13 de febrero de 2019. Miércoles.
DERROTA DE LA
MAESTRÍA
Belleza en Agrigento, Sicilia, Italia, F: FotVi |
-Así como el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, llama a esta sociedad la «del cansancio», el Papa
Francisco la ha llamado a su vez «la del descarte». Es una sociedad que, contemplada desde lejos, parece vivir encorvada o sentada, con la mano sobre la frente limpiándose
gotas de sudor. Se la ve fatigada. Y enormemente disgustada. Las neuronas andan
locas por nervios y corazón. Y los desequilibra a ambos, los pone tensos y en
actitud de agotamiento, que luego es lanzada como una piedra por una catapulta
para intentar salir del atolladero. Siempre empujando la piedra de Sísifo, cada
vez más violentamente, hasta la desesperación final. O hasta que salga por los
aires hacia otra dimensión, la del cansancio desesperado. Y de este modo, se
entra fácilmente en depresión. E irrumpe uno en el hundimiento, el desastre. El
papa Francisco, por su parte, ha hablado de «la sociedad del descarte». O la de
la colilla del pitillo que se tira al cenicero. Después de aplastarla con
violencia, si es un pitillo con filtro. Porque puede quedar encendida, y
provocar un incendio, el incendio del cansancio y el desprecio. Lo que sobra se
tira, como todo lo gastado: lo viejo, lo que ya no produce, lo inútil. No hay reciclaje,
solo afán de riqueza y bien parecer. O sea, se trata de una derrota de la ética,
de la experiencia, de la maestría, y así, Diario, hasta las ruinas sobran: los
bellos vasos griegos a la escombrera, por inservibles, ya han vivido su tiempo, que mueran en el olvido más pavoroso, es la filosofía gaseosa de nuestra sociedad (17:44:16).
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