26 de noviembre de 2021. Viernes.
MUJER: MANANTIAL
Mujer, libre y santa, manantial. F: Prensa |
-Digo mujer y se me llena la boca –y los ojos– de cantares, de rosas con
unas gotas de rocío en sus pétalos, de gacelas que saltan en el bosque. Cada
vez que digo mujer el corazón se me llena de acción de gracias, por lo que Dios
da y embellece al mundo en ellas. Ellas son la fuente de la vida, y las que,
desde su oblación, modelan estas vidas, las hacen habitables. Habitables para
la gracia, para el amor –todo amor es sacrificio–, y para los sueños más
hermosos. En la mujer sueñan los sueños, iluminando el porvenir, llenándolo de
fuerte y riquísima fragilidad. Hablando de la mujer dice el libro de los
proverbios: «Mujer, sea bendito tu manantial». Manantial del que nace la vida
de los hijos; vida purísima, gozosa, aunque, a veces, en la selva del mundo, en
su engranaje viciado, se vuelva terrible. Salvaje. Rubén Darío dijo: «Sin la
mujer, el mundo es pura prosa”. Prosa que carece de la cadencia y música, y
mística, del verso, de su hermoso –y lacónico– vocabulario: palabras, las
mínimas, para decir todo, y que destelle en él lo más bello. Y el poeta chileno
Vicente Huidobro: «Mujer, el mundo está amueblado por tus ojos». Amueblado,
hecho latido en el hogar, manos que parten el pan y consuelan, religión, llama
que calienta. La mujer es digna de todos los derechos, y aplaudida, y respetada,
y libre. Sin ataduras. Y como dijo la Madre Teresa de Calcuta: «Lámpara siempre
encendida, pero sin dejar de ponerle aceite». Y Susan B. Anthony, activista de
los derechos de las mujeres: «Los hombres, sus derechos y nada más; las
mujeres, sus derechos y nada menos». Y nada menos, Diario (18:01:19).
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