1 de mayo de 2019. Miércoles.
GRITO DE PUÑO
CERRADO
Columpios, de Rosetta Bonatti. F: Google |
-Hoy, día de San José obrero, es la fiesta del
trabajo en la que, sin embargo, no se trabaja. Es fiesta de reivindicación, de
manifestaciones con el puño en alto, puño que habla más de rabia que de fiesta.
Pero habla. Se trata de que se oiga al trabajador, que, cercado por el capital,
se ve en demasiados casos humillado, preterido, silenciado. Es fácil silenciar
las manos del obrero, que solo construyen, sin dar gritos. Las manos del
albañil, del carpintero, del orfebre, del músico, del escritor, del campesino, o
el lenguaje de las manos que conforman la belleza del mundo, calladamente, con
sudor y lágrimas, dando golpes en el mármol hasta que aparece la obra de arte,
hasta que surge o la Piedad de Miguel Ángel o Notre Dame de París. O Las
Meninas de Velázquez. Es el clamor de la belleza, que, sin palabras, habla, brota
del interior del obrero, lo expone a la contemplación del mundo, y maravilla. Es
la vibración interior que da en las manos del artista y hace que, estas, con
diversos elementos –el mármol, los colores, la plomada, el cincel, las letras– embellezcan
y hagan espíritu aquello que es pura materia, y lo que era imperfecto lo conviertan
en delicadeza, gracia, suavidad, cultura. Hoy, día del trabajo, Diario, es el día
de las manos agrietadas de mi padre, albañil, y las endurecidas de mi madre,
lavandera, que gritan con el grito de las manifestaciones, para que se las oiga,
y se haga justicia y se las llene de la dignidad y el reconocimiento que
merecen, grito de puño cerrado (20:05:34).
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