lunes, 15 de diciembre de 2014


15 de diciembre de 2014. Lunes.
PÚAS DE HIELO
 
Llorándose de lluvia, en el jardín. F: FotVi
 
-Llovizna; pero lloviznan púas de hielo. Sin embargo, ésta es lluvia como de mirar de pájaro, que cae desde arriba sin romper y sin manchar nada. No mancha ni rompe, pero duele si te da en los ojos o la recibes a cara descubierta, como la ley (o la mentira de los jueces) que no es justa. Me gusta mojarme, pero no con lluvia de alfileres. Con todo, si alguna vez me mojo, que sea con lluvia de alfileres y no con mentiras de jueces, que, desde la ley, inventan verdades que son mentiras. Y en todo caso, bañado por lluvia de alfileres o por sol de alacranes ardiendo de mentiras de jueces, Diario, digo con el poeta argentino Héctor Viel: «Soy el lugar donde el Señor tiende la Luz que Él es» (21:28:41).

domingo, 14 de diciembre de 2014


14 de diciembre de 2014. Domingo.
ESAS COSAS
 
Agua y cielo, en las salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi
 
-Anteayer fue un día de caminata y gloria paisajística. Caminar no es lo mío, aunque inspire y agilice los engranajes de la mente, las piernas y el corazón, y los sitúe a tono con mi ilusión y ensoñaciones consiguientes. El caminar me hace joven (con años), pero me resisto a practicarlo. Los años pesan y yo sé que su fastidiosa gravedad suele aliviarse con el andar frecuente y acompasado. Camino en un parque, frente a casa, hermoso arriba (las copas de los árboles, los pájaros, el cielo) y feo, por sucio y roto, abajo. También son objeto de mis caminatas el bosquecillo y contorno de las salinas de San Pedro, un pequeño edén, aún, en la costa profanada y malamente agredida. En este edén sólo se oyen aves y pasos, y el meterse del cielo en el agua, sus reflejos, tan silenciosos. Esta vez, caminé acompañado de un amigo, Manolo Cuadrado, que, cada año y cerca ya la Navidad, tiene a bien llegarse y decirme a la cara «¡sé, feliz!», así, como suena, con voz imperativa y fulminante, y me hace ser feliz. Caminamos y comimos juntos, es el ritual de cada vez; luego le doy las felicitaciones de Navidad (Puntos de lectura, le llaman en la imprenta), y hablamos de proyectos, de los míos y de los suyos, y reímos con risas de recuerdos: Grecia, Yugoslavia, Sicilia, don Emeterio, su padre, hasta que se van borrando los recuerdos y nos vamos, él a Mula y yo a la Torre, donde habita mi soledad con mis cosas pequeñas maravillosas del día a día, como escribir o no escribir, o ser y estar, con Dios (el otro solitario), o parecerme que no estoy y estoy, o hablar solo (cosa de locos) y callar…, bueno, todas esas cosas (20:32:26).

viernes, 12 de diciembre de 2014


12 de diciembre de 2014. Viernes.
PLATERO, MI AMIGO
 
Platero, mi amigo, y yo. F: FotVi
 
-Esta mañana, de casualidad (o no), me he dado con Platero y, en Platero, me he encontrado yo. Platero y yo, me he dicho. «Platero es pequeño, peludo, suave», y, tras cien años de existencia, sigue siéndolo igual, y «tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos». Aunque «fuerte y seco como una piedra». Desde 1950, Platero es mi amigo; lo conocí entonces, perdido en una página del bosque de páginas de un libro de texto, donde fulguraban Quevedo, Cervantes, San Juan de la Cruz… Juan Ramón Jiménez aún no había recibido el Nobel de Literatura, sería en 1956, pero continuaba entonces con sus fobias y depresiones y, como diría Umbral, urdiendo con Unamuno «el nuevo castellano del siglo». Esta mañana, abriéndome camino entre los libros de mi corta (por resumida) biblioteca (he procurado poseer sólo los libros que se me ha dado poder leer), hallo el volumen facsímil de la Edición Príncipe de 1914 de Platero, obsequio de Casa Lucas, Murcia. He dado, pues, con Platero y él y yo nos hemos puesto a leer Platero y yo, como dos niños, y él reía por oírse nombrar y yo a emocionarme por verlo llorar por la muerte de la Niña Chica, la que lo llamaba «con todas las variaciones mimosas de su nombre: ¡Platero! ¡Platerón! ¡Platerillo! ¡Platerete!»; así, Diario, hasta rendir a Platero de ternura (20:58:02).

