viernes, 15 de marzo de 2019

15 de marzo de 2019. Viernes.
EL ALARIDO DE LOS DÉBILES

Negros nubarrones, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Es malo despertarse con los ojos somnolientos y los oídos atentos. Lo primero que se aviva en uno al despertar es el oído, que apenas duerme. O que duerme sus sueños tras el pabellón de la oreja, pero con un oído abierto al menor ruido, aunque sea un latido de tu propio corazón. Es decir, se duerme con un oído y con el otro se está a la que salta. Hoy, nada más despertar, he oído el relato de dos aberraciones. Los dos niños, desaparecidos en Valencia, son hallados muertos y enterrados en un descampado de Godella. El padre, al ser interrogado, hablaba de reencarnación de su mujer en los hijos, o de los hijos en la mujer, o no sé qué locura así. A la mujer la encontraron en un bidón, aturdida y temblorosa, desnuda. La pobreza hace estos monstruos, y deja un reguero de desgracias. La pobreza y los silencios de la sociedad, que, ante hechos como este, se conmueve un momento, llora unas pocas lágrimas ficticias, y vuelve a olvidar. Vuelve a olvidar el alarido de los débiles. Y, por otro lado, en Nueva Zelanda, un bárbaro ideologizado, causa 49 muertos y 20 heridos en una mezquita. ¿Qué mal hacía esta pobre gente? Rezaba. Ya decía Albert Einstein que el mundo era un lugar peligroso para vivir, pero no por las malas personas, sino por las buenas que no hacen nada para impedirlo. Un servidor, cuando ocurren estos acontecimientos, se entristece, por si hay algo de culpa en mí, aun sin saberlo. Yo, persona, quizá sea culpable con esas otras personas, o quizá santo con las que lo son. Y suelo llorar, Diario, por mi parte de culpa, si es que la hay. Ya decía Nietzsche que el hombre es el animal más cruel y destructivo que hay, y yo soy hombre… (18:51:39).

jueves, 14 de marzo de 2019

14 de marzo de 2019. Jueves.
REBAÑO

El esquilador acecha, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Yendo ayer mañana para San Pedro del Pinatar, iba yo pensando en lo que se nos viene encima; es decir, elecciones y más elecciones, como un catarro mal curado. O una plaga de langosta, y sin fumigar. No cabe duda de que somos rebaño: nos llaman y vamos, sin pensar, sin rechistar, humillados; es la democracia, decimos. Bajamos la cabeza y volvemos, cada cierto tiempo, como ovejas a ser esquiladas. Nos esquilan y nos devuelven al corral hasta la próxima vez que, para expoliarnos, nos lleven de nuevo al esquilador. Nos roban, nos engañan, nos sorben, y, vacunados de mentiras, nos prestamos una y otra vez a ello. Nos mienten con hormigas en la boca y vemos la boca y no las hormigas, que sin embargo se derraman por las comisuras como un desbordarse negro y pavoroso. El que me siga recibirá el uno por ciento –¡el uno!– de lo que os he robado –nos dicen–, y, tras votar, volvemos con las orejas cachas, y desnudos, al establo, sin otro sonido en nuestros oídos que la voz de su amo. Y en el establo nos ceban, nos ordeñan, nos desloman; algunas de estas ovejas, las viejas, las inservibles, van al matadero, donde se las suprime, y las que no, de nuevo al esquilador. Cada cuatro años, o dos, o el tiempo que a ellos le place, convocan elecciones, prometiendo que esta vez sí van a ser buenos, y que no nos van a dar gato por liebre, que esta vez nos darán más liebre y menos gato, aunque el gato siga en la gatera, esperando ser sacrificado y echado al guiso. Y la oveja, en el redil, esperando que llegue su tiempo, de ser esquilada. Esto pensaba yo, mientras iba camino de San Pedro; se me escapó una lágrima de oveja, en la que dio el sol, iluminándola hasta evaporarla. Y seguí mi camino, oyendo al sol dar en el parabrisas del coche, sin mancharlo ni romperlo, pero insistiendo. Y yo me preguntaba: ¿si esto sucede en democracia, Diario, que pasaría si esta faltara y fuera el Mentiroso el que nos gobernara, sin leyes, pero con su sabiduría de farsante? Llegué a San Pedro y me fui a que me viera el dentista, mi amigo sin embargo (11:43:26).

