista, después de dar por sentado que toda religión, por el simple hecho de serlo, es mala, afirma: «Con semejantes “razonamientos» -aquéllos que hizo el papa Francisco sobre la libertad de expresión y la ofensa indiscriminada y festiva por norma en su nombre-, no se hace fácil la simpatía a este Papa». Y concluye con esta perla casi yihadista, por intolerante: «Al fin y al cabo es el jefe de una religión». Es decir, al fin y al cabo el Papa es jefe de esa lepra, de esa indignidad, de esa negritud social, que es la religión. A las personas que viven su fe, su manera de darle otra dimensión y estética a su vida, de ser felices, quizá, de otro modo, se les pretende arrebatar hasta el trozo de pan y el sorbo de vino de su dignidad, acusándolas de religiosas. Acuden a Torquemada, el inquisidor (con razón, a veces), para violar y pintar de negro la imagen de la Iglesia y no caen en la cuenta de que ellos son Torquemada; ellos condenan y ejecutan desde sus columnas de opinión todo lo que no se ajusta a sus dilemas, a sus tramoyas intelectuales, a su progresismo de mercadillo de Rastro. Esto -lo señalado- viene escrito en El País, modestamente considerado por sí mismo, como periódico global. Y por un escritor macizo, que, con bloques de hormigón literario, hace libros, que, aunque celebrados, son infumables. ¿Su nombre? Javier Marías. Como diría Francisco Umbral de otro escritor (cuyo nombre me reservo), Javier Marías no hace literatura, no enriquece y hace donoso el lenguaje, no hace «prosa creadora», sólo redacta. «Entendemos por prosa -dice Umbral en su ensayo La prosa del siglo- aquella que contiene en sí todos los elementos de la poesía, pero liberada de la prótesis de la versificación». Prosa, que, contando y narrando, recree el lenguaje, lo haga joya, diamante tallado, lujo del habla. Julián Marías, padre de Javier, siempre me ha atraído como escritor más que el hijo, aun ahora. Todavía me es libro de consulta su Historia de la Filosofía, con prólogo de Zubiri, 5ª edición, año 1950. Todavía en sus páginas (de atractiva prosa) suelo volar sobre el nido del cuco de filósofos como Descartes, Kant, Kierkegaard, Nietzsche, con su eterno retorno, hasta Ortega, maestro e inspirador de Marías. Y digo no entender cómo habiendo tenido Javier un padre como Julián Marías, una biblioteca que habría colmado de sueños y ficciones al mismo Borges, buenos colegios y una niñez feliz, cómo, digo, ha podido llegar a este ardor anticlerical que, como veneno de escorpión azul, que diría Gonzalo Millán, poeta chileno, parece haberle alcanzado hasta los mismos huesos, a los que, si no llegan los sentimientos, Diario, sí debiera llegar el corazón, que los irriga y oxigena, y les da vida (12:58:29).

domingo, 15 de febrero de 2015


15 de febrero de 2015. Domingo.
ABRAZO
 
Gozo de un abrazo, en Roma. F: Vaticano
 
-De pronto vi que lo solemne humilde se abrazaba a lo humilde sin solemnidad, y resultaba un abrazo de hermoso afecto, fraterno. Armónico. (Armonía, del latín harmonĭa: ajustamiento, combinación)  Y es que, en la estrechez del abrazo, los latidos se combinan y ajustan al modo de la maquinaria de un reloj y dicen la hora exacta de la verdad (la de la complicidad y la avenencia) de unas conductas y de un modo de ser. De pronto vi que un papa llamado Francisco (lo solemne humilde) abrazaba a otro papa llamado Benedicto XVI (lo humilde sin solemnidad) y a mí el gesto me pareció evangélico; es decir, lo encontré buena noticia, porque en este abrazo se unían, sin estridencias, lo sabio humilde (Benedicto) y la sabia humildad (Francisco), signos ambos de que cuando dos se abrazan en nombre de Dios, éste se hace presente en la rica humildad del abrazo. Ocurría en el consistorio del día de ayer para la creación de 22 nuevos cardenales. Abrazo, pues, Diario, de lo solemne humilde y de lo humilde sin solemnidad, y, en el centro, la iglesia toda abrazándose (con Dios) en el gozo de ese abrazo (20:32:20).

