24 de junio de 2021. Jueves.
PROFETA Y PRECURSOR
PROFETA Y PRECURSOR
-Hoy es la fiesta del que va delante, del que anuncia. La profecía, como
siempre, se adelanta al acontecimiento. Venía del desierto allanando los caminos al Señor y se encuentra con él en el Jordán. Es su encuentro con Jesús en el
río, en el agua, en el bautismo, en el lugar de la conversión. Cristo, estando
aún en el vientre de su madre María, hace reír –saltar de gozo– a Juan, también
en el vientre de su madre Isabel; son los vientres del milagro: el de María, concibiendo por obra del Espíritu Santo, y el de Isabel, que siendo mayor y
estéril, queda embarazada. Es la fiesta, pues, de los embriones que se anuncian
uno a otro y ríen. (Milagrosamente están ahí, y ríen). Y también es la fiesta de
las madres, que notan la risa en sus vientres y se hacen risa con ellos. Canta
el himno de Laudes: «Niño que, antes de nacer, / reconoce a su Señor / y da
saltos de placer / bien puede llegar a ser / su profeta y precursor». El
profeta siempre es precursor. Su palabra describe al que ha de venir, y, cuando
llega, el profeta se retira. «Este es el Cordero de Dios, el que quita el
pecado del mundo», dice Juan, y, señalando a Jesús, le deja paso; se reviste de
humildad, retira su palabra, y deja que hable el que ha sido anunciado. Luego Jesús
dirá de él: «No ha nacido de mujer uno más grande que Juan». Juan, en su
palabra profética, y en su vida, Diario, ha merecido este elogio de Jesús, que denuncia
su muerte a manos de Herodes y celebra su labor, su vida escrita en su valiente
y profética palabra, hasta el martirio (13:34:49).
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