jueves, 11 de diciembre de 2014

11 de diciembre de 2014. Jueves.
MUEVE UNA NUEZ Y CAERÁ UN NOGAL

Sin hojas, en Las Salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Ayer no escribí nada. Y, aunque sea sólo por un día, he sido como un árbol sin hojas, otoñal, pero místico tal vez: en sus raíces -en su interior, su alma- el árbol siempre es árbol. Ayer fui un árbol sin hojas, o un nogal sin nueces. («Mueve una nuez y caerá un nogal», me he oído decir a mí mismo, hoy, con una sonrisa valentona y pícara, casi tonta). Se escribe, pues, para que el árbol de la escritura se llene de hojas, y dé sus frutos. Escribir es un don, y el poder a su vez regalarlo, darlo, es el hopo o cola de fuego de cometa de ese don. Escribir es lo que sigue al don de poder hacerlo. Pensar «luz» o «cosa» y poder escribirlo, y darlo así escrito, es un don, tan notable, que asusta. Pensar, por ejemplo, esto es la luz y esto otro la sombra y poderlo escribir es un don, que toca lo infinito. Como el día en que García Márquez pensó lo de «Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que se padre lo llevó a conocer el hielo». Lo pensó, lo escribió y dio comienzo Cien años de soledad, un libro de libros del siglo XX. Yo escribo para emocionarme, para sentir que siento, para -a mis años- saber que estoy y que no me he ido. La vejez, a veces, a causa del alzhéimer o de sus consabidos y múltiples achaques, te suele llevar de la mano a ninguna parte. Yo estoy; y me siento tilde, palabra, reglón (aunque sea torcido, a veces), verbo, sujeto, y texto al fin, texto que puedo dar a leer para que su lectura emocione a otros con mi emoción, o les haga llorar o reír con mi llanto o con mi risa, o no les diga nada y lo dejen estar, y, sin echar al fuego lo escrito, puedan manifestar: «¡Qué malo es esto!», así, a lo bravo, pero sin ira. Ayer yo oía de boca de una joven de 17 años, Malala, algo muy hermoso: «Voy a continuar esta lucha hasta que vea a todos los niños en la escuela». Recibía el Premio Nobel de la paz en Oslo. Unos talibanes, fanáticos ellos, coránicos ellos, en Pakistán, la intentaron asesinar por defender la educación para las niñas. Escribir; o el milagro, Diario, de poder poner en un papel la lumbre de lo que piensas, el hablar de sus llamas y sus sombras, sus latidos, todo ese milagro (20:03:31).

martes, 9 de diciembre de 2014


9 de diciembre de 2014. Martes.
NO MANCHADA
 
Pureza, en el jardín. F: FotVi
 
-Inmaculada, o sin mácula, no manchada. O el modo de ser de la Virgen, su naturaleza íntima, en la fiesta que celebramos ayer. Ser o estar sin mácula, por la gracia de Dios y en previsión de la muerte del hijo que aún no había nacido. Eso, sí, con una cruz y una muerte de redención al fondo, en el más allá, en el allí del tiempo, estallando de sangre y miedos en un lugar llamado Calvario. Inmaculada, pues, o sin sombra, sin lunar, sin mota en su ser de madre o de vientre para Dios. Todo un vientre, sin mancha, para un Dios que se haría hombre. Vientre sólo ocupado por Dios, y en el que durmió y pataleó, y se hizo bebé, niño, el Hijo de Dios; pero, como hijo de María e hijo de Dios, bebé hombre y bebé Dios, a la vez; es decir, Jesús de Nazaret, el que dijera palabras hermosas y quisiera instaurar un reino en el que la única ley fuera el amor; un reino distinto, Diario, pero posible (19:57:419.

lunes, 8 de diciembre de 2014


 
8 de diciembre de 2014. Lunes.
CALENTAR EL FRÍO
 
Charca de frío, en las Salinas. San Pedro del Pinatar. F: FotVi
 
-Lunes y, como cada domingo y fiesta de guardar, madrugo, por lo de llegar a tiempo y celebrar la misa. Hoy lunes es claro que no es domingo, pero sí es fiesta de guardar en el calendario de la fe: la Inmaculada Concepción. En María de Nazaret hubo un milagro que hoy celebramos como fiesta de la gracia y la belleza, o de la belleza de la gracia. Madrugo, pues, para asearme y hacer que sea verdad en mí lo de limpio de alma y cuerpo. Madre me dijo un día: «No olvides ir limpio». Y me aseo. Me limpio el cuerpo y a continuación miro qué tal de aseado ando por dentro; luego me miro en los espejos (el de azogue y el del alma) y me veo mejorable, y doy gracias por no hallarme perfecto. Así, tratando de mejorar, no me hago viejo, y sigo en la nube de la ilusión y de los sueños. Esta mañana, Diario, hacía frío; pero frío hermoso, sin embargo, del que al respirar te pone humo de chimenea de dibujo de niño en la boca; respiras y el aliento se hace humareda de cuento en la boca, de chimenea de casa de cuento, que, si lo echas a las manos, hasta calienta al frío. Como ocurre con la fe, que, a veces, calienta al frío (19:04:01
 

