miércoles, 10 de marzo de 2021

 10 de marzo de 2021. Miércoles.
MARIPOSAS EN MI BRAZO

Siempre hay una abertura por donde entra la luz. T. de la Horadada. F; FotVi 

-Son las diez y veinte. El sol en lo alto llena de luz la página en blanco del día. Salgo y ando. Ando con lentitud precavida. Pero como diría el poeta: «Camino sobre pasos de esperanza». Me dirijo al Centro de Salud de Vistabella. Me van a inyectar la vacuna. A las 10:38, me dijeron. Pero a las 10:30 ya estaba vacunado. Un instante, como si se hubieran detenido mariposas en mi brazo. Un cosquilleo y liberado. Después, 15 minutos de espera, por si la vacuna reaccionaba con furia, irritada, y a casa, a vivir el postgraduado. «Graduado en vejez protegida, inmunizada», me he dicho, festivo. Volveré el 30 de marzo a que me administren la 2ª dosis. Es decir, más mariposas en mi brazo. Pero mi gozo se ha nublado cuando he leído que las mafias están impidiendo que las vacunas lleguen a África. Triste. Un latrocinio. El dinero todo lo puede, hasta corrompe voluntades libres, vírgenes, que se hacen náusea, vómito, y ensucia almas, que tal vez, en alguna ocasión, fueron limpias. Ya lo advirtió Quevedo: «Pero pues da autoridad / al gañán y al jornalero, / poderoso caballero / es don Dinero». Solo 10 países del mundo han acaparado el 80% de las vacunas. Mientras que 120 naciones, de 193 totales, todavía no han recibido ni una sola dosis. Es desolador la cantidad de pus –dinero maldito– que hay en el mundo. Sin embargo no todo está perdido. Es promesa evangélica: habrá un mundo mejor, en el que la justicia sea bosque y no árbol carcomido, rajado: algo roto a la orilla del camino. Aún sueño, Diario; aún espero que el evangelio haga verdad la promesa de Jesús: «En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo», sin armas, con amor (17:57:44).

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