jueves, 10 de julio de 2014


10 de julio de 2014. Jueves.
MARAVILLAR
 
Pureza, en el jardín. F: FotVi
 
-Hoy hablaré, si Dios quiere, de la Virgen, en su advocación del Carmen, en San Pedro del Pinatar. Diré lo que ella misma dijo de sí: «el Señor ha hecho obras grandes por mí». El Señor hizo maravillas en ella; en ella, Dios se manifestó maravilloso, inesperado. El Arquitecto de la Creación (o del Big Bang, que tanto ha dado y sigue dando que hablar; dice Unamuno: Dios creó el mundo, «y una vez creado, lo entregó a las disputas de los hombres y a la agonía de las religiones que buscan a Dios»); pues, en María, este Arquitecto se asombra y nos asombra, y el resultado es maravillar a todos por el resultado de su obra. Como en la Creación, maravilla Dios en su obra María, superando todo lo anterior. Mañana te contaré, Diario (18:55:03).

miércoles, 9 de julio de 2014


9 de julio de 2014. Miércoles.
EL CIRCO DE NUNCA ACABAR
 
Siempre queda la esperanza, en el jardín. F: FotVi
 
-La mitología es la ciencia de lo que parece, del podría ser, del quizá fue; es la ciencia que da forma sólida al humo y lo viste de épica y heroísmo. Es la figura de humo vendida como efigie de oro; o sea, es algo así como el sueño (o ensueño) de Nabucodonosor. Brasil 1; Alemania 7. He aquí un mito (o dios menor, futbolístico) venido a menos, caído; uno más. En Brasil, la miseria y la corrupción, y la favela y aun el desangrarse del Amazonas por la voracidad especulativa, suelen taparse, trufado todo de morenez exuberante, con el futbolístico mito del fútbol y el otro de la húmeda cadencia de la samba. Balón que corra y cadera que se mueva, y conmueva, en ritmos tropicales, y a vivir del mito, que no da pan, pero da circo. Circo sin pan, o con pan a lo pobre, y lloviéndose la carpa; pero circo. 7 a 1 son muchos goles, tantos que son suficientes para jalarse un mito. Yo, bajito, en el equipo de mi curso en el colegio, hice una vez de portero y al quinto gol me echaron a cajas destempladas, y me dijeron mierda y enano, de todo, dándome patadas; con que ¿qué decir al pedazo de tío Julio César, portero del Brasil, por el descalabro de los 7 impactos en la red, que he leído en la crónica de un aprendiz de tuerce plumas? No he leído goles, sino impactos en la red, es más metafórico, pero igual de dramático. Con el mito venido abajo del país que mejor fútbol hacía, Brasil se ha desmoronado; a Brasil, del circo, sólo le queda ya la samba (el Carnaval) y la carpa humillada por la lluvia de los 7 goles de Alemania. Brasil llovido y mojado y sin culpa del Amazonas. Aquí en España, hay más pan, pero también circo; aunque político. El circo de todo el arco (y no arco de triunfo) político. Circo en el PSOE, circo en el PP, circo, con contenedores ardiendo y policía al quite, en toda la izquierda radical. Diario, o el circo de nunca acabar (18:41:11).

martes, 8 de julio de 2014


8 de julio de 2014. Martes.
DI STÉFANO
 
Lamento, en el jardín. F: FotVi
 
-Muere un hombre de bien y se nota: hay una pequeña conmoción: una conmoción emotiva en la sociedad. El reloj del mundo (de determinado mundo, no de todos) se para un poco. Se para y echa una mirada hacia atrás, que casi siempre resulta ditirámbica o ponderativa, elogiosa. No está mal morirse, para recibir alabanzas y aun una calle por la que deambulen carros y carretas, toses y prisas, almas felices y acongojadas, toda la fauna racional y su contraria. Ha muerto Alfredo Di Stéfano, el hombre de fútbol, que hizo arte y espectáculo el deporte, y pan, en ocasiones, para el pobre. Una cerveza y un gol, a veces, calman hambres y tapan injusticias, y malos humores. Di Stéfano hizo posible que casi fuera verdad en el ámbito social el poder milagroso del Bálsamo de Fierabrás del fútbol, cuya fórmula sabía Don Quijote y que nunca, aun deseándola fervientemente, entregó a Sancho, su escudero. Pero sí a Di Stéfano, que la tradujo en patadas sabias y geométricas, medidas, dadas a un balón hasta introducirlo, como un verso, en el soneto del arco o portería del triunfo o la derrota. Entra el balón en la portería y se hace la fiesta, o la aflicción; las tribus, ahora (aunque no todas, por desgracia) suelen solventar así sus litigios, que de ordinario ni siquiera llegan a pleitos de prestigio. Yo, esta mañana, por Don Alfredo Di Stéfano, estilista del fútbol, señor de lo blanco madridista, hacedor del moderno Bálsamo de Fierabrás del fútbol, he rezado una oración, y, a la hora de su muerte, Diario, he dicho Amén por su vida, llena seguramente de luces, pero también de sombras, como debe ser, y es (21:14:59).

