viernes, 1 de febrero de 2019

1 de febrero de 2019. Viernes.
SUBE Y BAJA

Amanecía esta mañana, desde el quinto piso. Murcia. F: FotVi

-Intérprete de su propia comicidad, recuerdo a Cantinflas, en la película Sube y baja, dar vida a un encargado de ascensor, humilde y estrafalario, pero lleno de dignidad. Ayer viví yo la misma experiencia, pero sin la habilidad de Cantinflas. Sube y baja en el ascensor, del octavo al quinto, y del quinto al octavo, echando la hiel por la boca, y fatigados los pies. Y es que, Diario –creo no habértelo dicho–, me han mudado de piso. Sí. Me han ascendido del octavo al quinto piso: aquí se asciende bajando. O sea: si habláramos de la subida de Jesús a los cielos, tendríamos que decir: Jesús desciende a los cielos. Mi ascensión ha consistido en ascender de un piso normal, el octavo, con una mesa, una cama, un cuarto de baño y un enorme balcón, a una especie de suite, o apartamento, el quinto, donde hay más espacio para perderse y no hallar nada, y que en vez de al poniente, da al este, por donde el sol sale y silabea el amanecer. Algunas veces lo hace, precedido de nubes coloreadas, que son como las hermosas danzarinas que preceden a la función. Otras, con corona de oro y manto azul, así, como todo un  rey, deslizándose por la bóveda del cielo como todo un señor de la vida. Y las habrá en blanco y negro, como una película de Buster Keaton echando leña al fuego de La general. Lamentación: ya no veré más desde mi balcón recogerse al sol en su ocaso; entretanto, diré con J. R. Jiménez: «Parece que la aurora me da a luz, / que estoy ahora naciendo». Pues, eso: me consolaré así (17:34:54).

miércoles, 30 de enero de 2019

30 de enero de 2019. Miércoles.
LAS RUINAS

Flor de pasión, en el jardín. Torre de la Horadada. F: Forvi

-A todos nos aterra la muerte, pero sobre todo cuando nos toca de cerca. Porque entonces es cuando tienes que mirar y ver el rostro de cera y la nariz sin aliento del ser querido exánime, todo él paralizado, como el que ha entrado en el más terrible silencio de las cosas. Aunque el siquiatra austriaco Viktor Emil Frankl, que sobrevivió a varios campos de concentración nazis, diga que «a menudo las ruinas son las que abren las ventanas para ver el cielo». Porque todos, en la muerte, nos hacemos escombro, despojo de una bella historia de amor derribado, pero que aún vive en la ruina y en la mariposa que siempre nos queda activa de la vida anterior. Nos preguntamos por qué la muerte de Julen, el niño de Totalán, ha causado tanto revuelo mediático y las decenas de niños que mueren en el mar pasan comúnmente desapercibidos. Quizá sea por esto: porque la muerte de Julen nos ha tocado de cerca, la tragedia nos ha envuelto en su llama, y, sin embargo, las de los niños del agua nos quedan lejos; no nos rozan la piel. Son como las ruinas de Éfeso, en Turquía, o las de Gerasa, en la Decápolis, que si no las visitas no te puedes dar una idea de su grandiosidad y belleza, de su hermoso lenguaje, de su latente y vivo idioma de despojo. Todas las muertes, Diario, son tragedia; pero las más cercanas, además, son tú tragedia, con la que tienes que lidiar y sobrevivir, sin que te atrape y te destruya, liberándote de su abrazo abrasivo y, en ciertos casos, mortal (19:23:30).

lunes, 28 de enero de 2019

28 de enero de 2019. Lunes.
POR AQUÍ PASÉ YO

Florecilla dorada de invierno, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Cuando leo, me gusta subrayar, es un modo de dejar el hecho de mi lectura reflejada en el texto. O de decirme a mí mismo cuando vuelva a releer el pasaje: por aquí pasé yo. Es lo del hilo de Ariadna en la mitología griega o lo de las migas de pan de Pulgarcito en el cuento de los hermanos Grimm. Se trata de reconocer el camino que hiciste en otro tiempo, y ver si has adelantado o retrocedido. Por ejemplo, en el prólogo –Advertencia a los hombres que lean este libro para niños– de su Platero y yo, escribe Juan Ramón Jiménez: «Dondequiera que haya niños –dice Novalis– existe una edad de oro». Cita que tengo subrayada, de cuando, hace años pasé por allí, y con un lápiz, tracé un camino nervioso por debajo de esta frase, que habla de niños, pero que leen los mayores. «Pues por esa edad de oro –sigue Juan Ramón–, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta». Y el mío, ahora que, desde la altura de mis años, contemplo extasiado esa «isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños». Edad de oro, Diario, que me hace vivir en la ensoñación y la alegría, y en el asombro continuo del niño, que vive y deja vivir, con la viveza de sus ojos abiertos (18:45:34).

