3 de mayo de 2019. Viernes.
VIVIR MAL
Sombras que viven, parásitas. Sevilla. F: FotVi |
-Pienso: ningún político vive mal. Sin embargo, hay
muchos que alimentan la política –el pueblo–, que viven peor. Ejemplo: Los que
andan un día y otro por la fila tenebrosa del paro; los indigentes que en la
calle piden una limosna a mano alzada: la misma mano con la que luego dan su
voto, quizá, a este o a aquel partido; los del trabajo precario y humillante,
de sol a sol, y por un sueldo de indignidad, negros y blancos, y de los Andes; la
juventud –dejada y olvidada– que, año tras año, prepara oposiciones, para
cuando las haya; el padre y la madre de familia que apenas llegan a fin de mes,
con los hijos creciendo y llenos de sueños, que no cumplen; los que en un
hospital ven irse los días entre la amabilidad del médico y el suero dándole vida
por el canal de las venas. ¡Dios! Sabemos que cada vez que nos piden el voto nos
mienten, pero hay que votar. Y lo hacemos: con una pinza en las narices o con
el entusiasmo del que vive la fe sublime en las consignas, o en la
ideología. Pero ellos –los políticos– viven mejor, ellos que también votan,
pero por interés, y, aunque hayan perdido, Diario, no dejan la sonrisa, como un Mefistófeles triunfador, pues se saben ganadores, de una buena soldada (12:27:33).
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