lunes, 7 de julio de 2014


7 de julio de 2014. Lunes.
LA SILENCIOSA «ESCRITURA DE LOS CIELOS»
 
Todo habla, en el jardín. F: FotVi
 
-Ayer decía yo que, al rezar, hay que hacerlo escuchando el entorno, lo que se oye al otro lado de tu mirada y de tus palabras, y hacerlo idioma tuyo. Y esta mañana, al ir rezando Laudes (digo ir porque deambulo mientras rezo), me he dado con el salmo 18, que canta: «Los cielos cuentan la gloria de Dios». Los cielos cuentan, narran, refieren, para que se les escuche, lo que es la grandeza de Dios, su excelsitud gloriosa. Al calor, pues, de la lumbre del sol («el día al día comunica el mensaje», sigue el salmo) o a la paz del rocío nocturno («y la noche a la noche trasmite el mensaje»), la gloria de Dios es dicha como poema, que inspirará a poetas posteriores. Aunque sin palabras, y sí por sus rasgos, esta gloria se adivina y se oye por toda la tierra, aunque no se diga. La silenciosa «escritura de los cielos», a la que aludía la cultura asirio-babilónica, es la que nos pone en el camino del hallazgo de Dios en cada una de sus obras. La sal, el pequeño grano cereal, la mota de polvo que se posa en el libro, la letra A de grafía latina como la de grafía china, la hoja o la flor, el insecto o el mastodonte, el sol, la luna, la lluvia, la aridez, el mar, la luz, la sombra, la tarde, el día, el bosón de Higgs…, todo cuenta (dice) la gloria de Dios. Un místico, Trossero, solía decir que a Dios le sobraban propagandistas (entre estos propagandistas, las cosas), y le faltaban testigos. Oír es fácil, Diario, si se desea escuchar todo lo que es sonido, aunque hable otro lenguaje y aun forme parte del lenguaje misteriosos de los silencios (20:32:45).

domingo, 6 de julio de 2014


6 de julio de 2014. Domingo.
ME DIJO EL AGUA
 
Palabras con el agua, en el Mar Menor. F: FotVi
 
-Si rezas, dijo el sabio, reza con todo lo que tus ojos y tu espíritu puedan alcanzar; nunca reces solo, déjate acompañar. Reza con tus palabras y las palabras que te puedan prestar o una planta, o una nube, o el silencio mismo; si miras al mar o al cielo, allí hay palabras que tú quizá sepas pero que nunca se te han ocurrido ocupar para ser dichas. Las palabras, cuando se dicen, son ocupadas y fecundadas por quien las dice. En la boca se dicen, pero suenan antes en el alma, con paso obligado por el corazón. Ayer tuve un accidente (que pudo ser grave) y, dolido, lloré, pero algo que no estaba en mí (el rumor del agua quizá) me animó y pude salir del trance; el rumor del agua, su aliento, su música, su espíritu de cosa con vida, me hicieron reaccionar y ponerme en pie, y andar. «¡Levántate y anda!», oí que me decía el agua y, el resto, Diario, lo hicieron el rezo y algo (¿la fe?) que tiraba de mí y me prestaba su fuerza, y así salí del trance (20:52:20).

sábado, 5 de julio de 2014


5 de julio de 2014. Sábado.
¡CREO!
 
Amo todo, en el jardín. F: FotVi
 
-Esta mañana, a la hora de Laudes, cuando la aurora, bostezando, se despoja de toda sombra y enciende el amor solidario del sol, me he armado de fe y he dicho: ¡Creo! Y la palabra se me ha hecho piedra en la boca, o pedernal para producir fuego. Creo en la vida, que, como diría Unamuno, es agonía (casi lúdica, añadiría yo) por alcanzar el fin. Toda vida, en su actividad de iluminación y esperanza frente al miedo y la derrota, es agonía, pero en su acepción de lucha. Creo en la vida, que vive agonizando (o luchando) felizmente hasta el umbral de la otra vida. Creo en la paz, que no está en mi derredor, sino dentro de mí; fuera de mí, siempre se hallará la paz que yo proyecte. Si porto guerra, me responderá la guerra; si paz, me pagarán la armonía y el gozo de la mano que se estrecha o el abrazo que se cierra en otro abrazo. La paz paga con paz; la guerra, con infortunio y destrucción, y caos; lo caótico, lo infernal, está en la guerra. No creo que «el infierno esté en los otros» (Sartre), creo más bien que el infierno va con nosotros mismos, si nos orillamos de la piedad y el amor. Porque también creo en el amor; o mejor, el amor cree en mí. En uno de mis libros, «Creo en la tierra» (perdón por la osadía de auto citarme), daba vida a este verso: «Amo todo por ver si me sale un verso». Y en ello estoy, Diario: en agonía continua por ver si, amando, me sale un verso (21:48:22).

