sábado, 19 de junio de 2021

 19 de junio de 2021. Sábado.
TRANCE CORDIAL

Contemplando la belleza de las ruinas de Mileto. Turquía. F: FotVi

-Despierto y, como una oración, me viene a la boca la palabra libertad. «¡Libertad!», digo, y me parece sentir el aleteo de palomas en mi boca, ah, y de abejas gustando polen; acompañado, además, del ancho y generoso clamor de los mártires que en el mundo han sido por conseguir ser libres. Todo es festivo en mi boca. Digo libertad, y el concepto, que me nace en la mente, se va extendiendo como un fluido, hermoso y voluptuoso, por todo el cuerpo, y ahí es cuando aplaude la utopía. El miedo y la libertad se repelen, se detestan. Sólo el que ha superado sus miedos, será ciertamente libre, decía Aristóteles. Superar los miedos: los interiores y los de fuera. Un miedo interior que nos subyuga, con connotaciones de avasallamiento, y que, en ocasiones, nos paraliza, es la turbación ante la muerte. No por lo que es, sino por que no imaginamos qué pueda ser. Si imaginamos que la muerte es la Nada, terrible: entonces, bien está el miedo a caer en semejante borrón, en semejante negación; pero si pienso que doy el salto a un acontecimiento vital mejor, que me adentro en el tiempo sin tiempo de la inmortalidad, sin otro miedo igual al de pensar que tengo que morir, entonces, cuando llegue, me dejaré ir en paz, sin recelos, despojado de todo lo que me sobre, libre. Y solo pido, Diario, que, en ese trance cordial y amigo, tan natural, tan íntimo, pueda decir: «Dios», y dar un beso a los míos, para que recuerden el beso como hermosa reliquia, y, si les parece, alguna vez recen por mí…, alguna vez; no me deben nada más, ni nada menos (12:39:52).

No hay comentarios:

Publicar un comentario