jueves, 4 de marzo de 2021

4 de marzo de 2021. Jueves.
MILAGRO DE LIBERTAD

En coche o sobre los hombros de S. Cristóbal. Las Palmas. F: FotVi

-Ayer salí de mi encierro. Me sacudí la esclavitud. Con mascarilla y en taxi, viajé a San Javier. Objetivo: ultimar el papeleo de la venta de mi Ford Focus, que, desde 2004 (¡16 años, nada menos y nada más!), me venía sirviendo, felizmente, sin jamás quejarse ni dejarme tirado en el camino. Solo una vez tuve que lamentar un accidente con él: un ligero roce con otro vehículo, pleito que solventó el seguro; el pobre auto se asustó más que yo, pero nada dijo; salido del incidente, continuó viaje, como si nada. Casi eufórico. Ha sido un servidor fiel y discreto, tanto que me ha costado lágrimas dejarlo. Lágrimas que he disimulado tras la mascarilla. «Pero los años, los míos – le he dicho–, cuentan». Podría señalar aquello que dijo don Diego a Pablos, su criado, y que narra Quevedo en el Buscón: «No cabía el amo de contento porque éramos los dos al mohíno»; es decir, nos habíamos «acostumbrado los dos a las mismas cosas». Se trata, con humildad, de habituarse, de entenderse la mecánica y tú, de hacer a la chatarra inteligente en el conocimiento y prudencia del conductor. Ayer me monté en un taxi y pude contemplar, extasiado (sentí a Dios extasiarse conmigo), el paisaje que se me niega en la ciudad. Las nubes bajas, enredadas en los pinares, la luz sombría, goteando paz y pájaros sobre los bosques, algún águila errante, y la mirada –mi mirada–, contemplativa, como el que ve todo ese mundo, bello y terso, reluciente, en su interior, y da gracias. Ayer viví mi milagro de libertad, me volví a encarnar en la naturaleza, en el reflejo de la belleza de Dios, que me habitó y puso su casa en mí: quiero decir, Diario, que gocé, con la naturaleza, plenamente de Dios, es su lenguaje no bíblico más bello y cercano, más revelador (11:33:34).

miércoles, 3 de marzo de 2021

 3 de marzo de 2021. Miércoles.
DESAYUNA AMOR

Un selfie con el Papa, desayuna amor. F: De la Prensa.

-Habla el papa Francisco y le salen bendiciones de la boca: habla con lenguaje evangélico, sin tachaduras ni enmiendas, con toda la belleza, a veces cruda, de sus páginas, con la verdad nítida que proviene del Espíritu. El evangelio en sí es todo él una bendición; en el evangelio es Dios el que habla y, si lo dejas, habita en tu corazón, y lo llena de paz, de fortaleza, dándole el don de discernir, de interpretar. Dice el papa que ayunemos, pero con verdad, que sea algo que cueste, que te haga luminoso. «Ayuna –dice– de palabras hirientes, e irradia palabras amables». Que las palabras, cuando las digas, vuelvan a ti y te habiten y te colmen de bondad, que te hagan más humano, más sensible a los problemas de este mundo. Ayuna, pues, «de descontentos, de enfados, de pesimismos, de quejas, de tristeza, de amargura, de egoísmos, de falta de perdón»; y, por el contrario, llénate «de gratitud, de paciencia, de esperanza, de optimismo, de confianza en Dios, de alegría, de compasión, de reconciliación, de silencios»; silencios en los que se escuche a Dios y, con él, el lamento de los crucificados en esta vida. Que nadie pueda decir, con Jesús, aquello del salmo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?» Desayuna amor, y, con el azúcar, echa un poco de alegría en el café, y corre a saludar a quien ponga obstáculos en tu vida. Éste, Diario, es el verdadero ayuno, el que Dios quiere, el que te conviene, y así se hará verdad en ti lo dicho por San Juan de la Cruz: «Paga con amor, el amor que se te ha dado» (13:35:55).

martes, 2 de marzo de 2021

2 de marzo de 2021. Martes.
TENGO SED

De acá para allá, subsistiendo. Fotograma: película Nomadland.