martes, 12 de marzo de 2019

12 de marzo de 2019. Martes.
PALOMAS ZUREANDO

Ascensión vegetal (y musical) al cielo, en Éfeso. Turquía. F: FotVi

-Otro día de sol y de palomas zureando. Hoy no salgo a andar. Ayer, como cualquier deportista, tuve, de pronto y sin aviso, un pinchazo en los gemelos. Quedé paralizado y renqueando. Y muy tocado por el dolor (y la vejez), pude llegar, por fin, a mi destino. Ya en casa, analicé la situación, y vi que el tobillo se había inflamado. Eché mano de un gel analgésico y antiinflamatorio y, dolorido, me puse a trabajar. Y aquí estoy, trabajando. Esta mañana, he leído y escrito, y oído música. Ahora, en cualquier emisión de radio, te abruman con rock and roll (o música de roca y rollo); pero yo sigo con Mozart, Tchaikovski, Back. Y el gran Beethoven. Y son los compositores a los que acudo cuando dejo la calle y me sumerjo en el silencio, donde se hallan, ocultos y expectantes, los grandes (o pequeños) mensajes del espíritu. Esta mañana, luego de escribir un rato, me he puesto a oír a Mozart (Concierto para piano y orquesta nº 21) y a Back, en su Cantata 147. Y, mientras oía esta música, en la que parecen confluir tierra y cielo, y Dios, que va de corcheas a violines, y de estos en ascensión hacia las estrellas, ha descansado mi pie y he dado suelta a mis silencios, que me han hablado del bien, tan íntimo e inquieto, y de la intangibilidad de la belleza, sutil y acuosa, y tan hecha de espíritu y gracia, y armonía (19:14:49).

lunes, 11 de marzo de 2019

11 de marzo de 2019. Lunes.
QUE SE NOS REGALE LA PAZ

Siempre encendida, la Paz. En Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Quince años ya, y parece que fue ayer. Quince años de aquella hecatombe en los trenes de cercanías de Madrid. 192 muertos y más de 2000 heridos. Un sacrificio brutal, inesperado. Y el caos material, y espiritual. Y el rencor como arma arrojadiza de los unos contra los otros. En España, desde entonces, ya no hay derechas ni izquierdas, sino una guerra de acusaciones mutuas. Hacia un lado y al otro, como bombas fétidas que no matan pero enturbian y embarran el ambiente. Fue aquella una acción que cambió el signo de los tiempos. Desde entonces, todo es mal lenguaje y acusaciones ponzoñosas. Y lo peor de todo: que todavía no sabemos la verdad del origen, las causas, y el por qué se hizo. Pero lo que sí sabemos son los nombres de los fallecidos, de los inmolados, que siguen en el recuerdo y en las oraciones, quizás, de sus seres queridos. Todavía hoy, al recordar, lloro de angustia y de pena; como un niño al que le cortan el hilo de la cometa del soñar. Y sigo haciéndome preguntas: ¿Por qué? ¿Qué hemos hecho tan mal para que nos ocurra esto? ¿De quién fue tan perversa decisión? ¿Por qué, en vez de unirnos, nos separó? Aún hoy, en un acto de homenaje a las víctimas, uno de los políticos que ha acudido al acto, ha tenido que abandonarlo por los insultos de alguien que no ha ido a honrar a los fallecidos, sino a denigrar y a herir a los vivos. Después de quince años, aún estamos donde empezamos: tirándonos los trastos y las palabras a la cabeza como cuchillas de afeitar, para así destruir e inmolar al adversario. Yo, Diario, voy a rezar por los que murieron, y también por los que quedamos, para que se nos regale la paz, como una merced del cielo (18:15:01).

