1 de noviembre de 2014. Sábado.
MONIPODIO
Amenaza (pero menos), en el jardín. F: FotVi |
-Tomamos tierra en Barajas, el martes, y me surge (aterrizamos sobre él
mismo) el escandaloso patio de Monipodio que describiera Cervantes en su Rinconete y Cortadillo. Patio de
Monipodio donde acudían mendigos, ladrones, fingidos estudiantes, líricas
prostitutas, mastuerzos de todo jaez y condición. Piso tierra y me hallo en
mitad del patio (o panteón), y no sé qué hacer, si huir o quédame a ver la chusca,
aunque triste, función. Y me quedo a ver la chusca, aunque triste, función. Una
España en agonía moral, sin resortes éticos que le animen a revivir,
espiritualmente. Como en el patio de Monipodio, aquí se aburre la decencia, y
la estética, y todo lo que se adentre en los principios de la más elemental galanura
de espíritu. Todo es bodrio, o casi todo. Se están parando los relojes y no hay
quien acuda a ponerlos en marcha, a darles aliento para que suspire y lata la
maquinaria y dé la hora de la decencia. En España, se ha echado la dignidad al
escusado. (Retrete). ¡Corrupción! Y se ciegan las alcantarillas, de
purulencias. Encarcelados a racimos; o cerezas de la maldad. Todos en la cesta
del poder y del dinero. Ahora es Granados, antes, Gürtel, los ERE, la Banca
(también Catalana), los Sindicatos (tan necesarios, dicen), la Patronal, el
Pequeño (y tierno) Nicolás, la Realeza o sus Aledaños, el Señor del Pito (el
Árbitro)… Cerezas de la maldad, en el patio de Monipodio. Los más inocentes,
Rincón y Cortado (o Rinconete y Cortadillo después de ser tratados por
Cervantes), que, por necesidad, tenían que agudizar su ingenio e imaginar
tretas. Estos días, y otros, y seguramente los siguientes, tomar tierra en
Barajas, Diario, es encenagarse en las miserias de un Sistema caduco y al borde
de la bancarrota y el desahucio (19:24:05).
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