domingo, 23 de noviembre de 2014


23 de noviembre de 2014. Domingo.
EL OTOÑO DE LA PRENSA
 
Cruces, en una colina. Lituania. F: FotVi
 
-Hoy domingo he salido a la prensa y he paseado por su otoño, su caída de hojas, sus lluvias y su primera afonía de fríos. La prensa es el tic tac o latido del tiempo que habla de luces y sombras en la historia que se escribe cada día: o de la historia con sus circunstancias, que diría el filósofo; circunstancias, unas veces de llanto y otras de alegría, o de días grises o clamorosos de sol. La prensa habla de una duquesa que ha muerto en olor de pueblo y casi de santidad: «noble de herencia y noble, muy noble, de corazón», ha dicho un cardenal de la iglesia. El cardenal se llama Amigo y era amigo de la familia. Y en la amistad, todo cabe. (Me pidió mi madre: «A mi entierro que no asista ningún cardenal», y lo cumplí). Sevilla se ha vestido, pues, de Duquesado de Alba, con saetas al Cristo de los Gitanos, devoción ducal de la de Alba, y de la Sevilla emocional. También habla la prensa de una manifestación contra el aborto (¿un millón de asistentes, 60.000, 10?) y de un cementerio en Hue (Vietnam) con 943 tumbas, en las que reposan, como si de una guerra se tratara, 44.509 fetos, sin nombre, bajo el sencillo signo de una cruz. Unas 30 madres que abortaron -revela el diario- acuden allí a rezar varias veces al año; quizá les pese la ausencia del hijo, que no tuvieron. Y una cita: «La vida es el mayor milagro. Jamás nos arrepentimos de darla, pero sí lamentamos interrumpirla»: ha dicho Irene Villa. Y un obispo, rostro en tierra, pide perdón por el pecado (presunto abuso de menores) de algunos de sus sacerdotes. Deshonraron su sacerdocio; y postraron a la Iglesia. La pasión de Jesucristo se forjó ahí; todo pecado es cruz. ¿Otras cosas? Fútbol; o que, por robar al pueblo (en todas partes cuecen habas), un ex primer ministro portugués entra en la cárcel; como la Pantoja, tonadillera ella, de la que han dicho los mass media (entregados a la causa de informar) hasta las lágrimas que derramó en el momento de cruzar el umbral de la trena: «el fin de la España cañí», se lee en el periódico global; y una anciana (85 años), que, tras sufrir el desahucio de su casa, dice: «Ya no me quedan lágrimas», saliendo un club de fútbol (el Rayo Vallecano) al rescate de esas lágrimas. Tras pasear por el otoño de la prensa, esto (e infinidad de cosas más), Diario, es lo que hay; es decir, más sombras que luces, aunque alguna hermosa luz, también la hay (21:00:13).

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