domingo, 10 de marzo de 2019

10 de marzo de 2019. Domingo.
DOMINGO Y SOL

Sol de justicia, en Murcia. Casa Sacerdotal. 5º Piso. F: FotVi

-Una vez más, domingo y sol, y misa. Es cuaresma: o el cántico de la cruz hasta la resurrección. Cantamos la cruz, porque amamos la vida. Sin dolor no hay sepulcro, y tampoco resurrección. Y la lluvia, huidiza y lejana. Como el campo o el torrente sin agua, los humanos sufrimos por la falta de lluvia. Y en esta tierra nuestra no se vislumbran atisbos de lluvia; a los campos se les ve su aridez, su sed; y como diría Antonio Machado, campos estos que claman al cielo. Clamando al cielo: o dando con los puños en las puertas blindadas del cielo. Llora el árbol y el terrón seco, y aun la lombriz ciega. Todo es llanto, por falta de agua. Cuando fallan la oración y el silencio, en la vida espiritual también se nota la carencia de gracia. Es esta la lluvia generosa y apacible del alma: la que te hace crecer y sazonar, y bocado apetecible para Dios. Y también para ti, si eres tú el que muerde. Que Dios, como dice San Juan de la Cruz, es sabroso alimento y delicia para el alma. Hoy, Diario, domingo y sol, y misa, en la que Dios, ciertamente, se hace comida y bebida, y amigo de tertulia, pues en ella se habla y se dan respuestas, si entiendes de silencios (19:12:37).

sábado, 9 de marzo de 2019

9 de marzo de 2019. Sábado.
ESTREMECIDO

Poesía en el aire, en Murcia. F: FotVi

-Con devoción cojo un libro de mi breve y transportable biblioteca y lo abro al azar. Y leo: «Como si nunca hubiera sido mía, / dad al aire mi voz y que en el aire / sea de todos  y la sepan todos / igual que una mañana o una tarde». (Don de la ebriedad, de Claudio Rodríguez). La voz, la palabra: o la envoltura y capa de la idea. En la palabra se envuelven las ideas como la luz en la gota de agua o el silencio en el interior del que contempla y valora el mundo y las cosas. La palabra es la abadía de la idea, donde esta vive y respira. Y dar al aire la voz, la palabra, es como echarla a volar, para que se detenga allí donde la escuchen y la respiren, sin distinción de sexo, lengua o nación. Es la grandeza y la debilidad de la poesía, que está hecha de palabras, y de palabras que, como la mies, se echan al viento, para que en el viento vuelen y digan cosas y, quien tenga el oído fino y capte el eco, pueda oír la belleza del verso o de la prosa que voló y se posó en ti. Y te estremeció, como te estremece un paisaje; en este caso, un paisaje del alma, donde habitan los ideales y lo silencios, y, casi siempre, Diario, las buenas intenciones (18:40:17).

viernes, 8 de marzo de 2019


8 de marzo de 2019. Viernes.

DÍA DE LA MUJER

Tulipanes para la mujer, en Pamukkale. Turquía. F: FotVi 

-Me tiembla el día –claro y soleado– en los ojos, pero abro las manos y me surge una paloma. No la de la paz de Picasso, que también, sino la de mi corazón en paz. La paz que irradia la ancianidad tranquila, por haber vivido y ha dejado vivir, sin incordios, sin pugnas, sin iras. Hoy, 8 de marzo, alguien ha determinado que sea el día de la mujer. ¿Y por qué no también el día de ayer, y el de mañana, y el del 10 de abril, y el del 15 de junio, y hasta el del 31 de diciembre? Un servidor todos los días les da las gracias a las mujeres –tan señoras y tan leales– que nos sirven. Señoras en todo: en la cocina, la limpieza, la lavandería. Yo les miro las manos y me conmuevo. Con esas manos tan afanadas, tan hacendosas, tan maternales, nos atienden. Y los ojos; les miro los ojos y a todas les sonríen; son ojos que destilan amistad y humanidad, ojos que consuelan. En nuestra ancianidad, cualquier mirada o gesto amable, nos sabe a un dulce sin azúcar. (Sin azúcar, por lo de la glucosa, de todo aquel que pasa de los 60, en la sangre). Hoy, como cada día, celebro la grandeza de estas mujeres y pido por la igualdad en todos los órdenes: en el trabajo, en la casa, en los salarios, en su dignidad. Sobre todo, Diario, en su dignidad, de donde emanan todos las demás oportunidades y logros, con todo el potencial de elevarse y, como diría San Juan de la Cruz, poder así «darle a la caza alcance» (18:03:53).

jueves, 7 de marzo de 2019

7 de marzo de 2019. Jueves.
TRAS LA PANCARTA

Cara de sonrisa, con Mafalda.