-No conocía a Chloe Zhao. Pero me ha llamado la atención esta frase dicha por ella: «Hay demasiado odio a nuestro alrededor». Leo y descubro que es una directora de cine chino-norteamericana que ha dado vida a la película Nomadland. Un éxito artístico y social. La película es una denuncia del sistema actual cínico y sucio, que suele abandonar a las personas mayores «en su momento más vulnerable», los descartados, que diría el Papa Francisco. Trata de la vida nómada, errante, despiadada, de decenas de adultos mayores, que, para poder subsistir, tienen que vivir en camionetas o coches, viajando de acá para allá en busca de pequeños trabajos que les den algo de dinero y comida, y junto a las pequeñas cosas que aún aman –quizás una foto, o una alianza, o aquella carta que llegó a sus manos cuanto ya era tarde, aquel hermoso recuerdo–, el olvido y la soledad como único equipaje. Piensen en los emigrantes en los campos de nuestro entorno. La película ha sido galardonada con el Globo de Oro, y nominada para los Oscar. Es un film que te dice cómo es nuestra sociedad actual: desigual, egoísta, que olvida el regalo de los mayores, desangrada por la herida del odio, y que no oye, o silencia, su conciencia. Es esta una sociedad desacralizada, sin ética, huérfana de poesía, aniquilada espiritualmente, con unos amando y la mayoría viviendo de la amargura del odio. No se odia el mal y se ama la virtud, se abomina de todo por igual. El odio no construye, destruye, y acaba por aniquilar a quien odia, salvando a quien es objeto del odio. ¿No sería más saludable celebrar el amor, que odiar sin más? Escribió San Juan: «Odiar al hermano es matarlo». Consecuencia: amarlo, es darle vida, alargar a Jesús el sorbo de agua que pedía en la cruz. «¡Tengo sed!», dijo, como todo el que ama y desea seguir, Diario, en esa excitante y, a veces terrible, pero hermosa aventura que es el amor (12:28:38).

lunes, 1 de marzo de 2021

1 de marzo de 2021. Lunes.
SALIR DEL BARRO

Barro hecho mirada, asombro, niñez iluminada. T. de la Horadada. F; FotVi

-Esta noche ha llovido barro sobre la ciudad. Barro, que se puede interpretar o como el recuerdo de aquello de lo que estamos hechos: polvo, ceniza, y un hermoso centelleo del espíritu, o como referencia a la polución espiritual en la que vive instalada nuestra sociedad, con mucho desierto y poco agua –bautismo– que la redima. Veo a la sociedad paralizada, con síntomas muy graves de desorientación, abatida, como lleno de huesos zafios su engranaje. Pero yo os invito a salir del barro y nadar en aguas claras, aguas de bendición, donde abunden los reflejos y el paisaje, donde Dios se diga, y hable. Dejemos que el pesimismo se consuma en sus lamentos. Llamemos al cristal, alborozado, de la esperanza, y constatemos que si llueve barro es que con él hay agua que transporta el aire. Es como llevar en una maceta la tierra y el agua que ha de hacer florecer a la semilla, también llevada y traída por el aire, o por la abeja, o por el pico del colibrí. Decía el poeta y escritor John Updicke: «La lluvia es gracia, es el cielo que desciende a la tierra», y con barro, añado yo, para hacer posible la vida, que es limo humedecido y un poco de cielo que lo anima todo. Ya llevamos usados dos meses del 2021, usados y casi tirados, y han dejado paso a un marzo que ha entrado con agua y barro, y viento. Yo doy gracias a Dios, Diario, por haber permitido contemplar esta poesía de los tres elementos que me permiten vivir, soñar y amar, y ver pasar además los días, como mínimos átomos de tiempo que se explayaran más allá de mi fragilidad y se hiciesen eternidad, plenitud, digamos Dios (13:09:34).

domingo, 28 de febrero de 2021

 28 de febrero de 2021. Domingo.
ABRO LA BIBLIA

Abro la Biblia y me lee. Murcia. FotVi

-Abro la Biblia –su luz me da en los ojos– y contemplo absorto que la Biblia está leyendo en mi interior. La Biblia no es solo un libro de leer, sino un libro de meditar. De dejar que te invada, que te escudriñe, que te lea. En la Biblia Dios hace el relato de lo que es y lo que siente. Es por eso que la Biblia entra dentro de ti y mueve, agita tu conciencia. En la antífona de entrada a la misa de este domingo, clamamos: «Oigo en mi corazón: “¡Buscad mi rostro!”». Nos lo pide el libro santo, en el que Dios se explaya, se dice, se insinúa. Y nos lo pide con autoridad de Padre y sencillez de mendigo. Dios pone en nosotros su mirada y alarga la mano. Como el agua de manantial que corre y canta mientras bebemos, inclinándonos. Y se nos da tanto, que, al beber, lo que no bebemos se nos cae por entre los dedos, para que otros lo beban. Nos desborda. ¡Hay tanta sed en el mundo! Buscar el rostro de Dios es buscar su presencia; que hallamos en Jesús. «Quien me ve a mí, ve al Padre», dijo Jesús. Si Jesús tocaba al leproso, era el Padre el que tocaba; y si Jesús hacía barro con saliva y la ponía en los ojos del ciego, era el Padre el que se abajaba a tocar la tierra y la convertía en milagro –palpitación, destello–en los párpados del ciego. Jesús es el rostro visible del Dios invisible. Cuando Dios dice en la cruz: «¡Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado!», está dando el grito de la humanidad huérfana que llama al Padre, y que llora en las heridas de Jesucristo su soledad y su agonía. Jesucristo, Diario, es el rostro del Padre, que se acerca al ser humano para que aprenda a decir «¡Abba», «¡Padre!», en el lenguaje de amor y luz que infunde el Espíritu de Dios, la otra visión íntima y afable del rostro del Padre (17:47:33).


sábado, 27 de febrero de 2021

 27 de febrero de 2021. Sábado.
EL VENTRÍLOCUO

Día nublado, pero que iluminará el sol. Murcia. F: FotVi.

