jueves, 21 de febrero de 2019

21 de febrero de 2019. Jueves.
RECUERDOS

Jugando en la Plaza, en Molina de Segura.

-Como ya he contado, ahora que me han ascendido del octavo al quinto piso –descenso-ascensión– y revolviendo libros, me he dado con un opúsculo de mi gran amigo don Julián Chicano, poeta, escritor, sacerdote, y que titula Recuerdos de días inolvidables y ya olvidados. Y es hermoso que sus primeros recuerdos sean para su Escuela: «donde se aprendía –dice él– a ser personas de futuro». Y para los Maestros, ahora llamados profesores, nombre aquel, dice, «más entrañable, más cercano y más respetuoso». Y con devoción da los nombres de aquello hombres y mujeres, que, por sueldos de hambre, daban sus vidas y la luz de sus conocimientos a todo niño que se acercara a ellos. Y los libros: uno solo», manejable y sabio, en la «cartera, y donde también iban los cuadernos, la pluma, el lápiz, y la ilusión por aprender. Todo metido allí: latente y nervioso, con los sueños. Luego habla de los juegos, aquellos juegos que se inventaban como el poeta inventa versos, o el hormiguero, hormigas. Porque como dice don Julián: «La imaginación es el arma principal del niño». En la Plaza Vieja, donde el mercado de los domingos, se jugaba al fútbol con un balón de trapo. A veces, en vez de dar una patada al balón, le dabas a una piedra y salías trasquilado. Se jugaba a todo y con todo: como «al marro cadena» o «al marro la guardia», o a «las caras», con las monedas de entonces: las «perras» (cinco céntimos) y los «perrogordos» (diez céntimos), y «la trompa”: liabas un trompo y lo lanzabas a bailar, hasta agotarse, y así todos los juegos, de pobre, sí, pero divertidos e imaginados por los niños, como las birlochas y las guerras, incruentas, pero terroríficas. Y, con estilo sobrio y elegante, Diario, va hablando del pueblo y sus avatares, de sus gentes y devociones, de sus risas y sus llantos, como un cronista inteligente y preciso de la villa de Molina, que en un tiempo se llamó la Seca, y luego, de Segura, por el agua que riega y da esplendor a su huerta y a sus gentes. Gracias, don Julián, y que Dios te bendiga en tu hermosa y generosa ancianidad (18:19:25).

miércoles, 20 de febrero de 2019

20 de febrero de 2019. Miércoles.
CARCAJADAS TONTAS

Carrizos en el mar, risas, Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Se me atragantan los dioses que me hacen morirme de risa en cuanto los nombro. Por ejemplo, Dionisio, dios de las celebraciones, del vino, del éxtasis, del arte del teatro. Con Dionisio, la mitología se llena de carcajadas tontas, de jolgorios vacuos, de delirantes bufonadas. Todos borrachos, alumbrados. Es lo que me pasa con ciertos diosecillos de la política actual: Sánchez, Iglesias, y en la antigüedad, Rajoy. Y un largo etcétera de muchas decenas. Nada más oírlos hablar –o leer lo poco que escriben– «se me llena la boca de risas», como dice la Escritura. Sánchez: «Como decíamos ayer», y trastoca a Fray Luis de León por San Juan de la Cruz. San Juan de la Cruz, autor de los hermosos y enamorados versos «¿Adónde te escondiste, / Amado, y me dejaste con gemido…?»; y Fray Luis de León, autor de estos no menos inspirados e inmortales versos: «¡Qué descansada vida / la del que huye del mundanal ruïdo…», y así ambos, en gloriosa y luminosa y humilde maestría de poetas. Pero la frase: «Como decíamos ayer», no es de San Juan de la Cruz, sino de Fray Luis de León, aunque así se le haya ocurrido a este Sánchez, el que firma y celebra mala literatura prestada. E Iglesias cuando dijo aquello de «Y tocaré el cielo», y está tocando pista de aterrizaje; o Rajoy, con lo de «Bajaré los impuestos», y aún seguimos ahogados por los mismos. Con estos y otros personajes, Diario, me desternillo de risa, ay, tanto, que he pensado ir al doctor para que me recete un calmante, que me atenúe el sofoco (19:23:52).

martes, 19 de febrero de 2019

19 de febrero de 2019. Martes.
ODIOS Y FOBIAS

Buen chiste, ¿por qué no celebrarlo? 