viernes, 4 de julio de 2014


4 de julio de 2014. Viernes.
REBAJAS
 
Pestaña de Luna (que diría el poeta), en el jardín. F: FotVi
 
-Como un dios menor, han llegado las rebajas. Es el dios menor protector de la economía familiar. Oh, diosito de las rebajas, que encuentre la prenda ideal, se reza estos días, mientras se cuida al euro como a la niña de los ojos. Y se lucha porque no te engañen las rebajas, que no te vendan gato por liebre. Porque de noche (y las rebajas son la noche del paisaje económico)  todos los gatos son pardos y podrían pasar por ser liebres. Y no es lo mismo gustar gato que liebre, así como tampoco lo es saborear merluza fresca que congelada. Ambas merluzas se llaman de igual modo, pero, entre lo fino y lo burdo, ambas son de distinto sabor. Pero lo triste es que estamos en tiempos de rebajas, en todos los órdenes. Este dios menor nos invade por todas partes: en lo intelectual, social, económico, religioso, político, educación, otros valores, etcétera. En las rebajas casi todo se iguala por abajo y (digan lo que digan) todo es, salvo alguna ganga, de peor calidad. No es lo mismo el abrigo resignado de las rebajas que el de visón; como tampoco lo es el político que llega del frío del estudio y el sacrificio, como el que ha vivido toda la vida del filón del aparato y de la nómina fija del partido. No es lo mismo un sabio a lo Unamuno (Miguel), que un medio sabio a lo Savater (Fernando); aunque aquél fuera recio y brabucón, y éste, suave y con apariencia de masticar melancolía y salivar obviedades. Es un decir. Pero en lo tocante a la sabiduría, como en el amor, obras son amores y no buenas razones. En Unamuno hablan sus libros; en Savater, sus libelos. Sin embargo, en tiempo de rebajas de toda índole, no hay nada, Diario, como salir al campo estrellado (o por estrellas o por luciérnagas, si es de noche), y respirar naturaleza. Lo que llaman posmodernidad no es en lo artístico y cultural, y aun en lo formal, más que un mundo de rebajas, de muy baja calidad (21:06:50).

jueves, 3 de julio de 2014


3 de julio de 2014. Jueves.
TREPAS
 
Pequeña galaxia, en el jardín. F: FotVi
 
-Este verano no es un verano normal; o así me lo parece a mí. El verano es desbandada, fuga, estampida, acoso al asfalto y al mar, y este año apenas si se han movido Rubalcaba y los políticos que se han instalado (hecho hogar) en Bruselas. Se les llama eurodiputados como se les podría llamar (pido todos los perdones) trepas venidos a más. (Trepas de la política). Digo trepas sin ánimo de molestar, sólo lo hago como definición de quien sube en un avión (clase preferente o business) y se posa, por un gran sueldo, en Bruselas. Bruselas da muchos quebraderos de cabeza, sobre todo bursátiles. ¿Dónde meter o postrar tanto dinero como me jalo, que diría un castizo? Y se postra y mete en bancos que atesoran y callan, y mercadean financieramente. En Bruselas, dicen, todo son dividendos; es decir, divide y vencerás. Cuando hablaba de un verano anormal, me refería a que aún no se ha movido el personal: todavía no hay aluvión de veraneantes, sólo un goteo los fines de semana. Los pájaros se mueven, pues, a sus anchas y no corren asustadizos como cuando la gente, que vuelve del baño, los hace asustarse con sus atuendos de colores y sus gritos con arena aún de la playa en la boca. A los pájaros y a mí, nos gusta la paz, también en verano. Mientras, en Madrid, granizada; es como si la bóveda celeste, hecha piedra y rota ella, se hubiera caído con gran ruido sobre los tejados de Madrid. Asusta y hiela el ruido del granizo. Y ahora dicen que tres de los seis planetas que orbitaban (se suponía) en derredor de Gliese 581, una estrella enana a 20 años luz de la Tierra, y en los que hubiera podido haber vida, en realidad no existen. Dan pena estos encuentros de la ciencia con la nada, o con el error. La ciencia suele desdecir demasiadas veces y entristece; por lo que es cierto que la ciencia, como diría el sabio, no es Dios, ni siquiera dios (con minúscula); a lo sumo es, diría yo, Diario, esperanza, que no es poco (21:11:09).