-Ya estamos a un lado de la ceniza, o al otro lado de la ceremonia, en el día más allá del borrón en la frente. Del borrón de ceniza en la frente y cuenta nueva. Eliminado el borrón, empiezo a escribir, con tinta de vejez, la nueva página de mi vida, bella y atenta, y, sin embargo, un tanto alicaída. Mañana, día de la mujer, pero sin la mujer. O con la ideología como bandera. No la bandera del trabajo y el amor, sino la del jolgorio –o locura–, y la de la consigna furibunda y arrojadiza. El odio se masticará en la consigna. La rabia gritará tras la pancarta. ¿O no? ¿Será todo pacífico, festivo, sin mordeduras feministas? ¡Ay, el feminismo sin control! O la lucha de clases traspasada al enfrentamiento contra el hombre, el nuevo patrón al que perseguir y derribar de su estatua de prepotencia y dominio. ¿Irían nuestras madres mañana a la huelga? Quizá sí y quizá no: con lo que no comulgarían, Diario, sería con la manipulación del odio y la pancarta demoledora, con el grito desgarrador, y el puño en alto, sin una apertura en la mano a la esperanza (19:06:48).

miércoles, 6 de marzo de 2019

6 de marzo de 2019. Miércoles.
CENIZAS

Fuego en el cielo, quedará la ceniza. En Murcia. F: FotVi

-Ceniza en el cielo y ceniza en la frente (del creyente), y en los ojos del pobre. Con la pobreza, los ojos del pobre se ponen grisáceos, humillados. El pobre, en la humillación de su pobreza, mira y no mira, o sea, que, en sus ojos, irradia el pudor. Y, en el pudor, esconde su vergüenza. La vergüenza de la pobreza. No la vergüenza del pobre, sino del que consiente la pobreza. El cielo, ceniciento, se ha vestido, pues, de Miércoles de Ceniza, que es el día con que da comienzo la Cuaresma. En el evangelio de hoy se habla de las cosas que sería bueno hacer en estos días de miradas hacia el interior y piadosos propósitos, de pecados redimidos, de anhelos de pureza. Estas cosas son: una, el ayuno: o una dieta de tipo religioso, que no solo adelgace las carnes, sino que purifique el espíritu y lo haga volar alto, hasta la casa de Dios, si es que está más allá de las estrellas, o tan cerca, que se le puede tocar y ver en el pobre; otra, la abstinencia: o menos carne –y marisco– y más verduras y potajes, y, como insinuaba Santa Teresa, alguna oracioncilla mientras se pela y se llora la cebolla, que unas palabras a Dios, no vienen mal al guiso, lo enriquecen; y la tercera: o el resultado del ahorro, por el ayuno y la abstinencia, que no debe ir a engrosar la cuenta bancaria del que se pone el cilicio, sino ponerlo en el banco de la pobreza, al servicio del pobre. A esta hora de la tarde, las 19:02, veo que el cielo se ha aclarado y solo queda, Diario, la ceniza en la frente del creyente, que debe der un bello signo de renuncia a las cosas que engordan la carne y debilitan el espíritu, un signo de conversión y liberación, y con el visto bueno del Dios de la sencillez y la misericordia (19:08:13).