viernes, 13 de febrero de 2015


13 de febrero de 2015. Viernes.
VIAJE AL RECUERDO
 
Perorando, en la Radio. F: FotVi
 
-Camino de Paestum, y en una playa en Salerno, Don Emeterio Cuadrado -nuestro «anciano padre», según él, era su método infalible de eludir trabajos, él leía y tomaba notas-, Álvaro, Manolo y yo montamos la tienda de campaña y, tras la cena y unos acordes de Manolo en la guitarra, aflamencados, intentamos dormir (o dormitar, o tentar al sueño), sin apenas conseguirlo. Hasta que un ruido de hierros y cadenas, de infierno o guerra, nos despertó del casi no dormir. Eran las 6:30 de la mañana de un día de finales de julio de 1967; día italiano de luz azul y mar tranquilo, y huérfano, sin embargo, de bañistas. Las máquinas en una playa, aun en verano y en el Tirreno, espantan a todo posible cliente de sol y zambullida, y de vaso de cerveza, resudado. Viendo que la máquina parecía querer embestirnos, desmontamos todo y, cargado el 4 L hasta la copa (era nuestras botas de siete leguas hasta Bríndisi, desde donde navegar hasta Patras, Peloponeso, Grecia) salimos de allí pillando galgos. Antes, y a esto voy, yo había encendido y oído en la radio del coche la meditación grabada del padre Vicente García Hernández (perdón), que daba cada día en Radio Nacional de España del Sureste. Me turbó oírme decir unas palabras que invitaban -aún conservo el texto- a asombrarme y dar gracias a Dios por las cosas pequeñas que cada día se me regalaba poder contemplar y usar, amándolas. «Concédeme -le pedía yo a Dios- la olvidada virtud de poder asombrarme por las cosas pequeñas». A tantos kilómetros de distancia, me dije, y oyéndome, como si oyera a otro, decir estas cosas que me sonaban bien, y me maravillaban, a tanto me sabían. Según Sty. Harkianakis, teólogo ortodoxo: «Los griegos, que veían en el asombro la virtud más elevada de la condición humana, deseaban ser siempre un pueblo de filósofos (…), eternos niños», para no dejar nunca de extasiarse en el asombro. Y remedando a Leila Guerriero: contar siempre así con unas gotas de asombro, para poder vivir. Recuerdos estos, traídos a posta hoy, para, en el día Mundial de la Radio, hacerme una llamada al corazón y, por lo que viví y paladeé de hermoso en la Radio, darle las gracias; gracias por haberme ofrecido la posibilidad de escribir y amar la palabra, y, en la palabra, la comunicación, en la que se completa el don de conocerse y, entre otras cosas, también, Diario, el de entender las miradas (20:57:07).

jueves, 12 de febrero de 2015


12 de febrero de 2015. Jueves.
PENSAMIENTOS BLANCOS
 
Mi Ángel blanco, en Canarias. F: La Salle
 
-¿Sabes cómo viste un ángel? A mí me lo ha revelado la ciencia angelical de Candela: los ángeles visten de blanco. ¿Como su mundo interior, como la risa que ella siempre ríe y las lágrimas que alguna vez llora? Sin duda. Risa y lágrimas blancas. Yo -por qué negarlo- también veo blancos, con el alma de los niños, el interior del amor y las entrelíneas de los libros. Hoy, Diario, vestida de princesa turca, Candela se ha ido de carnaval, y yo (jinete en mis pensamientos blancos), también con ella (20:55:26)