5 de mayo de 2019. Domingo.
MADRE, COMO
ENTONCES
Para ti, si eres madre. Murcia. F: FotVi |
-Digo Madre, y la boca se me llena de Dios. Y de acción
de gracias. Cada vez que digo Madre, sin prisa y lamiendo la palabra, me sucede
algo extraordinario en la boca, como si celebrara una eucaristía. Decir Madre
es pedir perdón, y dar gracias, y recordar sus pasos y sus palabras, y sus
manos. ¡Pero, sobre todo, sus miradas! En su mirada, vivían la alabanza y la
condena, la bendición y la recriminación. De chaval, cuando hacía algo que me parecía
importante o no concorde con lo que me habían enseñado, miraba a los ojos de mi
Madre, donde de inmediato hallaba la felicitación o el reproche. Sin palabras, con
solo sus ojos, que me miraban y sabían, y celebraban o lamentaban. Anoche soñé
que tenía fiebre; vino la mano de mi Madre y se posó en mi fiebre. En ese
momento despertaba, y, algún tiempo después, aún me parecía sentir la mano
insistiendo sobre la frente, como si un roce de alivio se posara en
ella y la calmara: hoy, día de la Madre, Diario. Hoy, como entonces (12:31:56).
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