martes, 1 de julio de 2014


1 de julio de 2014. Martes.
CENA
 
¿Luna llena, en el jardín? F: FotVi
 
-Ayer cené fuera de casa, que es como decir que me sacaron de mis casillas noctívagas. Más allá de las 10 de la noche (22 horas, según el horario de Greenwich), mis salidas son impensables; me asisten el miedo a la noche y la vuelta a casa con alguna que otra copa de más. Porque sucede que temo más a los guardias que a la misma noche. Son mis dos terrores a lo Allan Poe, con gatos negros y sombras que tienen vida propia, ambos incluidos, además. Anoche, en un lugar de serena naturaleza y buen porte escénico, cené con unos amigos. Cenar con amigos es hacer posible la conversación amable y la confidencia, y el ingenio y la copa, y el langostino. Apenas bebí y apenas comí; pero hablé, y mucho. Siempre se me ha dado bien el hablar, cuando los demás callan; y más, si, mientras comen, callan y escuchan. Fue una noche agradable, y, al fin, Diario, no hubo guardias, que, con el canuto de Gran Hermano en ristre (todos nos quieren salvar), olieran mi aliento. Gracias comensales. Pena: Nadal ha caído en Wimbledon; pero sigo celebrando a Nadal. ¿Qué sería de nosotros, los que no salimos de noche, sin Nadal? ¿Eh?  (20:30:35).

lunes, 30 de junio de 2014


30 de junio de 2014. Lunes.
PIEDRA Y POCO
 
Fe, en el jardín. F: FotVi
 
-Pedro significa «piedra» y Pablo, «poco», «pequeño». Pedro, o la piedra, negó a Jesús, su maestro; Pablo, o el poco y pequeño, persiguió a Jesús, sólo su conocido de oídas. Pedro lo negó una noche triste en la que Jesús iba a ser juzgado; Pablo lo halló un día que lo perseguía en los seguidores de Cristo, los cristianos. A Pedro lo convirtió, lo transformó, una mirada en la misma noche de la traición, una mirada quizá de fuego, pero afectuosa; a Pablo, una voz y una fuerza extraña que lo derribó de sí mismo, de su soberbia, de su palacete de fervor a la intransigencia, y le cambió. El uno, Pedro, venía de la negación; el otro, de la persecución. Pedro conoció al Señor; Pablo, probablemente, no, por haber nacido entre los años 5 ó 10 después de Cristo. Aunque su nombre judío Saulo signifique «invocado» o «llamado», no fue, como Pedro, invocado, llamado por el Señor en tiempos de su juventud. Fue llamado, invocado después, pero se pudo en cabeza de inmediato: «he competido en la noble competición», dice, «y llegado a la meta en la carrera»; para añadir: «he conservado la fe». En ambos caso, la fe los salvó; Pedro creyó en una mirada y Pablo en una palabra («Yo soy Jesús al que tú persigues»). Y a ambos los mantuvo en la fe la gracia de Dios; sin la gracia, Diario, no hay carrera ni final (19:48:14).

domingo, 29 de junio de 2014

29 de junio de 2014. Domingo.
DE LENGUAJES

Lenguaje, del jardín. F: FotVi

-Si hablas con Dios, nunca digas con qué lenguaje lo has hecho, pues siempre habrá quien diga que ese lenguaje no es posible. O porque Dios no atiende a lenguajes, por carecer de oído. Dios, sin oído, dicen, no puede escuchar. O que nada puede escuchar quien no existe. Eso dicen. Pero yo hablo con Dios. Hablo y me escucha; y sé que me escucha porque sus respuestas son coherentes con lo que yo le digo. Por lo visto he dado con el lenguaje que él entiende y que yo entiendo, aunque a veces parezca no estar. Que ¿qué lenguaje es éste? Si te lo dijera, Diario, contestarías lo que tantos otros me han dicho: o que Dios no atiende a lenguajes, porque carece de oído, o que no hay lenguaje que pueda entender quien no existe. Pero yo digo que le hablo y me escucha: todo consiste en afinar el oído y descifrar los silencios. En el silencio más íntimo y más libre de prejuicios, se oye todo, hasta a quien, siendo invisible, está y responde; y al que yo, por no salirme del tiesto intelectual y más común, llamo Dios. Bueno…, Dios, o El-Que-Oye (20:38:20).