-Vivimos en una época de odios y fobias, con la parálisis intelectual, social y política que eso conlleva. Quizá tuviera razón Nietzsche cuando decía que no se odia mientras se menosprecia, sino que se odia al que es igual o superior a ti. Mientras menosprecias, te sientes superior: echas migajas a las palomas, das de comer al hambriento, miras de arriba a abajo a tu prójimo; sin embargo, cuando odias, pretendes derribar la estatua de aquellos que ves a tu altura o encumbrados ante ti. Entonces saltan los demonios de tu corazón y te acude la ira, que respira por el odio. Porque como decía Víctor Hugo, el autor de El jorobado de Nuestra Señora de París: «Cuanto más pequeño es el corazón, más odio alberga», como el frasquito de esencia de colonia, solo que en este caso en vez de perfumar huele intensamente a tragedia, a mamporro. Es Caín, que, a garrotazos, Diario, le quiere birlar a Abel la luminosa ascensión de la verdad y humildad de su sacrificio, que tanto agradaban a Dios (19:18:00).

lunes, 18 de febrero de 2019

18 de febrero de 2019. Lunes.
SIN VUELTA DE HOJA

Fragilidad del agua, en la fuente. En Zadar. Croacia. F: FotVi

-Lunes y dieciocho de febrero: una pesadilla. ¿Os habéis percatado de cómo corre la vida? Y siempre braceando sobre el tiempo. El tiempo, que como decía Hector Berlioz, músico y romántico, es un gran maestro, pero «lo malo es que acaba matando a sus discípulos». Mientras leo estas cosas suyas, oigo su Sinfonía fantástica, en su primer movimiento: Sueños y pasiones. Todo un acontecer de violines y sentimientos contenidos, como frenados. El tiempo siempre nos precede indicándonos el camino a seguir; mas, cuando se calla, callamos nosotros con él. Así es, Diario, como debe ser. Sin vuelta de hoja (19:13:59).

domingo, 17 de febrero de 2019

16 de febrero de 2019. Sábado.
LOS SILENCIOS Y EL ALMA

Silencio de luz, en el ocaso, en Murcia. F. FotVi

-Si no sé decir amén, o me cuesta mucho bajar de mi soberbia y decirlo, se me escapa el final de todo diálogo con Dios, con el que hablo –y discrepo, a veces–cuando rezo. Dialogar –o discrepar– con Dios es poner palabras –y fe– donde solo hay silencios. ¡Silencios clamorosos, sin embargo! O es poner los silencios de Dios donde solo hay contemplación. En la contemplación se omiten las palabras y se abre el tiempo de la mirada interior, donde se habla también con silencios, porque, como dice San Juan de la cruz, el amor al que hablas «es un amor silencioso». O esto otro: «Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y esta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída por el alma». Y el profeta Isaías: «Verdaderamente tú eres un Dios escondido». Tan escondido que solo se le oye hablar en los elocuentes y fecundos mutismos de los silencios del alma. Los silencios y el alma, en la contemplación, decía Plotino, se tocan, se complementan. Un silencio sublime es la muerte por amor. Como la del padre misionero salesiano Antonio César, tiroteado por un grupo yihadista en Burkina Faso. Es hermoso morir y decir amén, Diario, por este silencio de Dios, que tanto dice a las almas puras y luminosas, y que tanto anima a seguir al crucificado hasta su cruz. Amén. Sí (17:59:07).

viernes, 15 de febrero de 2019

15 de febrero de 2019. Viernes.
EL JUEGO DE LAS LUCES

Sin flores, no hay jardín. En Liubliana, Eslovenia. F. FotVi

-Un servidor, cuando tarda en dormirse, cuenta las luces que van y vienen en la oscuridad. Un servidor cuenta luces, no corderitos. Cuenta las luces una a una, y les pone nombre: esta es Blanquita, aquella otra, Añil, la de más allá, Rosácea, hasta que las cansa, y, una vez cansadas, acaban por rendirse y me propician el sueño. Es un placer dormir tras esa batalla de luces y números, de destellos y metáforas. Y, al despertar, la luz me envuelve y me deja andar y pensar, y vivir. Como diría Jorge Guillén: «La luz quiere más luz, / Más cristal, más nivel, / Formas de prontitud». Y esta mañana, con la luz gris del día en los ojos, la gran noticia: elecciones el 28 de abril, como un acontecimiento primaveral. Como el pescador piensa en el pez enorme al que podrá vencer en la lucha por dominarlo, ya estoy pensando en mi papeleta, que podrá dar o quitar un triunfo. Lo decía mi madre: «Yo siempre voto, mi voto puede ser decisivo». Y, sin poder, cogida a mi brazo, íbamos a votar. El voto es la luz –«cristal, nivel, prontitud», como dice Guillén– de la democracia. Me duermo con el juego de las luces y me despierto con la otra luz, la del voto, o el esplendor del poder decidir. Una vez más, Diario, se abre el juego de las luces en el votante, y el de las mentiras en el que es votado. Aquel que mejor lo haga, mentir, se llevará el gato escurridizo y suave al agua, al agua de su vanidad. Y a lo mejor sale bien (18:39:44).

