lunes, 15 de abril de 2019

15 de abril de 2019. Lunes. (Santo).
ARDE NOTRE DAME DE PARÍS

Fuego en Notre Dame de París. Francia. El Mundo

-El cielo, lleno de inocentes nubes blancas, que, empujadas por el viento, van unas tras otras como un rebaño de ovejas. Pero no todo ha sido blanco en este santo lunes de abril: yendo hacia la farmacia, he sufrido un percance en los gemelos de mi pierna derecha. Al ir andando y, sin causa que lo justifique, he sentido un agudo pinchazo, y me he puesto a cojear, como un viejo enclenque, desvalido. Dando pasos con dificultad, he podido volver a casa y, sudoroso, sentarme por ver si se me calmaba el dolor. Y he encontrado alivio; descubro, que, sentado, no me molesta el dolor. (El dolor, que, en la biografía del hombre, y luego de la muerte, es el más terrible y humano de los acontecimientos de la vida). «Hosanna», digo, y me pongo a escribir, que es mi quehacer más valioso y querido de cada jornada. Contemplar cómo sale el sol, rezar, leer, escribir, iluminarme cuando miro una foto de Candela, llorar cuando me toca la soledad, reír con las ocurrencias de mis compañeros, vivir, es, en mi ancianidad, el quehacer más valioso y feliz de cada día. Y el dolor, inevitable a lo largo de la existencia, y más en estos años últimos, o penúltimos, de la vida. Cuando estoy terminando esta crónica, otro dolor: la catedral de Notre Dame de París, que se comenzó en el año 1163, está siento pacto de las llamas. Pavoroso, Diario: lloro (20:02:41).

domingo, 14 de abril de 2019

14 de abril de 2019. Domingo.
EL CRUCIFIJO DE CADA DÍA

Varón de Dolores, en Dubrovnik, Croacia. F: ForVi

-Día de palmas, de ramos de olivo, de gozosos hosannas, para, al final, caer en la más honda tristeza: la Pasión. (De Jesús en el mundo). En este domingo, la alegría de los ramos –«¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna!»–, se hace penumbra, llanto, con el recuerdo de la Pasión de Jesús. Lo que es luz –la fiesta–, se hace sufrimiento, es decir, solemnidad. Iba esta mañana con el ramo de olivo entre las manos y, al tiempo, iba pensando en el sufrimiento de Jesús. El de la cruz que vive ahora en la humanidad sufriente. Pensaba en aquellos lugares donde sigue elevada la cruz, con Cristo padeciendo en ella, sin resurrección, sin consuelo. Pensaba en los países en guerra: Siria y Pakistán; Yemen y República democrática del Congo; Nigeria y tantos otros lugares del mundo. Pensaba en las gentes desplazadas, en lo niños sin padres y sin patria, en las alambradas que impiden el paso a multitudes de emigrantes que huyen del horror y que les desgarran los cuerpos si intentan asaltarlas; pensaba en los hogares sin agua y sin pan, donde el hambre y la carencia de lo más elemental es el crucifijo de cada día. Pensaba en el egoísmo de tantos y en la miseria de los más. Con el ramo en la mano veía la fiesta y, al proclamar la Pasión, veía al Cristo Crucificado, despedazado y roto, «el varón de dolores», como lo llamaría Isaías. Cristo retratado en cada uno de esas personas del hambre que andan por el mundo, sin que nadie los cobije, sin abrigo que ponerse, con solo su pobreza como vestimenta que los cubra. Luego de comulgar, Diario, sigo con la visión del Cristo fiesta y la del Cristo cruz y sufrimiento, o solemnidad llorosa (18:57:59).