viernes, 27 de junio de 2014


27 de junio de 2014. Viernes.
PAÑUELO EN EL AIRE
 
Pensando el otoño, en el jardín. F: FotVi
 
-Y, por fin, se va Rubalcaba; irse es algo así como dejar una mano o un pañuelo en el aire tratando, al despedirse, de atrapar de algún modo a la melancolía. La melancolía es un adiós que perdura, en el tiempo, en el aire, y en el corazón, a veces. Yo, con Rubalcaba, por no comulgar ni siquiera he comulgado con ruedas de molino; aunque seco y flaco él, continuamente me ha caído gordo; gordura solo intelectual, desde luego, no pasional. En Rubalcaba, en su modo de ser y de actuar, de farfullar palabras y silencios, de estar sin parecer estar, etcétera, siempre se me ha aparecido el reptar de la serpiente. Su vida política ha transitado entre un Maquiavelo venido a menos y un Rasputín venido a más, ambos dialécticos del incordio, pero quizá llenos de buenas intenciones y de sentido práctico de la vida y del Estado. El florentino, por el lado de lo amoral, y el ruso, por el fiasco de la moral trufada de falsedad y mesianismo. El uno diría que el fin justifica los medios y el otro hizo de la fe mágica, execrable por tanto, su modus vivendi profético, que cautivó a damas y a zares. Ayer, tras anunciar su marcha de la política, Rubalcaba fue ovacionado en el Congreso; la ovación llegó de los suyos y de los contrarios, queriendo decir todos quizá (o no) aquello de al que huye, aunque sea amigo, puente de plata. El amigo, porque corre el escalafón; y el contrario, por la nostalgia tal vez de lo que fue y ya no será. En el pasar de uno, se conjuga el verbo pasar de todos: paso, pasas…, pasamos… O el drama del irse; se va el mar, se suele decir, en la marea baja; o se va el tiempo, que nunca echa la vista atrás. Nada retorna, salvo la página de un libro si se vuelve a leer. ¡Es hermoso verificar que sólo vuelven los libros, si se regresa a su lectura! Pero no hay bibliotecas del tiempo, y es posible que no retorne justamente por esta razón. Se va Rubalcaba y me apena: su ida (o huida: es claro que el fracaso lo ha acompañado en política) es reflejo de que todo se mueve hacia su ocaso; es decir, la realeza, la potestad, la fama, la influencia, lo joven, lo inverosímil, lo cierto, la angustia, lo alegre, el éxito…; «la opacidad crepuscular lo borra / todo: sol, ilusiones, rosas, ángelus». En estos versos, Diario, Juan Ramón Jiménez se reviste de melancolía, y avisa de que, tras el día, siempre llega la noche, donde habitan las dudas, y los monstruos (20:11:58).

jueves, 26 de junio de 2014


26 de junio de 2014. Jueves.
EL POEMA DE LO USUAL
 
Objeto de felicidad, en el jardín. F: FotVi
 
-Me hace feliz una cosa tan sencilla como oír el canto de un pájaro y ver mecerse a la vez la ropa en la soga donde la he tendido tras sacarla de la lavadora. Canto del pájaro, ropa lavada, dos guiños de lo bello, sin estridencias, como versos sueltos del poema de lo usual. O el gran poema del día a día. Canto del pájaro y ropa mecida no son un concierto, pero sí son música. Desde niño me ha gustado la música del agua en la fuente o la del grillo en la noche; el grillo y la fuente, tan distintos y sin embargo tan familiarmente musicales. La fuente hace música en vertical, sube ésta y se desliza luego por el mismo chorro de música por el que subió, y así canta; el grillo, por el contrario, desparrama su música como esparciendo vidrios rotos, con el cuidado de no cortar a la Luna ni cortarse él a sí mismo. El grillo es así: hace música de lija y se regocija en ello, aunque moleste a veces. Y es que ser feliz cuesta poco: consiste en desear serlo a pesar de todo. No es fácil; pero nada hay fácil en la vida. Un romántico (Thomas Chalmers, escocés) decía que la dicha de la vida consiste en tener siempre algo que hacer, alguien a quien amar y alguna cosa que esperar. Se nota que además de romántico el tal Thomas era teólogo, es decir, moralista; pedía demasiadas cosas para ser feliz. A mí me basta con lo último que pide: tener algo que esperar. Y algo que celebrar, añadiría yo, como oír el canto del pájaro, Diario, y contemplar (¡asombro!) el mecerse de la ropa tendida en la soga; estas dos músicas me sirven como felicidad, a pesar de los silencios ya de mi vejez (20:49:51).