jueves, 14 de febrero de 2019

14 de febrero de 2019. Jueves.
EL CARAMELO

Así pasa la gloria..., templo griego en Paestum. Italia. F: FotVi

-Voy en el coche y, de pronto, en una curva, se me clava el sol en los ojos. Y me deslumbra. Es decir, lo veo todo blanco, un instante, como si se me hubiera nevado la visión. Sin embargo, parpadeo, y todo vuelve a llenarse de color. El azul del cielo, ¡ah!, el verde del pinar, el gris de la carretera. Y mis manos, sujetando con destreza el volante. Respiro hondo y sigo oyendo la radio. Que habla del pinchazo de Sánchez con los Presupuestos en las Cortes y de la fecha para las Elecciones. Me entristece la noticia: hurtarle a Sánchez su caramelo de ir por el mundo llamándose Presidente de España. Si yo fuera Sánchez, con lo que ya ha conseguido, Diario, le diría a la Presidencia: ahí te quedas, Política, dama peligrosa, que, al tiempo que ensalzas, vas hundiendo en la ciénaga a tus adictos, como una droga peligrosa y airada, sin piedad, y me iría a vivir de mis sueños más luminosos, en esa nube vespertina que ahora pasa y que yo despido melancólicamente (18:52:05).

miércoles, 13 de febrero de 2019

13 de febrero de 2019. Miércoles.
DERROTA DE LA MAESTRÍA

Belleza en Agrigento, Sicilia, Italia, F: FotVi

-Así como el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, llama a esta sociedad la «del cansancio», el Papa Francisco la ha llamado a su vez «la del descarte». Es una sociedad que, contemplada desde lejos, parece vivir encorvada o sentada, con la mano sobre la frente limpiándose gotas de sudor. Se la ve fatigada. Y enormemente disgustada. Las neuronas andan locas por nervios y corazón. Y los desequilibra a ambos, los pone tensos y en actitud de agotamiento, que luego es lanzada como una piedra por una catapulta para intentar salir del atolladero. Siempre empujando la piedra de Sísifo, cada vez más violentamente, hasta la desesperación final. O hasta que salga por los aires hacia otra dimensión, la del cansancio desesperado. Y de este modo, se entra fácilmente en depresión. E irrumpe uno en el hundimiento, el desastre. El papa Francisco, por su parte, ha hablado de «la sociedad del descarte». O la de la colilla del pitillo que se tira al cenicero. Después de aplastarla con violencia, si es un pitillo con filtro. Porque puede quedar encendida, y provocar un incendio, el incendio del cansancio y el desprecio. Lo que sobra se tira, como todo lo gastado: lo viejo, lo que ya no produce, lo inútil. No hay reciclaje, solo afán de riqueza y bien parecer. O sea, se trata de una derrota de la ética, de la experiencia, de la maestría, y así, Diario, hasta las ruinas sobran: los bellos vasos griegos a la escombrera, por inservibles, ya han vivido su tiempo, que mueran en el olvido más pavoroso, es la filosofía gaseosa de nuestra sociedad (17:44:16).

lunes, 11 de febrero de 2019

11 de febrero de 2019. Lunes.
TOCO LOS SUEÑOS

En entrañable compañía, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Desde que nace, por un enorme ventanal rectangular, entra el sol de la mañana en mi nuevo y tranquilo despacho, donde escribo y toco los sueños, y los años. Los atrapo, los sueños. Y luego los dejo ir –como un barquito en el agua– por el papel en el que los garabateo. Garabatear sueños es lo que mejor y más hermoso que un anciano puede hacer. Ejemplo: el sueño de la paz, sin iras y sin navajas, en España y en el mundo; el sueño del pan partido y repartido, para todos, en una mesa redonda, con miradas cómplices de amigos; y el sueño de la lealtad, un sueño de recorrido universal, sin detenerse ni en la razas ni en los credos, ni si  en ricos ni si en pobres, todos a una, con la manos dadas, Diario, en la danza de la lealtad y la unión, de la hermandad y el afecto, sin más y sin menos (18:46:26).