sábado, 13 de abril de 2019

12 de abril de 2019. Viernes.
NAVAJAS EN LA BOCA

Si fueran palabras, herirían. En Murcia. F: FotVi

-Esta mañana le hablo al sol, que entra reptando y bonancible por la ventana, y le digo: «Hermano sol –recuerdo al de Asís–, tengo miedo». «¿De qué?», me dice. «De la vuelta a conductas intolerantes en políticos y sus cohortes de descerebrados que les siguen sin pestañear y gritando», digo, mientras me quito un poco de sol que me molesta en los ojos. Unos y otros hablan con navajas en la boca de cosas que apenas interesan al resto de los mortales. Y callan las importantes, o, ante estas, se hacen los distraídos. Hay universitarios (independentistas) que, al contrario de lo que debiera ser, no dejan hablar en estos centros del saber y la reflexión a los que no piensan como ellos. Se tiene que llevar el lacito amarillo, o de lo contrario te asaetean a insultos. Como ha ocurrido con Cayetana Álvarez de Toledo en Barcelona. Se suele decir: «La Universidad, lugar de diálogo». Pero de diálogo, si dices lo que yo quiero, lo que a mí me gusta oír. De lo contrario, eres mi enemigo y uso armas (palabras) que te hagan daño, que te hieran, no te queremos, apestado, y de este modo, Diario, se llega al enfrentamiento,  al conflicto, a la guerra incivil (19:51:55)

jueves, 11 de abril de 2019

11 de abril de 2019. Jueves.
UNA HISTORIA VOMITIVA Y TERCA

Caperucita con el lobo, de Gustave Doré. Google

-Siempre es triste ver cerrar una librería o un quiosco de periódicos, pero lo es más el hecho de que muera un modesto pero brillante editor de provincia. Él no buscaba dinero, buscaba dar salida y dejar constancia de aquella excelente literatura que no tiene eco en las grandes y elitistas editoriales de ámbito nacional. Su nombre es Pepe Criado, que, con otro amigo, fundó una Editorial en Almería y la llamó la Letra Impar, y publicó libros importantes, que ahí quedarán como ejemplo de bien hacer. Ahora, ruego a Dios que le permita descansar en paz, y seguir siendo mecenas, como lo ha sido en la tierra, de las cosas de Dios en la otra vida. El cielo brillará un poco más. Por otro lado, leo que en la escuela pública Tàber de Barcelona se han retirado el 30% de los libros de la biblioteca, por impulsar valores sexistas e inducir a la violencia. Entre los más de 200 libros apartados, se encuentran, por ejemplo, Caperucita Roja y La bella durmiente, por ser «ejemplares de historias tóxicas con perspectiva de género», dicen. La historia vomitiva y terca se repite. Meterse con un libro, silencioso y parco, no necesita heroicidad alguna, solo mala baba. Ante esta barbarie o burrada, me viene a la mente la quema de libros en la Plaza de la Ópera de Berlín, y en 21 ciudades universitarias más, el 10 de mayo de 1933, por la federación nazi de estudiantes. También talibanes y yihadistas en Siria, Iraq, Mali, y otros lugares, derribaron templos y reliquias de la antigüedad, que muchos amábamos y que lamentamos. Ahora vienen estos ebrios de ideología, fanatizados, y derriban un templo de la cultura, como es una biblioteca, para satisfacción de su pequeñez y debilidad intelectual. En ellos, el odio puede más que la razón, más que el amor al libro y a la belleza que el libro guarda; la locura, Diario, puede a la prudencia y a la lucidez, al talento (18:44:21).

miércoles, 10 de abril de 2019

10 de abril de 2019. Miércoles.
OJOS DE PALOMA

Ojos de paloma, en el jardín. Vistabella. Murcia. F: FotVi

-Nada más despertar, me asomo al balcón y veo a una paloma cruzar velozmente delante de mí. La paloma, símbolo de la paz, me saluda el día; y yo, mirándola alejarse, le doy las gracias. Ella me deja su candor, su vuelo sereno y amplio, la suavidad de su zureo, su elegancia y belleza. Ya lo dijo Jesús: «Sed prudentes como serpientes y sencillos como palomas». La sencillez, o la virtud que no se exhibe, que es espontánea y afable. Sin artificio. Y pienso en la vanidad de la vida, que tan destructiva es para la armonía y la existencia acorde entre las personas. Dice Gregorio Niseno que: «Por su crecimiento espiritual, el alma va de belleza en belleza, es decir, de paloma en paloma». Y en el Cantar de los Cantares, cuando se alaba a la esposa –porque su mirada espiritual está orientada hacia Dios–, se dice que tiene ojos de paloma. Las madres, sin embargo, Diario, tienen ojos y manos de paloma, y pasos atentos de paloma, y ruido en su corazón de paloma que ama y lo dice con lágrimas y el zurear hermoso, a veces, de sus labios (18:50:26).

martes, 9 de abril de 2019

9 de abril de 2019. Martes.
LA NIÑA ELLA LENNOM

La niña Ella, con su carta y su alegría. Mundo Noticias.