martes, 24 de junio de 2014

24 de junio de 2014. Martes.
COGIENDO MOSCAS

Luz, a pesar de las sombras, en el jardín. F: FotVi

-Esta vez me ha gustado España, porque ha perdido. En fútbol. Y ha sabido perder. En Cuba, se perdió más. Han perdido en fútbol los mismos que ganaron en fútbol, todo. En el deporte, como en los juegos de azar (y aun en el del amor, quizá), se gana y se pierde. Una esfera que vuela (el balón), sin órbita y sin otra ley que la de la gravedad, puede caer en cualquier sitio: hasta dentro de una portería, en la que un portero, teniendo intención de hacerse con el bolón, acabe cogiendo moscas. Ase las moscas y permite que la esfera traspase la línea de gol. ¡Y tragedia! Quien era «San» se convierte en «Sin», y el botarate de turno lo puede calificar de «acabado» e instarle a irse a su casa ya. Siempre será un periodista y la calle los que espumeen estos excesos por la boca. La calle es ola que se mueve al impulso de según vengan los vientos; el periodista, sin embargo, debiera ser más conspicuo y no hacer de búmeran, pues pudiera el órdago encabritado volverse contra él. Hay periodistas que pecan por exceso de estulticia, y evacuan estulticia cuando escriben o cuando hablan. Uno, hasta parece escupir huesos de cerezas cuando arenga, es catalán, y excreta desde el Lado Oscuro de la Tres, la Sexta, intentando ponerlo todo patas arriba. Vende más. Sus corifeos gritan y gritan, y, lo bueno, es que no se les entiende nada. Que sigan gritando, yo, entretanto, felicito a la Selección de Fútbol de España (nada de « Roja»), no por perder, sino porque, después de habernos dado tanto, Diario, ha sabido perder (20:33:42)

lunes, 23 de junio de 2014


23 de junio de 2014. Lunes.
DON QUE LLEGA
 
Don de vida, y muerte, en el jardín. F: FotVi
 
-La muerte, diría yo, es un don que llega; don envuelto en tragedia, desde luego, pero don. Para el creyente, se muere una vez y se vive siempre. Para el que sólo cree lo que toca (o con la razón o con los dedos, como aquel Tomás del evangelio), se vive una vez y se muere siempre. El creyente no dice ha muerto un amigo; sino, se ha dormido un amigo. De la dormición, incluidos sus sueños, se despierta; pero de la muerte, una vez alcanzada, y como del infierno de Dante, no se retorna; una vez que se llega a ella, se «abandona toda esperanza». Yo prefiero la dormición a la muerte. Ayer, en Pliego, falleció un amigo. (¿Puedo decir, sin embargo, y sin que parezca pedantería: ayer, en Pliego, se durmió un amigo?) Pues lo digo: Ayer, en Pliego, se durmió un amigo; y, además, como creyente que era, y soy, añado que se durmió en el Señor. Él, que era un señor, se durmió en el Señor; y dormido, para despertar. Llegado yo a Pliego con 23 años, él, Enrique, me ayudó a crecer como persona y como cura, ya que, debido a la edad, me creía llamado a conquistar el mundo y ponerlo en el ámbito de Dios, sin bálsamos ni componendas, a lo profeta coraje. Yo pretendía conquistar y él me apaciguaba: siempre las conquistas, me venía a decir, son más lentas que los sueños; pero no está de más soñar para que alguno de estos sueños llegue a buen fin. Él me ayudó en cualquier actividad que hilaba con sueños, y que a veces salían y que eran impulso para poner en marcha otras nuevas tareas. En aquel tiempo, finales de los 50 y principio de los 60, montamos una emisora (Onda Azul, Radio Juventud de Pliego), se hizo teatro, hubo juventud que rezaba, en la Acción Católica surgían proyectos que luego eran vida para la Parroquia, y Enrique, mi amigo, intervenía en todo ilusionado. Ahora, desde ayer, descansa en el Señor. Toda vida, aun la más longeva, acaba por parecernos corta, porque acaba. «Todo hombre pasa como una sombra», señala el salmista; pasa el hombre, pero no sus obras. Y de Enrique, Diario, quedan sus obras; y, como obra suya, hasta la letra del himno de Pliego queda, pues además de buena persona era poeta. Descanse en paz (21:37:58).

