11 de febrero de 2019. Lunes.
TOCO LOS SUEÑOS
En entrañable compañía, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi |
-Desde que nace, por un enorme
ventanal rectangular, entra el sol de la mañana en mi nuevo y tranquilo despacho,
donde escribo y toco los sueños, y los años. Los atrapo, los sueños. Y luego
los dejo ir –como un barquito en el agua– por el papel en el que los garabateo.
Garabatear sueños es lo que mejor y más hermoso que un anciano puede hacer. Ejemplo:
el sueño de la paz, sin iras y sin navajas, en España y en el mundo; el sueño
del pan partido y repartido, para todos, en una mesa redonda, con miradas cómplices
de amigos; y el sueño de la lealtad, un sueño de recorrido universal, sin
detenerse ni en la razas ni en los credos, ni si en ricos ni si en pobres, todos a
una, con la manos dadas, Diario, en la danza de la lealtad y la unión, de la
hermandad y el afecto, sin más y sin menos (18:46:26).
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