-Me entusiasma la inocencia de un niño y más la de aquellos que, siendo mayores, se hacen niños para poder tocar los cielos de la niñez y habitar en ellos. Quien se hace como un niño, vive en las utopías en las que vive el niño, y en los cielos en los que habitualmente ríe y llora. Y anhela. Lo leí ayer en la prensa, la misma en la que un día tras otro nos marean con un hartazgo de noticias sobre la política y los políticos, esos embarradores de la verdad y hagiógrafos de la mentira. Se trataba de una niña escocesa de cuatro años que escribió una carta a su madre –fallecida hace cuatro meses de un cáncer cerebral–, y que está en el cielo. La dirección de la carta decía así: «Mami. Puerta del Ángel, 1. En las Nubes. El Cielo» La niña se llama Ella Lennom. Y resulta que la carta llegó al cielo, y un «amable extraño» –así lo llama la tía de la niña Linda Ross– usó su tiempo y su ternura «para responder y hacer a una niña feliz». La niña Ella lloró de alegría. Y esto es lo que dice la respuesta de la madre a su niña desde el cielo: «Mi hermosa Ella. Muchas gracias por mi especial carta del Día de la Madre. Tú eres única en un millón para mí y te amo mucho. Estás creciendo mucho para ser una niña hermosa y especial y estoy muy orgullosa de ti. Estoy en el cielo y te cuido todos los días». Un servidor, emocionado, se pregunta cada día: «¿Por qué el mundo no se hará un poco más niño y deja de hacer trastadas de mayor?» Ay, Diario, si el mundo fuera un poco más niño, habría más cielo y menos tierra –tan hermosa– en la que enfangarse, más amor y menos perversidad: en todo caso, Diario, habría más sueños en los que subirse y volar, sin herir ni ser herido, libres como potrillos juguetones, redimidos (19:44:35).

lunes, 8 de abril de 2019

8 de abril de 2019. Lunes.
OÍR SILENCIOS

Silencio de la rosa que muere, en el jardín. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Mañana nubosa y fría, y con los pájaros escondidos. Y me preocupa. Porque, cuando los pájaros esconden su plumaje, amenaza de lluvia tenemos. O, no. Pero sé que algo quieren decir. Yo me pongo y escucho sus silencios, tan llenos de presagios, y oigo. Y me dicen que no va a llover. Me lo han dicho tan en silencio, que apenas lo he oído. Un servidor, acostumbrado a oír silencios, entiende casi a la perfección la lengua sin sonidos de las aves, que dicen más de lo que no se escucha. Como dicen (sin decir), otros silencios que no se dicen, pero que están ahí, que laten, que hablan: los de la persona que sufre por cualquier enfermedad del cuerpo o del alma. Sobre todas, las del alma. Y no la dice, su enfermedad, por no herir, por no hacer daño al ser querido, por quitarle responsabilidad al que está al otro lado de su sufrimiento. El alma, donde también se ocultan el amor, y el perdón, y la mirada amable de quien sufre, en silencio, por no implicar al ser querido. Oír los silencios, Diario, y saber interpretarlos, es lo que cada día pido a Dios, desde el mirador de mi ancianidad silenciosa y agradecida, y compartida, felizmente (19:23:33).