domingo, 27 de enero de 2019

27 de enero de 2019. Domingo.
ABRIR UN LIBRO

Abriendo un libro, con respeto. En Murcia. F: FotVi

-Abrir un libro es algo así como abrir un árbol, una granada, un pensamiento. Al otro lado de la apertura siempre acecha la sorpresa, el hallazgo. El incendio, tal vez. Yo, cada vez que voy a abrir un libro, tiemblo: de emoción y de temor. No sabes lo que te vas a encontrar detrás de ese bosque de hojas, de palabras, de historias. Puede haber una tertulia de granos de granada –la belleza apiñada–, o un desfile de alacranes encendidos. Alacranes, que, con su picadura, te pueden herir o destruir. Pero tú lo abres, entras en él, y no te importa volar sin alas o sufrir en sus páginas, tú sabes que abrir un libro es vivir una bella o terrible aventura. Y que toda aventura es libertad, o, en todo caso, un acto de rebeldía, de avidez visionaria, de revolución interior. Te invito a hacerlo, Diario, a abrir un libro, con delicadeza, con amor; te invito a abrir esa rosa (18:44:44).

sábado, 26 de enero de 2019

26 de enero de 2019. Sábado.
VIGILIA ESPERANZADA

Ángeles en la noche, en Murcia. Belén del Obispado. F: FotVi

-Ha finalizado la vigilia esperanzada, ha llegado el final. El niño Julen ha sido hallado en el pozo donde cayó: sin vida. Se esperaba un milagro, pero los milagros viven mientras vive la esperanza. A las 1:25 de la madrugada, el cuerpo sin vida del pequeño Julen  ha sido entregado a sus padres, como una hermosa reliquia de una vida frustrada, aunque latiendo aún en el recuerdo de los suyos. No es retórica, es verdad: los latidos de sus padres aún siguen tañendo en él, como golpes sagrados de vida, de otra vida. El mismo padre, oyendo llorar a su hijo caído en el pozo, le dijo: «Estate tranquilo, papá está aquí, y el hermanito; el hermanito nos va a ayudar». Oliver, el hijo muerto en 2017 a causa de una muerte súbita, iba a ayudar. Y seguramente que ayudó, aunque de otra manera. Sin embargo, ha habido otro milagro: el de la solidaridad, el del estar todos con nuestras manos en las manos de los que han hecho posible –unas 300 personas– el hallazgo de este hermoso diamante sacado de las entrañas de la montaña. Anoche, de madrugada, estos hombres del pico y la taladradora, de corazón de oro y de manos laboriosas, daban a sus padres, con lágrimas y consternación, la joya de su hijo muerto, que vive y vivirá para siempre en ellos, Diario, y con ellos. Es la otra esperanza que nos salva (11:26:24).

viernes, 25 de enero de 2019

25 de enero de 2019. Viernes.
OSADÍA

Creciendo con fe, en la palmera. En Murcia. F: FotVi

-Paso la página del día nublado y descubro en la siguiente un día de sol generoso, espléndido, acariciador. Y, además, día con temperatura muy agradable. Al ir a rezar Laudes, descubro que hoy celebramos la Conversión de San Pablo. De perseguidor de cristianos, San Pablo se hace evangelista de la fe. Carga con la palabra de Cristo y la va sembrando como semilla por el mundo conocido. Perseguir a la Iglesia, lo hacía con saña, y la asolaba, pero llamado a la fe, viaja de allá para acá, hablando de la verdad que Cristo le había revelado, y así se lo comunicaba a los gentiles. Los gentiles, o los extraños a Israel. Y aquí estoy yo, gentil entonces, recibiendo estas palabras de luz y fuerza, que me llenan de vida y me aclaran mi destino. Como dice San Juan Crisóstomo de San Pablo: Gozar del amor de Cristo, representaba para él la vida, el mundo, el reino, las promesas, todo. Y él sabía, Diario, y yo lo sé por él, que la fuerza se realiza en la debilidad. Cuanto más débil, la fuerza de Dios actúa con más osadía en aquel que vive y se guía por la fe, sin complejos (19:08:01).

jueves, 24 de enero de 2019

24 de enero de 2019. Jueves.
ARISTAS DE FRÍO


El puente y las nubes, en Murcia. F: FotVi

-Mañana de nubes negras, que hacen que el día se vista de grises y andrajos. Un gris con aristas de frío y cansancio; cansancio por lo del huelga de los taxistas en Madrid y lo de Julen en Totalán, que no acaban de llegar a él. En todo caso, día triste y pesado. Salgo a pasear y me encuentro con las nubes y el puente de Calatrava, los miro, y pienso a cuál hacerle la fotografía. Decido hacérsela a los dos: dan idea de lo que es este día de luz y sombras, de íntimas melancolías. Mientras camino, pienso: en las liturgias y en las teologías, Dios se hace menor. Sin embargo, cuando Dios rompe el encorsetado de la liturgia y la teología, se hace mayor, amando. Ya sé que la liturgia y la teología son necesarias para ordenar el tráfico de su culto, pero hay veces que los lujos de una y lo asertos de la otra, lo oscurecen, como las nubes al día. Prefiero al Dios del evangelio, que tocaba leprosos y se arremangaba la túnica para subir a la barca y, con los pescadores, pescar. Y así, pescando, hizo a unos discípulos incultos pescadores de hombres: con sabiduría en sus palabras y centelleo en sus obras. Como Jesús el Rabí, el Maestro. Día, pues, de nubes y viento, de bufandas y guantes, y de un caminar lento y contemplativo. Si no se contempla el invierno, Diario, no se saborea su belleza romántica, de ruina sentimental, dramática, pero hermosa (18:11:07).

martes, 22 de enero de 2019

22 de enero de 2019. Martes.
¡MI SANTO!