domingo, 10 de febrero de 2019

10 de febrero de 2019. Domingo.
MANOS UNIDAS

Mejor racimo, que una naranja sola. Torre de la Horadada. F; FotVi

-Hoy es el día de las manos unidas; unidas como nudos marineros: bellos y fuertes nudos, que logra el vigor de la unión. Cuando se unen y se alzan, las manos son grito, celebración, belleza trenzada. No es lo mismo un haz de manos unidas y en alto, gavillas de esperanza, que un conjunto de manos abiertas o cerradas –puños–, que no son lazo, ni vínculo, ni espiga de trigo: pan. Una mano cerrada o abierta en alto puede ser una voz contra o en defensa de algo, pero nunca será un mar o un bosque, donde clama y bulle la vida. En Manos Unidas –ONG de la Iglesia–, se lucha contra el hambre, la miseria, la enfermedad, el subdesarrollo y la falta de educación. Defiende los siguientes valores: la dignidad de la persona, el destino universal de la riqueza, el bien común, la solidaridad. Trabaja en 58 países del mundo. Y toda su labor se realiza a través del voluntariado, la austeridad, la transparencia. A un servidor, le gusta colaborar con esta asociación de la Iglesia, que, allí donde hay sed, da agua; dignidad, donde se avasalla a la persona; pan, donde existe el hambre; y luz, donde falta cultura. Diario, esta es mi ONG preferida, con todo mi respeto por cualquier otra asociación con fines parecidos, y con mi deseo de que vuele sobre todas estas agrupaciones sociales la paloma luminosa y festiva de la paz (18:46:43).

sábado, 9 de febrero de 2019

9 de febrero de 2019. Sábado.
UN VASO DE BON VINO

Eclipse lunar, sin eufemismos. Torre de la Horadada. F: FotVi

-A los políticos les va el eufemismo, como al bebedor «un vaso de bon vino», que diría el Arcipreste de Hita. Emplean palabras mansas para decir cosas duras y malsonantes, salvo algunos, que dicen lo que suena mal y lastiman sin inmutarse y mirando al tendido para que les aplaudan. En general, son espíritus delicados, a los que no les gusta herir los oídos de sus votantes. Un modo sutil de revestir las mentiras de verdades, y de hacer de estas, las verdades, malas metáforas. Ciertos políticos van de eufemismo en eufemismo, como el que va por la calle echando migas de pan a las palomas, para que le sigan. Hasta que llega alguien, y, dejando a un lado el protocolo de los juegos florales, mete las manos en la masa y suelta lo que es posible oír, con el escándalo solo de los aviesos y mal acostumbrados. Casado le ha dicho a Sánchez, presidente, que es «partícipe de un golpe de Estado», que es «un felón», «un mentiroso compulsivo», «un traidor», «un incapaz», «un mediocre», «un okupa», «una catástrofe», y así hasta veintiuna guindas más de este calibre. Es decir, se ha olvidado de los eufemismos y ha usado las palabras que más o menos le dirían buena parte de los españoles a este presidente sin criterio y volandero. Y ha habido una reacción escandalizada y de perplejidad en ciertos medios dedicados a la ambigüedad y a la paráfrasis. ¿Recuerdan cuando Sánchez llamó a Rajoy «indecente»? ¿Y en su misma barbada cara? ¿Qué son más insultantes los veintiún puntos del supremacista Torra o las veintiuna catilinaria de Casado al sedicente Sánchez? Yo, Diario, me reservo mi opinión, que diré cuando suceda, a causa de las urnas, su defenestración, urnas que a veces aciertan, más que las encuestas (12:19:41).