domingo, 22 de junio de 2014


22 de junio de 2014. Domingo.
UN BANQUETE
 
Para la mesa del pobre, en el Monumento de San Blas. F: FotVi
 
-Se quedó en el pan y en el vino, lo común y necesario en la mesa del pobre. Se quedó con el pobre («Bienaventurados los pobres», dijo una vez) y se hizo su comida. Hoy, día del Corpus Christi, celebramos que Jesús, antes de la cruz, se despidiera de los suyos, dejándoles como sacramento un banquete; un banquete tan frugal, que, al ir a comerlo, cabe en una mano y en un sorbo. Una miga de pan y una pequeña succión de vino, y el banquete está consumado. La calidad del alimento es espiritual, toca al alma y a la vida de Dios en ésta. Es el alimento que endiosa; pues dijo Jesús, que el que comiera su carne y bebiera su sangre tendría vida eterna, por habitar él en el que lo come. Y es que, mientras celebraban la Pascua, Jesús tomó el pan y dijo a los suyos: «Tomad, esto es mi cuerpo»; y, a continuación, cogiendo la copa del vino, siguió: «Ésta es mi sangre…» Y comieron y bebieron y por vez primera comieron y bebieron a Cristo. Y añadió: «Haced esto en memoria mía». Y aquí seguimos: haciendo que el pan y el vino llenen de vida eterna la mesa del pobre y, de presencia de Dios, los sagrarios de la tierra. Esta fiesta nació en Lieja, siglo XIII, y fue un papa, Clemente V, el que la hizo universal. No hay ciudad ni pueblo, católicos, que no celebren esta fiesta, que, por sus connotaciones populares, Diario, Gabriel Miró llamaría fiesta «infantil y agraria», y fiesta que «predispone a la felicidad», entonces, cuando él la vivió, año 1925 (20:50:46).

viernes, 20 de junio de 2014


20 de junio de 2014. Viernes.
PALABRA DE ORÁCULO
 
Párpado que se cierra, en el jardín. F: FotVi
 
-España, en lo que concierne al deporte fútbol, ha caído sin gloria, pero tampoco humillada. En el deporte, si se ha hecho todo lo que se sabe y se puede, aunque sin el resultado del éxito, no puede haber humillación. Lo que ahora ha sido vencido, ha triunfado en muchas otras ocasiones, y volverá a triunfar, palabra de oráculo. En el deporte, como en la vida, hay ciclos; y todo ciclo nace, tiene su fiesta granada, y un otoño, que precede al invierno. Pero un paso más allá del invierno, de sus abismos de frío y dormición, de sus pausas y perezas íntimas, irrumpe, rompe brote y tallo la primavera, brote y tallo que dan paso de nuevo a la gloria del fruto. En el renacer (que no resurrección) de la naturaleza, todo es color y belleza carnales, armonía y expresión, lujo. El invierno es un párpado que se cierra; la primavera, una visión clara y luminosa que se abre. Ayer, en (o con) el nuevo rey Felipe VI, pareció (no creo sea una efímera ilusión), pareció querer renacer España; ayer se movió la primavera política y democrática, para sacar de su letargo invernal (institucional y social) a España. España, que invernó en el deporte fútbol en Maracaná (Brasil), volverá en breve (eso creo y espero) al fruto de sus éxitos recientes. Siempre hay una España que muere (1898, 1936…) y, como el fuego de una brasa en las cenizas, otra que renace (1978…) Se aviva el rescoldo y bulle el fuego, se embravecen las llamas. Hay hogar. Los que sucumbieron en Maracaná, y que tantas alegrías nos dieron durante años, volverán otra vez, envueltos en nuevos impulsos y motivaciones, a la miel de los antiguos triunfos: es lo  que creo y espero. Lo mismo esta España mía, esta España nuestra, mi querida España, que, como cantara Cecilia, aquella muchacha de la guitarra y una melena de noche negra y suelta, Diario, acabarán despertando versos de poetas; de momento, sus versos (19:48:55).

jueves, 19 de junio de 2014


 
19 de junio de 2014. Jueves.
VISTO Y OÍDO
 
Verde que te quiero verde, esperanza, en el jardín. F: FotVi
 
-Vivir la historia es leerla dos veces, ha comentado el sabio. Hoy, los que hemos asistido a la proclamación de Felipe VI como rey (en la calle o en la tele), leeremos la historia dos veces; una, la que hemos vivido en directo; otra, la que nos cuenten. Hoy he sentido pasar la historia ante mis ojos, la historia que luego leeré en los libros. La historia que yo he vivido ha sido emocionante, y, aunque hecha con énfasis, manifestada sin embargo con sencillez, y muy de cara al pueblo, al que, con todo, a veces, se humilla y engaña. El pueblo ha salido a la calle para ver a su rey, rey renovado para un tiempo inquietante y nuevo, para un tiempo de aves de mal agüero y zancadillas, y también de horizontes con luz y sueños. Grandes aplausos en el congreso, donde está sintetizada, dicen, la soberanía del pueblo; grandes aplausos, menos los de aquellos que ponen trabas a las ruedas de la convivencia y de la historia. Me gusta la libertad, pero respetuosa consigo misma. Yo no aplaudo sólo porque aplaudan; pero me gusta darme razones y me pregunto por qué no hago lo que hace la mayoría. ¿Soy más libre, más listo, o más tonto si me salgo del guion? Y me doy respuestas sin complejos. Un mandatario de un pueblo no se representa a sí mismo, nunca, sino al pueblo todo al que encarna, también a la parte de pueblo que no piensa como él y que puede sentirse abochornada por lo que ve y oye de su representante. Se puede ser todo, hasta nacionalista, pero también educado. Yo esta mañana he aplaudido, porque espero: me revolaba la esperanza en el deseo. Siempre me ha enseñado caminos nuevos la esperanza. Y, cuando me cuenten la historia que yo he vivido hoy, diario, sólo me creeré lo que se parezca a lo que yo he visto y oído (20:29:25).
 