martes, 5 de marzo de 2019

5 de marzo de 2019. Martes.
FATIGA ENAMORADA

Fuente que mana y corre, en Colonia. Alemania. F: FotVi

-Ayer, se me pasó por alto que me acosté domingo y me deserté lunes. Fue un lapsus remediable: creí hallarme en martes cuando estaba en lunes. Es decir, hoy, martes, me he encontrado con un día más en mi haber, y he respirado agradecido. ¡Un día más!, me he dicho. Pero el salmo me hecho recapacitar y bajarme los humos, pues dice: «Aunque uno viva setenta años, y el más robusto ochenta –y digo yo, ochenta y cinco o noventa–, la mayor parte son fatiga inútil, porque pasan aprisa y vuelan». Es un salmo triste, de una melancolía deprimida. Y no hay que ser tan negativo. La vida es verdad que es «fatiga», pero no inútil: de toda fatiga puede nacer un bien, una obra de arte: un tapiz, una escultura, una caricia de madre, un poema. La vida es fatiga, pero, parafraseando a Quevedo, fatiga enamorada. No hay fatiga inútil, si se hace por amor. Como dice San Pablo, lo frágil, lo débil, lo quebradizo, con la gracia, se hacen fortaleza, nervio, fibra. Lo que aporta el Evangelio al Antiguo Testamento es lozanía, juventud, el verdor de su lenguaje. Lenguaje que alegra la pobreza, y da esperanza a la lucha por la justicia, y hace risa el llanto, y hace olvidar el hambre a quien lo sufre. Por eso San Juan de la Cruz puede decir: «¡Qué bien sé yo la fuente que mana y corre, / aunque es de noche!». La noche, o el momento de la búsqueda. Porque la fuente –Dios–, aunque no se vea, se oye manar y correr, en su lenguaje de agua; agua, Diario, que calma toda sed, de ahí la razón del rastreo de «aquella eterna fuente (que) está escondida»; escondida pero fluyendo, como un latido, enamorado (18:32:41).

lunes, 4 de marzo de 2019

4 de marzo de 2019. Lunes.
LLANTO

Agua exultando, en la Glorieta. Murcia. F: FotVi

-Me acuesto lunes y me levanto martes; es decir, con la misma cara, pero con un día más y un día menos. Un día más, si lo miro con optimismo, y menos, si con pesimismo. ¿Y si se mira con nostalgia? Entonces, Diario, el día se hace ayer; es decir, llanto, no sé si lamento o súplica, pero agua (19:01:50).

domingo, 3 de marzo de 2019

3 de marzo de 2019. Domingo.
TOCANDO Y TAPANDO HERIDAS

Con el Papa Francisco, por ser católico. B. Montero

-Digo domingo y se me alegran las arpas que hacen arpegios en mi corazón. Día feliz, porque en la ancianidad, veo a Dios, tocando y tapando heridas. Somos seis viejitos concelebrando la misa, entre cantos desafinados y toses crónicas. Levantarse a leer las lecturas es un ejercicio de lentitud y equilibrios, de sublime voluntad, hasta que se llega al atril y allí se respira y te agarras a él como a un salvavidas en altamar. Luego lees alto o bajo, según lleves o no el audífono. No se piensa en cómo lo pueden oír los demás, sino en cómo lo oyes tú, el lector «audifonado». Pero celebrar con estas personas, es una fiesta de paz y de rezos pausados y fervorosos, es otra clase de celebración. Cuando se es joven, se celebra con palmas y encandilado por los logros que uno cree ir consiguiendo. De viejo, rezas, pero hacia el interior, hacia adentro, donde encuentras la contemplación y el misterio, y la misericordia de Dios dándote ánimos y perdón. Sobre todo, perdón, pues entonces se vive más de la misericordia que del deslumbramiento. En la vejez, ya no deslumbras a nadie, solo a Dios, que llega a hacerse ancianidad contigo anciano, luz para tus tinieblas, bastón que te sostiene. Somos seis vejetes alegres y confiados, cuyos nombres son: Mario, José Luis, Antonio, Ricardo, Juan y un servidor, que entona los cantos y lleva la liturgia a adelante, con algún olvido o desliz, propios de la edad, y por írseme, alguna vez, el santo al cielo, nunca mejor dicho. Al cielo, Diario, donde veo a Dios tocando y tapando heridas, como al médico familiar, de la casa sacerdotal (18:34:25).