jueves, 7 de febrero de 2019

7 de febrero de 2019. Jueves.
CANSANCIO

¿Cruz o rama?, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-Me santiguo con Dios por la mañana y así puedo evitar al diablo, que siempre está al acecho, decía un eremita del desierto. Este ermitaño padecía numerosas tentaciones, y esa era la razón por la que se santiguaba a cada instante, como una eficaz terapia defensiva. Esa era su creencia, y hay que respetarla. Yo me santiguo poco o a cuenta gotas, y solo lo hago por una cuestión de estética cristiana. No por mucho santiguarme soy más santo; solo si lo hago como meditación o contemplación, la cruz me será eficaz. Santiguarse es coger la cruz de Cristo y ponerla en tu mente, en tus hombros, en tu pecho; es decir, hacerte a ti mismo cruz en tus obras. Una cruz paciente, luminosa, no herida, sino amable, contagiosa de humildad, que abrace y ame, que respete la desnudez y la pobreza, o mejor, que se haga pobre y pacífica en la modestia. Aquel anacoreta sería santo en su retiro, santo de desierto; pero hay que ser santo en la ciudad, donde se contemplan el dolor y las alegrías de la gente, sus ángeles y demonios en el modo de reír o llorar, y a quien puedes echar una mano si ves que se cae, y levantarlo, con la cruz en la sonrisa de los labios y la paz de la mirada en los ojos, sencillamente, sin aspavientos. Así intento santiguarme yo cada día, sin saber si lo consigo o no, pero intentándolo. Las cosas, aun la señal de la cruz, repetidas muchas veces, Diario, se hacen monotonía, rutina, solo norma, sin espíritu, cansancio (18:49:16).

miércoles, 6 de febrero de 2019

6 de febrero de 2019. Miércoles.
EL POLÍTICO

Mientras uno cae, el otro toca la guitarra. En Zagreb. Croacia. F: FotVi

-Pensando en Sánchez –el presidente demediado entre la mentira y el interés personal– reflexiono en una frase del gran político alemán Otto von Bismarck; decía: «El político piensa en la próxima elección; el estadista, en la próxima generación». Sin embargo Sánchez piensa, no en la próxima elección, sino en lo que ha dicho por la mañana para desdecirse por la tarde. Es un ventrílocuo de la mentira, un mediocre actor de la farsa. Yo, que no entiendo de política, pero sí algo de dignidad, vivo alarmado por el modo irracional de actuar Sánchez, el presidente de las mil caras, y de las pocas palabras serias, según se mire. Yo no voy contra los buenos y amigos socialistas, sino contra los que hacen de la política un ejercicio de contradicciones para su brillo personal. Sánchez es un político funambulista y caótico que siempre camina por la cuerda floja, a punto de caer él y rompernos a todos la testa. Espero, esperemos, Diario, que Sánchez recapacite y deje de balancearse en ese lugar de equilibrios en el que nos columpia a todos, por si cae él y caemos todos con él, como una masa amorfa, en el vacío. Gran tragedia entonces (18:32:20).

martes, 5 de febrero de 2019

5 de febrero de 2019. Martes.
EN LA CALLE

Orfebrería en piedra, en Mileto, Capadocia. Turquía. F: FotVi

-Después de una noche de intensos fríos, a causa de la humedad, se nos regala un sol de rostro bondadoso y alegre. Ahí va camino de su ocaso. Recién nacido, y ya se está muriendo. Como tú, como yo, como todo lo que respira. Hasta la roca se desgasta y muere. Las catedrales, de piedra y gracia, se van desmoronando en su belleza cincelada. Bien mirado, si contemplas el final de las cosas, todo es decadencia. Salvo que seas un contemplativo. Entonces, hasta la muerte es bella, y alentadora. Contemplo el sol, me felicito y salgo a la calle para hacer unas cosas. Entre ellas, ir al Banco: es primero de mes y hay que saldar deudas. La primera la de la Casa Sacerdotal. Se vive en ella, pero no de gratis. No es gran cosa la factura, pero hay que pagarla. Llego al Banco y un imberbe masticando chicle me dice que la Caja está cerrada, que salga y saque la cantidad que desee del cajero de la calle. Me voy al cajero: tecleo lo que me éste indica, una y otra vez, y siempre me devuelve la libreta, pero no me da el dinero. De este modo, ¿para qué quieres el dinero en el Banco? Mejor, como hacía mi madre, en el calcetín. Y me vuelvo a casa con la molestia del que ha ido de caza y le han dado gato por liebre. Dejo Trapería, calle de cafés, de bancos y de pobres, que, con educación y el frío contenido en la bufanda, solo piden con la mirada y dicen «buenos días». Lo hacen sin agresividad, y con más corrección que el chico del chicle en el banco. Ya en casa, hallo un consuelo en Cieri Estrada, escritor mexicano, que dice: «La poesía no tiene tiempo, el que la lee la rescata, la hace presente y luego la regresa a su eternidad». Y pienso: «Para que haya bancos tiene que haber pobres, y cielos para los pobres y bancos para los ricos», y quedo, Diario, en soledad y meditación, como un monje en su celda, apaciguado, y libre (17:56:29).

