23 de febrero de 2015. Lunes.
BUCÓLICA
Llorando, por no reír, en el jardín. F: FotVi |
-Día este de
bucólica de Virgilio; es decir, sol, serena paz, y Títero, que, echado a la
sombra de una copuda haya (Égloga 1ª), ensaya tonadas pastoriles. ¡Ay! Sin
embargo, yo me resisto a entrar en el juego de lo políticamente correcto (lugar
común para los que carecen de ideas), y así vengo en llamar a la libertad de
expresión, conveniencia (o provecho) de unos pocos, y a la actividad política
(siempre hay una excepción), manera de embaucar y hacer creer que el voto (o
ensoñación) que se echa en la urna es propiedad del que lo deposita y no de la
engañifa del que lo pide, y que el tan llevado y traído silencio de Dios, es sólo
una invención del poderoso para acallar la voz de los humildes, y así, Diario,
podíamos seguir, hasta el infinito. O sea, que no me gusta andar por lo políticamente
correcto. Y tanto es así, que nunca digo lo de «río por no llorar», lo
encuentro falso y pedante, tonto; yo, en estos casos de risa y llanto, de sacudida
emocional inevitable, suelo decir: «lloro por no reír», otra tontería, pero más
eficaz; digo: «lloro por no reír», y entonces me da la risa; risa que, regada
por el llanto, suele salir más alegre y menos funcional, más limpia (20:22:12).
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