-Pienso en la libertad y se me nubla el horizonte. La libertad es flor que nace de la verdad. Lo dijo Jesús: «La verdad os hará libres». En la actualidad, nos movemos en la jaula de los leones de la mentira, leones que nos atacan con sus fauces abiertas y las garras afiladas. Fauces rojas que gotean baba y pavor. Los agujeros negros de la mentira están absolviendo muchos mundos de la verdad, y destruyéndolos. Con qué cara de muñeco faltón nos miente el ventrílocuo Sánchez, desde su cátedra de la mentira. Cada vez que abre la boca, va dándole mordiscos de estrago a la verdad. Y encima ríe y celebra su insolente desnudez ética y moral. Ayer salió el ventrílocuo y habló de vacunas, de puestos de trabajo, de auroras boreales, de un veraneo radiante, todo, floresta y primavera, poniendo picas en el Flandes de la utopía más distópica; es decir, Aldous Huxley en Un mundo feliz. En España «se ha normalizado la mentira», leo en la prensa. Resultado: «la resignación del ciudadano», que cada día anda más absorbido en resolver sus problemas personales, limpiando llantos, dejando de lado, hastiado, la política y el canto de sirena de los que desertan de la verdad. Según el INE, la pandemia ha causado ya más de 100.000 fallecimientos. Calculen el dolor y los sollozos, y la desesperación que han causado a los seres más cercanos. Mas yo tengo fe en Jesús que dijo: «Si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres». Pero evitando el pecado; también, Diario, el de la mentira, que es el que nos esclaviza y nos hace ser siervos con la brida de la desidia en la boca, sin salida posible a la claridad, al esplendor de la gracia, a la libertad (12:03:35).

viernes, 26 de febrero de 2021

26 de febrero de 2021. Viernes.
SENCILLEZ MAJESTUOSA

La Cuaresma de hoy en día, un niño sufriendo la guerra. Siria. F: Prensa

-Hoy viernes, penitencia; es decir, ayuno y abstinencia. Se nos invita a los creyentes a olvidar lo externo, lo que viene del cuerpo, y mirar al interior de uno mismo: lo que nos llega del espíritu. Todo lo que somos, nos asciende desde el interior, como el fluir de una vena de agua o el clamor del fuego en un volcán. En el ser humano todo es espíritu que toma forma en las acciones del cuerpo, como la flor, tímida, frágil, que se abre y luego es fruto en la rama del almendro. Si el árbol da flores y hojas, y extiende su ramaje –lugar de nidos–, es que el árbol está sano, y se le puede cuidar con mimo. La cuaresma nos invita a recapacitar y entrar en nuestro interior, donde late el soplo de Dios, el espíritu que nos anima y que logra que lo invisible tome forma en la mirada o en el quehacer de las manos, o en el caminar de los pies, donde se expresa el lenguaje de las ideas que nacen del espíritu. Ha dicho el Papa Francisco: «La cuaresma no es tiempo para cargar con moralismos innecesarios a las personas, sino para reconocer que nuestras pobres cenizas son amadas por Dios». En día de ayuno, es escasa y menguada la comida; y en día de abstinencia, se evita comer carne. Pero el valor del ayuno y la abstinencia no están en aquello de lo que te privas, sino en lo que das, como una extensión maravillosa y digna de la justicia, la que crea y fecunda el amor. «No podemos ir tras el polvo que desvanece», sino descubriendo que «lo poco que somos, tiene una valor infinito a los ojos de Dios», ha concluido el Papa. Es el Evangelio, Diario, el que habla, el que se abre, hoja a hoja, en la lengua del Papa, en el río de su palabra sabia y sin dogmas que la enturbien, en su sencillez majestuosa, y en nuestras vidas (11:38:26).