domingo, 3 de febrero de 2019

3 de febrero de 2019. Domingo.
LA COSECHA

Racimo: plenitud del olivo. En La Torre de la Horadada. F: FotVi

-Domingo y luz, y viento. Y misa, y lectura reposada, contemplativa, entre silencios y asombros. Leo a Claudio Rodríguez, que, en su libro inacabado, Aventura, dice: «… el pensamiento se hace canto / porque es amor». Y San Pablo, en su primera carta a los Corintios: «Ahora tenemos estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor; pero el amor es la mayor de las tres». La fe es la que cree; la esperanza, la que, como la cría en el nido, aguarda; el amor, el que se entrega. O sea: es «el secreto, lo sagrado…, la obra». (También Claudio Rodríguez). En el amor, pues, ya no son necesarias ni la fe ni la esperanza, pues en el amor han dado ya su fruto estas dos virtudes. Ambas han conseguido aquello en lo que creían y esperaban: el amor. Y es que en el amor, Diario, están la profecía y la palabra, la ofrenda y la donación: el gran milagro de la cosecha hecha racimo o gavilla: plenitud (18:55:34).

sábado, 2 de febrero de 2019

2 de febrero de 2019. Sábado.
EL SONIDO DE LA LUZ

¿Suena la luz? Quizá. En Murcia. F: FotVi

-Hoy, el Santo de Candela, día de la luz. Felicidades, Candela, por tu luz. Y he pedido a Dios que me permitiera oír el sonido de la luz. El salmista, en el salmo 143, pide a Dios: «En la mañana hazme escuchar tu gracia». ¿Cómo será el sonido de la gracia? ¿De qué notas se compondrá esa eufonía celeste? ¿O no tiene notas, solamente insinuación de emociones, que tal vez perciban solo oídos sabios y sutiles? ¿Suena Dios? ¿Cómo es el sonido de Dios? Y he insistido: «Señor, ¿cómo es el sonido de la luz?» Y, a esta hora de la tarde, Diario, aún sigo preguntándome cómo será el sonido de la luz. Sin hallar respuesta; mañana, al despertarme, seguiré preguntando cómo es el sonido de la luz (19:03:48).

viernes, 1 de febrero de 2019

1 de febrero de 2019. Viernes.
SUBE Y BAJA

Amanecía esta mañana, desde el quinto piso. Murcia. F: FotVi

-Intérprete de su propia comicidad, recuerdo a Cantinflas, en la película Sube y baja, dar vida a un encargado de ascensor, humilde y estrafalario, pero lleno de dignidad. Ayer viví yo la misma experiencia, pero sin la habilidad de Cantinflas. Sube y baja en el ascensor, del octavo al quinto, y del quinto al octavo, echando la hiel por la boca, y fatigados los pies. Y es que, Diario –creo no habértelo dicho–, me han mudado de piso. Sí. Me han ascendido del octavo al quinto piso: aquí se asciende bajando. O sea: si habláramos de la subida de Jesús a los cielos, tendríamos que decir: Jesús desciende a los cielos. Mi ascensión ha consistido en ascender de un piso normal, el octavo, con una mesa, una cama, un cuarto de baño y un enorme balcón, a una especie de suite, o apartamento, el quinto, donde hay más espacio para perderse y no hallar nada, y que en vez de al poniente, da al este, por donde el sol sale y silabea el amanecer. Algunas veces lo hace, precedido de nubes coloreadas, que son como las hermosas danzarinas que preceden a la función. Otras, con corona de oro y manto azul, así, como todo un  rey, deslizándose por la bóveda del cielo como todo un señor de la vida. Y las habrá en blanco y negro, como una película de Buster Keaton echando leña al fuego de La general. Lamentación: ya no veré más desde mi balcón recogerse al sol en su ocaso; entretanto, diré con J. R. Jiménez: «Parece que la aurora me da a luz, / que estoy ahora naciendo». Pues, eso: me consolaré así (17:34:54).

