18 de noviembre de 2021. Jueves.
SOSIEGO, EN ESPERA
SOSIEGO, EN ESPERA
-Leer la prensa es como morder el limón de la desgracia y que se te
agríe el corazón. Muerdo las noticias y lloro; luego me alivio rezando. Rezar alegra
el alma y anima la esperanza. Y colma la boca de paz. Dios, por unos momentos,
habita la boca y la hace basílica de concordia, armonizando y cosiendo desgarros
y haciéndolos palabras de bondad y tolerancia, de sosiego en espera. Los
trabajadores del metal, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, los
transportistas, los ganaderos, preparan huelgas antes de la Navidad. El
descontento se extiende como una mancha pavorosa de aceite. Y el Gobierno,
haciendo leyes que enfrentan, y derogando otras que unen y llaman al perdón, y a
darse las manos, y a mirarse sin ira, olvidando y perdonando. Mientras despenaliza
los piquetes violentos en manifestaciones y huelgas, condena a los que rezan
sin acritud y de rodillas, y a más de cien metros de las puertas de las
clínicas abortistas. Las que trituran fetos y los venden al mejor postor, para
que los comercialicen. ¿Recuerdan al doctor Josef Mengele, al que llamaban «el
ángel de la muerte» en el campo de exterminio de Auschwitz Birkenau? El día se
llueve, quizá llore los agravios y desmanes de este Gobierno insensible,
farsante, depredador. Y por el que, no obstante, rezo, para bien de aquellos a los que mal
gobierna, como los niños con la luz de la inocencia aún en los ojos, o las
madres libres de ideología, o los padres laboriosos y decentes, o los abuelos que
llenan y alumbran los parques de hermosos recuerdos y migas de pan, para que
picoteen las palomas; rezo, Diario, y espero; espero porque Dios, nunca falla (11:30:17).
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