11 de marzo de 2018. Domingo.
ESCALOFRÍO
Luz en las tinieblas, en Murcia. F: FotVi |
-11 de
marzo de 2004. Oía la radio. Eran las 7:36. Y, casi en directo, sentí el
escalofrío de la noticia: un atentado en Madrid. De las 7:36 a las 7:40. Al
principio todo era confusión; luego, con el correr del día, el mundo se llenó
de gris, de una ceniza espesa de miedo, de un contenido terror; y de llanto. 193
muertos y cientos de heridos, sobre las vías, en los hospitales. Hasta este
extremo llegó el odio yihadista que impulsó estos atentados. Odio, que en los
voluntarios para calmar el sufrimiento, se convirtió en amor. Odio de unos, y
amor de los más, los que ayudaban y sufrían con el sufrimiento. Los que ponían
el corazón donde las manos, los ojos allí donde se lloraba, en una comunión
perfecta con el dolor y la generosidad. Yo, todavía hoy, Diario, después de 13
años, sigo con la impresión de que fue ayer, y rezo, y lloro por aquellas
personas que murieron sin saber por qué, de pronto, y tras sentirse rotas, en un
inhumano y brutal sacrificio (18:23:56).