sábado, 2 de marzo de 2019

2 de marzo de 2019. Sábado.
GORRIÓN Y PALOMA

Alimentándose de la invisibilidad, en Murcia. F: FotVi 

-Cuando salgo a andar, pasear o caminar –media hora cada día, con una parada de tres minutos–, siempre hay un gorrión o una paloma que, mientras picotean no sé qué en el suelo, me miran, sin inmutarse, con un insolente y gracioso descaro. Estas aves parecen picotear a algo imaginario y se alimentan de la invisibilidad de las cosas. Cosas que ni tú ni yo vemos, pero que ellas, con fruición, picotean y tragan. A un servidor le parece que picotean átomos o protones, o la partícula de Dios (el Bosón de Higgs) y luego, con ellos, hacen física cuántica en su estómago. Y les sientan tan bien estos productos invisibles que comen, que luego les hacen que salgan pardos los gorriones y blancas o del color de la ceniza las palomas; es decir, en todo caso, del color de la tierra. Quizá se camuflen así, como tierra, para decirnos a los humanos que de ella vienen y a ella van. Con la humildad alegre y vivaracha del que nada pide, porque cree tenerlo todo y nada más necesita. ¡Viven! ¡Y pían o zurean, dando gracias! Dentro de nada también se nos recordará a nosotros que del polvo venimos y al polvo volveremos; eso sí, Diario, algunos, cargados de años y de sueños: como el de esperar que la inmortalidad nos acompañe, y que Dios no nos deje tirados en la nada, o como basura en el espacio (18:38:24).

viernes, 1 de marzo de 2019

1 de marzo de 2019. Viernes.
REFRANES

Paisaje bucólico, en Rumanía. F: FotVi

-Voy a comprobar si este refrán es verdadero: «Marzo, loco, y abril, un poco». El día ha empezado soleado y se va entristeciendo, haciendo verdad a otro refrán que dice: «Marzo varía siete veces al día». Desde hoy, lo empiezo a comprobar. El día ha comenzado con claridad azul. Y va a terminar encapotado. Quizá tengan razón los refranes: son la Biblia del campesino, que siempre anda mirando al cielo, o bien para pedir que llueva o para decir «¡basta, que me ahogo!», o «¡no me apedrees más!», si es granizo lo que destila el cielo. Y no se sabe si, cuando dice esto, habla a la lluvia, a la piedra, al azar, o a Dios. Yo creo que a quien habla –y no lo veo yo del todo mal– es a sus intereses, su dios inmediato, el que le tiene que sacar de la escasez o enterrarlo en la penuria del invierno. Un servidor reza cada día por la lluvia, para que venga fina, detallada, humana. Lluvia que esponje la tierra y la prepare, Diario, para el gozo de la cosecha, pues como dice el salmo: «Al ir iba llorando, llevando la semilla; al volver, lo hace cantando, trayendo sus gavillas» (19:23:46).

jueves, 28 de febrero de 2019

28 de febrero de 2019. Jueves.
DOS BESOS

Buscando la Trascendencia, en Torre de la Horadada, F: FotVi

-A veces pienso que Dios está allí donde alguien besa una llaga o en las migas de pan que se le echan a un gorrión. El beso y las migas de pan: o dos besos, dos actos de ternura que alumbran más allá del amor. El amor perdona, la ternura redime. Son dos acciones de un corazón maternal y generoso, sencillo. Con el beso y la miga de pan, pienso en mi madre. Tan delicada, tan servicial, tan cargada de humildad, que hasta se le notaba en los hombros. Hombros siempre reverentes, siempre inclinados, como bendiciendo. Respetaba y era respetada. Y amaba más que era amada. Creo que este es el ADN de la mayoría de las madres. Hoy, día último del mes de febrero, traigo esta reflexión, porque, como el mes que nos deja, corto, nervioso, la vida es fugaz y hay que vivirla en plenitud y con alas. En un mundo de enfrentamientos, de desdichas, de ruidos histéricos en las redes sociales, de mentiras y de políticos diciéndose cosas que duelen más al que las oye que al que son dichas (la vergüenza ajena), besar y dejar migas de pan, es un buen ejercicio para recuperar la fe en uno mismo y en la Trascendencia, donde habita el Amor, y donde se hallan, con el beso y las migas de pan, Diario, la justicia y el derecho, la paz y la igualdad, la libertad y la gracia (18:59:30).