domingo, 7 de abril de 2019

7 de abril de 2019. Domingo.
LLUVIA Y TRUENOS

Florecen los olivos, en el jardín. Torre de la Horadada. F: FotVi

-La tarde de ayer fue de lluvia y truenos, y granizo. Gracias sean dadas porque, durante un corto espacio de tiempo, la lluvia fue generosa, y débil la granizada que la acompañó. En otros sitios de la región, no fue así: hubo lluvia y pedrisco en abundancia, y temor por las cosechas. Desde que estuve de cura en Casas Nuevas de Mula, allá por los años del 57 al 63, y recorrí con mi moto Guzzi aquella hermosa comarca, cada vez que llueve pienso en las personas que se aventuran a sembrar, confiando en que el cielo riegue los campos y evite la piedra. Ayer, al ver llover granizo, me acordé de Indalecio Escámez, aquel hombre grande y prudente, sabio y socarrón, del que aprendí tantas cosas bellas y prácticas, y que, en mi infantilismo teológico, tanto me ayudó a tener paciencia y a ser más evangélico que teórico, más de Dios, desde la sencillez y el trato amable, que desde la arrogancia del púlpito y la palabra engolada. Aquel hombre me llenó las manos y el corazón de misericordia, y la boca, de sonrisas. Con mi padre Vicente y el amigo Indalecio, me hice hombre y cura de pueblo, y nunca quise ser más de eso. Por todo esto, ayer tarde, mientras tronaba y llovía piedra, me acorde del campo y de sus gentes, y de la alegría y la amistad con la que vivían y se apoyaban entre sí. ¡A cuántas personas de bien conocí entonces, y cómo las recuerdo ahora, Diario, con devoción y emoción! Y con un cariño que cada día renuevo y hago vivo en la oración (19:13:19).

sábado, 6 de abril de 2019

6 de abril de 2019. Sábado.
SIGNO DE ESPERANZA

En diálogo amistoso, las palomas de la paz. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-«Signo de esperanza», llama el Papa a la labor de médicos, enfermeros y resto de personal sanitario en los países en guerra. Signo de esperanza en una realidad «extremadamente peligrosa». Dice. La labor de estos sanitarios –poner las manos, curar heridas, dar consuelo a la tristeza– es como celebrar un sacramento: ellos son signo de luz y eficacia. Luz, porque con la palabra iluminan, y eficacia, porque tratan de remediar las desgarraduras del cuerpo, coser y pegar esas carnes rotas y astilladas, y sobre todo, alumbrar las oscuridades del alma, sus impenetrables laberintos, donde habita el sufrimiento. Son personas que abrazan el llanto del que llora. Dando palmadas en la espalda, abren caminos al afecto y juntan corazón con corazón, de tal manera, que hacen que los latidos hablen, conversen, dialoguen. Un servidor se imagina los latidos del corazón como palabras monosílabas sueltas, llenas de infinitos significados, que, en un tic tac amoroso y dulce, maternal, comunicativo, dicen: Dios, sí, no, ven, soy, don, fe, ley, fin, mal, flor, pan..., monosílabos de piedad samaritana. Si hay ángeles al servicio de Dios, estas personas, dedicadas al hermoso ejercicio de la medicina en países en guerra, Diario, son ángeles al servicio del amor al prójimo, las manos del Bien –sacramento de esperanza– en los cuerpos desnutridos y heridos de este mundo, y, en los campos de la muerte, del odio, del terror, donde mandan las armas, son liturgia festiva del amor, eucaristía que salva (17:54:17).