domingo, 7 de diciembre de 2014

7 de diciembre de 2014. Domingo.
FRÍO

Con frío, en el jardín. F: FotVi

-Me gusta el frío, si no afecta al corazón. Un corazón frío, hecho de témpanos y miradas de lobo, confirmaría el lamento de Ezequiel, el profeta, que describe la terrible iniquidad que supone un corazón de piedra, y que él arrancaría, según dice, para poner en su lugar un corazón de carne. «Os infundiré un espíritu nuevo; / arrancaré de vuestra carne un corazón de piedra, / y os daré un corazón de carne», ofrece el profeta. Un corazón de carne, sin gelidez dentro, y, si es posible, conformado con latidos y fiebres de justicia y verdad. Hace frío, o eso me parece a mí, que soy un aterido. Aterirse es pasmarse de frío; como me pasma de fríos la injusticia. Hace frío de todo. Pero avisaré a mi corazón: «No dejes que te venza el frío de tu alrededor; mantente ascua, aunque sea entre cenizas». Esto le diré, Diario, a mi corazón, todavía con sueños, todavía esperanzado, a pesar de tanto frío como hay en el entorno (20:07:45).

viernes, 5 de diciembre de 2014


5 de diciembre de 2014. Viernes.
HOJA DE RUTA
 
¿Justicia entre rejas?, quizá. Las Claras. Murcia. F: FotVi
 
-¿Se trata de jueces o de esclavos de la ideología, de la cábala, o de primero el guiño a la hoja de ruta de lo correctamente político y luego la ley? Esta hoja de ruta podría llamarse de la ignominia y el desparpajo judicial. Con los etarras -crueles ellos, inhumanos ellos, inexorables en el asesinato ellos-, se emplea el código de la hoja de ruta y no el de la ley. La hoja de ruta la idearon un tal Zapatero y sus secuaces y la continúan -según parece, y aun que lo nieguen- un tal Rajoy y sus secuaces. Se trataba de darles toda clase de plácemes y momios a los etarras -aun la postración del Estado- si dejaban de matar. Es decir, se trataba de pagarles el haber matado, si, pavorosamente, no lo hacían más. ¿Y las víctimas? Un trágico, aunque endulzado, borrón y cuenta nueva. «Borrad, ingenuos, lo de que sois víctimas y alcanzaréis el reino de la infamia y todos nosotros la paz humillada». Sólo que para esta bajada de telón perverso, no hacían falta casi mil muertos y el sufrimiento de todo un pueblo que -tras tiempos peores, la dictadura- tenía sueños de creer en la justicia y confiar en la ley. La justicia verdadera, aun con los ojos tapados, ve, si los jueces y la ley le permiten ver. La justicia y la ley, o la Cabaña del tío Tom contra toda esclavitud, también contra la esclavitud de los jueces a sus ideologías y hojas de ruta urdidas. Dos etarras, cuyo nombre me reservo (como diría la escritora Leila Guerriero: «Maldito sea yo si pronuncio esos nombres»), y, sin cumplir íntegras sus condenas por asesinatos múltiples, asesinatos de colmillo de lobo, feroces, han salido de la cárcel, sin más. Decisión de dos jueces y una jueza. Jueces estos con trampa, pues parece que para dictar sus sentencias mantienen tapado un ojo a la justicia, mientras le permiten ver por el otro. Como se aprecia, Diario, justicia esta de disimulos y trastienda, impura (22:23:06).

