jueves, 3 de junio de 2021

3 de junio de 2021. Jueves.
TROZOS DE EVANGELIO

Cruz nevada, pureza y vida. F: Prensa

-Recuerdo el tiempo en que yo era más joven que los papas: los miraba con reverencia y admiración. De niño no sabía lo que era un papa, pero me impresionaban la tiara, esa torre de origen persa hundida en su cabeza, o la silla gestatoria, en la que casi siempre parecía haber más silla y boato que pontífice. Dando la sensación de que podría dar la vuelta y tirarlo. Las multitudes lo aclamaban, con emoción, y alguna lágrima. Ante tanta suntuosidad, la personalidad papal quedaba reducida a una tilde –el punto sobre la i– en la gran ceremonia de la pompa y el derroche, profanos. Hasta que todo eso se fue reduciendo, y quedó, sobre tanta parafernalia, el hombre terrenal y consagrado, próximo, de andares titubeantes, que da la mano y besa a niños, que abraza a discapacitados y dice palabras que hablan de amor y fraternidad, de perdón, evangélicas, tan tiernas y envolventes, que parecen dichas por el mismo Jesús. La misericordia llena su boca de claridad, de ablución sagrada. Ahora el papa, por fin, es más joven que yo y, no obstante, me sorprende su capacidad de seguir asombrándome, de seguir dándome lecciones de bonhomía. Me gustan los santos que van por la calle vestidos de normalidad, sin aureola y, no obstante, bendiciendo, no con signos prefabricados y suntuosos, sino sencillos, como el de dar un vaso de agua al sediento o tocar una herida infecta, lacerada. De un tiempo a esta parte, Diario, los papas parece que estén hechos de trozos de evangelio: hablan más en lenguaje evangélico que en lenguaje de este mundo, y se visten de blanco para decirnos que, como la nieve, embellecen el paisaje: cubren sus sinuosidades y lo nivelan, cubriéndolo de pureza (13:17:15).

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