11 de mayo de 2019. Sábado.
RUBALCABA
Y llegó el ocaso, en Murcia. Casa Sacerdotal. F: FotVi |
-Y Rubalcaba ya está en el más allá, donde se
aclaran las verdades. Y las mentiras. Ahora, en la hora de la muerte, todos son
elogios, nadie se atreve a decir que fue hombre y que tuvo momentos de luz y de
sombra. Como el árbol, como la ley o el derecho, como la monja o el progre. Todos
caminamos por la vida apartando sombras y descubriendo luces. Como el que anda
por la selva. Unas veces acertamos y otras nos equivocamos. Desbrozamos maleza,
hasta que damos con el camino. Pero mientras damos con la salida, recibimos
heridas y contratiempos, que nos hacen unas veces dudar y otras llenarnos de nueva
energía. La fe es noche oscura, decía San Juan de la Cruz. En ese día a día de la
fe, vas tanteando, tropiezas, caes, te levantas; tocas la luz, te deslumbra, y
la dejas caer, la pierdes, pero sigues desbrozando bosque. Hasta que, de pronto,
y sin aviso previo, te desplomas y caes. Se acabaron las dudas. Llega el más
allá, donde tal vez se encuentre nuestra salida. Y ahí está Rubalcaba, solo, con
su conciencia y sus actos, y su debilidad, y su grandeza de persona. Yo, por si
acaso la necesita, Diario, le voy a dar lo que nadie le ha ofrecido: una oración;
quizá, en el más allá, le dé claridad para ver la Luz, la que se percibe –dicen–
sin deslumbrar, y sin herir (19:00:04).