jueves, 4 de diciembre de 2014


4 de diciembre de 2014. Jueves.
MUSICALES TRUENOS
 
Plantas y llanto, en el jardín. F: FotVi
 
-Esta madrugada, en el paréntesis de un insomnio, se me ha aparecido el trueno. Un trueno redondo, armonioso, tuba (o bajo) de la hermosa orquesta de la lluvia. Lluvia abundante además la de esta noche, pero sólo hasta las ocho, que detrás, aguardaba el sol; lluvia, pues, con músicas de sexta sinfonía de Beethoven y con solos de trueno percutido, que, en el conjunto, sonaban a musicales truenos, magníficos truenos. Y, entre el insomnio y la lluvia, y el tronar sonoro, algún verso; éste por ejemplo: «Si cualquier boca es un bosque de mentiras, / ¿quién me dice que la mentira no es verdad?» Estas cosas suelen ocurrir si en la pausa o contén del insomnio, aparece el trueno, redondo y hondo, con música de lluvia y te abre el apetito del verso, que es un modo de capear el temporal de la noche en vela. Verseas y se adormila el insomnio, hasta caer de nuevo en el dulce placer de la inconsciencia, donde las pesadillas, a veces, anidan pavorosas y lúdicas, fantásticas siempre. Hasta que se va la música de la lluvia y su tambor el trueno y amanece el sol, con su diana luminosa, para iluminar el caótico aguacero del mundo. Dicen los diarios que se anima la corrupción y, en la encuesta del CIS, alcanza casi a la otra preocupación del personal cabreado que es el paro. El CIS, como el Pepito Grillo de la sociedad española, o su conciencia, analiza, en porcentajes, sus pulsos y preocupaciones, y sus lamentaciones. Y llora el paro y la corrupción. Pero para consuelo del pesimista, sin embargo, se nos anuncia que las hormigas, como especie, «son prácticamente inmortales». Pasará el CIS, pero ellas, las hormigas, quedarán. Consolador. ¿Y cómo será el tiempo en 2050? Con noches de hasta 40º, leo; se supone, Diario, que 40º a la sombra (de la noche). Pavoroso (20:21:44).

miércoles, 3 de diciembre de 2014

3 de diciembre de 2014. Miércoles.
DILEMA

Luz de ensueños, en el jardín. F: FotVi

-No escribir por haber rezado: he aquí la cuestión. Ha sido mi dilema hoy: escribir o rezar; y he optado por rezar. Rezar más y escribir menos. Hoy, queriendo estar más cerca de los míos (fiesta de San Francisco Javier), he rezado más. Más cerca de Javier, mi hermano, y de Javier, mi sobrino. Algo tan podrido y trágico como un cáncer, cortó la vida de mi hermano, hace 12 años. Mi sobrino vive y sueña; no dudo que sueña los sueños de su padre, al que quería como padre pero también como incitador de sus sueños. Soñar los sueños de su padre y vivir para hacerlos realidad es ahora su tarea. Estoy convencido, que, al final de sus sueños, Javier, mi sobrino, hallará a su padre, y ambos celebrarán esa luz que es todo padre en los ojos de un hijo. Hoy, Diario, he optado por rezar, y, en el rezo, también a mí me ha deslumbrado, sin herirme, esa luz. Gozo, pues, por esa luz (20:48:09).

martes, 2 de diciembre de 2014


2 de diciembre de 2014. Martes.
DOBLE TRAGEDIA SACRÍLEGA
 
Esqueleto de nada, en el jardín. F: FotVi
 
-Salvo que se entregue la vida por amor (única ofrenda que vale: yo en el horizonte de esta ofrenda veo una cruz), toda muerte es sacrílega; pero lo es más, si se trata de una muerte tonta. Sacrilegio es una lesión con la palabra o de obra a algo sagrado. Y la vida lo es, lo más sagrado. Oyes noticias: tantas muertes en una guerra, o en un atentado en tal lugar, o por una epidemia mal gestionada, y muertes de niños, además, sin sentido, brutales (aun de niños no nacidos), y dices: «Toda muerte es sacrílega». Y con signos de admiración lo dices. Y si morir es un sacrilegio, el hacer morir lo es doble. Y más: morir de una muerte tonta. Leo en el diario: «Un hincha gallego muere tras una pelea de ultras». Encontrar la muerte, o darte con ella, en una pelea, y sin ningún porqué claro, es una tragedia de locos. La locura nunca tiene porqués, sobreviene, y te atrapa y, como un ruido siempre constante en la cabeza, ruido entre oído y oído, va sitiando la razón hasta destruirla. Y destruida la razón, se instala la sinrazón, la otra parte en penumbras del ser humano, donde parpadean todas las luces. La cabeza, entonces, llena de locura, como un hormiguero o una colmena de abejas allí insistiendo en la fragilidad del interior incendiado del cerebro. Del estar, pues, se pasa al otro lado del espejo: al no estar. Miras, y te ves; asomas la cabeza tras del espejo, y no te ves, no estás. En el detrás o al otro lado del espejo, el espejo te ha tragado. Ocurre con la locura; la locura quiebra la luz de la inteligencia como un cristal, y te puede llevar a una muerte tonta, o muerte por nada. Ha sucedido en Madrid: el muerto de muerte tonta, aunque espeluznante, se llamaba Francisco Javier, y era ultra de los Riazor Blues del Deportivo. Ha muerto por nada. Morir y además por nada, Diario, es una doble tragedia sacrílega (12:07:38).