jueves, 4 de abril de 2019

4 de abril de 2019. Jueves.
TACOS E INGENIO

Obreras de la miel, en el áloe. Torre de la Horadada. F.FotVi

-Hay palabras que parecen no caber en la boca de quien las dice. Me refiero a palabras de morfología hiriente, malsonante, grosera. No pongo ejemplos por no herir ni mi boca ni tu oído. Pero todos estamos imaginando palabrotas de este cariz. Son aquellas que suenan más de lo que pesan, y eso que algunas pesan lo suyo. Oyes ciertos tacos o reniegos y te dices: «¿Cómo es posible que tal musaraña salga de esa boca tan decorada o tan infantil?» Si dices dátil o manzana, se te hace la boca agua, y renace la frescura y el crujir del bocado en ella. Pero si dices escarabajo o sapo –es un decir–, escupitajo o esputo, son palabras estas que chirrían entre los dientes como si fueran un ácido corrosivo. Hay escritores que gustan de meter tocones de leña ardiendo en sus escritos o en sus bocas y, cuando lo hacen, un éxito barato –así está el siglo– les espera. No se trata del ingenio y el donaire, la gracia, la galanura, de nuestros clásicos Quevedo, Góngora, Cervantes, que, en sus reyertas literarias, con una de esas palabras, llenas de ironía y maldad, colmaban de luz sus escritos, y de regocijo inteligente a los lectores. Ahora, no; ahora todo es grosero y mal oliente, que hasta en la boca, antes de decirse, hiede, y, al decirse, es, Diario, vómito o eructo, y no gloria y lujo del lenguaje, sino cloaca y sumidero del deshago fétido y pegajoso, despojo (18:34:55).

miércoles, 3 de abril de 2019

3 de abril de 2019. Miércoles.
LA MÁSCARA

Ficción del puente en el agua, en Murcia. F: FotVi

-La hipocresía, o esa daga de mentira metida en la apariencia del ser humano.  La hipocresía es compañera de viaje de la máscara y de la representación, del simulacro. Se simula una cosa que no se es. Te vistes de zángano –vivir del cuento– sin serlo, o de farol, siéndolo, y causas estupor. El farol, donde hace pis un perro callejero sin amo y sin destino, o donde se apoya un beodo sin casa y con toda la soledad del mundo sobre sus hombros. La hipocresía es la puerta que cierra la salida a la verdad. O la verdad, enclaustrada tras la reja de la mentira, del disfraz, del fraude. La hipocresía es el libro de texto del político en tiempo de elecciones. Entonces la mentira se da la mano con la verborrea y, entrambos, hacen el milagro de prometer cosas, que cree la gente, pero que luego quedan en nada. El único hipócrita honesto, Diario, es el actor, que lo mismo representa al villano que al héroe, al santo que al ruin, al ángel que al diablo, y que, al final de la función, se viste de calle y vive su verdad, rezando o yéndose de copas, que de todo hay (19:08:09).

martes, 2 de abril de 2019

2 de abril de 2019. Martes.
SÁNCHEZ FERLOSIO

Sin perder su belleza, lo viejo muere. Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Ha muerto Rafael Sánchez Ferlosio y ha nacido la alabanza y el ditirambo elogioso y lírico, y el no quedar mal en el ejercicio laudatorio y ponderativo, que se corresponde con la hora del irse con la muerte. ¡Qué grande era el fallecido! Y este mensaje va pasando de boca en boca, con un vocabulario de escritores subidos al carro de la lisonja y del cumplido, casi por obligación. Y el que no lo haga así que tire la primera piedra. Sánchez Ferlosio fue un genio en su libro Industrias y andanzas de Alfanhuí, menos, en El Jarama, y notable en todo lo demás. Pero de ahí a tirar el anzuelo y sacar un pez tan mayor y excelso como Cervantes, o como Ortega, o como muchos otros de su generación, es pasarse de agasajo y entrar en el reino de la adulación e incienso sin control, hasta el ahogo, por asfixia, del personaje literario. Sánchez Ferlosio fue un extraordinario escritor en su literatura de ficción, y en la del ensayo y el artículo; y ahí debe quedar –sin un panegírico más–, su extraordinaria vocación de rebelde crónico, de amante de la lengua y sus infinitos recovecos expresivos y lúdicos, de caballero de la triste figura, sin arnés y sin Sancho, solo por el mundo de lo anárquico y sin espuela, con el fuste de dar allá donde se pusiera algo o alguien a su alcance en plan chulesco o matón. Descanse en paz –la paz que nos viene de arriba– nuestro amigo y maestro, y que como el gallo con el que Alfanhuí escapó de su casa siga creyendo «que el rojo de los ponientes era una sangre que se derramaba a esa hora por el horizonte para madurar la fruta, y, en especial, las manzanas, los melocotones y las almendras». Yo, Diario, creo más en este Ferlosio niño que en el superhombre que me quieren hacer ver sus incansables turiferarios y retóricos admiradores, que, en realidad, lo parecen menos (19:11:41).