martes, 26 de febrero de 2019

26 de febrero de 2019. Martes.
EL BRICOLAJE DEL AMOR

Mirando dónde se halla el respeto, en una fuente. Dubrovnik. Croacia. F: FotVi

-Respetar a los demás, y, ante todo, respetarse uno a sí mismo. He aquí la máxima que puede encauzar una vida rebasada, desbordada de egoísmo o de odio, de irracionalidad. Porque es irracional no respetarse uno a sí mismo, y desear que los demás te respeten. El respeto, que no la genuflexión ni la pleitesía, pero sí la aceptación, se consigue con humildad y dando pasos de tolerancia, y, siempre, con calma y la mano tendida. Tendida hacia el saludo, la ayuda, la ternura, o lo que yo llamo el bricolaje del amor. No es amarse uno así mismo, sino respetarse, que no es mirarse en el espejo y engolarse en su lindura, sino mirarse en la gente, donde se ponen las palabras, las manos, el corazón. Y los pasos, a veces. Que todo esto es respetar a los otros y a uno mismo. Se empieza por uno mismo: en lo que se piensa, lo que se dice, lo que se calla, de qué te ríes, de qué no, qué te sonroja, qué te ata, qué te libera, y esto mismo lo aplicas a la relación con el vecino, con el próximo, con el amigo. Y, si todo cuadra, eres consecuente, con pedir respeto, pues te estás respetando tú. Como una enorme perspectiva, Diario, el respeto se abre en ti y de ti parte buscando en dónde detenerse, y va dejando polvo de estrellas a su paso, como una redención de lo que se ama, como un inmenso hallazgo (18:37:34).

lunes, 25 de febrero de 2019


25 de febrero de 2019. Lunes.

BIEN HACER

Madera, trabajo, belleza. En Zakopane. Polonia. F: FotVi

-Los lunes están para echarle una mirada al Quijote y ponerte a trabajar, porque como él dice: «al bien hacer jamás le falta el premio». Trabajar con fe y sin remilgos, con voluntad de hacer, de llegar a la meta –si es que te has propuesto una meta–, es ya en sí mismo un premio. El premio de la perseverancia, que es la virtud que, a la postre, te hace obrero de la palabra, o de la música, o de la albañilería. Obrero preclaro, de conciencia tranquila, y de luz en la mirada y en las manos. Y así, de lunes a viernes, trabajando, y de sábado a domingo, holgando; con algún rezo de por medio, que el rezar, Diario -también lo dice el Quijote-, nunca a nadie ha hecho daño (18:59:46).

domingo, 24 de febrero de 2019

24 de febrero de 2019. Domingo.
LAS HIZO HUMANIDAD

La excelsitud en lo humilde, en Salinas de San Pedro del Pinatar. F. FotVi

-Porque es palabra y geometría, Dios es gozo, y música, y poema; es decir, vida. Es palabra porque, antes de que nada existiera, habló. Le habló a la nada, y la nada reaccionó, evolucionó. De la nada, nació la luz. «Hágase la luz», dijo. Y la luz se hizo y se detuvo en las cosas, y en las cosas, fue geometría, pues con la luz, las cosas se hicieron tridimensionales, y, en las aves y el clamor de las aguas, música, y poema, en el amor. Y el amor de Dios empezó a manifestarse en las cosas, reflejo estas de su bondad, de su cortesía, de su ternura:  las cosas fueron humanidad; o sea, persona inteligente. Es decir, en las cosas afloró la inteligencia, y, con la inteligencia, la verdad y la mentira, la gracia y el pecado, la franqueza y la simulación. Todo revuelto como en una marea de vida y muerte, de espíritu y debilidad. Y con la inteligencia, amaneció la libertad en la persona humana, o la voluntad de decidir. Y, en la libertad, la humanidad se hizo mayor de edad, y en unos casos se hizo dios, o superhombre (Nietzsche), y en otros, el humilde y evangélico poeta de Asís (San Francisco). Con la técnica y la ciencia el ser humano ha llegado casi a lo más alto, a sus cielos de gloria y excelencia (viaje a la Luna, las estrellas), y por ende, en lo social, a lo más bajo: al charco de la miserable pobreza discriminada, sacrílega, que envilece. Y he aquí la lucha actual: la de Dios (la virtud, el bien, la igualdad, la justicia, la libertad, la verdad, el perdón, la misericordia, la gracia), contra el Mal (la indignidad, la corrupción, el impudor, el relativismo, el poder, el derroche, la ordinariez, la insipidez). Y en esas estamos, Diario, con un pie en la excelsitud, la elevación, y el otro, en el abismo, donde abundan las ratas y los murciélagos, o la desolación, el escarnio (18:38:38).