domingo, 30 de noviembre de 2014


30 de noviembre de 2014. Domingo.
CRUCE DE LLUVIAS
 
Alivio, en el jardín. F: FotVi
 
-Hoy domingo, el cielo me ha hablado de lluvias, pero no las ha dejado ir. O las ha dejado ir a cuenta gotas. Que caiga la lluvia es terrible, pero es peor que no caiga. Si cae mansa o como un posarse de rayo de Luna en la tierra (que diría el romántico), es bueno. La lluvia desmandada, brutal, es peor que una estampida de toros o de abejas. Y aun peor que la estampida de un grupo de intelectuales (aunque sean teólogos) desmadrados. Esta mañana he celebrado misa, bajo un lloviznar constante. El techo del templo nos tapaba. (Hoy no se han oído los pájaros que se oyeron el domingo pasado). He rezado con los fieles, y, me he dicho (con ironía, quizá): «Nosotros lloviéndote de palabras, Señor, y tú lloviéndonos de lluvia»; un bien sube y otro baja: uno terrenal, celeste el otro, ambos encomiables. Preguntándome al punto: «¿En qué lugar del espacio se encontrarán lo que sube y lo que baja, confundiéndose ambas lluvias, mojándose ambas lluvias de gracia?» Gracia terrenal lo que subía y gracia celestial lo que bajaba. Y seguí: «¿Se habrá detectado en algún observatorio terreno o celeste el momento del encuentro? ¿Habrán saltado chipas?» Hasta que llegó el tiempo de hablar, y de consagrar, y de compartir, y de bendecir; todo, una hermosa lluvia de palabras surcando los espacios, para el encuentro con la otra lluvia que es cielo en la tierra, cielo que se hace alivio para la sed, Diario, aun en el desierto (21:05:12).

sábado, 29 de noviembre de 2014


29 de noviembre de 2014. Sábado.
HABLAR CON LA SOLEDAD
 
Nacimiento, en el jardín. F: FotVi
 
-No hay nada más inquietante que hablar con la soledad; dices, y no oyes respuesta; cierras los ojos y quieres asir algo, y al otro lado no hallas nada; lloras, y se te caen las lágrimas sin que nadie las recoja. La madre suele limpiar las lágrimas posando un dedo en ellas; en la soledad, sin embargo, se limpian con el revés del puño de uno mismo o se dejan ir. En la soledad, las lágrimas no son ruidosas, no como en compañía, que se oyen. Yo he oído las lágrimas de gente que ha venido a mí a pedirme que las oiga, y las he oído, sin verlas. Si se presta atención, las lágrimas de la soledad son las más ruidosas, aunque no sollocen. Kafka escribió relatos de soledad y le salió una literatura de horrores. En su soledad, Kafka, un día, se vio insecto, y se sintió repulsivo. Nunca se lo dijo a su familia, que también lo veía repulsivo. Las cucarachas son repelentes y Kafka se veía cucaracha, repelente. La soledad es una cucaracha que te envuelve con su repulsión. Tanto, que, aunque no haya ojos que te miren, tú crees que hay ojos que te miran y que te ven horrible. Los ojos de la soledad son ojos que te ven sin tú verlos, por eso espantan. Y dan miedo. Espantan porque te miran a todas horas y tú no los puedes esquivar. Es como en un salón con muchos espejos, que todos te miran y tú no puedes verte más que en uno, donde te reflejas. Toda soledad da miedo, porque de frente y a la espalda y arriba y abajo sientes el vacío. En la soledad no hay nada que te pueda acompañar; salvo tus miedos. Y los ruidos, que siempre están, compañeros de viaje de los miedos. En la soledad, quizá no haya ruidos, pero están. Como en la casa tomada de Julio Cortázar. Yo soy afortunado sin embargo en la soledad, porque oigo cosas que la hacen llevadera y fértil; oigo al Invisible (yo lo llamo Dios por el vicio de leer libros antiguos y sabios como la Biblia); en el jardín oigo al pájaro ocasional (mirlo, gorrión) cantar, y, poniendo muy fino el oído, hasta oigo la hoja que nace, o el estruendo de las patas del pequeño ciempiés, patas que mueve al modo del perseguirse de las teclas del piano en la ola de un arpegio, con fluidez y sin tropezarse unas con otras. Decir, pues, que la soledad, aunque carezca de uñas, araña, que porta libros, trasiega miedos, y, de tan callada, asusta, y lame, y toca el hombro, y nunca está cuando te giras para ver el quién…; pero, hay veces, Diario, que redime (12:51:23).