lunes, 1 de abril de 2019

1 de abril de 2019. Lunes.
LLUVIAS MIL

Gota de lluvia dando en la rosa, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Entramos en abril y me alegro por sus lluvias famosas: en abril, lluvias mil. De momento, lluvias tranquilas que alegran campos y huertas. Una flor se ha puesto colorada al ser tocada por unas gotas de lluvia, aquí, en Murcia. No es poesía; es la lluvia caída ayer como migajas de pan o gozo contenido para el pájaro. Animal, que, mientras llueve, calla, y, cuando la lluvia da por concluida su labor, se sacude las alas y vuela. «¿Adónde irá?», me pregunto; y no sé contestar: quizá vaya al lugar donde se fabrican los sueños o tal vez al otro lado donde se hacen las heridas de la vida. Se ha ido la lluvia; pero ha quedado la vida, latiendo en cada ser pequeño o grande, animal o planta, tierra mullida o aire. Se va la lluvia y deja su sabiduría y su tañido de agua en cada cosa que toca. Oír una gota de lluvia dar en el ala de un pájaro o en la hoja de la acacia. De poderla oír, Diario, ¡que nota tan nítida, tan musical! Como cuando das con la uña en el cristal de una copa de cava: todo sonido, palpitación, estremecimiento. Pureza de lo musical (19:12:37).

domingo, 31 de marzo de 2019

31 de marzo de 2019. Domingo.
HERMOSA RUTINA

Fotografiando la lluvia, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi

-Como si se le hubiera roto la bañera a San Pedro, llueve en Murcia. A no ser que se trate de una avería, no suele ser pródigo en lluvia por estas tierras el tiempo. Mis viejitos (cinco) y un servidor hemos celebrado misa en la capilla, y hemos contemplado la actitud del hijo que se va y, sin los demonios que le llevaron a alejarse del padre, vuelve a él. El padre perdona y hace fiesta, y hay un hermano, morado de envidias, que recrimina al padre su piedad y su generosidad paternas. Es la hermosa rutina de cada día festivo. Luego he salido a fotografiar la lluvia, y, como hago desde hace años cada día, he leído y he escrito. Para un servidor el domingo no se distingue de cualquier otro día de la semana. Por la tarde, he visto en TRECETV la misa del Papa en Marruecos. Ejemplar modo el de este Papa de estar allá donde lo lleva el Espíritu; como Jesús en el desierto, se deja conducir: no es tacaño en la misión de evangelizar. Ha hablado de la emigración y del modo cómo convivir musulmanes y cristianos, sin fricciones, en paz. Se le ve anciano y achacoso, pero con sueños, con los ojos puestos en el más allá de su mirada. Mientras quedan sueños, no hay vejez. Se ha despedido con una festiva bendición. No todo es violencia ni fraude, o política, en el mundo. Hay veces, Diario, que Dios acampa entre nosotros, y, como le ocurrió al hijo pródigo, hace que nos prestemos, con ojos húmedos, al abrazo del Padre, y a su mirada (18:24:36).

sábado, 30 de marzo de 2019

30 de marzo de 2019. Sábado.
CRISTOS MUTILADOS

De nuevo crucificado, en Liubliana, Eslovenia. F: FotVi

-La profanación de iglesias católicas –leo– es un lujo y un oficio en los últimos años en Francia. Profanar es el quehacer diabólico y macabro de mentes enfermas por el odio y la falta de reflexión, pequeños niñatos mayores, que sueltan sus furias contra lo más sagrado e íntimo. Es la blasfemia hecha acción y faena en lugares sagrados y, con más saña, si cabe, contra imágenes de cristos y formas consagradas. Las formas se desparraman por el suelo y se pisan y se llenan de heces. Los cristos son mutilados. Espeluzna. También los cementerios sufren este envilecimiento, esta violación. Todo se mancilla, todo se afea. Todo es degradación. Hay quien muere por su fe –el padre Jaques Hamel, 85 años, asesinado hace dos años por unos seguidores del Estado Islámico, también en Francia– y quien trata de matar también la fe por la que dan la vida tantas personas generosas y que jamás empuñan un arma, si no es la de la paz y el amor. En este sábado gris y ventoso, Diario, yo pido por el cese de la violencia y porque brille la luz de la armonía y la generosidad, y la piedad (19:16:32).