miércoles, 18 de junio de 2014


18 de junio de 2014. Miércoles.
UNA HISTORIA AZUL
 
Ojo azul, en Las Canteras, Las Palmas de G. Canaria. F: FotVi
-Ayer, por fin, llovió, en unos lugares abundantemente (en Molina, por ejemplo, que por poco pierde el apellido «de Segura», ido éste por los colectores de sus calles saturadas, tanta fue el agua caída) y con granizada, y en otros, apenas un rociado. Aunque se sea laico, la lluvia siempre es un bien a bendecir: como el bien de que amanezca o haya noche, o que las abejas y otros insectos polinicen las plantas, para alargar así la vida de las especies en este pedrusco llamado Tierra, que, por lo que dicen, vive de casualidad. Son tantas las aberraciones que se han cometido contra la madre Tierra, que asombra verla todavía en pie: abuela mayor ya, pero de buen ver aún, sobre todo desde el espacio, que se ve con atuendo de hada azul, casi de tul angelical. Aquí, en el sitio de mi soledad, llovió gotas; tan pocas que no sé si me alcanzó alguna al salir de casa y mirar al cielo. Una me alcanzó, sí: cayó y me llenó el ojo, creí llorar. ¡Pero qué hermosa es la lluvia, tiene todas las formas de los sueños, aunque éstos sean sueños menores! Y para sueños, los de hoy: formal y legalmente abdica un Rey (Juan Carlos I) y deja paso a otro: Felipe VI. Un sueño de sangre azul, hecho realidad. Uno de sangre azul da paso a otro de sangre azul; pero lo que importa es que lo hacen en paz (aparentemente) azul. En realidad hoy hemos vivido una historia azul, que ya ha entrado como un capítulo más en la otra Historia Grande, que, sin embargo, es multicolor. Pero en ese cuadro expresionista que es la Historia Grande, de colores arracimados y trágicos, broncos, el color que prevalece es el rojo; es decir, la guerra, el terror, con la muerte siempre de lacayo. Que el color azul (no político, sino celeste), Diario, nos siga regalando una convivencia en paz, fruto de la justicia y el derecho, en libertad e igualdad, y fraternidad (20:46:34).

martes, 17 de junio de 2014


17 de junio de 2014. Martes.
EL POETA CREYENTE
 
Paz, en el jardín. F: FotVi
 
-Se me ha hecho la boca agua cuando esta mañana, en Laudes, y en el salmo 84, he leído como actitud y alabanza del poeta creyente: «La misericordia y la fidelidad se encuentran», que halla esta otra traducción en la Biblia de Jerusalén: «Amor y Verdad se dan cita». Y sigue el salmo: «La justicia y la paz se besan», para decirse en la Biblia de Jerusalén: «Justicia y Paz se abrazan». Para en una nota añadir la de Jerusalén: «Los atributos divinos personificados vienen a instaurar el reino de Dios en la tierra». Qué bella descripción de Dios y de su papel en el mundo de los hombres. Dios es Amor (Misericordia) y es Verdad (Fidelidad), y en el Amor y en la Fidelidad se hace presencia en la tierra, o en el terruño y la vivienda de los hombres. Luego dirá San juan: «Y la Palabra se hizo carne y acampó -puso su morada- entre nosotros». Dios hecho carne, encarnado; es decir, hecho inteligencia, voluntad, sentimientos, y, en la opacidad de su divinidad que era la carne, se hizo uno más entre los hombres. Él, Amor y Verdad, comunicó Amor y Verdad para que la Justicia y la Paz se abrazaran en un beso entrañable. Y han de ser beso, comunión de boca a boca, porque sin Justicia no puede haber Paz, y sin Paz no puede haber Justicia. Abrazo y beso, pues, de matrimonio. Luego sigue el salmo: «La Verdad brotará de la tierra, y de los cielos se asomará la Justicia». El brote de la Verdad en la tierra: el Mesías, el Cristo; y de los cielos se asomará la Justicia, o el Amor de Dios. Dios, Diario, es Amor, el principio de toda Justicia, y ésta campo florido de toda paz (21:49:39).