Estar, con raíces. Salinas de San Pedro. F: FotVi
-Me restriego los ojos, bostezo, me incorporo en la cama y digo: «¡Mi santo!», con los brazos en alto. Y, al instante, doy gracias. Gracias por vivir y gracias por estar en las cosas de las que disfruto. Estar: con raíces. Y me acuerdo de aquellos a los que les falta lo más elemental de la vida, como el pan y el agua, y el poder soñar. (El niño Julen). O el hecho de tener en sus manos los sueños y poderlos manejar sin romperlos ni mancharlos. La pureza del sueño juvenil. Cuando todo es posible, incluso el lado irrealizable de la utopía. Este lado utópico de los sueños es lo más fácil y original de cualquier ensoñación juvenil: al no existir lo imposible, le puedes dar la forma que más te guste, o no darle forma, solo sospecha, sin faltar a la verdad. De ahí que esta mañana haya pisado el día con el sueño de que existan bosques sin árboles, sólo con trazos de árboles, como en un cuadro surrealista, y un mundo sin injusticias, donde puedan vivir y regir el mundo los niños, que suelen hacer guerras pero con pistolas de agua y tanques de humo, sin iras ni odios, solo con la luz de la niñez en los ojos, con los que se puede ver un mundo distinto y más humano. Cavafis, en la vuelta de Ulises a su isla, le dice: «No esperes que Ítaca te dé riquezas. / Ítaca te dio un hermoso viaje». Es en el hermoso viaje que me ha dado la vida, Diario, en lo que pienso en estos días de vuelta, cuando ya vislumbro la Ítaca celeste, donde todo es Amor y cercanía, y visión (18:38:24).

lunes, 21 de enero de 2019


21 de enero de 2019. Lunes.

LAS NAVAJAS DEL CASTIGO

Fuego que no quema, en la tarde de Murcia. F: FotVi

-A veces pienso que Dios es bueno y otras, que Dios me traiciona. Es un modo egoísta y arqueológico de mirar y ver a Dios. O se le mira y se le ve con los ojos del limpio de corazón, o con los ojos que, aun a pesar de ser consolados, siempre lloran. El libro del Eclesiástico se explica muy bien: «Como les mostraste tu santidad al castigarnos, muéstranos así tu gloria castigándolos a ellos». Como para revolver las entrañas lo que pedían aquellos señores al Dios que parecía estar allí para su uso personal y exclusivo. Es decir, un Dios castigador y perverso a su servicio, que defendiera sus intereses. Pues tenían la idea de que cuando les castigaba, mostraba su santidad, y cuando lo hacía con los otros, ilustraba sobre su gloria. Y yo me pregunto ahora dónde quedaba la misericordia, y, en su lado más maternal, más cuidadoso, la piedad. La de la mano materna en la frente del hijo que sufre fiebre, así como la del que al caer siente esa misma mano ayudándole a levantarse. El relámpago maternal y tierno de la luz de Dios se hacía así rayo y destrucción, y no la lámpara que acompaña cada paso como seguridad y liberación, como gracia y no como obstrucción. Prefiero, Diario, al Dios que ama y deja las navajas del castigo y la multa para partir e impartir el pan (17:53:47).

domingo, 20 de enero de 2019

20 de enero de 2019. Domingo.
ALETEO CAUTELOSO DE PALOMAS

Viviendo, en Salinas de San Pedro. Murcia. F: FotVi

-Todavía, y a pesar de los años, me conmueve asistir y participar en la celebración de la misa, misterio en el que se vive, se toca, se oye lo que no se ve: un Dios que habla y su palabra aún es oíble como palabra de Dios. Todavía me estremezco cuando cojo en mis manos el pan y el vino y digo las palabras de Jesús en la última cena. Un autor anónimo canta: «Te amo, / ¡totalidad de corazón! / ¡sabor, oh tú, de uvas! / ¡gusto a sangre!» Estos versos son todo un esquema de lo que es la misa. El amor, en la misa, se mueve, te sacude, se hace pan que, con sabor a grano de trigo molido y horneado, se come, y vino, que, con gusto místico a sangre, se bebe. Todo es amor y fe. Y es que la fe, como un aleteo cauteloso de palomas, anda de por medio inspirando, haciendo presente lo que es evangelio –memorial, recuerdo–, salpicando de gozo y esperanza la vida. Siempre el amor es síntesis, pespunte que une fe y esperanza en la consecución de un fin, el de contemplar a Dios acercándose a la humanidad para decirle que aún existe la piedad, la otra esquina del amor. Fe, esperanza, amor son la trinidad que mueve la vida y le da sentido. He celebrado la misa esta mañana con la emoción envejecida, pero viva, del primer día. Unción se llama esto. Unción más ajada, Diario, pero con el mismo tono de voz del que dice palabras que sabe que no se las lleva el viento, y que están ahí, alentando y dando fortaleza al que las dice y al que las oye, como una fuente inagotable de energía (18:13:07).

sábado, 19 de enero de 2019


17 de enero de 2019. Jueves.