viernes, 22 de febrero de 2019

22 de febrero de 2019. Viernes.
VERSOS DE BLANCO Y ROJO

Como un milagro de la primavera, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FortVi

-Un sol de invierno, inclinado hacia el Este, que sin embargo, una vez que deja de exhibirse por el cielo, no impide que el frío campe a sus anchas: tres grados esta noche pasada. Y es que camina por la bóveda celeste como con zapatillas de humildad, sirviendo al mundo como siempre, pero casi lloroso por hacerlo. Mas esto no ha impedido que florezca el albaricoquero del patio del Seminario. Sus flores son poesía reanimándose, son los versos que faltaban a este invierno. Versos de blanco y rojo, como la pureza y la sangre que empiezan a renovarse. En el tiempo en que moría Antonio Machado –80º aniversario–, repunta la primavera en un patio donde se juega al fútbol y revolotea la juventud, y en la que Dios, como Machado, pone la luz de su poesía. Decía el Poeta: «Mi corazón espera / también, hacia la luz y hacia la vida / otro milagro de la primavera». Pues he ahí, Diario, en el albaricoquero del Seminario, el milagro sencillo y vivo de la primavera, convocándonos a la esperanza y a no morirnos de frustración, de tristeza, y fatiga (19:26:41).

jueves, 21 de febrero de 2019

21 de febrero de 2019. Jueves.
RECUERDOS

Jugando en la Plaza, en Molina de Segura.

-Como ya he contado, ahora que me han ascendido del octavo al quinto piso –descenso-ascensión– y revolviendo libros, me he dado con un opúsculo de mi gran amigo don Julián Chicano, poeta, escritor, sacerdote, y que titula Recuerdos de días inolvidables y ya olvidados. Y es hermoso que sus primeros recuerdos sean para su Escuela: «donde se aprendía –dice él– a ser personas de futuro». Y para los Maestros, ahora llamados profesores, nombre aquel, dice, «más entrañable, más cercano y más respetuoso». Y con devoción da los nombres de aquello hombres y mujeres, que, por sueldos de hambre, daban sus vidas y la luz de sus conocimientos a todo niño que se acercara a ellos. Y los libros: uno solo», manejable y sabio, en la «cartera, y donde también iban los cuadernos, la pluma, el lápiz, y la ilusión por aprender. Todo metido allí: latente y nervioso, con los sueños. Luego habla de los juegos, aquellos juegos que se inventaban como el poeta inventa versos, o el hormiguero, hormigas. Porque como dice don Julián: «La imaginación es el arma principal del niño». En la Plaza Vieja, donde el mercado de los domingos, se jugaba al fútbol con un balón de trapo. A veces, en vez de dar una patada al balón, le dabas a una piedra y salías trasquilado. Se jugaba a todo y con todo: como «al marro cadena» o «al marro la guardia», o a «las caras», con las monedas de entonces: las «perras» (cinco céntimos) y los «perrogordos» (diez céntimos), y «la trompa”: liabas un trompo y lo lanzabas a bailar, hasta agotarse, y así todos los juegos, de pobre, sí, pero divertidos e imaginados por los niños, como las birlochas y las guerras, incruentas, pero terroríficas. Y, con estilo sobrio y elegante, Diario, va hablando del pueblo y sus avatares, de sus gentes y devociones, de sus risas y sus llantos, como un cronista inteligente y preciso de la villa de Molina, que en un tiempo se llamó la Seca, y luego, de Segura, por el agua que riega y da esplendor a su huerta y a sus gentes. Gracias, don Julián, y que Dios te bendiga en tu hermosa y generosa ancianidad (18:19:25).