PROFETA Y PRECURSOR
jueves, 24 de junio de 2021
PROFETA Y PRECURSOR
miércoles, 23 de junio de 2021
BELLEZA REMOVIDA
-¡Hoy he vuelto a ver el mar! Después de rezar, he visto el mar. El mar me llena como si comulgara naturaleza. La oración se me enciende en la boca, el mar –la otra plegaria– me arde en los ojos. El mar es contemplación, sus variaciones son la melodía del órgano que interpreta, con Bach, la obra de Dios. Dios nos ha regalado la naturaleza para que, desde el asombro más íntimo, más espiritual, lo vayamos descubriendo a él. Aunque, a veces, el mar sea insultado –contaminación, deshechos, abusos –, él a cada instante se renueva para decirnos que es belleza pensada y moldeada por Dios. Dios, en el mar, es pintor e ingeniero de geometrías inverosímiles, irrepetibles, de líneas magistrales. Hoy, como aquel día de niño, y cogido de la mano de mi padre, he podido decir: «¡Papá, qué grande es el mar! ¡Es como el campo, pero hecho de agua!». Y mi padre: «Sí, hijo, hecho de agua». Entonces el mar no se movía, tenía la quietud de la mariposa que se detiene en la flor y chupa su polen. Hoy el mar, Diario, estaba un tanto agitado, era la mano de Dalí pintando Muchacha en la ventana. O Dios, que, con su mano, lo movía un poco, para hacerlo un cuadro viviente, itinerante: belleza removida (18:28:40).
martes, 22 de junio de 2021
LA FEA REALIDAD
lunes, 21 de junio de 2021
DESGRACIA INNUMERABLE
domingo, 20 de junio de 2021
DIOS CEÑUDO
sábado, 19 de junio de 2021
TRANCE CORDIAL
viernes, 18 de junio de 2021
LOS JUEGOS DE LA LUZ
jueves, 17 de junio de 2021
TEATRO Y ÓPERA BUFA
miércoles, 16 de junio de 2021
EL MUNDO ES UN LIBRO
martes, 15 de junio de 2021
(DES)GOBIERNO
lunes, 14 de junio de 2021
domingo, 13 de junio de 2021
13 de junio de 2021. Domingo.
LA POBREZA DE LA TIERRA
sábado, 12 de junio de 2021
ARABESCOS EN EL CIELO
viernes, 11 de junio de 2021
ANNA Y OLIVIA, RECUERDO
jueves, 10 de junio de 2021
PENTECOSTÉS LAICO
miércoles, 9 de junio de 2021
HERMOSO HOYO DE LUNA
martes, 8 de junio de 2021
PIEDRA VIVA
Catedral de Burgos, milagro de piedra. F: Googel |
-Hay una iglesia hecha de piedras, de roca, que construye la otra iglesia, la del espíritu. El arte es testigo de esta fusión entre el peñasco y el soplo de la fe, que, con el trabajo de siglos, se hace templo, iglesia, catedral gótica en Burgos, que estos días cumple 800 años de su construcción. La fe, que mueve montañas, levanta, sobre la «Piedra viva» que es Cristo, templos –palabra tallada, cincelada, aplomada– que hablan del Dios del amor y del pueblo que vive en este amor, nutriéndose de él, como el árbol se alimenta y fortalece en la raíz. La vid es Cristo, la iglesia los sarmientos. El resultado es el grano de uva triturado, que en el cáliz, al ser bebido, se hace comunión, sangre de tu sangre, bebida que alimenta el espíritu. «Vosotros también, como piedras vivas –dice San Pedro–, sed edificados como casa espiritual». Primero se construye la catedral de la fe, y, apoyada en ésta, la de la piedra, que habla de la espiritual, la que vive del aliento de Dios, con el racimo del prójimo a tu lado, o el amor al hermano sin fisuras. Cuenta Heinrich Heine que alguien le preguntó por qué no se construían ahora catedrales como las góticas famosas, y le contestó: «Los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para levantar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión». Entonces se creía; ahora se especula, se cierran los ojos a la fe y se abren a la teoría, son ojos con ceguera de Dios, que apenas ven el milagro. Ojos solo hechos para admirar la belleza, pero no para crearla: la mística ha sido olvidada en el bucle de lo puramente material; el soplo divino, Diario, ha sido sustituido por el barro, sin capacidad de vuelos, con peso de plomo en las alas, mutilado de fe (13:49:02).
lunes, 7 de junio de 2021
domingo, 6 de junio de 2021
RESCATE
sábado, 5 de junio de 2021
DULCE ESTAR
viernes, 4 de junio de 2021
VIVIR EN EL CAOS
jueves, 3 de junio de 2021
TROZOS DE EVANGELIO
miércoles, 2 de junio de 2021
VIVIRÁS EL ÉXTASIS
martes, 1 de junio de 2021
LA VIDA SIGUE
lunes, 31 de mayo de 2021
ALEGRÍA Y PROFECÍA
domingo, 30 de mayo de 2021
30 de mayo de 2021. Domingo.
MÁS LUZ EN LA CLARIDAD
sábado, 29 de mayo de 2021
HISTORIA DE UN BESO
-Se llama Lidia, y cada día, a sus 81 años, renace a la alegría de vivir. En paz. Tiene un apellido difícil, cargado de consonantes, como si se tratara de un bosque centroeuropeo, hermosamente frondoso. Maksymowicz. (Decir Chopin, aunque polaco, es más asequible, pero también glorioso). Los pueblos del este han sido durante muchos años –y lo siguen siendo en algún caso aún– un paisaje humano hecho al martirio, al suplicio, castigado por la barbarie. Primero fue el nazismo, luego el comunismo, con su deshumanización, sus furias, sus desmanes contra cualquier atisbo de amor y misericordia, de justicia. Eran regímenes que desechaban de su lenguaje las palabras libertad, dignidad, ternura, empatía. Masticaban y escupían odio, la muerte les precedía. Lidia, que ahora vive en Cracovia, ha volado a Roma para la presentación de un documental que cuenta su vida. Título: 70072, la niña que no sabía odiar. El número 70072 era como se la conocía en el llamado “Pabellón de los Niños”, en Auschwitz Birkenau, donde el criminal de guerra Josef Rudolf Mengele ensayaba, con gente menuda, experimentos execrables, infames. En 1943, Lidia sólo tenía tres años. Su corta edad le hacía ver todo con ojos de inocencia, envueltos en fantasías de asombro, en euforia de juegos truncados. Hasta que ya de mayor llega a Roma y visita al Papa Francisco. Y Francisco, reverente, sumiso ante el dolor de esta mujer, se inclina y besa el número que lleva grabado a fuego en el brazo, el número con el que la distinguió el Holocausto y la hizo posteridad sacrificada, santificada. En el documental, Lidia, con la naturalidad de la niña que fue, dice: «Si tuviera que vivir pensando en el odio y la venganza, me haría daño a mí misma y a mi alma, y yo sería la enferma: el odio me mataría también». Y recuerdo, con ternura –el lado más leve y lírico del amor–, las palabras de Jesús: «¡Padre, perdónalos, porque no saben lo que se hacen!», y expiró; y, de este modo tan humano y divino aun tiempo, Diario, abrió el cielo a la misericordia –profunda y serena, esencial– de Dios (11:22:09).