jueves, 25 de febrero de 2021

25 de febrero de 2021. Jueves.
FASCINACIÓN

Templo de Atenea, en Paestum. Sicilia. Italia. F: FotVi

-Hoy hay cielo y sol, y las nubes, que los ocultan. Es un juego de elementos que siempre están ahí: cielo, sol, nubes, a veces lluvia, también nieve, vientos, elementos todos que van marcando y posibilitando nuestras vidas, en un juego distinto y atractivo de escenarios, donde la vida arde, se quema, y muere, tornándose ceniza. De todo esto, sin embargo, queda el espíritu, que es el que hace el relato, la historia, la trascendencia. Sin espíritu, no existiría la arqueología, ni la ruina iluminada, ni la gruta con destellos rupestres, lo que llamamos el legado prehistórico. En la cueva con pinturas rupestres, garabatos en rojo o en negro, y en la ruina con anfiteatros, columnas decapitadas, y esculturas mutiladas, quedan la inteligencia –el ingenio, la reflexión, la idea que viste la palabra, el soplo del espíritu–, inteligencia que alzó todo ese caudal de esplendor y belleza, de gracia, para júbilo y deleite de la posteridad. De aquel Espíritu que lo creó, a este otro espíritu que lo extrae de la oscuridad y lo celebra. Dios se intuye ahí, en el fluido espiritual del ser humano, espíritu que lo hace creador de cosas imposibles, como el arte, el lenguaje, la reflexión, la contemplación. «Y dijo Dios…», señala la Escritura; y ahí está Dios: en el concebir, en el decir, en el crear diciendo. El primer poeta. En ese «decir» de Dios, todo fue hecho; hasta hoy, Diario, que sigue renovándose y revelándose como nuevo: el hombre, el bosque, el mar, las galaxias, la vida, también lo invisible, y todo, como un milagro innumerable e inacabado, tan sugestivo: fascinación (18:07:03).

miércoles, 24 de febrero de 2021

24 de febrero de 2021. Miércoles.
PAISAJE SIN ROSTRO

La verdad de la flor, en el jardín.  T. de la Horadada. F: FotVi

-Miro al cielo y con un suspiro, leve como el grosor de un papel de fumar, digo: «Creo en Dios». Y esta expresión, esta breve jaculatoria de tan alta sencillez, me abre al día, y, como dice el salmo: «Bajo las sombra de sus alas, canto con júbilo». Dios, su solo nombre, me llena la boca de paz, y las palabras que salen de ella de calma y gusto por la verdad. El amor, dice San Pablo, nunca se irrita, pero puede hincar su navaja en el fruto de la mentira, y, sin estragos, sacarle las entrañas e higienizarlas. Como Jesús hizo con los fariseos a los que amaba, y a los que, no obstante, fustigaba, con piedad, sí, pero con decisión y energía, con nervio en su vocabulario. Llegó a decir de ellos: «Enseñan sobre Dios, pero no lo aman», terrible; o esto otro: «Enseñan la ley, pero no practican algunos de las apartados más importantes de ella, como la justicia, la misericordia, la fe en Dios». Duras palabras salidas de unos labios sensibles a la comprensión y a la gracia, pero a los que rebelaba la hipocresía y la falacia. Fariseos, todos con máscara, a los que Jesús desnuda y fustiga. Qué no haría ahora, en esta triste y siniestra etapa de la política española, en la que no hay honra ni honor, ni esplendor en la palabra, ni mentira que no se adorne de algo de verdad, para que no parezca mentira; pues la mentira, dejó dicho Ruiz Zafón, novelista, es la verdad «a la que se le ha substraído una pieza clave», la dignidad, añado yo. Aunque yo le diría a los políticos, y a los jueces, y a los moralistas inicuos, y a los inquisidores malévolos, lo que dejó dicho Quevedo: «Mejor vida es morir, que vivir muerto». Mejor vida con Dios, Diario, que vivir en la muerte del paisaje sin rostro de la mentira, en el que se pierde la perspectiva del bien, y se anulan sus bendiciones (12:48:06).

martes, 23 de febrero de 2021

23 de febrero de 2021. Martes.
COSAS INVISIBLES

La alegría del sol, en la ciudad. Murcia. F: FotVi

-Cojo la alegría del sol y con ella me lavo las manos, y la cara, y dejo que inunde mi interior con sus rayos. Cuando rezo, digo palabras y les pongo unas gotas de alegría, que, esté o no visible, me llegan del sol; pues sé que siempre está. El mundo anda triste y con muchos desgarrones, y nieblas en su intimidad. Sin embargo, sé que: «La palabra del Señor hizo el cielo; el aliento de su boca, sus ejércitos», como dice el salmo. Los ejércitos del Señor son las cosas invisibles que, sin verlas, nos rozan y nos salvan, o nos pueden destruir. Invisible es la fe, la columna tallada que nos eleva hasta Dios; invisible el grito que das y no pasa de los dientes, que se queda ahí mordido, en la boca, sangrando; invisible es la esperanza, la que nos protege de caer en el caos, la que, en determinadas circunstancias, nos hace levitar, salir de nuestra pesadez y alcanzar vuelos, liberándonos; también son invisibles la impiedad, la mentira, el odio, que nos cercan y, si no rompemos con ellos, nos derriban, conduciéndonos a la desolación más destructiva y fatal. En este ejército, hay muchos más ángeles buenos y malos, y aun híbridos; éstos son los que no sabes por donde te van a salir, se te presentan como ingeniosos y dicharacheros, y, si no los detectas, te hacen caer en sus redes, envolviéndote con su tela como la araña: éstos también matan. Y, aparte de otros, como el silencio, la contemplación, la benevolencia..., está el amor, caudal que nos llega del mismo Dios, y que, si lo aceptamos en plenitud, como dice San Juan, somos hechos hijos de Dios, pues vivimos, Diario, de su propio ser, de su vida íntima, como uno más de la familia divina, sólo que reverenciando y adorando, celebrando, ante Dios, nuestra propia gloria (12:33:12).