Ayer se despedía así el sol de Murcia, cayéndose en el horizonte como una moneda encendida. La moneda de oro de la tarde. Y, como pillería, nos guiñaba el ojo. Desde mi balcón, en Murcia. 


viernes, 11 de enero de 2019

9 de enero de 2019. Miércoles.
SIN INTERNET

Un poco exagerado, pero cierto. El País. 

-Después del dulce y suave caramelo del sol, llegará a Murcia el frío polar, que será un suplicio para el limón, las lechugas y los alcaciles: en la madrugada, cuando baje el termómetro, los cítricos y hortalizas se vestirán con gasas de cristal y se helarán, y parecerán piel de viejo arrugado. La naturaleza, a veces, se viste de fantasma –de blanco– y asusta. Esta mañana, de pronto, me he encontrado desahuciado de internet. Y sin internet, no soy nadie. Lo primero que hago por la mañana es abrir los periódicos en el portátil y ponerme a leer. Luego de su lectura, escribo; sin ese primer trago de lectura, soy incapaz de escribir. Es como tomarme el primer café de la mañana. O sea, rezo –es una de mis adicciones–, leo los periódicos, que mezclo con otras lecturas, y escribo. Empiezo por el ABC, sus artículos que me ponen al corriente de la actualidad, sigo por El País, la viñeta de El Roto, luego El Mundo, donde me asomo a Raúl del Pozo, y así hasta dar con El Español, donde me canso de leer cosas interesadas, y me pongo a escribir. Salvo cuando voy de viaje, que entonces rezo y dejo atrás todo ese mundo confuso y contradictorio que es la prensa. Desde luego, un mundo de intereses y de determinadas inclinaciones políticas, sin vuelta de hoja. Lo que en unos es bello, en los otros es feo, lo que en unos es bueno, en los otros es malo, y así hasta el infinito. La libertad de expresión, dicen. Y lo que sucede al final, Diario, es que no me fío de ninguno, y así en mi cabeza queda solo aquello que me gusta y convence, y que va con mi idea de lo que es la vida y sus aledaños, ese don (don de Dios, por creyente) tan extraordinario y tan frágil, tan atado al tiempo y al espacio, tan dado a ganar minutos y a perderlos. Es decir, la existencia, o esa cosa maravillosa (18:48:07).

martes, 8 de enero de 2019

8 de enero de 2019. Martes.
DICTADURA

Libre de irse o de quedarse, en mi balcón. Murcia. F: FotVi

-Se habla de la dictadura de lo políticamente correcto. Dictadura: o lazo, rodillo, traba, grilletes. Hay cuerdas, en lo políticamente correcto, que atan lenguas y voluntades, y no dejan gritar libertad. Bocas cosidas, que solo se abren para dejar escapar consignas banales y asustadizas. Todo lastrado por una ingeniería social inaguantable y fastidiosa. ¿Quién impone lo que hay que decir o no, lo que hay que ocultar o airear? Siempre, el poder político, la prensa adicta a la consigna y la ocultación, los lobbys o grupos de presión, los intereses económicos. Y todo esto trufado de un progresismo de corbata roja, buena mesa y el «fascista» en la boca como disparo brutal y defensivo contra el adversario libre. No se vive de consignas, sino de realidades. ¿Por qué luchar contra fantasmas? No hay más verdad que la persona que vive para la cordialidad y el trabajo, para la fe y los sueños, para el vuelo y el saber luego cómo y dónde aterrizar. La libertad del pájaro, o la del árbol que acoge al pájaro y a su prole y les da cobijo y hogar, sin exigir que a cambio le entregue sus alas. Un servidor no desea ir andando por lugares resbaladizos y cenagosos donde vive la consigna y el gazapo intelectual. Un servidor quiere vivir de su propia conciencia y de hacer posible lo que libremente piensa que es bueno y aceptable, sin tener que acudir a ningún circo de la atadura y el lobby, de la mentira cualificada y angustiosa. Mi libertad, Diario, es mía e intransferible (18:56:25).

lunes, 7 de enero de 2019

7 de enero de 2019. Lunes.
REDENTOR

Desliando carencias, en Mont Saint Michel. Francia. 

