19 de marzo de 2021. Viernes.
HABLABAN LOS SILENCIOS
HABLABAN LOS SILENCIOS
-San José es el silencio fructuoso, torrencial, transparente, que queda
tras escuchar la palabra de Dios. El silencio de Dios habitaba en él. Él
entendía el lenguaje sin palabras, sellado, de Dios. José era un hombre de tan
crecida fe, que, en su fe, hablaban los silencios: porque sabía que sólo en el
silencio se oye a Dios. A José, el padre adoptivo de Jesús, no se le oye decir
una sola palabra en los evangelios. Los evangelistas sólo hablan de él cuando, desde la fe, tiene
que actuar: en el Nacimiento de Jesús, en la huida a
Egipto, en el taller de carpintero. Y siempre con el oído atento, esperando que
Dios hable, para poder escucharle y actuar. No oye ruidos, sólo a Dios, a María,
a Jesús. Cuando le habla Dios, siempre escucha, y enseguida se pone a hacer, obedece
como una hoja movida por el viento. Dice San Juan de la Cruz: «Una palabra habló
el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en
silencio ha de ser oída del alma». Y Santa Teresa de Jesús: «En este templo de
Dios, en esta morada suya, sólo él y el alma se gozan con grandísimo silencio».
Habla del alma, como lugar donde Dios se refugia y toma abrigo. En San José,
Diario, el alma era la pequeña mansión innumerable donde Dios siempre
habitaba, y hablaba, y se complacía (13:48:01).