lunes, 22 de febrero de 2021

22 de febrero de 2021. Lunes.
MALDAD IRRACIONAL

Colina de las cruces, tras la violencia. Lituania. F: J. Giner

-Si pido libertad mientras lanzo una piedra, estoy dando de lleno, y destruyendo, la libertad que pido. La libertad es tan frágil como ese cristal de escaparate que destruye la piedra, o como el combustible, inflamable, liviano, que alimenta el fuego. Cuando arde la ley justa, equitativa, imparcial, el grito de libertad se vuelve contra el mismo grito y lo hace calcinar en la pira de la estupidez más primeria e irresponsable. Lo que está ocurriendo estos días en España, gritos, incendios, saqueos, algaradas, es un ataque feroz y enloquecido a lo que es la libertad que rescata y abre caminos de paz, de convivencia, de progreso. Con el vandalismo, la libertad queda encajada en la piedra que va a dar o contra el Palau de la Música, en Barcelona, o contra la luz que alberga una farola rota, en cualquier otro sitio. De este modo se ataca a la música, compendio de acordes que suenan a unión, a complementariedad, y que eleva sentimientos; y a la farola, donde reside, como en una burbuja, la luz, que enciende la noche y repliega las sombras. Las democracias se mueren por la fuga de fe en las instituciones, y en sus representantes. Y más, si desde el Estado se anima al vándalo, al desarmado de ideales –miren a Iglesias con Sánchez y su cohorte–, y le dan armas ideológicas, imaginativas, para que realice sus felonías, sus bajezas, sus fogatas sin argumento, idiotizadas; entonces, todo está perdido, y en bancarrota. Con sabiduría de Dios, dice el libro de los Proverbios: «La vida del justo es manantial de vida, pero la boca del impío disimula su violencia». El impío, Diario, es siempre simulación, malicia, trastienda de la maldad irracional, de la perversidad, del infortunio (13:02:38).

domingo, 21 de febrero de 2021

 21 de febrero de 2021. Domingo.
EL AMOR TOTAL

Kumrán, desierto de Judea. Israel. F: FotVi

-Hoy domingo hemos tocado la Cuaresma, en el desierto de la vida: se presiente la salvación. Y la esperanza se ha puesto a clamar que, con la Pascua, vamos camino de hallar el amor total, el Reino de Dios: reino de paz, de verdad, de gracia, hasta que da con la libertad, y, una vez lograda ésta, con el amor. Como se ve, un reino con postulados interesantes, para soñar. Ante estos supuestos, se llenan los ojos de palomas, de certezas con miel en los labios, con latidos fuertes en el corazón, donde nace toda esperanza, la que encandila, la que hace respirar y vivir. Jesús, en el desierto, sufrió las mismas tentaciones que cualquier mortal, las que te acercan a la miseria y te alejan de Dios. La peor, la que hace idolatría de todo: el gran pecado. Idolatran el poder, la fama, la riqueza, el sexo, hasta caer en la adoración. Y adorar la fragilidad, lo delgado, lo insustancial, lo que se rompe como el cristal, conduce a la muerte. No solo la muerte de la carne, sino también la del espíritu: lugar en el que se realiza el encuentro con Dios. Pero si hacemos este camino con Jesús, el del desierto, el de la conversión, podremos avanzar en el conocimiento del misterio de Jesús, y, como dice la oración de la misa de hoy, «vivirlo en plenitud». El misterio: lo que alimenta nuestra fe, y da luz a la esperanza, y se ejerce, Diario, en el amor (12:45:36).