-Epifanía, o adoración a Jesús en Belén de los Magos de Oriente. Jesús se hace así presente en la historia del hombre, en sus gozos y tristezas, en sus logros científicos y técnicos, en sus bellas utopías. Él se da a conocer a la ciencia y a la razón; es decir, Jesús, en lo más iluminador del ser humano, se hace objeto de contemplación. Habrá quien lo rechace y quien lo acepte, pero ahí está, Diario, sonriendo a la ciencia y perpetuándose en la fe, como redentor de la ignorancia, del oscurantismo, de la barbarie, remediando carencias (18:38:08).

domingo, 6 de enero de 2019

6 de enero de 2019. Domingo.
REGALO DE REYES

Flauta de anciano, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Hoy puedo decir: «¡Aún vivo!». Con sorpresa. Veo una foto del Estado de Alaska, blanco de frío, nevado, y pongo mis manos a calentarse al sol de Murcia. En Murcia, el sol de invierno roza y acaricia, como una mano de ángel o un rabo de gato, y no daña. Hoy, día de Reyes, el sol y su lumbre es uno de los regalos más hermosos, y además viene para todos: niños y mayores, ancianos y desvalidos, un regalo universal. Esta mañana me han enviado un vídeo desde Canarias, con Candela abrazada a los regalos que le han dejado los Reyes. Candela tiene los ojos grandes, pero esta vez parecían lagos de oro de tan enormes. Como regalo, yo me quedo con esos ojos, que alegran como el sol de Las Canteras en Canarias. Un sol amable y lírico, y soñador. Anoche, en la cena, se presentaron los Reyes Magos en la Casa, con sus mantos y sus coronas, y un heraldo (Juan Fernández) que hacía elogio de los Reyes en arameo. Lengua del tiempo de Jesucristo. La traducción la hacía José Luis, que omitía algún párrafo por no meterse en camisas de once varas. Los Reyes nos dejaron unas trompetas de plástico, un paquete de calcetines (falta me hacían) y un frasco de áloe vera, para el baño. Hemos pensado hacer una banda de ancianos con trompeta, para los días señalados de la Casa. Solo me queda por consignar, Diario, que, en mi admirable vejez juvenil, he sido y soy muy feliz, y, como todo anciano, muy nostálgico y contemplativo, y romántico, aún (19:18:08).

viernes, 4 de enero de 2019

4 de enero de 2019. Viernes.
CUESTA DE ENERO

Los Reyes Magos llegan, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-De aquí a los Reyes, los días te parecerán más cortos, más acelerados, sin remansos para el retiro y la reflexión. Son días como de película muda, de aquellas películas atropelladas y absurdas, irrazonables, de las que, al final, solo quedaban la risa y las lágrimas, y una lección magistral: no te importe el qué dirán, ni nada de lo que políticamente correcto te dicten. (¡Ay, aquellos Groucho Marx, y Charlot, y Laurel y Hardy, y Harold Lloyd…!) Ahora mismo las palabras están llenas de retórica y vacías de contenido. En el tiempo de la verdad líquida, de la posverdad, la mentira se ha adueñado del lenguaje y, cubierta de eufemismos, de disfraces, pretende erigirse en guía y horizonte para incautos. Pero del día de Reyes para allá, los días pesarán más y serán más aciagos, más duros, como un naufragio en una bañera. O como ir por la calle resbalando, al pisar, en cortezas de plátano abandonadas. Se notará la cuesta de enero, en que empiezan la escuela para los pequeños y los quebraderos de cabeza para los mayores. Otra vez los libros para los más jóvenes y los despertadores y las prisas para todos los demás, menos para los más viejos, que veremos cómo los días son cada vez menos días, y más humo, sin embargo, disuelto en el aire. De momento, Diario, vivamos la Cabalgata de Reyes con ojos absortos, llenos de perplejidad, y dejemos que la noche de Reyes aflore en nosotros el niño (o Candela) que llevamos dentro, y gocémonos con el regalo que nos dejen, aunque sea tan bello y cotidiano como el poder decir al día siguiente: «¡Aún vivo!», sin más y sin menos, y con la sorpresa en los ojos, allí iluminando, como una libélula (18:47:49).

miércoles, 2 de enero de 2019

2 de enero de 2019. Miércoles.
SIEMPRE 2

2 frailes cantando, sin desafinar. En Torre de la Horadada. F. FotVi

-El 2 o –como dice Katy Parra, poeta– el número sentado. Sentado en su propia y corta identidad (2, con un cero delante, no es más que un 1 más 1; o sea: dos tíos estirados. Es decir: 2). Nada significativo, nada importante. Pero sentado. Descansa de ser tanto 2. Siempre 2. Dos (2) días de enero ya y con sol; el mismo sol que el de ayer, como de miel y trigo. Y en la amanecida, el frío, como regalo del 2. Estamos en enero, y ya todo lo de ayer está lejos, y lo de mañana sin alcanzar, y viviendo este maravilloso minuto de ahora mismo. ¡Cómo lo saboreo! Mi sorbo de vida. Como un sorbo de licor. Uno minuto más, Diario, viviéndolo, amándolo, es mi minuto más de vida, es mi vida encerrada en un minuto, que ya ha pasado, pero sin dejar de latir, aún, todavía, en el minuto siguiente (19:03:43).

