14 de diciembre de 2024. Sábado.
CON SABOR A
NATURALEZA
-Si digo «¡oh, Dios, te
amo!», mirando a un lirio silvestre o al cielo sin nubes, la oración sube al
cielo con aroma a flor o a cielo abierto, azul; pero si esta misma oración la
digo a mi corazón contrito y humillado, como dice el salmo, a Dios le complace
más esta oración hecha desde un corazón embellecido por la humidad y el amor de
la contrición, que toda la belleza externa del universo, la que tantas veces, sin
embargo, Diario, nos ayuda a rezar y a alabar a Dios, con temblor y emoción.
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