sábado, 20 de febrero de 2021

 20 de febrero de 2021. Sábado.
LOS VIOLENTOS

Arde la tarde, la Luna contempla el incendio. Murcia. F: FotVi

-Miro al crucificado y digo: «¡Me alegro de haberte conocido!», y me santiguo: intento grabar su cruz en mi carne. Abro la ventana, su luz enfoscada me da en los ojos y respiro su bondad, como el que comulga la alegría de vivir. Una paloma planea ante mis ojos y lo celebro, también al árbol en que se posa. Entonces, como en una reverencia, bajo los ojos y digo: «¡Qué mañana de bendiciones!». Sin embargo, pienso que, al levantarse por la mañana y ver que el mundo no arde con ellos, deben sufrir mucho los violentos. Y más su corazón, que en vez de sangre, bombea odio. Debe ser deplorable mirar y ver todo con ojos de odio: todo rojo de fuego y sangre, de destrucción, de caos: la sangre no es azul. Estos días en varias ciudades de España, está ardiendo la convivencia, la libertad, la democracia, la pulcritud, la dignidad. Qué modo más rapero e indecente de incendiar las noches, a base de gritos y carreras, de calcinar la juventud y de ser viejo en las ideas y en las formas. Los que hacen esto, no son los indigentes de la calle, los que al pedir bajan los ojos y alargan la mano, sino los hijos del casoplón, los de manos lisas y enjabonadas, los de buenas comidas y cómodo vivir: los hijos de papá. La peor pobreza y orfandad es la que causa el odio, que hace crujir los dientes y mirar todo con ojos como sables. Pero no todo es estreñimiento social y belicoso, también hay piedad y gozo maternal. Leo lo que una madre dice al hijo de pocos meses, que se le fue: «Hasta que nos volvamos a encontrar, Dios te guarde suavemente en la palma de la mano», antigua bendición irlandesa. El amor, Diario, también es combativo, pero en hacer el bien, como la mano que se santigua y enriquece la oración, y el silencio que la cubre (11:37:28).

viernes, 19 de febrero de 2021

 19 de febrero de 2021. Viernes.
OXÍGENO SUFICIENTE

El sol rompiendo la niebla, hoy. Murcia. F: FotVi

-Rezo y la paz viene a mis labios: los alivia de cualquier palabra que pueda herir o desafiar, de cualquier atrocidad lingüística beligerante u obscena. Rezar limpia, oxigena el corazón y la boca; el corazón, donde nacen los deseos que han de hacerse lenguaje y expresión, voz, en los labios. Si el corazón es un basurero, en la boca se oirán los chillidos de las ratas. Si el corazón es un trigal, en la boca se escuchará el canto de las aves y el rumor de la brisa sobre las espigas, que se inclinan de bondad, y de cosecha. Rezando se me van todos los humos y los rencores del corazón, y llegan a la boca con oxígeno suficiente para respirar, durante el día, limpieza y verdad, y piedad. Y entre tanto, la política sigue con su danza macabra de verborrea, y sus señales de tráfico demasiadas veces equivocadas, y las palabras mordiendo miseria en boca de tantos –la mayoría sin oficio y con beneficio– que dicen dirigir, no se sabe hacia dónde, nuestros destinos. Y andamos perdidos. He leído: «La clave del liderazgo en política es encontrar una muchedumbre que vaya a alguna parte y ponerse delante». Y yo me pregunto: «¿Es así, Señor?». Y dudo. Tras ver a Jesús morir por defender el evangelio, el de las bienaventuranzas, el del amor crucificado, el del perdón, no creo que haya líderes que solo se dejan llevar, sin arrastrar ellos. ¿O, si? Y sigo rezando, y doy gracias por haber dado con el líder perfecto, el que va delante como guía, sin desfallecer, el que salva, el que dice al paralítico: «¡Anda!», y camina, y a Lázaro: «¡Vive!», y renace. A Éste creo y rezo, Diario, para poder vivir oyendo: «¡Ama!», a quien ha amado tanto, hasta la muerte; y así seguir sus pasos hacia el Amor decisivo y torrencial, definitivo (18:11:16).

jueves, 18 de febrero de 2021

18 de febrero de 2021. Jueves.
AVES MIGRATORIAS

Como flechas, volando hacia la utopía. Murcia. F: FotVi

-Esta mañana amanecía como el que abre un libro, con la sorpresa de su luz interior a punto de ser leída. Había niebla, pero el sol –dedo celeste– ha abierto el libro y he empezado a leer. Me santiguaba e iniciaba Laudes –«Dios mío, ven en mi ayuda», decía–, cuando han aparecido en el cielo unas inmensas cuñas de aves migratorias, decenas, unas tras otras, que volaban de este a oeste, como páginas dilatadas de paz escritas, garabateadas, en el cielo. Un cuarto de hora he estado contemplado esta obra de Dios en las alturas. Y, observándolas, he notado cómo mi espíritu se elevaba, liberando mi mente y alzándola sobre los postulados de este mundo, donde habitan el dolor, la mentira, la muerte, la arrogancia. He soñado un mundo de paz y humildad, un mundo de amor, donde convivan la justicia y la piedad, la verdad y la utopía; también la utopía, para que entren en ella los sueños y la habiten, y la hagan lugar de peregrinación adonde camine la esperanza. En la utopía se silabean imposibles, lejanías, pero imposibles tan hermosos, que nadar y envolverte en ellos, debe ser un altísimo placer. Como bañarse en un mar de plegarias. Entonces la alegría me ha dado en los ojos, y se ha convertido en una lágrima de añoranza: «¡Que la paz de ahí arriba – he pedido– llegue y se instale aquí en la tierra en cada persona que anhele volar». Y he mirado al cielo, Diario, y una gota de azul, de esperanza, me ha caído en los ojos, y ha sido como si Dios me viniera a bendecir; y he dicho: «Amén», y me he sentido calado de misericordia (11:39:33).