martes, 1 de enero de 2019

1 de enero de 2019. Martes.
TODO IGUAL

Igual que ayer, en Vistabella. Murcia. F: FotVi
 
-¿Es nuevo el cielo, el árbol, la florecilla nacida en el tronco de la palmera, el grajo o el mirlo, las palomas que planean sobre los árboles? El río pasa, como ayer, lento, pensativo. ¿O es que tal vez piensa? ¿Soy otro yo, o lo es el libro que estoy leyendo? ¿En qué se nota el ayer, 31 de diciembre, del hoy, 1 de enero? ¿O solo son una ficticia travesía en el calendario? ¿Una mentira de papel, que se pasa con un dedo y es otro día? He salido a andar por el barrio de Vistabella y he visto todo igual: las palmeras, las jacarandas, los parterres con las rosas mustias, los abuelos que charlan en un recodo del jardín que bordea la avenida del Intendente Jorge Palacios, el lenguaje azul y rojo de los semáforos. Todo igual. Y hasta la misa que he celebrado esta mañana con mis viejos, también es igual a la de ayer, y lo será a la de mañana. Solo, al andar, noto que ha pasado un año, como si me pesaran los pasos. Llega un momento en que los arrastro, hasta que tomo asiento. Respiro, miro las hojas de las acacias al contra luz, pienso que allí habría una buena fotografía, y una vez oxigenado, me levanto y sigo mi caminar, sin mirar atrás, Diario, pisando ya (casi) la vida eterna, que huele a gloria (18:37:34).

lunes, 31 de diciembre de 2018

31 de diciembre de 2018. Lunes.
EL MÁS Y EL MENOS

La Virgen con el Niño, Catedral de Colonia. F: FotVi

-Hoy celebraré la alegría por un año más y la tristeza por un año menos. Hay un punto en este día en el que ambas sensaciones se unen, y chirrían. La una ríe, la otra llora. Ríe la vida, y llora lo que finaliza. Treinta y uno de diciembre y uno de enero, o la oruga que se despide y la mariposa que nace, de la oruga. Un acontecimiento de muerte y vida. O aquello de Suetonio: «César, los que van a morir te saludan». Y lo hacen con cohetes, champan y farolillos de colores. Los que van a morir. En esta noche, el más y el menos se dan la mano: tú te vas y yo vengo, dirán los años. Y nosotros, entre ambos, jugando a no enterarnos: «contemplando / cómo se pasa la vida…» Jorge Manrique. Hoy, hace ocho días, vigilábamos la Navidad. Estábamos a punto de tocarla, de vivirla, poníamos belenes que ilustraban nuestra fe. Aquí el Niño, con un gorjeo; y a cada lado del Niño, María y José, dulcemente inclinados, con la perplejidad en sus ojos y en su corazón, que latía con exceso, de alegría. Luego los pastores, y sus ofrendas. Y el ángel, arriba, donde se mueve y habla Dios. Ángel que canta: «Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra». La paz en la tierra, como signo de la lluvia de Dios que riega el mundo. Todo como una niñez que, con el tiempo, ha crecido. Y mañana, ya, la octava. Ocho días, y todo ha pasado, como un bello pensamiento, como una racha de viento del cielo. Todo pasa, Diario, menos lo que queda tras de tus pasos: la luz que has ido dejando, y que, a pesar de las sombras, iluminará a otros que vengan tras de ti. Feliz año nuevo, amigos (19:08:29).

sábado, 29 de diciembre de 2018

28 de diciembre de 2018. Viernes.
INOCENCIA

Asombrado de contemplar, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-No es lo mismo inocencia que inocente. A veces pienso: «¡Qué hermoso fue vivir en la inocencia!». Inocencia, que, eliminados los sinónimos de ingenuo, cándido, simple, bobo (inocente o inocentón), y algún otro, también es llaneza, espontaneidad, franqueza, sinceridad, perplejidad, asombro, libertad. Me encanta la época en que el niño vive solo para descubrir cosas, cosas que una y muchas veces mira y toca, y juega con ellas, hasta gozarse en su realidad. Dejó dicho el dramaturgo Tom Stoppard: «Si llevas tu infancia contigo, nunca envejecerás». La infancia, como libro abierto en la vida, como principio de los sueños, como acicate para ir hallando nuevos horizontes en los que crecer y creer. La niñez es el tiempo de la fe verdadera. Se cree en todo aquello que se sueña, aunque luego la realidad rompa, como un espejo, el sueño. Pero quedan las esquirlas, los fragmentos que pueden recogerse, y esos trozos del espejo, contemplados como cuando niño, te hacen rejuvenecer. Maravillarte. Volver al primer día en que viste las cosas y supiste cómo llamarlas, le pusiste nombre, creíste -absorto- poder dominarlas. La inocencia: o la luz para la vejez. Hoy, día de los Santos Inocentes (o los Santos de la Inocencia), imploro a mi niñez que vuelva a mí, para que, cogido de su mano, me conduzca al país donde todavía viven los sueños, se ejercitan, ríen, lloran, hacen vuelos, hasta que, en el castillo de la fantasía y del aprendizaje, de la fe y la esperanza, de la expectación, te hacen dar con la verdad, y redimirte. Todavía, Diario, en la niñez –mi niñez de entonces–, estoy Esperando a Godot, aunque sin angustia ni desesperación, sin atisbos de crueldad, solo colmado de esperanza, pues sé que la niñez vuela, y, en el vuelo, crece, y crea más vuelos, aunque no lo vean así los que aún esperan a Godot, que ahí siguen: negándose a sí mismos y sus circunstancias (11:44:42).

