9 de diciembre de 2024. Lunes.
ME SONRIÓ EL CORAZÓN
ME SONRIÓ EL CORAZÓN
Llanto de suftimiento: es la guerra. F: Prensa. |
-Las temperaturas, desplomadas. Desde ayer el frío y la bufanda se han hecho nuestros compañeros de viaje. Saco el gorro con el que me hice en Zakopane, el día de la inmensa nevada, en Polonia, y me lo calo hasta las orejas. Si los pies, las manos y las orejas van calientes, ríase la gente.
Una de las cosas más frías en invierno, son las monedas, salvo cuando
sirven para pagar el café en el bar o para calmar el frío de la mano del pobre.
El frío se aviva en la mano extendida del pobre. Fría la mano y calientes los
ojos, cuando les cae una limosna en la cavidad helada de la mano. Siempre, por
Navidad, recuerdo a aquella señora, vestida de escasez, que al recibir una
limosna más sustanciosa que las habituales, corrió tras de mí y tocándome el
brazo, me detuvo y me dijo: «¡!Dios se lo pague!».
Siempre recuerdo aquellos ojos
de agradecimiento, tan sinceros y tan llenos de humildad. «Dios se lo pague»,
me dijo, y yo le respondí: «Me ha dado infinitamente más que yo a usted». Y me
sonrió el corazón.
Hoy lunes, con el frío, lo he recordado emocionado, y esta
vez, Diario, he visto una sonrisa en mis ojos, en forma de lágrima silenciosa,
que reía.
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