miércoles, 17 de febrero de 2021

17 de febrero de 2021. Miércoles.
PIEDRAS ILUMINADAS

Ascendiendo escalones de la vida, en Cuaresma. Mileto. Turquía. F: FotVi

-Ha llegado ese camino de piedras iluminadas, de renuncias, que es la cuaresma. Tiempo de ayuno, de penitencia, de limosna, pero, ante todo, de amor. El amor es la realidad en la que Dios se hace presente en la tertulia evangélica de la pobreza y de la humildad de cada día. El amor es la puerta de toda revelación, que dice: «Ama al pobre, y te verás rico». En la pobreza, empieza el viaje de regreso del hijo Pródigo a la casa del Padre. «Me levantaré», dice el Hijo, y de la pobreza en la que vive, vuelve al abrazo del Padre. A la hermosa riqueza que perdió. En el abrazo se juntan el rostro del Padre con el rostro del hijo, y con sus lágrimas, y se ilumina todo. Cuando el pecador se encuentra consigo mismo, con su escoria, con su caída, es cuando siente la necesidad de volver al Padre, que abrazará su ruina, y entonces se sentirá «ruina y perdón enamorados». Y, en Cristo, ceniza crucificada, y redimida. El Papa Francisco ha preguntado: «¿Me siento a gusto con mis hipocresías, o lucho por liberar el corazón de la doblez y la falsedad que me encadenan?» Celebrar la ceniza, ha dicho el Papa, «es un abajamiento humilde en mi interior y hacia los demás». La Cuaresma, Diario, es tiempo de humildad, por la que se llega al amor al prójimo; prójimo en el que se hace luz y tacto, «y beso sin Judas», el amor de Dios (12:55:42).

martes, 16 de febrero de 2021

 16 de febrero de 2021. Martes.
ROSA DE LOS VIENTOS

La Cruz, faro guardando la ciudad. Varsovia. F: FotVi

-Me santiguo, y en la señal de la cruz –de norte a sur, de este a oeste, ¿no os habéis fijado: un inmenso abrazo?– van todos mis deseos y esperanzas, mis sombras y mis luces, y el racimo de cosas que cada día pido a Dios, como que nos proporcione el pan de cada día para el pobre, y la paz para los que andan siempre en guerra, contra sí y contra la humanidad: los de corazón fogoso y atribulado, los perseguidos por la injusticia de sí mismos. La cruz me libra de prejuicios, de malas inclinaciones, y disuelve el odio en mí; es el gel hidroalcohólico de la vida del espíritu, el que limpia, purificándolo de cualquier mota o vaho, el cristal del alma. Es el dedo que señala, durante el día, la dirección a seguir. Lo aprendí de mi madre; ella decía: «Me santiguo por la mañana para hacer huir al demonio, y por la noche, para atraer a Dios a mis sueños. Así vivo sin demonios durante el día y con Dios por la noche». ¡Maravilloso! Santiguarse es bendecir en ti, en tu frente y en tu pecho, el día que empieza, día que llegará a la tarde y que descansará en la noche. Siempre con Dios, como rosa, Diario, de todos los vientos por donde va y viene el amor (17:15:49).

lunes, 15 de febrero de 2021

15 de febrero de 2021. Lunes.
ALTAR HUMANO

Sol y nubes en el cielo. Murcia. F: FotVi

-Sale el sol y una paloma vuela, y me digo: «Todavía alienta la esperanza». Aunque haya nubes, y un rumor de tragedia al fondo. Sale el sol, pero al poco se esconde, como el médico tras su mascarilla. Hay nubes en el cielo y en la tierra: las de arriba, formadas por cristales de hielo, y las de abajo, envenenadas por acontecimientos humanos, como las muertes que provoca el virus. Más de 500 muertes y miles de contagiados. Es el volumen de la desgracia, de la fatalidad. Es el revés que oscurece la vida. Pero todavía quedan cielo y palomas, y resquicios de sol en el azul. La esperanza aún golpea en el interior de nuestro deseo, de la oración. Ayer hubo elecciones en Cataluña. Según los entendidos, un nuevo roto, un desgarro más en la frágil partitura de la convivencia. Aunque veo sonrisas en el rostro –de pedernal–, de los sanchistas: han ganado y perdido a la vez. No podrán formar gobierno en Cataluña, si no es de la mano de los independentistas. El socialismo auténtico, el mítico, el del 78, ha pasado a ser una hermosa aventura, que, por el egoísmo de unos, y el taparse los ojos de otros, se ha frustrado. El sueldo empobrece conductas y embarra ideas. Dice Pablo D´Ors, sacerdote y escritor, que «ante la pandemia, la primera respuesta ha de ser la asistencial: visitar a los enfermos, enterrar a los muertos, acompañar a los familiares». Es el buen proceder del creyente en el contexto actual. «La segunda respuesta ha de ser la científica y política: encontrar una vacuna y atender sanitariamente a la ciudadanía». Y la tercera: «la contemplativa: mirar hacia adentro», donde te encuentras contigo y vislumbras a Dios. Y «descubres –dice–, sobrecogido, que uno de esos dos millones de muertos eres tú». La contemplación, Diario, en el altar humano de la fragilidad, iluminando, como un candelabro encendido, nuevas expectativas: la del silencio que redime, la de bellos lances inesperados, la de amar y ser amado, en Dios (13:19:03).