viernes, 29 de marzo de 2019

29 de marzo de 2019. Viernes.
MIEDOS TERRIBLES

Mirando el terror, en Torre de la Horadada. F: FotVi

-Se ha enturbiado el día. Ha amanecido triste y, conforme pasan las horas, va a más. Grandes nubarrones se persiguen. Y un servidor, esta mañana, de enfermera y médico. A mí, que me espantan los médicos. No porque sean médicos, sino porque son sabios y detectan los males antes de que te lleguen. Les tengo un gran respeto. Pero un respeto de asombro y de terror. Me asombran y me aterrorizan sus diagnósticos y el estetoscopio, que no su trato. El estetoscopio, ese utensilio que, cuando te toca el pecho, siempre está frío como una mala mirada. Te mira una mala mirada y te sacude todo el cuerpo, de helor. Pues así es ese útil. Que ellos manejan con oído atento y con los ojos puestos en lo que oyen. No en el paciente. Pero al fin, el médico no me ha visto. Te dicen a las doce y media horas y son las trece y media horas y no te ha llegado el turno. Y ha ocurrido que lo he dejado para el lunes. Así sucede en todo: tú heces planes y el destino o la mala suerte te los cambian. Pero doy gracias a Dios: porque de este modo, Diario, viviré otro día de miedos terribles, que probaré a vencerlos. No hay bien que por mal no venga, dicen (19:14:25).

jueves, 28 de marzo de 2019

28 de marzo de 2019. Jueves.
HORMIGAS EN EL TRIGAL

Fresas en el mercado, Torre de la Horadada. F: FotVi

-Hoy no sopla el viento de levante: pero hay sol y mercado. Y gente que, como hormigas en el trigal, va y viene. Cada cual se lleva su brizna de esto o aquello, ajos o fruta, o un juego de cama o un sombrero. Todo vale para echarlo a la cesta de la compra. Los hay viejecitos y más jóvenes, y hasta carritos con bebé empujados por madres solícitas. También sillas de ruedas con imposibilitado, que mira y no ve lo que más quisiera: poder andar. Todo huele a desmesura, desde el tufo de las hortalizas al efluvio de la gente. «¡Qué pena que no se pueda comprar la felicidad!». Pienso. En el mercado se vende de todo: desde libros a política. Encuentro un tenderete de un partido que te ofrece, si lo votas a él, el bienestar sin fin. La vida eterna terrenal. Los chicos que prometen darte la dicha van vestidos de harapo y llevan pendientes en la nariz y ríen mucho, como si fueran los inventores de la dicha. Por lo visto, todo se vende, desde la risa al paroxismo. Un poco más allá, una mesita con libros y un señor que no lee. Jamás he visto que se acerque nadie; pero ahí sigue cada jueves, haga frío, calor o llueva. En el mercado de los jueves hay de todo, hasta la pobreza que se mueve de puesto en puesto para tratar de dar con lo más barato. También hay un mendigo con un vaso de plástico en la mano, que, apoyando un pie en la pared, espera la moneda que caiga de arriba abajo y le dé la esperanza de llenar el estómago. En el mercado, todo es esperar; espera el vendedor y espera el comprador: el uno espera vender y el otro hallar la ganga, que casi nunca llega. Y un servidor, mientras piensa en todo esto, Diario, espera poder llegar, cansado, a su destino, como un niño a los brazos caudalosos de la madre (19:10:18).

