14 de diciembre de 2023. Jueves.
¡AMAOS!
¡AMAOS!
-Si no hago nada, no sé qué hacer: es el aburrimiento, paralizándome hasta dejarme exhausto. Es decir, fatigado de mí mismo. Y quedar fatigado de uno mismo es entrar en una desesperación larvada, oculta, pero peligrosa. Recuerdo a mi madre, que cuando de niño me perdía de vista, elevando la voz, decía: «¿Qué haces, Vicente?». Y yo: «Jugando, mamá». Y quedaba tranquila: estaba haciendo algo. Jugar es iluminar la imaginación, dejar que invente, que corra por los caminos de los sueños y los vaya haciendo realidad, compañía; en el momento del niño serán juegos y travesuras, y alguna genialidad; de mayor será –quizá– un poema, o un puente de lado a lado de la esperanza, para que se encuentren y se abracen la paz y las sonrisas, y nazcan el afecto, la amabilidad: la ciudad de Dios, en la que sólo hay un precepto: «¡Amaos!».