jueves, 27 de diciembre de 2018

25 de diciembre de 2018. Martes.
ENTRE CORTINAS

La Bella simplicidad. en el jardín. Murcia. F: FotVi

-Día sin nieves, pero blanco. El sol, entre leves cortinas de nubes, se asoma, sin embargo, claro e ilusionado, alegre, con la esperanza como razón de sus pasos celestes. Después de haber alumbrado y dado calor el día, como las manos de un buen padre, llegará al ocaso, y dará paso a la noche, donde, con la luna, habitará el sueño y sus castillos en el aire. Y luego de haber hablado de paz y de amor, el día, blanco y sin nieve, se despedirá feliz de todo lo que ha iluminado, pues hoy, Diario, ha albergado al Niño-Dios, el otro Sol de justicia que dividió la historia del hombre en dos, la de antes, sin piedad, y la de después, con el amor como meta, hacia el que caminamos (18:26:14).

lunes, 24 de diciembre de 2018

24 de diciembre de 2018. Lunes.
PALABRAS NUEVAS

Niño cantando villancicos, en el País de la Inocencia, F. FotVi

-¿Qué ha ocurrido en el mundo, para que hoy, día 24 de diciembre, miremos todo con ojos más claros, más limpios, y saludemos con hermosas palabras de felicitación a todo el que se cruza en nuestro camino? ¿Qué le suceden a nuestras palabras y a nuestro corazón? ¿Será que la inocencia ha ocupado estas palabras y ha blindado de amor nuestro corazón? ¿O es que saltándonos todos los protocolos dejamos que la niñez nos invada? Cada veinticuatro de diciembre, todo se inaugura, todo es estreno, todo es creatividad. Como los villancicos del pasado, que cada año parecen reinventarse, renacer de sus cenizas, igual que la poesía o las utopías, que, al ponerse en verso, hacen que el lenguaje sea más de aliento y corazón, más verdadero e ilusionante, más puro. Feliz Navidad decimos, Diario, con palabras nuevas y llenas de humildad, sin aspavientos, sencillas, que se arrodillan ante el Niño recién nacido y dicen todo aquello que significan: como paz, amistad, aliento, vida, gracia, con aleluyas de alegría y celebración, de infancia y asombro, de contemplación y júbilo, y ángeles que llaman a nuestro interior tocado por algo divino, como si Dios se hubiera hecho hombre en cada uno de nosotros, en nuestro corazón, y lo dijéramos en nuestras palabras, llenas, al fin, de piedad y misericordia, de suave humanidad. Feliz Navidad (18:20:27).

domingo, 23 de diciembre de 2018

23 de diciembre de 2018. Domingo.
ISAÍAS, POETA

La Anunciación de María. En Nazaret.

-A un paso de la Navidad, oigo en la liturgia de la misa a Isaías que exhorta a los cielos a que destilen el rocío y a las nubes que lluevan al justo; y a la tierra, a que se abra y que de ella brote la salvación, para que así germine la justicia. Palabras estas que llenan el corazón y la poesía. Hay veces en las que pienso que la religión debiera ser poesía, para que, con la belleza del lenguaje, se elevase y se aproximara a la tierra la grandeza y la excelsitud del mensaje. Que los cielos destilen el rocío, pide Isaías; es decir, que la gracia descienda sobre la tierra, y que las nubes lluevan la justicia. Porque del cielo nos viene la imparcialidad, la rectitud, la conciencia. Dice Antonio Lucas, periodista, que «la poesía está aquí de toda la vida, porque es la forma más moderna de fundar algo nuevo». Isaías hace una bellísima metáfora: compara el nacimiento del Mesías con el rocío, la lluvia, el germen. Y es que Cristo es rocío para refrigerar –dice Santo Tomás–: «como nube de rocío en el calor de la siega». (Isaías 18, 4). Es lluvia para fecundar: «Descenderá como la lluvia sobre el retoño». (Sal 71, 69). Y es germen para fructificar: «Y suscitaré a David un Germen justo». (Jeremías 23, 5). He aquí cómo el lenguaje de Dios, al ser creativo, se hace poético. Y, sigue Antonio Lucas, «no con palabras insólitas, sino con pequeños espacios de inmensidad». La poesía aquí se confunde con la extensión de Dios, que, en forma de gracia, se ramifica, se esparce, se hace Edén; y como gracia, Diario, no tiene límite, no hay frontera o linde que la pare, está en el cielo y en la tierra, como algo que, si pasas junto a ella, te salpica, amorosamente te vence (19:34:17).

