13 de septiembre de
2017. Miércoles.
SUPERSTICIÓN
Siempre hay un más allá, en Las Palmas. Gran Canaria. F: FotVi |
-Se me enciende la
alarma al leer que es 13 (13 y martes, me digo); pero, al poco, descubro que no
es martes, y respiro, con una mariposa (de alegría) en los ojos. La
superstición es un atajo de miedos, uno detrás de otro, como una fila de
hormigas que intentara llegar y tocar lo inalcanzable. O lo que está más allá
del alcance de una utopía. O lo divino. La superstición es un resbalón de la
inteligencia hacia lo oscuro, hacia lo que parece estar ahí detrás y no surge,
no brota. Es una búsqueda tenebrosa con el ansia de encontrar lo inaccesible. Es
darle la espalda a la razón y ponerse detrás de una liturgia perversa, que -aun
de buena fe-, en ocasiones te hace vivir en un mundo irreal. Ni el trece supone
mal fario, ni coincidiendo con martes causa estrago alguno. El trece y martes, o
el trece y miércoles, no son más que un número y un día; y que hoy -y aquí en
nuestra tierra- hemos vivido con sol y palomas, y luz y sombras, y piedad y
avaricia, y pobres con la mano alargada y ricos con prisa y pensando en cifras
con ceros infinitos, y sin caer en la cuenta, que ha sido un día más -13 y miércoles-,
un día que se les ha ido (se nos ha ido) y que no volverá. O sí, pero siendo 14
y jueves, y sin supersticiones; o con la bella ilusión, Diario, del trabajo bien
hecho y el deseo del pobre de ver caer -por amor de Dios- unas monedas en su
mano tendida, como un vuelo de aves migratorias (18:52:45).