jueves, 27 de noviembre de 2014


27 de noviembre de 2014. Jueves.
CAÍDA EN LA TARDE DE UNA HISTORIA
 
Gris, o cansancio de colores, en el mar. F: FotVi
 
-Día gris, como lo son los huesos y el alma de Europa. O así se deduce de la caída en la tarde de su historia; en Europa ya no se hace historia, sino poshistoria, o atardecer de su historia. Y se van emborronando los libros. Una maldad gris y viciosa, el dinero, está debilitando la fuerza de su colorido y sus géiseres intelectuales y humanísticos antiguos. Cayeron imperios: el persa, el romano, el azteca. Otros: el egipcio, el bizantino, el árabe… Y este imperio, Europa, parece estar en la tarde de su declive. Me conmueve un poema de Borges (Un patio, así es su título), que empieza: «Con la tarde / se cansaron los dos o tres colores del patio». Con la tarde, en su ocaso, Europa, cansada, se difumina en fríos y oscuridad. Un mal paisaje, Europa, hoy; un mal asunto. Quizá le falte lo que el papa Francisco ha remarcado en el Parlamento Europeo: la defensa de una «dignidad trascendente». Dignidad que ahonda sus raíces y sus impulsos «en el valor de cada persona humana, única e irrepetible»; pero sin perder de vista que la persona humana no es «un absoluto», sino sencilla, aunque bellamente, «un ser racional», y que posee capacidad de distinguir el bien del mal, es decir, de ser señor y soñador de sus actos. Europa, según el Papa, parece haberse cansado de los dos o tres colores (Grecia, Roma, Cristianismo…) que le hicieron madre y alentadora de pueblos. Que cinceló una historia (inquietante y guerrera a veces), pero bella en todo caso. Una historia de saber y equivocarse, como es la historia de todo ser humano. Al fin y al cabo, Europa no deja de ser lo que toda comunidad: un cuerpo con muchos miembros, dispuestos a la genialidad y al error. Pero ahora, al haber olvidado sus raíces, persiste en el error y huye de la excelencia. Despertarla de su error, Diario, es misión de todos; o este don que es Europa, se nos desvanecerá de cansancio sin los dos o tres colores más avivados que aún le quedan; es decir, la democracia y su fruto más frágil a la vez que brillante, la libertad (20:15:30).

miércoles, 26 de noviembre de 2014


26 de noviembre de 2014. Miércoles.
CADENAS
 
Vuelo de Luna, en el jardín. F: FotVi
 
-Para que no haya «violencia de género», según Rilke (Rainer María), hay que evitar las cadenas en el amor. Encadenar el amor es cortarle las alas de sus vuelos a la ensoñación, en la que el amor se fortalece. «¡Ay!, entre mis brazos, a todas las he perdido», se lamentaba Rilke en una canción de amor que introduce en su novela Malte. Entre sus brazos, o como entre cadenas, así se cerca el amor y se le ahoga. Para añadir más adelante: «Porque nunca te retuve, te conservo con más fuerza». Y es que heridas las alas del ave (del amor), se corta su vuelo y cae, se desvanece en la nada de una caída fatal; como si cayera un pedazo de cielo, o lo pareciera, en el abismo del desamor de los enamorados. «Porque nunca te retuve»; es decir, libre me amaste más, y libre te mantengo para que siga ese amor. Son el eros y el ágape de Platón; el eros: pasión, cerco, asedio, gemido, estertor, quizá; ágape: liberación, ascenso, luz, belleza, tregua. No atar, Diario; y, si hay atadura (el amor ata), dejarle alas y libertad para que vuele y, en el vuelo, sentir más el temblor de la libertad, que es otro modo de amor (19:06:10).