domingo, 14 de febrero de 2021

14 de febrero de 2021. Domingo.
PARÁSITOS DE LA RELIGIÓN

Olvida su condición divina, Santuario Czestochowa. Cracovia. Polonia. F. FotVi

-El puritano, leo, es un parásito de la religión. Se llama parásito a aquello que vive a expensas de otro, sea persona o leopardo, o simple roca con liquen en la corriente de un río. El Diccionario aclara que parásito viene del griego: parásitos, y significa: “comensal”, “gorrón”. Ser comensal invitado, cabe; pero gorrón es ser piojo intruso en el bosque del cabello, en su enmarañada frondosidad, martirizando a su anfitrión. El puritano, en religión, es el que busca la pureza original. Una pureza original que solo perciben los ojos del fariseo. Para su interés, excluyente. El que ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo. Y como dice San Pablo, no contempla a Jesucristo, que olvida su condición divina, no hace alarde de su categoría de Dios, tomando la condición de esclavo, para conducirnos «de la esclavitud al servicio». El puritano se enfrasca en filosofías humanas y olvida la filosofía de Dios: la que habla sólo de amor. San Juan lo vio claro: «Dios es Amor», escribió, y su pluma se hizo teología excelsa, mística contemplación. Amor que más tarde San Pablo definiría caudalosamente; definición que leo con pausa, intentando que dé en mis huesos, que toque mis entrañas: «El amor es paciente –dice–, es servicial; no es envidioso, no se jacta; no se engríe; no busca su interés; no se irrita; no lleva cuenta del mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta». Un amor así nunca se acaba, siempre brilla, siempre es evangelio que salva y que pasa de puritanismos, para hacerse vida en la vida de lo humano, religión cercana, letra de protección; es decir, Reino de Dios en el mundo (12:46:23).

sábado, 13 de febrero de 2021

13 de febrero de 2021. Sábado.
CONTAGIAR

Contagiar solidaridad, Manos Unidas. F: M. U.

-Lo primero que huye y se esconde de la luz es la sombra, que, sin embargo, nace de la luz. Tanto le horroriza la luz a la sombra, que, ante el modesto destello de la luciérnaga, se repliega despavorida. El candil encendido se ríe de la sombra, que en su presencia, marcha a los rincones más apartados a ocultarse. Si parpadea el candil, parpadea la sombra, y se hace pequeño oleaje inquieto en su escondrijo. La oscuridad es la otra parte manchada, emborronada, de la claridad. Donde hay luz, tea, halo, algo encendido, en el lado opuesto siempre hay opacidad, tiniebla, tenebrosidad. Ocurre en nuestras vidas. Aunque hay veces que de lo oscuro nace el arte, la pincelada hermosa: en Velázquez, en Caravaggio. Se avienen la luz y las sombras y la sombra salva a la luz, y ésta, a la oscuridad, hasta hacerla belleza y emoción estéticas en un Cristo crucificado o en un Muchacho que pela frutas. Es la sublimación del barroco: la manzana perfecta en el árbol. Hay una palabra que nos aterra: contagio. Contagiar, en tiempo de pandemia, es palabra maldita, navaja clavada en la espalda. No obstante, leo: «Contagia solidaridad», es la sombra y la luz, el lápiz que hace de las palabras un bello y atractivo romance de amor. Y más, si añade: «Para acabar con el hambre». Es la iglesia, que bendice a los pobres, pero que no quiere que se ahoguen en la pobreza, en la desventura. Es un clamor universal contra la injusticia. Manos Unidas este año nos pide, Diario, que «contagiemos solidaridad», para erradicar, extirpar, suprimir «la pobreza, la exclusión, la violencia, la explotación». Que abramos el corazón al evangelio, y sea en el mundo el evangelio, palabra de liberación, de amor, de ternura, de fraternidad. De nueva claridad (13:00:34).