miércoles, 27 de marzo de 2019

27 de marzo de 2019. Miércoles.
VIENTO DE LEVANTE

Nubes llevadas por el viento, desde  Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-El viento de levante se va llevando las nubes hacia el poniente, como una procesión de algodones sueltos. Así transcurre el día, como un poseso de la velocidad. Pero ahí siguen el pájaro y la pobreza, la bondad y la ira, la libertad y la opresión, la soledad y la vejez, lo inmaculado y lo sucio, lo trasparente y la intolerancia, la verdad y la posmodernidad, la política y la mentira, la claridad y las tinieblas, el robo y el don, lo niño y los sueños, lo perverso y la gracia, la risa y lo triste, la maternidad y la destrucción, la columna y los vuelos, la cultura y la ignorancia, el pobre y la mirada, la bondad y lo maldito, el trabajo y la ociosidad, el fin y el principio (…), y el silencio y Dios; Dios, el que alienta cada día para que nos elevemos y venzamos a la adversidad, y así, Diario, poder llegar a la meta, convencidos de poder ganar y ver los cielos nuevos y la tierra nueva, donde reinen la paz, la justicia, el amor, y la Verdad (19:17:04).

martes, 26 de marzo de 2019

26 de marzo de 2019. Martes.
HISTORIA DE CIUDAD Y METRO

El sol sale para todos, en Casa Sacerdotal. Murcia. F: FotVi

-Hay días de sol y humanidad. Y otros, en los que, aunque el sol esté en su plenitud, luce más la ternura de lo humano que la gloriosa abundancia del sol. A veces, compensa leer los periódicos, y hoy es una de esas ocasiones. Es esta una historia de ciudad y metro, con un bello final, lírico y ejemplar. Una muchacha, Paloma, va en el metro con los oídos tapados por los pinganillos de oír música, nos cuenta ABC. Va en su mundo; un señor entra pidiendo dinero para pagar la luz de su casa. Nadie le presta atención, cada cual va a lo suyo: y lo suyo no es detenerse en el problema de este hombre. Necesita luz y vende libros, o los regala, a quien le interese. Este detalle llama la atención de Paloma. Que se acerca y le da un euro, y se da cuenta de que el hombre lleva un libro que ella leyó cuando era niña. «¿Te gusta este? Toma para ti», le dice el hombre. Paloma, entonces, le pregunta cuántos años tiene su hija; si la tiene. «Siete. Es su libro favorito», contesta él. Lo vendía por solo cinco euros. Algo debió ver Paloma en los ojos del hombre, que le conmovió. Le dio los cinco euros, sin aceptar el libro: «Léeselo a tu hija esta noche y prométeme que lo vas a dar por vendido y no se lo darás a nadie». Decir que ambos se abrazaron y lloraron juntos, y, al irse el hombre, desde el andén le dice: «Que Dios te bendiga siempre». Cuenta Paloma que una señora mayor, al salir del metro, le da en el hombro y le dice emocionada: «Los jóvenes demostráis a los adultos que se equivocan todos los días». Tal vez tenga razón la señora mayor: quizá los cargados de años nos equivoquemos todos los días, pero aún nos queda sensibilidad para echar una lágrima y aprender la maravillosa lección de esta muchacha con el pinganillo en los oídos, Diario, y el corazón aleteando (11:55:52).

lunes, 25 de marzo de 2019

25 de marzo de 2019. Lunes.
LA VIDA

La vida empieza, en el jardín. Vistabella. Murcia. F: FotVi

-Me enfrento al lunes, pleno de sol y claridad, y, entre nostalgias, me dispongo a vencerlo. «El que avisa no es traidor», dice el refrán. Y, según el predicador de ayer mañana en la misa (analista y teólogo), es lo que con frecuencia hacía Jesús. Don Mario dijo con solemnidad y altas palabras: «El que avisa no es traidor». Y añadió: «Jesús siempre advertía antes de condenar». «Anda, vete, y no peques más», solía decir al pecador, y luego hablaba del infierno. Y, con dureza de profeta, hacía referencia a una condenación eterna y al fuego, y a rechinar de dientes y a malditos, y a escribas y fariseos hipócritas, y a pies y a manos pecadoras que había que cortar, pues más valía entrar en la Vida manco y cojo, que, con las dos manos y los pies, ser arrojado al fuego eterno. Pero todo esto, luego de avisar, y después de haber mirado con compasión y ternura de amigo y de haber perdonado al agresor. Avisos de amor y cercanía los suyos, Diario, avisos del Dios (humano) que perdona (18:56:11).