lunes, 24 de noviembre de 2014


24 de noviembre de 2014. Lunes.
CUMPLEAÑOS EN ŠIBENIK
 
Cripta, en catedral de Santiago. Sibenik. Croacia
 
-Hace un mes, presidí una misa en Šibenik, bella ciudad croata. Celebraba mi cumpleaños y éramos Dios, ocho sacerdotes y un reducido grupo de peregrinos, camino del milagro de Medjugorje, Bosnia. («Se ha aparecido la Virgen», se dice). Antes, nos deslumbramos de ciudades dálmatas, hechas de antigüedad y piedra, y mar. Y pinos; tan cerca del mar están, que parecen nacidos del agua. Pinos surgidos del agua, como géiseres de verdor y ramas. Prediqué y me emocioné. Di gracias por mi vocación y por los años cumplidos (¡tantos!, pero bien llevados, según me dicen) y por la escucha amistosa de las personas que asistían a la misa. Escucha amistosa, y aun complaciente. Recuerdo que se proclamaba el salmo 23: «Este, Señor, es el grupo que busca tu presencia». Y este fue el grupo, que -lejos ese día de la familia- me acompañó en el rezo y en la fiesta posterior. Yo prediqué de mi crecimiento en edad -a la vista estaba-; de mi crecimiento en sabiduría, no por los libros, sino por el don de poder asombrarme por todo -por una gota de lluvia suspendida de una hoja, gloriosa, y, hasta resbalar y caer al vacío, punto de encuentro, en su luz y vacilación, del universo todo-; y maravillarme como un niño que se fuera llenando de asombros, asombros, que, al fin, resultan ser la más alta ciencia; y de mi crecimiento en gracia, que es dádiva de Dios, y que cada día aguardo, sin aspavientos especiales, que se me conceda. (A veces, Dios se retrasa, pero siempre espero, y llega: su gracia). Al finalizar, miré y me miraban todos; alguien, con una sonrisa rubia. Lo agradecí: a Dios, a mis compañeros sacerdotes y al grupo que suplía a mi familia. Candela también acompañó en el recuerdo a la gota de lluvia suspendida de una hoja y causa de mi asombro en los lagos de Plivitce. Candela, pues, Diario, causa de asombro, con la gota de lluvia (20:39:58).

domingo, 23 de noviembre de 2014


23 de noviembre de 2014. Domingo.
EL OTOÑO DE LA PRENSA
 
Cruces, en una colina. Lituania. F: FotVi
 
-Hoy domingo he salido a la prensa y he paseado por su otoño, su caída de hojas, sus lluvias y su primera afonía de fríos. La prensa es el tic tac o latido del tiempo que habla de luces y sombras en la historia que se escribe cada día: o de la historia con sus circunstancias, que diría el filósofo; circunstancias, unas veces de llanto y otras de alegría, o de días grises o clamorosos de sol. La prensa habla de una duquesa que ha muerto en olor de pueblo y casi de santidad: «noble de herencia y noble, muy noble, de corazón», ha dicho un cardenal de la iglesia. El cardenal se llama Amigo y era amigo de la familia. Y en la amistad, todo cabe. (Me pidió mi madre: «A mi entierro que no asista ningún cardenal», y lo cumplí). Sevilla se ha vestido, pues, de Duquesado de Alba, con saetas al Cristo de los Gitanos, devoción ducal de la de Alba, y de la Sevilla emocional. También habla la prensa de una manifestación contra el aborto (¿un millón de asistentes, 60.000, 10?) y de un cementerio en Hue (Vietnam) con 943 tumbas, en las que reposan, como si de una guerra se tratara, 44.509 fetos, sin nombre, bajo el sencillo signo de una cruz. Unas 30 madres que abortaron -revela el diario- acuden allí a rezar varias veces al año; quizá les pese la ausencia del hijo, que no tuvieron. Y una cita: «La vida es el mayor milagro. Jamás nos arrepentimos de darla, pero sí lamentamos interrumpirla»: ha dicho Irene Villa. Y un obispo, rostro en tierra, pide perdón por el pecado (presunto abuso de menores) de algunos de sus sacerdotes. Deshonraron su sacerdocio; y postraron a la Iglesia. La pasión de Jesucristo se forjó ahí; todo pecado es cruz. ¿Otras cosas? Fútbol; o que, por robar al pueblo (en todas partes cuecen habas), un ex primer ministro portugués entra en la cárcel; como la Pantoja, tonadillera ella, de la que han dicho los mass media (entregados a la causa de informar) hasta las lágrimas que derramó en el momento de cruzar el umbral de la trena: «el fin de la España cañí», se lee en el periódico global; y una anciana (85 años), que, tras sufrir el desahucio de su casa, dice: «Ya no me quedan lágrimas», saliendo un club de fútbol (el Rayo Vallecano) al rescate de esas lágrimas. Tras pasear por el otoño de la prensa, esto (e infinidad de cosas más), Diario, es lo que hay; es decir, más sombras que luces, aunque alguna hermosa luz, también la hay (21:00:13).

viernes, 21 de noviembre de 2014


21 de noviembre de 2014. Viernes.
DE VEZ EN VEZ
 
Isla de Korcula, en la costa dálmata. Croacia. F: FotVi
 
-Para irrumpir más dentro de mí y hacer verdad el aforismo griego: gnóthi seautón («conócete a ti mismo»), cada día salgo menos. Como diría el poeta romano Juvenal, es este un precepto descendido «del cielo» (de caelo). Aunque de vez en vez, y para respirar otros aromas, Diario, me eche la mochila de los años a la espalda y me ponga a patear mundo; pero sólo de vez en vez (20:28:37).

jueves, 20 de noviembre de 2014


20 de noviembre de 2014. Jueves.
CORONAR LA NIÑEZ
 
Triste mundo, o niños sin derechos. F: Humanium. Ayuda a los niños.
 