miércoles, 30 de enero de 2019

30 de enero de 2019. Miércoles.
LAS RUINAS

Flor de pasión, en el jardín. Torre de la Horadada. F: Forvi

-A todos nos aterra la muerte, pero sobre todo cuando nos toca de cerca. Porque entonces es cuando tienes que mirar y ver el rostro de cera y la nariz sin aliento del ser querido exánime, todo él paralizado, como el que ha entrado en el más terrible silencio de las cosas. Aunque el siquiatra austriaco Viktor Emil Frankl, que sobrevivió a varios campos de concentración nazis, diga que «a menudo las ruinas son las que abren las ventanas para ver el cielo». Porque todos, en la muerte, nos hacemos escombro, despojo de una bella historia de amor derribado, pero que aún vive en la ruina y en la mariposa que siempre nos queda activa de la vida anterior. Nos preguntamos por qué la muerte de Julen, el niño de Totalán, ha causado tanto revuelo mediático y las decenas de niños que mueren en el mar pasan comúnmente desapercibidos. Quizá sea por esto: porque la muerte de Julen nos ha tocado de cerca, la tragedia nos ha envuelto en su llama, y, sin embargo, las de los niños del agua nos quedan lejos; no nos rozan la piel. Son como las ruinas de Éfeso, en Turquía, o las de Gerasa, en la Decápolis, que si no las visitas no te puedes dar una idea de su grandiosidad y belleza, de su hermoso lenguaje, de su latente y vivo idioma de despojo. Todas las muertes, Diario, son tragedia; pero las más cercanas, además, son tú tragedia, con la que tienes que lidiar y sobrevivir, sin que te atrape y te destruya, liberándote de su abrazo abrasivo y, en ciertos casos, mortal (19:23:30).

lunes, 28 de enero de 2019

28 de enero de 2019. Lunes.
POR AQUÍ PASÉ YO

Florecilla dorada de invierno, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F: FotVi

-Cuando leo, me gusta subrayar, es un modo de dejar el hecho de mi lectura reflejada en el texto. O de decirme a mí mismo cuando vuelva a releer el pasaje: por aquí pasé yo. Es lo del hilo de Ariadna en la mitología griega o lo de las migas de pan de Pulgarcito en el cuento de los hermanos Grimm. Se trata de reconocer el camino que hiciste en otro tiempo, y ver si has adelantado o retrocedido. Por ejemplo, en el prólogo –Advertencia a los hombres que lean este libro para niños– de su Platero y yo, escribe Juan Ramón Jiménez: «Dondequiera que haya niños –dice Novalis– existe una edad de oro». Cita que tengo subrayada, de cuando, hace años pasé por allí, y con un lápiz, tracé un camino nervioso por debajo de esta frase, que habla de niños, pero que leen los mayores. «Pues por esa edad de oro –sigue Juan Ramón–, que es como una isla espiritual caída del cielo, anda el corazón del poeta». Y el mío, ahora que, desde la altura de mis años, contemplo extasiado esa «isla de gracia, de frescura y de dicha, edad de oro de los niños». Edad de oro, Diario, que me hace vivir en la ensoñación y la alegría, y en el asombro continuo del niño, que vive y deja vivir, con la viveza de sus ojos abiertos (18:45:34).

domingo, 27 de enero de 2019

27 de enero de 2019. Domingo.
ABRIR UN LIBRO

Abriendo un libro, con respeto. En Murcia. F: FotVi

-Abrir un libro es algo así como abrir un árbol, una granada, un pensamiento. Al otro lado de la apertura siempre acecha la sorpresa, el hallazgo. El incendio, tal vez. Yo, cada vez que voy a abrir un libro, tiemblo: de emoción y de temor. No sabes lo que te vas a encontrar detrás de ese bosque de hojas, de palabras, de historias. Puede haber una tertulia de granos de granada –la belleza apiñada–, o un desfile de alacranes encendidos. Alacranes, que, con su picadura, te pueden herir o destruir. Pero tú lo abres, entras en él, y no te importa volar sin alas o sufrir en sus páginas, tú sabes que abrir un libro es vivir una bella o terrible aventura. Y que toda aventura es libertad, o, en todo caso, un acto de rebeldía, de avidez visionaria, de revolución interior. Te invito a hacerlo, Diario, a abrir un libro, con delicadeza, con amor; te invito a abrir esa rosa (18:44:44).