jueves, 20 de diciembre de 2018

20 de diciembre de 2018. Jueves.
EL BIEN NO SE TE DA

Tras las sombras siempre hay una luz, en Murcia. F: FotVi

-Pienso en el mal y me estremezco. Existe el mal con todas sus variantes: el mal que inocula el veneno en las palabras, el mal de las miradas aviesas, el mal de las mentes perdidas. El de los corazones podridos y encharcados de odio. El de las conductas pavorosas. Siempre el bien y el mal han estado enfrentados, pero son el resultado el uno del otro. Donde hay bien, surge el mal, como su sombra, como el aguijón de la abeja, como la espina de la rosa. Si hay luz, la sombra nos precede o nos persigue. La luz está para todos, pero hay quien elige enfangarse en la sombra, y manotear en ella, hasta ahogarse. Sin embargo, como diría Goethe, el mal escribe la historia, porque el bien elige el silencio. Y está escribiendo la historia el mal, otra vez la hoz del mal segando el bien, y dejando que crezca la cizaña. Lo vemos cada día: esta vez ha sido Laura Luengo la que ha caído bajo la zarpa de la bestia. Y lloramos, y nos rebelamos, y sentimos el dolor de los suyos. Y nos angustia que junto a nosotros pueda haber un ser tan ruin como este que se ha llevado por delante la vida y los sueños de esta joven profesora. Ante este hecho tan despreciable y pavoroso, yo no me rasgo las vestiduras, ni grito, solo pido un poco de serenidad y entereza, y, en todo caso, rezo, y doy gracias, Diario, porque no he sido yo el homicida, y tomo la vida de Laura como un hermoso ejemplo para seguir queriendo ser mejor, y, al final de mi días, poder crecer en dignidad y en virtud, en tolerancia, en indulgencia, que el bien no se te da: el bien te lo tienes que ganar tú (18:46:39).

miércoles, 19 de diciembre de 2018

19 de diciembre de 2018. Miércoles.
BROCHAZO EN ROJO

Cielo en rojos, en Murcia. F:FotVi

-Me levanto, me asomo al balcón y lo veo todo rojo. Luego sale el sol y se inaugura el blanco, y el vuelo de las palomas, y el ruido de la ciudad, que empieza a vivir. ¿La vida es ruido? ¿O el ruido se hace vida? Siempre la vida es ruido, aunque sea el ruido minucioso y paciente del corazón. Como una sinfonía de latidos, que luego se hacen luz en los ojos, tacto en las manos, pasos en los pies. E inteligencia y conciencia en la mente, por donde pasan los pensamientos y los deseos, y, ya en la voluntad, las buenas y malas acciones, que alumbran la personalidad de cada cual. Hoy, Diario, tras el brochazo de rojo al abrirse el sol, acaba la tarde blanca y tranquila, aunque Torra y Sánchez sigan con sus juego de cartas marcadas y perdiendo ambos la partida, sin luz en el tablero, malabaristas ambos de la nada encenagada (19:41:12).

domingo, 16 de diciembre de 2018

15 de diciembre de 2018. Sábado.
ER PRINCIPICO
Er Principico, en lengua panocha. Nostalgia

-Respiro hondo y toso: un nuevo día. Bajo a la capilla y rezo. Aunque luego ascienda la oración como el incienso, sin embargo, para hacerla, hay que descender del octavo al primer piso. Es decir, un descenso y una ascensión. Baja el cuerpo y, en las palabras, sube el espíritu, como la nube de Elena Poniatowska en su cuento La vendedora de nubes. La nube está sobre la cabeza de una niña pobre. Así son las nubes: si te toman cariño, te acompañan allá donde vayas, y, en caso de necesidad, las puedes vender. Pero, entonces, la nube se resiste y llora. Ya sé que es un cuento, pero lo que ocurre en los cuentos, casi siempre es verdad. En este caso todo es verdad. El jueves vino Manolo Cuadrado, traía dos libritos bajo el brazo: uno suyo: Un cuento muleño de Navidad, y el otro, de Antoine de Saint-Exupéry, El Principito, pero traducido al lenguaje panocho por José María Aguilar, maestro retirado de educación primaria. En esta traducción, el libro se titula: Er Principico. Y comienza así: «Cuando yo teniba sai años vide una vez en un libro sobre la serva virgen…» Y todo así, con esta suerte de lenguaje estrafalario, hasta la página 93, en la que acaba preguntándose si «er forreguico s´ha comío, sí o no, a la fror». Es un hermoso ejercicio de pirotecnia literaria, de nostalgia romántica. Todo eso se ha perdido; es el recuerdo de lo que fue, y ya no es. Se habla del lenguaje de la huerta, cuando ya no hay huerta y lo poco que queda está en estado de demolición. El panocho ha quedado como idioma de la gracieta y el chascarrillo, sin más trascendencia; es decir, se acabó lo que se daba, Diario, no queda más vino en la bota, solo unas gotas de triste, aunque luminosa, añoranza (18:32:07).

martes, 11 de diciembre de 2018

11 de diciembre de 2018. Martes.
SED FELICES



-Sed felices, si así os parece, suelo pedir por estas fechas, porque «la palabra se hizo carne, y acampo entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad». Esto decía San Juan del Nacimiento de Jesús. Y San Lucas: «Y mientras estaban allí [en Belén], a María le llegó el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada». Por eso, Diario, os pido que seáis felices, pues, de este modo tan sencillo, tan natural, «en la ciudad de David, nos ha nacido un Salvador: el Mesías, el Señor» (18:33:27).