-Yo, hoy, me uno al mundo de los niños y celebro con ellos su día. Un día de ojos con luz e inocencias de ángeles, coronadas. Es su aniversario, el día de sus coronas. Coronar la niñez, en todo el mundo y a cualquier precio, es acción necesaria y sabia; es darle validez y ganancia al mañana. No hay, no puede haberla, sociedad con porvenir de altos vuelos y bellas ensoñaciones (libertad, pan, libros, himnos y fiestas y gracia, y pasos con bellas utopías hacia las estrellas, toparse con las estrellas, donde oficia toda la música del universo) sin niños coronados. No niños coronados de mimos, sino niños coronados de dignidad en el respeto y el amor, y en la felicidad de abrir los ojos y ver la paz al otro lado de sus sueños y sus pasos y no la guerra. Ser niños que lo sean en edad, en sabiduría, en dicción de niño (o a media lengua), diciendo papi cuando jueguen y mami cuando busquen cobijo o luchen por dormirse. Mami te quiero, o papi te adoro (y te compro un loro). Porque sin niños, ¿qué haría el pez, y el agua, y el hada, y la m con la a, ma, y el castillo de la bruja del espejo, y el circo y el payaso, y el patio del cole y sus juegos y gritos, y sus salmodias infantiles? Hace 90 años de la Declaración de Ginebra sobre los Derechos de los Niños (1924), y todavía hay niños con hambre y moscas, sin escuela, sin hogar, niños que son objeto de toda explotación. 1.000 millones de niños pasan hambre, careciendo de «desarrollo, asistencia, socorro y protección». Contemplar la situación del niño en el mundo, me hace, Diario, temblar el alma (18:35:54).

miércoles, 19 de noviembre de 2014


19 de noviembre de 2014. Miércoles.
SIN CUENTOS
 
Ensoñaciones, en la biblioteca. F: FotVi
 
-Hacerse como niño es rejuvenecer el alma y limpiar los ojos de miopías y otras pajas y ver así lo invisible y sentir lo que apenas suena, como la fe. Ya lo he dicho: de Canarias he vuelto un poco más niño; es decir, un poco más humano, por más soñador. Con el último sueño, el de antes de la muerte, dijo el sabio, se acaba el ser humano. La muerte es eso: la oscuridad infinita de los sueños, el desvanecimiento de toda ficción; la caída en un letargo eterno de sensibilidad. Sólo en la fe, sin embargo, se recuperan los sueños; aun tras de la muerte. Acercarse a un niño (Candela en este caso, niña e imaginativa) es entrar en un castillo de luces, donde habitan todos los cuentos: como El Principito o Platero y yo. Y Peter Pan o El Lazarillo de Tormes. Quevedo también entraría aquí con su Buscón, y aun Cervantes con Rinconete y Cortadillo. ¿Y por qué no Casa tomada de Julio Cortázar o El milagro secreto de Jorge Luis Borges? Los cuentos; o el mundo en la verdad de la mentira. Lo más excitante que pueda haber es entrar en un cuento y andarlo, recorrerlo de noche y de día, habitarlo y ver así y asombrarse con sus mentiras. La mentira de un cuento es la verdad que lo hace atractivo y moralizante, y libre. Castillos, hadas, princesas, gigantes, príncipes, dragones, buenos, no tan buenos, batallas, héroes, ruidos, palabras, palabras, palabras (la otra mentira. ¡Qué mentira más hermosa es la palabra: un poco de aliento con significado! ¡Qué gran mentira!)…Sin bellas mentiras, no habría cuentos ni vida siempre recreándose en el mundo, vida nueva e inocente, luminosa, terrible, donde los miedos, todos, siempre hallan (en el beso del príncipe o en el despertar en el momento oportuno) un final feliz. Sin cuentos, ¿qué sería de Candela y de todos los niños del mundo (entre los que me cuento); también de los niños del hambre y de los que carecen de ternura (de madre) en la que cobijarse para poder llorar o reír? Dormirse o despertar sin un cuento detrás de los ojos debe ser tan aterrador como descubrir que en vez de corazón uno tiene la máquina de un reloj que ni siente ni da la hora, por oxidada. Por algo, Diario, J. Gaarder, escritor noruego (El mundo de Sofía), decía que «el cuento proporciona a la humanidad una lengua materna común» (19:59:10).