15 de julio de 2014. Martes.
ÉTICA Y ESTÉTICA
Estética, en el jardín. F: FotVi |
-Yo, que no entiendo mucho de deporte, pero sí algo de ética y de
estética, me he sonrojado al saber que le habían dado el balón de oro en el
Mundial de fútbol de Brasil a Leo Messi, ese jugador que mete goles y, cuando
no, vomita y fantasea por el campo, y, desde niño, barçea. Al igual que el mal
común está en lo que es publicidad y reclamo por encima del bien común, el
márquetin, también aparece, casi siempre (o siempre), por encima de la justicia.
La justicia, pues, al pie de los caballos del márquetin o de lo que es el decir (o pensar) dominante. Si el decir
dominante se expresa asegurando que Dios es una espátula distribuyendo colores,
habrá quien defienda este modo de decir por encima de la razón y de la verdad,
y hará guerra por ello. El márquetin es el dios de nuestro tiempo, porque
engorda, sacia, colma al otro dios tonante (y sonante), el dinero. Márquetin y
mercados financieros: he ahí los dioses injustos del ahora mismo, este tiempo
de barbarie y derrota, y de insensibilidades sociales, y de otros templos,
llamados bancos, con cajas fuertes, frías e insondables, como Sanctasanctórum. Se
abre el Sancta y aflora el dinero; se cierra el Sancta y se seca el crédito. Y
tiembla el brutal capitalismo. El márquetin puede pretender ser estético, o
valerse para sus fines de la estética, pero, si es injusto, de nada le vale la estética,
pues estética e injusticia, Diario, se dan la espalda, no cuadran (18:48:08).